Epitrocleitis

Epitrocleítis
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Agente transmisor:Sobreuso y estrés repetitivo sobre la zona.
Región de origen:Tendones de la musculatura flexora de la manos y los dedos

La Epitrocleítis codo de golfista, es la tendinitis que afecta a los tendones de la musculatura flexora de la manos y los dedos. Se manifiesta con dolor en la zona de inserción de los tendones en la cara interna del codo, debiéndose a movimientos repetitivos, tensión o tracción mantenida sobre dichos tendones, traumatismos directos o sobreesfuerzos al hacer movimientos de flexión y pronación.

Causas

El sobreuso y estrés repetitivo sobre la zona es la causa principal de esta forma de epicondilitis.

Pero para el desarrollo de este mal también intervienen:

Síntomas

El síntoma principal es el dolor en la cara interna del codo, irradiado en ocasiones hacia la cara anterointerna del antebrazo y del brazo. Suele tener una instauración lenta. En un primer momento el dolor aparece en determinados movimientos, pero a medida que evoluciona la lesión, duele en el reposo y es frecuente que aparezcan signos de rigidez matinal.

  • Dolor al palpar la epitróclea.
  • Dolor e impotencia funcional con los movimientos de agarre con las manos. Ciertos movimientos como cerrar el puño, dar la mano, mover una manivela, desatornillar, desenroscar la tapa de un frasco, o elevar un objeto con la mano, pueden ser muy molestos para el paciente.
  • El dolor se acentúa con los test epitrocleares, que consisten en realizar una flexión palmar resistida de muñeca y dedos y una pronación resistida de antebrazo.
  • Puede aparecer dolor con el estiramiento de los músculos epitrocleares (extensión de muñeca).
  • Disminución de la fuerza de cierre de la mano.
  • Puede haber parestesia (sensación de adormecimiento) en la parte interna del brazo y antebrazo, pudiendo llegar a la parte interna de la mano.
  • La movilidad del codo puede verse afectada en algunos casos.
  • Con frecuencia hay síntomas de neuropatía del cubital.

Diagnóstico

El diagnóstico de la epitrocleítis es clínico (a partir de los síntomas y del examen físico), por tanto no suelen hacerse exploraciones complementarias (radiografía, ecografía, resonancia...) salvo caso de duda para confirmar el diagnóstico o para valorar enfermedades asociadas.

Es muy importante incluir el examen de la región cervical y del hombro en la exploración, ya que procesos locales en estas estructuras pueden ocasionar dolor en el codo.

El diagnóstico diferencial debe hacerse con la irritación neurológica C8-D1. La presencia de sintomatología de neuropatía del nervio cubital en la epitrocleitis plantea siempre el diagnóstico diferencial con un atrapamiento en el canal epitroclear de otro origen. La inestabilidad del ligamento colateral medial produce dolor en la epitróclea y debe ser explorado sistemáticamente con la maniobra de valgo forzado.

De forma general, habrá que tener en cuenta los desórdenes metabólicos (hidratación, perturbaciones alimentarias...).

Exámenes clínico

El paciente presenta dolor a nivel de la epitróclea, de aparición paulatina que se incrementa con la flexión de muñeca y dedos en contra resistencia. Hay dolor a la palpación local en la zona. En ocasiones este dolor puede irradiarse distalmente hacia el antebrazo. El dato esencial del examen es la búsqueda de los movimientos contra resistencia:

  1. Flexión de muñeca y dedos resistida (palmar mayor y menor, flexor común superficial).
  2. Pronación resistida (pronador redondo).
  3. Flexión y desviación cubital de muñeca (cubital anterior).
  4. Pruebas:
  • Signo del coco del golfista: Indica epicondilitis medial.El paciente flexiona el codo y efectúa una flexión palmar de la manos. El clínico sujeta con una mano la mano del enfermo y con la otra fija el brazo. El paciente debe intentar extender el brazo venciendo la resistencia del clínico.La aparición del dolor en el epicóndilo medial indica una epicondilopatía (codo del golfista).
  • Prueba de extensión sobre el antebrazo. Indica epicondilitis medial. El paciente, que se encuentra en sedestación, flexiona el codo y mantiene el antebrazo en supinación. El clínico sujeta la parte distal del antebrazo del enfermo, quien intenta extender el brazo por la ar­ticulación del codo venciendo la oposición del clínico. La aparición de dolor en el epicóndilo medial y en la mus­culatura flexora del antebrazo indican una epicondilopatía.

Exámenes complementarios

  • Radiología: En ocasiones pueden apreciarse espesamientos periósticos epitrocleares y microcalcificaciones que se ven fácilmente con radiografías blandas. Imágenes más precisas pueden obtenerse mediante xerografía.
  • Ecografía: Se puede apreciar espesamiento del tendón común de inserción de los músculos epitrocleares con micro-calcificaciones a ese nivel.
  • Resonancia magnética: Es la prueba que más información proporciona.

Anatomía patológica

Histológicamente, el tejido patológico está desprovisto de células inflamatorias, pero tiene un patrón característico de fibroblastos y elementos vasculares. Además, en aproximadamente el 20% de los casos quirúrgicos se ha encontrado algunas formas de exóstosis óseas en el epicóndilo lateral o medial. Otros cambios patológicos menos frecuentes son calcificaciones en las partes blandas.

Los cambios intraarticulares incluyendo sinovitis y alteración en el ligamento orbicular que se presentan en raras ocasiones, de tal modo que la exploración rutinaria de la articulación no es necesaria.

Tratamientos

El tratamiento de una epitrocleitis es el siguiente:

  1. Tratamiento conservador.
  2. Tratamiento quirúrgico.
  3. Tratamiento fisioterapeutico.

Conservador

El tratamiento de la epitrocleitis es ante todo médico.

Orientación profiláctica:

  • Evitar el gesto que desencadena el proceso; es decir la flexión pronación con el codo extendido.
  • Disminuir la intensidad de la práctica y entrenamiento.
  • Stretching antes y después del ejercicio de la musculatura epitroclear.

Farmacológico

  • Antiinflamatorios por vía general.
  • Infiltración local de corticoides, en múltiples punciones de pequeñas cantidades con el fin de abarcar la inserción del tendón común de los epitrocleares.
  • Infiltraciones locales con ozono

Físico-rehabilitador:

  • Reposo: es fundamental para el control del proceso en la fase aguda.
  • Masaje transversal profundo: en pautas similares a las empleadas en la epicondilitis.
  • Electroterapia.
  • Crioterapia: Aplicado tres veces al día durante 20-30 minutos, en las primeras fases y después de la reeducación y la práctica de la actividad deportiva durante 20 minutos. Hay que tener la precaución de proteger la piel, no poniendo en contacto directo el hielo con la piel.

Reeducación muscular:

  • Stretching: Antes y después del ejercicio, terapéutico y profiláctico y stretching de flexores de muñeca y dedos, palmares, pronador redondo y cubital anterior. El estiramiento ayudará a prevenir la rigidez y hace los músculos más flexibles y rompe las adherencias de los tejidos blandos.

Ejercicios:

Ejercicios para la epitrocleitis

Isométricos en los músculos anteriormente citados. Isotónicos de flexores y extensores de muñeca.

Ejercicios para potenciar la musculatura del antebrazo. Se puede empezar tan pronto como el dolor disminuya. La potenciación muscular se hará evitando dañar los tendones lesionados, y evitando provocar una nueva lesión.

Más ejercicios para la epitrocleitis Cincha protectora. Es una correa elástica que se pone 3-4cm debajo del codo. Esta cincha hace una compresión a los músculos del antebrazo y ayuda a disminuir la fuerza que el músculo transmite al tendón. Al principio, será usado de continuo, pero a medida que el dolor disminuya, solamente será necesario para la protección durante las actividades que tensionan el brazo dañado.

Quirúrgico

Es excepcional recurrir a la cirugía para solucionar una epitrocleitis. Se usa par corregir tendinitis crónica o recurrente.

Consiste en: desinserción de los músculos epitrocleares y escisión de las calcificaciones a nivel del tendón.

Indicaciones y contraindicaciones

El dolor es la principal indicación para la cirugía de la epicondilitis medial o lateral. Existen tres hechos que deben ser considerados: el dolor es de una intensidad suficiente como para limitar la función, interfiere con el trabajo o la actividad diaria y la localización es clara, en el epicóndilo lateral o medial. Debe haberse intentado un periodo suficiente de tratamiento ortopédico. Éste incluye una modificación en la actividad durante al menos seis meses, cinchas del antebrazo, fármacos antiinflamatorios y un programa de rehabilitación de calidad.

El fracaso de infiltraciones con cortisona no debe considerarse como una indicación absoluta para ofertar la intervención quirúrgica. A menudo, si se han utilizado las infiltraciones y el paciente no ha mejorado o no se ha beneficiado de ellas, entonces el paciente es candidato a tratamiento quirúrgico.

Las contraindicaciones para el tratamiento quirúrgico incluyen un tratamiento ortopédico inadecuado y pacientes que hayan demostrado una falta de cumplimiento de las recomendaciones, particularmente las referentes a la modificación de la actividad diaria. Los pacientes en baja laboral remunerada deben ser revisados en numerosas ocasiones para asegurar que las indicaciones citadas han sido cumplidas.

  1. Calentamiento adecuado antes de empezar la actividad.
  2. Estiramientos musculares después del calentamiento.
  3. Empezar progresivamente.
  4. Evitar en lo posible los movimientos provocadores.
  5. Después del trabajo o del juego hacer estiramientos y aplicar hielo durante 20 minutos.

Fisioterapéutico

  • Masaje descontracturante de la musculatura epitroclear
  • Masaje transverso profundo de Ciryax
  • Liberación miofascial
  • Compresión isquemica para puntos gatillo
  • TENS
  • Ultrasonido
  • Láser
  • Microcorrientes
  • Estiramientos terapéuticos de la musculatura flexora
  • Crioterapia
  • Agentes Físicos

Fuentes