Fiebre de las trincheras

Fiebre de las trincheras
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Es una rickettsiosis transmitida por el piojo, que cura de manera espontánea, se caracteriza por fiebre intermitente, dolores generalizados, mortalidad insignificante y recaídas múltiples.
Agente transmisor:Germen Rochalimaea quintana.
Forma de propagación:Por frotación de las heces del piojo con lesiones de la piel.

Fiebre de las trincheras. También denominada fiebre quintana, de los cinco días, de las espinillas de Bolina y enfermedad de His-Werner.

Presenta un cuadro febril que desaparece espontáneamente, es producido por un germen denominado Rochalimaea quintana y transmitido por piojos, dentro de las llamadas Rickettsiosis, patógeno, posee una fuerte resistencia a la disecación y fue aislado por Toppfer en 1916, puede cultivarse en medios artificiales no celulares.

Etiología y epidemiología

La enfermedad es causada por Rochalimaea quintana, una rickettsia que crece extracelularmente en el intestino del piojo y se excreta con sus heces. La transmisión se hace al frotar las heces del piojo con raspaduras de la piel o con las heridas de la mordedura que causa.

El período de incubación de la enfermedad puede variar de cinco a 38 días, por lo general de dos a cuatro semanas

Historia

La enfermedad fue un problema militar importante durante la Primera Guerra Mundial, en la que se estima que hubo un millón de casos en Europa Occidental. No se vio más en forma epidémica hasta la Segunda Guerra Mundial, cuando se señalaron 80 000 casos en la Europa Oriental.

Estudios recientes han demostrado que la enfermedad es endémica en México. Durante las epidemias, el hombre es el principal reservorio. También puede ser el gran reservorio por largo tiempo ya que el agente de la enfermedad se ha aislado en pacientes asintomáticos, años después de su infección inicial.

Anatomía patológica y manifestaciones clínicas

Como la enfermedad tiene mortalidad insignificante, los datos que tenemos sobre las alteraciones histopatológicas son limitados. Los estudios de biopsias solo revelan inflamación perivascular, en forma de infiltraciones linfocíticas.

Síntomas y exámenes

Los síntomas son:

El examen físico]] y el de laboratorio no son notablesexcepto por una ligera espleno y hepatomegalia, zonas de hipersensibilidad cutánea distribuidas por el cuerpo y leucocitosis moderada.

La fiebre puede subir hasta 40,5o C en forma irregular, con intervalos de temperatura casi normal entre los máximos de fiebre. La fiebre solo dura cuatro o cinco días en los pacientes más afortunados, en otros, la hiperpirexia inicial puede ir seguida, después de cinco o seis días de temperatura normal, por una a ocho recaídas de fiebre, similares al episodio inicial.

Diagnóstico

El hecho más importante que apoya el diagnóstico de fiebre de las trincheras, es el antecedente de contacto con piojos dentro del período de incubación de la enfermedad.

Los piojos se examinan una semana después de alimentarse en el paciente, en busca de rickettsias en la luz del intestino, también ha sido útil la técnica de cultivar R. quintana en agar-sangre, que contiene 10% de sangre fresca. Las pruebas serológicas recién desarrolladas, todavía en la etapa experimental, parecen ser portadoras para el diagnóstico de la enfermedad.

En el diagnóstico diferencial hay que incluir la leptospirosis, el dengue, el paludismo, las fiebres recurrentes y las fiebres del grupo tifus.

Tratamiento y pronóstico

Aunque podía esperarse que las tetraciclinas y otros antimicrobianos fueran tan eficaces en el tratamiento de la fiebre de las trincheras como el de otras enfermedades por rickettsias, no hay datos ciertos de su eficacia en ausencia de epidemias de fiebres de las trincheras. Como la enfermedad tiene una mortalidad insignificante, el pronóstico a largo plazo es excelente.

La mayoría de los pacientes pueden reintegrarse a una actividad completa en un plazo de uno o dos meses después del comienzo de la enfermedad, incluso sin tratamiento, aunque algunos tienen recidivas de los síntomas de infección por meses o años.

Prevención

El único método posible para controlar la fiebre de las trincheras es eliminar el piojo vector, espolvoreando la ropa con insecticidas residuales. Los polvos de DDT al 10%, demostraron ser muy eficaces para controlar el piojo durante la Segunda Guerra Mundial, pero la aparición de resistencia a este producto en piojos de muchas partes del mundo, ha obligado a usar polvos o soluciones de lindano al 1%.

Fuentes

  • Dr. Paúl B. Beeson, Dr. Walsh McDermott y Dr. James B. Wyngaarden. Tratado de Medicina Interna. Tomo I. Volumen 1. Pág. 395. La Habana. Editorial Pueblo y Educación. 1983.
  • Información sobre Fiebre de las trincheras (en línea). Consultado: 28 de septiembre de 2012. Disponible en:www.es.scribd.com