Geografía humana


Geografía Humana
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Concepto:Se encarga de estudiar las sociedades humanas desde una perspectiva espacial, la relación entre estas sociedades y el medio físico en el que habitan, así como los paisajes culturales y las regiones humanas que éstas construyen.

Geografía Humana . Como disciplina se encarga de estudiar las sociedades humanas desde una perspectiva espacial, la relación entre estas sociedades y el medio físico en el que habitan, así como los paisajes culturales y las regiones humanas que éstas construyen. Según esta idea, la Geografía Humana podría considerarse como una Geografía regional de las sociedades humanas, un estudio de las actividades humanas desde un punto de vista espacial, una ecología humana y una ciencia de los paisajes culturales. Analiza la desigual distribución de la población sobre la superficie terrestre, las causas de dicha distribución y sus consecuencias políticas, sociales, económicas, demográficas y culturales en relación a los recursos existentes o potenciales del medio geográfico a distintas escalas. Parte de la premisa de que el ser humano siempre forma parte de agrupaciones sociales amplias. Estas sociedades crean un entorno social y físico mediante procesos de transformación de sus propias estructuras sociales y de la superficie terrestre en la que se asientan. Su accionar modifica ambos aspectos en función de las necesidades e intereses que los agentes sociales que las forman, especialmente de los agentes sociales dominantes. Estas transformaciones se deben a procesos económicos, políticos, culturales, demográficos, etc.

El conocimiento de estos sistemas geográficos formados por la sociedad y su medio físico (regiones humanas, paisajes culturales, territorios, etc.), es el objeto de estudio de la Geografía Humana. Podemos considerar como iniciador de la Geografía Humana a Elisée Reclus en Francia, teniendo como antecedente la obra de Karl Ritter en Alemania.

Historia

La Geografía Humana inició su desarrollo como rama de la Geografía a finales de siglo XIX. Era la época en la que comenzaban a crearse los primeros departamentos de Geografía en las universidades y los geógrafos intentaban establecer esta materia como una disciplina académica formal, con un enfoque y metodología propios. En concreto, buscaban superar la imagen de la Geografía, identificada con los viajes de exploración, de ser meramente un instrumento de la expansión imperialista y una recopilación de historias de exploradores. Todo ello había impedido el reconocimiento de la Geografía como disciplina académica durante la mayor parte del siglo XIX.

Los primeros estudios sobre el hombre y su relación con el medio ambiente tendieron a seguir una de las siguientes corrientes. La primera era la Geografía Regional, que, aunque diferente de la Geografía Humana, tuvo una muy estrecha conexión con ésta durante los primeros años.

Los geógrafos regionales intentaban, por un lado, identificar el carácter propio de las regiones, de tal modo que cada una se distinguiera del resto, y, por otro, estudiar los factores que provocaban tales variaciones regionales. Para muchos geógrafos, como el estadounidense Richard Hartshorne, el desarrollo de la Geografía Regional fue muy importante, ya que proporcionó un objeto de estudio estrictamente geográfico y un marco donde sintetizar el estudio de los aspectos humanos y físicos de la Geografía, sin imponer dirección alguna. Por estas y otras razones, la Geografía Regional, en sus diversas facetas, fue la base de la mayor parte de la enseñanza de la Geografía durante la primera mitad del siglo XX, especialmente en Europa.

La segunda de las corrientes, desarrollada por algunos de los primeros geógrafos, de manera especial en Estados Unidos, fue el determinismo geográfico, o simplemente, determinismo. El medio ambiente desempeñaba un importante papel en la Geografía Regional. El suelo y el clima afectan, obviamente, al tipo de agricultura practicada, mientras que la presencia de grandes yacimientos de carbón puede tener una notable importancia en la localización de la actividad industrial. No obstante, los deterministas elevaron el papel del medio físico hasta convertirlo en el único factor a considerar.

Influidos, de forma especial, por las ideas evolucionistas de Charles Darwin, mantenían que las condiciones físicas determinaban no sólo las actividades del hombre, sino también la propia naturaleza de las personas. Se considera que fue el geógrafo alemán Friedrich Ratzel quien dio origen al determinismo de la naturaleza, aunque su desarrollado vino de la mano de algunos geógrafos estadounidenses, en especial por Ellen Churchill Semple y Ellsworth Huntington, quienes argumentaron que el medio físico afectaba al carácter de las personas. Con estas y otras ideas, estos geógrafos obtuvieron una serie de conclusiones esencialmente racistas sobre los pueblos de diferentes partes del mundo.

En Europa, los principales geógrafos rechazaron en gran medida el determinismo. No obstante, la influencia del medio físico conservó su gran importancia. Geógrafos como Paul Vidal de la Blache, figura muy influyente en la Geografía Regional y humana francesa, o el británico H. J. Fleure desarrollaron el concepto del posibilismo del medio ambiente, según el cual el medio físico constriñe la actividad humana, pero sin determinarla, a la vez que el ser humano influye sobre aquel.

El debate entre los posibilistas y los deterministas fue uno de los principales rasgos de la Geografía Humana durante las primeras décadas del siglo XX. No obstante, el determinismo había quedado desacreditado ya en la década de 1940, por una serie de razones, incluida la falta de rigor académico y el auge del nazismo en Alemania, que empleó argumentos deterministas.

Durante la primera mitad del siglo XX, se produjo el desarrollo de una Geografía sistemática gracias a estudios independientes de los aspectos físicos y humanos de las regiones. Este enfoque supuso el nacimiento de subdisciplinas, de tal modo, por ejemplo, que la Geografía económica, social y política comenzó a formar áreas de estudio independientes.

A medida que las diversas subdisciplinas de Geografía Humana se ramificaron a su vez, surgió una especialización cada vez mayor. Por ejemplo, la Geografía económica se dividió en Geografía industrial y Geografía agraria. No obstante, a pesar de esta especialización máxima, los elementos esenciales de la Geografía permanecieron prácticamente inalterables, y entre la década de 1930 y los primeros años de la posguerra, hubo un periodo de cierta estabilidad en esta evolución.

Esta estabilidad fue disolviéndose, gradualmente, durante las décadas de 1950 y 1960, a medida que se iniciaron nuevas críticas, relacionadas con la escasa reputación de la Geografía como ciencia. Los ataques aumentaron contra la Geografía Regional al basarse en la mera descripción y centrarse en las características exclusivas de las regiones, a expensas del desarrollo de teorías generales.

Las diversas ramas de la Geografía Humana llevaron a cabo intentos de plantear generalizaciones útiles, pero aun así no fueron suficientes para que la Geografía ganara la respetabilidad de otras ciencias sociales, como la economía o la psicología. En concreto, se pensaba que la Geografía Humana no podía progresar por su falta de una base teórica científica. Estas críticas llevaron al nacimiento de un nuevo enfoque de la Geografía Humana, que, rápidamente, se convertiría en la metodología dominante.

Las principales características de este enfoque fueron, en primer lugar, que estaba apuntalado por el positivismo lógico, una corriente filosófica que identifica la ciencia con el conocimiento y que enfatiza el empirismo y la verificación. La metodología resultante, adoptada en gran medida de otras disciplinas, suponía el uso de modelos (versiones simplificadas de la realidad) y análisis estadísticos para someter a prueba y verificar las hipótesis, con la finalidad de establecer leyes universales y poder predecir, de forma similar a como lo hace la física, acontecimientos sometidos a dichas leyes.

En segundo lugar, el interés de esta nueva corriente era la localización. En este caso, el término localización hace referencia a la situación de los fenómenos en el espacio y las relaciones existentes entre ambos. Así pues, este enfoque de la Geografía Humana fue conocido como análisis espacial. Debido a la enorme importancia que esta nueva metodología otorgó a los modelos y a los sistemas matemáticos, los cambios acaecidos durante este periodo reciben el nombre de revolución cuantitativa, aunque en sentido estricto este término no es exacto. En contraste con las anteriores tendencias de la Geografía Humana, el análisis espacial ignoraba el medio ambiente.

En los modelos, realizados para simplificar las complejidades de la vida real y poder analizar y comprender los procesos esenciales, la Tierra era considerada uniforme, esto es, plana sin rasgos topográficos diferenciados, que hicieran una parte de la superficie más atractiva para la actividad humana que otra. Esta superficie recibe el nombre de llanura isotrópica.

La mayoría de los primeros trabajos realizados con estos modelos tuvieron lugar en Estados Unidos, donde se desarrolló el análisis espacial. Este tipo de análisis estaba inspirado en trabajos de anteriores investigadores, la mayoría alemanes, de los cuales pocos eran geógrafos. Sus trabajos se tradujeron al inglés en esta época.

Entre los más influyentes de estos modelos desarrollados por estos investigadores pioneros están: el modelo del uso del suelo agrícola, propuesto por el terrateniente alemán Johann Heinrich Von Thünen, en una fecha tan lejana como 1826; el modelo de desarrollo urbano, propuesto por primera vez por el sociólogo estadounidense Ed Burgess en 1924, y las posteriores modificaciones de Homer Hoyt (1939) y Harris y Ullman (1945); y el modelo de la teoría del lugar central de la localización de los asentamientos, establecido por el geógrafo alemán Walter Christaller en 1933, y el similar, pero más complejo, modelo del economista alemán August Lösch en 1940.

A pesar de que muchos investigadores del análisis espacial se centraron, en principio, en el trabajo empírico para mejorar los modelos anteriores y proporcionar ejemplos, también se llevaron a cabo gran número de trabajos originales de gran importancia. Entre los más conocidos se encuentra el estudio del sueco Torsten Hägerstrand sobre la teoría difusionista, y el del británico Peter Hagget sobre la teoría del lugar central y sistemas de análisis.

Aunque la Geografía Física también adoptó el sistema cuantitativo y de modelos en esta época, el interés de la Geografía Humana sobre el análisis espacial supuso que la vieja tendencia a la separación de las dos vertientes de la Geografía, que la Geografía Regional había intentado superar, se aceleró. Por vez primera la Geografía Humana se separó del medio físico. Este divorcio fue más acusado en Estados Unidos, pero también fue perceptible en Europa, especialmente en Gran Bretaña.

Más aún, muchos geógrafos, especialmente de la Geografía Humana, creyeron que el nuevo enfoque aportaba a la disciplina un campo de estudio único, capaz de sustituir a la Geografía Regional: la ciencia espacial. La metodología de esta ciencia espacial fue compartida por otras ciencias, con lo que se convirtió en una disciplina tan rigurosa como las otras; sin embargo, el elemento espacial significaba que la Geografía podría diferenciarse muy claramente del resto de ciencias, algo que anteriormente no sucedía: un antiguo geógrafo del transporte apenas se diferenciaba de un economista del transporte.

El uso de modelos en la Geografía fue, inicialmente, criticado de forma mayoritaria, dada la ausencia de cualquier referencia al medio físico. Una crítica más dura a los modelos de análisis espacial, sin embargo, hacía referencia a su dependencia a las teorías económicas neoclásicas y, en particular, a la existencia de un ‘ser racional’, cuyas decisiones estaban totalmente determinadas por la racionalidad económica. De este modo, y como ejemplo, siempre se realiza el viaje de menor coste económico, siempre se adquieren los productos y servicios más baratos. A diferencia de los factores medioambientales, que eran ignorados, el ser racional era un ingrediente esencial del análisis espacial.

Un resultado de estas críticas fue el desarrollo de una nueva tendencia, denominada Geografía del Comportamiento, que recalcaba la naturaleza de la toma de decisiones y el papel de quienes las hacen. Este énfasis requería que se examinaran las motivaciones de aquéllos. La identificación de las preferencias individuales, de los valores e incluso de los prejuicios adquirió una gran importancia en el intento de analizar la localización espacial. Estos estudios obtuvieron una gran preeminencia en el estudio de la distribución espacial de la industria, pero no se limitaron a este campo.

Las críticas al análisis espacial, no obstante, continuaron, principalmente porque era demasiado científico e impersonal. Incluso dentro de la Geografía del Comportamiento, no se consideraba el lugar de la gente, sus sentimientos y sus aspiraciones. A finales de la década de 1960 y en la de 1970, el auge de los movimientos por los derechos civiles y del feminismo, así como un mayor interés por los problemas de los países en vías de desarrollo, era síntoma de una mayor atención a las desigualdades y a lo que se denominó como justicia social. La influencia de estos movimientos en muchos geógrafos, en especial en los jóvenes, produjo cambios en la evolución de la disciplina que han continuado hasta hoy día.

Actualidad

Hasta la década de 1970, la evolución de la Geografía Humana había sido secuencial, con una corriente que sustituye más o menos y de forma gradual a otra como objeto principal de interés (aunque las anteriores tendencias no eran, necesariamente, eliminadas por completo). No obstante, en esa época la Geografía Humana inició tendencias divergentes, que se apoyaban en muy diferentes puntos de vista filosóficos, pero que coexistían entre ellas, más que reemplazar las unas a las otras. Al mismo tiempo, se produjo, al igual que en otras disciplinas académicas, una creciente especialización dentro de cada una.

En la actualidad, la mayoría de los geógrafos humanos se identifican a sí mismos más a través de sus especialidades, como, por ejemplo, la Geografía económica, social o urbana, que como meros geógrafos o geógrafos humanos.

Se pueden identificar dos tendencias principales en la actualidad, resultado de esta divergencia, aunque no son las únicas. La primera de éstas recibe a menudo el nombre de Geografía Humanística. Reacción a la esterilidad percibida sobre el análisis espacial, la perspectiva humanista ubica en el centro de la Geografía al sentimiento humano. De carácter filosófico, la Geografía Humanística se halla en estrecha relación con la fenomenología y el existencialismo.

Los geógrafos humanistas rechazan la objetividad del positivismo, al que pretende sustituir por la subjetividad. Al hacerlo, rechazan, igualmente, los intentos de identificar leyes o principios generales. Los sentimientos individuales son Geografía. Estos sentimientos, emociones o juicios están asociados a un lugar, por lo que el estudio del concepto de ‘sentido del lugar’ ha sido, durante cierto tiempo, uno de los principales objetivos de la Geografía Humanística.

La segunda reacción en contra del análisis espacial, surgida desde el punto de vista de la justicia social, ha sido la Geografía Radical. Esta tendencia intenta comprender los procesos a través de los cuales, por ejemplo, se ha generado y se perpetúa la desigualdad por razón de raza, sexo o edad. Para algunos geógrafos de esta corriente, la Geografía Radical también ha de buscar las formas de superar estas desigualdades.

Uno de los principios fundamentales de la Geografía Radical es que es inútil estudiar la Geografía ‘visible’ de las relaciones espaciales sin analizar las relaciones de poder, en general, y las estructuras políticas y económicas en las que se encuentran, en particular. Por ejemplo, un estudio de la localización industrial no tiene sentido a menos de que se lleve bajo la luz de la comprensión de la economía global, los aranceles y los acuerdos comerciales y la actuación de las empresas multinacionales.

Una de las principales bases teóricas de esta corriente fue el marxismo. Debe señalarse que, para la mayoría de los geógrafos marxistas, el marxismo era una teoría y una metodología para el estudio de la economía política más que una ideología política. Una de las principales figuras en el desarrollo del análisis marxista en la Geografía es el geógrafo británico David Harvey, famoso por su libro Justicia social y ciudad (1973) continúa siendo uno de los más influyentes geógrafos radicales.

En la década de 1990, la Geografía Radical y la Humanística han seguido evolucionando como parte de un proceso continuo de crítica teórica y de creciente especialización. Estos cambios son, a menudo, difíciles de seguir, pero sus frecuentes apariciones demuestran que la Geografía Humana sigue siendo importante.

Las viejas tradiciones también perviven. Los estudios regionales, aunque no están directamente relacionados con la Geografía Regional del pasado, constituyen una materia interdisciplinar en la que se incluye la Geografía Humana, que reconoce a la región como un importante objeto de estudio. Por su parte, el análisis espacial nunca ha llegado a desaparecer. Un pequeño número de geógrafos humanos continuó esta tendencia y, en la actualidad, con la llegada de una nueva y poderosa herramienta de trabajo, como son los sistemas de información geográfica, está conociendo un considerable resurgimiento.

Por último, no es posible acabar este artículo sin comentar el regreso de la Geografía Humana al medio físico. Las relaciones entre la población y el medio ambiente es el centro de interés en la actividad política. La Geografía Humana y las ciencias naturales van de la mano en cuestiones como la gestión de los recursos en las tierras áridas de África, la conservación de la Amazonia o las causas y consecuencias del recalentamiento del planeta. Es posible que la geografía humana, al menos en una de sus vertientes, haya retornado a sus raíces.

Concepciones

Aunque la primera obra de Geografía Humana apareció en Alemania en el siglo XIX con el nombre de Antropogeografía, obra de Friedrich Ratzel, fueron varios geógrafos franceses los que le dieron un gran impulso a esta rama de la Geografía a fines de dicho siglo y en la primera mitad del siglo XX a nivel de investigación empírica. Más recientemente, la Geografía Humana a nivel universitario ha venido siendo dividida en subdisciplinas más específicas y aplicadas. En algunas universidades, aparece con el nombre de Geografía simplemente al desaparecer la Geografía Física como disciplina o pasar a otras escuelas y facultades, y lo mismo podemos decir de otras ramas geográficas como es el caso de la Geografía Regional en este caso por absorción o confluencia a un punto de vista común. Entre los geógrafos franceses que han desarrollado obras sobre Geografía Humana podemos citar a Paul Vidal de la Blache, Albert Demangeon y Max Derruau, además de Eliseo Reclus, cuya obra El hombre en la Tierra constituye la primera obra de Geografía Humana de orientación ecológica cuidadosa y exhaustivamente desarrollada y que constituye el punto de partida de la Geografía francesa que se desarrolló posteriormente.

Paul Vidal de la Blache fue el verdadero impulsor de la escuela francesa de Geografía. Presenta una visión distinta de la Geografía Humana a la desarrollada por Ratzel. Bastantes historiadores de la Geografía coinciden en atribuir a Ratzel la visión determinista de la Geografía Humana desarrollada con mayor intensidad por su discípula Ellen Churchill Semple en Estados Unidos. Paul Vidal de la Blache en cambio es conocido como el fundador del posibilismo geográfico. Sus aportes más importantes al campo de la Geografía Humana fueron los conceptos de género de vida o modos de vida y el desarrollo del enfoque regional de la Geografía.

Max Sorre fue uno de los discípulos de Paul Vidal de la Blache que más contribuyó al desarrollo de la Geografía Humana en Francia. En El hombre en la Tierra se presentan algunos enunciados que sirven para definir a la Geografía Humana francesa desde una óptica ecológica y paisajística:

  • El primer problema de la Geografía Humana consiste en dilucidar las relaciones entre el hombre y el medio consideradas desde un ángulo espacial.
  • En buena parte, la Geografía Humana se nos presenta como una Ecología del Hombre.
  • La Geografía Humana es la descripción científica de los paisajes humanos y de su distribución en el globo.
  • La Geografía es también la disciplina de los espacios terrestres; entre todas las ciencias de la Naturaleza y del Hombre, ninguna otra sitúa en primer plano la localización de los fenómenos. [1]

Enfoques

Aunque el objetivo de la Geografía Humana no se centra en el conocimiento del medio físico, estudiado por la Geografía Física, es necesario cierto conocimiento del paisaje natural para adentrarnos en la Geografía Ambiental, un campo de estudio emergente dentro de la Geografía Humana.

Los métodos de la Geografía Humana, lo mismo que sucede con la Geografía Física, son sumamente diversos, y podemos citar procedimientos tanto cuantitativos como cualitativos, incluyendo entre los primeros, los estudios de casos, las encuestas, el análisis estadístico, y la formulación de modelos, todo lo cual se ha venido agrupando como la Geografía Cuantitativa, desarrollada en la década de los 60 del siglo XX, con los trabajos iniciales de David Harvey y otros. Entre los procedimientos de investigación cualitativos podemos señalar todos aquellos utilizados por las ciencias sociales en general, como los que se emplean en demografía, antropología, historia, sociología y muchas otras ciencias.

En resumen, la metodología empleada en Geografía Humana es aproximadamente la misma que la que se emplea en la Geografía General y en muchas otras ciencias (aunque con énfasis distinto en cuanto al empleo de dichos métodos), tal vez con la excepción del método regional, aunque, en sentido estricto, este método siempre ha sido empleado por numerosas ciencias sistemáticas: no hay muchas limitaciones en el empleo de diferentes metodologías en cualquier ciencia. Y al referirnos a la metodología en las ciencias sociales no podemos olvidar las críticas de Paul Karl Feyerabend en su obra Contra el método (1975, edic. española), donde critica la simplicidad metodológica con que se venía abordando los estudios de historia y de otras ciencias sociales.

Campo de estudio

Aunque en un principio, el objeto de la Geografía Humana era el estudio de las regiones humanas y de las relaciones mutuas entre el hombre y el medio natural, el desarrollo progresivo del conocimiento de los procesos sociales obligó a la sucesiva aparición de diversas ramas que enfatizaban algunos de ellos considerándolas como ciencias o ramas relativamente autónomas. Todo ello vino a sustituir el concepto original de la Geografía Humana por una integración de una serie de conocimientos sistemáticos estudiados con más detalle por ciencias como:

  • Geografía de la Población . Estudia los patrones de distribución de los seres humanos sobre la superficie terrestre y los procesos temporales o históricos que los han originado o modificado.
  • Geografía Económica . Estudia los patrones y procesos económicos y su distribución en el tiempo y, esencialmente, en el espacio terrestre. En sentido estricto, la Geografía económica estudia la distribución geográfica de los factores económicos y las implicaciones de la misma sobre los países, regiones y, en general, sobre las sociedades humanas. Está estrechamente relacionada con la Economía, pero enfatizando los temas referidos a la distribución geográfica de los factores económicos. Para Krugman es la "rama de la economía" acerca de la "localización de la producción en el espacio". [2]
  • Geografía Cultural . Más que un campo de estudio es un enfoque de la Geografía Humana que investiga las relaciones mutuas entre los seres humanos y el paisaje vistas desde un punto de vista posibilista. Aunque este enfoque fue introducido por Vidal de La Blache, fueron geógrafos como el norteamericano Carl Sauer (de la Escuela californiana de Geografía) y otros, los que lo desarrollaron hasta el punto de que llegaron a formar una escuela o concepción de la Geografía en el siglo XX. Vino a surgir como una reacción en contra del determinismo ambiental.
  • Geografía Urbana . Ciencia que estudia las aglomeraciones humanas representadas por las ciudades, su población, características, evolución histórica, funciones e importancia relativa.
  • Geografía Rural . Estudia el mundo rural, las estructuras y los sistemas agrarios, los espacios rurales, las actividades económicas que se llevan a cabo en éstos (agricultura, ganadería, turismo), los tipos de asentamiento y los problemas de estas áreas (despoblación, envejecimiento, problemas económicos, problemas ambientales, etc.). Como ciencias afines pueden citarse a la agronomía, la sociología rural y la economía.
  • Geografía Política . Se encarga del estudio de los espacios políticos. Como ciencias afines pueden citarse a la ciencia política, a la geopolítica y al campo multidisciplinario de los estudios internacionales.
  • Geografía Médica . Ciencia que se ocupa del estudio de los efectos del medio ambiente en la salud de las personas y de la distribución geográfica de las enfermedades incluyendo también el estudio de los factores ambientales que influyen en su propagación. Su ciencia auxiliar es la Medicina.
  • Geografía del Envejecimiento . También conocida como Geografía gerontológica, analiza las implicaciones socioespaciales del envejecimiento de la población a partir de la comprensión de las relaciones entre el entorno físico-social y las personas mayores, a diferentes escalas, micro (vivienda), meso (barrio) y macro (ciudad, región, país), etc. La contribución de los geógrafos del envejecimiento, como Graham D. Rowles, está contribuyendo a la gerontología ambiental comprendiendo los aspectos ambientales de la gerontología en países desarrollados y en desarrollo.

Metodología

En la Geografía Humana tradicional, los principales métodos eran, en particular, la observación y el registro, seguidos por una descripción detallada y la realización de mapas, aunque el análisis de datos secundarios también tenía importancia. Durante el periodo en el que el análisis espacial era la principal tendencia, se incluía entre los métodos empleados la realización de pruebas empíricas de la teoría deductiva, para lo cual se usaron los análisis estadísticos y la construcción de modelos. Los métodos actuales abarcan la obtención de datos primarios, mediante cuestionarios, entrevistas y técnicas de participación, y el análisis de los datos obtenidos, usando técnicas cualitativas y cuantitativas.

La Geografía Humana incluye dentro de los datos secundarios los análisis de textos y la Geografía Radical las investigaciones empíricas, para lo cual hacen uso de estadísticas y otras fuentes. En el reciente resurgimiento del análisis espacial se está llevando a cabo el análisis detallado de datos como censos, estudios de mercados o códigos postales mediante la utilización de programas informáticos especializados, como los Sistemas de Información Geográfica, que permiten la realización de modelos.

Referencias

Bibliografías

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Fuentes