Hans Bethe

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Hans Bethe
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NombreHans Albrecht Bethe
Nacimiento2 de julio de 1906
Estrasburgo, Bandera de Alemania Alemania
Fallecimiento6 de marzo de 2005
Bandera de los Estados Unidos de América Estados Unidos
EducaciónEstudios Superiores
OcupaciónCientífico
PremiosPremio Enrico Fermi (1961)
Premio Rumford (1963)
Premio NobelPremio Nobel de Física 1967

Hans Bethe. Destacado físico estadounidense de origen alemán, ganador del Premio Nobel de Física en 1967 por su descubrimiento de la nucleosíntesis estelar. Durante la Segunda Guerra Mundial fue el director de la división teórica participando en el desarrollo de la primera bomba atómica (Proyecto Manhattan). Después de la guerra, Bethe pasó a ser un activista a favor del desarme.

Síntesis biográfica

Hans Bethe nació el 2 de julio de 1906 en Estrasburgo, Alsacia (entonces perteneciente a Alemania), dentro de una familia de académicos. En julio de 1928 se doctoró en Munich, en la disciplina de Física Teórica bajo la dirección de Arnold Sommerfeld, quien también había dirigido los doctorados de Wolfgang Pauli y Werner Heisenberg.

En 1933, con el advenimiento del régimen nazi, Bethe, de familia judía (él era cristiano como su padre), tuvo que dejar su trabajo como profesor auxiliar de la Universidad de Tubingen.

Bethe emigró a Inglaterra en octubre de ese año donde ocupó un puesto temporal como profesor en la Universidad de Manchester. En otoño de 1934 recibe una beca en la Universidad de Bristol. Tras pasar cerca de año y medio en Inglaterra, Hans se traslada a Estados Unidos en 1935 donde comienza a trabajar en la Universidad de Cornell en Ithaca (Nueva York). En el verano de 1937, asciende a profesor de dicha universidad, cargo que desempeñaría hasta su jubilación, con la excepción de los años sabáticos y su ausencia durante la Segunda Guerra Mundial.

Contribuciones a la ciencia

Ahí como estudiante de doctorado, en 1927, fue uno de los primeros en aplicar la nueva teoría de la mecánica cuántica para explicar el efecto de la difracción y la refracción de electrones en cristales (más tarde conocido como efecto Davisson). Entre [[1935] y 1938 trabajó en la teoría de las reacciones nucleares. Este trabajo fue publicado en tres artículos en Reviews of Modern Physics, que sirvieron durante muchos años como libro de texto para los físicos nucleares, y algunas veces conocidos como la "Biblia de Bethe".

En 1939, publicó "Energy Production in Stars", donde explicaba el descubrimiento de las reacciones nucleares que suministran la energía de las estrellas, o nucleosíntesis estelar. Por este descubrimiento, Hans Albrecht Bethe sería galardonado con el Premio Nobel de Física en 1967. Durante la Segunda Guerra Mundial fue el director la división teórica en el laboratorio secreto de Los Álamos participando en el desarrollo de la primera bomba atómica ( Proyecto Manhattan). Dirigió a un conjunto muy selecto de científicos que incluía a personas como Von Neumann o Richard Feynman.

Hay pocas dudas del papel decisivo que jugó Bethe en el éxito de los dificilísimos cálculos que implicaba la física de las reacciones nucleares. Su equipo trabajó en la fabricación de la masa crítica necesaria de Uranio 235 necesaria para producir una reacción nuclear de fisión capaz de producir la explosión de una bomba nuclear. Después de la guerra, Bethe pasó a ser un activista a favor del desarme y, en particular, del control nuclear, y también volvió a trabajar en física básica. Sus éxitos en la misma le granjearon el respeto de todo el mundo científico, llegando a ser presidente de la Sociedad Americana de Física, en 1954, y Premio Nobel de Física en 1967, por su trabajo acerca de cómo el Sol produce su energía.

Contribuciones a la física

En 1932 y 1947 cálculo con respecto al efecto Lamb combinando la relatividad y la mecánica cuántica.En 1938 encontró el mecanismo de las reacciones nucleares, conocido como el ciclo de Bethe o del carbono (ver nucleosíntesis estelar), que explica cómo las estrellas producen su energía. Bethe se dio cuenta de que para entender cómo se realiza la fusión de núcleos de hidrógeno en el interior del Sol es necesario considerar que el carbono actúa como catalizador.

Gracias a su longevidad (murió a los 99 años en 2005), Bethe pudo tener la satisfacción de asistir a una espectacular comprobación de sus ideas sobre la producción de energía por las estrellas, comprobación realizada en primeros años del siglo XXI gracias a la resolución del problema de los neutrinos procedentes del centro del Sol.

La confirmación del modelo de funcionamiento del interior del Sol y la conclusión de que el número de neutrinos producidos en el Sol resulta ser el que implican las reacciones nucleares que Bethe había calculado ya casi setenta años antes. Durante muchos años no se detectaban los neutrinos necesarios sino solo un tercio, lo que hizo incluso dudar del modelo solar. Pero la resolución en los últimos años de la cuestión de los neutrinos solares, gracias al detector conocido como SNO (Sudbury Neutrino Observatory) en Canadá, da validez al modelo. Los neutrinos se producen en la cantidad prevista pero en el viaje a la Tierra se producen oscilaciones de los neutrinos en tres tipos y sólo uno de ellos era detectado por los observatorios.

Proyecto Manhattan

Aunque al principio no quiso participar, cambió de idea al ver el primer reactor primitivo diseñado por Enrico Fermi. Estaba entusiasmado por contribuir a su desarrollo para no permitir que los nazis ganaran la guerra.

En 1943, estuvo trabajando como responsable de la división de física teórica en el Laboratorio Científico de Los Álamos, dentro del Proyecto Manhattan, invitado por su director, Robert Oppenheimer. Su equipo trabajó en la resolución de la masa crítica del Uranio-235 necesaria para sustentar la reacción de fisión que permitiría hacer explosionar la bomba atómica.

Trabajo por la Paz

Conferencia Magistral

Después de la contienda Bethe se convirtió en uno de los nueve hombres del Comité de Emergencia de Científicos atómicos, encabezado por Albert Einstein, que en 1946 lanzó una campaña para educar al gran público sobre la energía atómica.

Buscó vías para retrasar la carrera de las armas nucleares, ganando nueva influencia en Washington como miembro del Comité Asesor Científico del presidente, y se convirtió en un fuerte impulsor del pacto de control de armamento más fructífero alcanzado hasta entonces, el llamado Tratado de Prohibición de Pruebas Limitadas, que restringía las pruebas nucleares a las subterráneas.

Durante los ochenta y los noventa, Bethe hizo campaña a favor del uso pacífico de la energía nuclear. En 1995, escribió una carta haciendo un llamamiento a todos los científicos para que no trabajaran en el desarrollo de armas de destrucción masiva. En la carta se podía leer:

«Siento el alivio más intenso por el hecho de que estas armas no hayan sido utilizadas desde la Segunda Guerra Mundial, pero al mismo tiempo mezclado con el horror de que 10.000 de tales armas se hayan construido desde entonces(…). Por consiguiente, llamo a todos los científicos de todos los países para cesar y desistir de trabajar creando, desarrollando, mejorando y fabricando armas nucleares, y de la misma forma para otras armas de destrucción masiva tales como las armas químicas y biológicas.»

En 1992, Hans Bethe y Joseph Rotblat fueron galardonados con el premio Albert Einstein de la paz.

Muerte

Falleció en marzo de 2005 en Estados Unidos.

Legado histórico

Hans Bethe, poseedor de una mente privilegiada para la ciencia, se vio claramente influenciado por los acontecimientos que marcaron su vida. Dejar su trabajo, su hogar y todo lo que conllevó la llegada de Hitler al poder le "obligó" a participar en el Proyecto Manhattan, junto a una gran cantidad de eminencias científicas, puesto que se sabía que los nazis estaban trabajando en su propio programa nuclear.

Durante el desarrollo de la Bomba – H tuvo una postura aparentemente contradictoria. Bethe expresó que un proyecto como la bomba de hidrógeno no debería intentarse, si bien después de que el presidente Harry Truman anunció el inicio de tal proyecto, y con el estallido de la guerra de Corea, se alistó y jugó un importante papel en su desarrollo, aunque nunca pensó que el proyecto finalizara con éxito. Según cuenta el propio Bethe: «Personalmente, tengo la esperanza de que sea imposible crear la bomba de hidrógeno». En 1968 justificó su cambio de postura por el temor que le produjo el inicio de la guerra con Corea, y pensó que su experiencia vivida en Los Álamos podría ayudar a conseguir el desarme.

Hans vivió en sus propias carnes y en la de algunos de sus colegas lo peligroso que es que los científicos "jueguen" a políticos. Su contribución a la ciencia es innegable, y gracias a científicos como él disponemos hoy día de energía nuclear, algo muy positivo si sabemos cómo utilizarla, pues como todo, algo es bueno o malo según como se utilice.


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Fuentes