Joseph Bédier

Joseph Bediér
Información sobre la plantilla
Joseph Bediér.JPG
Fotografía de Joseph Bediér
NombreJoseph Bediér
Nacimiento1864
París, Bandera de Francia Francia
Fallecimiento29 de agosto de 1938
Grand Serre, Bandera de Francia Francia
Causa de la muerteCongestión cerebral.

Joseph Bediér. Es una autoridad francesa en literatura medieval. Fue un escritor y filólogo francés, profesor del Colegio de Francia y miembro de la Academia Francesa. Su reconstrucción, en francés moderno, del Romance de Tristán e Isolda (1900), lo llevó a la fama por su academicismo y belleza. Fue además un teórico respetado y sus teorías acerca del origen y evolución de la épica francesa no han sido aún revaluadas.

Fungió como docente en varias universidades. Tras la I Guerra Mundial, donde sirvió como traductor de alemán, la carrera de Bédier pasó de la investigación a la gestión académica, desempeñando cargos de gran importancia. Fue, por encima de todo, un prosista extraordinario.

Síntesis biográfica

Este escritor y filólogo francés nació en París, Francia en 1864, pero pasó toda su infancia y adolescencia en la tierra paterna, la isla de Bourbon.

Infancia y juventud

En 1883, con 19 años, ingresó en la École Normale en la que permaneció hasta su graduación.

Una vez superados sus estudios en la École Normale, su curiosidad juvenil y la veneración que sentía por la figura de Brunetière le llevaron a pensar que su carrera no se encontraba en la enseñanza secundaria sino en el mundo académico. Deseoso de aprender más cosas de las que la École Normale le había enseñado, se dedicó a asistir a las conferencias ofrecidas por la École des Hautes Etudes y el Collège de France donde conoció al que fue su maestro, Gaston Paris, quien siempre ejerció sobre él una gran influencia y al que siempre veneró. En su afable maestro encontró casi a un segundo padre que nunca tuvo con él ninguna palabra de reproche.

Una vez terminados sus estudios, la vida resultaba incierta para un romanista como él. Sin embargo, la recién inaugurada universidad católica de Friburgo se lanzó al reclutamiento de profesores jóvenes. Entre los pocos franceses contratados estaba Bédier. Terminada su etapa suiza, en la que se inicia su carrera investigadora, Bédier regresa a Francia en 1891 para ocupar una plaza en la Facultad de Letras de Caen. El cargo le permite, por fin, y para alivio de su futuro suegro, preocupado por los avatares económicos del joven romanista.

Contraer matrimonio con Eugénie Bizarelli. Recién casados, los nuevos esposos se dirigen directamente a Caen donde Bédier debe empezar a dar clases.

Su primera obra

Les Fabliaux, su gran tesis, fue la primera obra que le permitió hacerse un nombre en el terreno de la romanística. En esta obra destaca ya la que va a ser una de sus preocupaciones más constantes: el problema de los orígenes.

Movido por este afán, Bédier somete a todo el corpus de cuentos estudiados a un atento examen, los clasifica, los compara. Finalmente, llega a una conclusión sorprendente frente a las teorías comúnmente aceptadas: que la tradición es menos rica y variada de lo que se había creído hasta entonces y que los textos más antiguos poseen un fondo común de elementos, dispuestos en un orden constante, que podrían remontarse a un mismo origen. El año en que publica y lee sus tesis doctorales, Bédier empieza a trabajar en la École Normale como profesor suplente de literatura francesa. Ésta era una facultad de letras pequeña pero con una intensa actividad.

Sin embargo, la fama y el reconocimiento definitivos le llegan con la publicación del Roman de Tristan et Iseut (1900), una historia que, hasta aquel momento, era desconocida para el gran público francés.

Teoría de Bédier

La teoría propuesta por Bédier en Les legendes épiques supone uno de los descubrimientos más audaces en el mundo de las letras. Según ésta, los cantares de gesta que relatan las luchas de la época carolingia no son contemporáneos de los hechos que relatan sino que fueron escritos en el siglo XI. Esta teoría da al traste con la teoría popularista de Gaston Paris que defendía que los cantares de gesta son fruto de la compilación de las canciones lírico-épicas compuestas inmediatamente después de una batalla.

Según Bédier, los cantares de gesta nada deben a un pasado como éste sino que son obras compuestas por poetas conscientes de su arte. Así nace la teoría individualista y, con ella, la polémica a la que hay que añadir la causada por la publicación de su edición de Le Lai de l'Ombre (1913), que revolucionó el terreno de la edición crítica de textos, dando lugar a lo que hoy conocemos como 'bedierismo' cuya divisa máxima es la identificación, entre los diversos manuscritos conservados de una obra, del mejor testimonio que pasa a ser, en cierta forma, el 'codex optimus'. Las tesis bedieristas para la edición crítica de textos se enfrentan claramente a la teoría lachmanniana que triunfaba en ese mismo momento. La controversia que se suscitó fue enorme pero Bédier no se dejó llevar por la polémica y no respondió inmediatamente a las críticas, aunque no por falta de interés.

Al estallar la Guerra Mundial

Cuando en 1914 estalla la guerra, la situación cambia por completo. Su auditorio en el Collège de France se dispersa y las clases se suspenden. Bédier desea enrolarse pero su petición es denegada a causa de su edad y pasa al servicio de enfermería, por poco tiempo. Su visión de la guerra es la de un patriota convencido y optimista de la victoria, que observa, con ojos infantiles, el espectáculo.

Insatisfecho de su puesto como enfermero, decide buscar otra manera para servir a su país y pone a disposición del Estado Mayor sus conocimientos de alemán para servir al Ministerio de la Guerra. Allí le entregan los diarios de los soldados alemanes muertos que son la base de dos libritos claramente patrióticos: Les crimes allemands, d'après les témoignages allemands y Comment l’Allemagne essaye de justifier ses crimes.

Las obligaciones de Bédier con el Ministerio de la Guerra le mantuvieron alejado de la docencia hasta 1920, año en el que ingresa en la Académie française, sustituyendo a Edmond Rostand.

Llegada de la paz

Con la llegada de la paz, sus admiradores esperaban con expectación que dedicara sus esfuerzos a algún tema nuevo. Sin embargo, no fue así. Renunció a tratar sobre lírica y dejó la problemática de la influencia de la literatura latina a su amigo y compañero Edmond Faral.

Director del Collège de France

En 1929 es elegido director del Collège de France, tarea a la que se dedicó con su habitual sentido del deber a lo que hay que añadir el hecho de que su nombramiento coincidiera con un momento de total renovación de la institución.

Él, que siempre reconoció su dificultad para las matemáticas, se convirtió en un fino contable. Fue bajo su dirección que se creó un puesto de profesor de 'Poética' que ocupó Paul Valéry, a pesar de las diferencias intelectuales que existían entre ambos.

A partir de 1928, Bédier apenas escribe nada relevante. En 1936, con setenta y dos años, se retira y abandona con resignación, y con todos los honores, el centro al que había dedicado más de treinta años de su vida. Parecía que ahora tendría el tiempo y la salud suficiente para dedicarse a los proyectos abandonados, para reanudar las polémicas que había dejado, ocupado en otros quehaceres. Sólo un pequeño trastorno le obsesionaba: le habían prohibido fumar. Sin embargo, contra todo pronóstico, no llegó a tener el tiempo necesario para ello.

Muerte

Murió de repente en Grand Serre el 29 de agosto de 1938 a causa de una congestión cerebral.

Enlaces externos

Fuentes