Linfocitosis

Linfocitosis
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Concepto:Se denomina linfocitosis a la presencia de más de 5.000 linfocitos/mm3 en sangre periférica. .

Linfocitosis. Es el aumento de la proporción de linfocitos con respecto a los valores de referencia determinados por la fórmula leucocitaria; la proporción normal de linfocitos dentro de ésta varía entre el 20 al 40% del total de glóbulos blancos y por lo tanto, una proporción que supere el 40% del conteo de linfocitos en sangre, cuantificado en laboratorio de análisis clínico, determinaría una linfocitosis, y en contrapartida, cuando la cifra fuese inferior al 20% nos encontraríamos frente a una linfopenia. Estas pueden ser de dos tipos: relativas o absolutas. Las relativas son aquéllas en que hay más de 50% de linfocitos con cifras leucocitarias disminuidas, normales o poco aumentadas. Las linfocitosis absolutas corresponden a aquéllas en que en el hemograma hay más de 10 000 linfocitos mm3, con cifras leucocitarias aumentadas que pueden llegar a ser mayor de de 50 000 mm3.


Diagnóstico

El descubrimiento de una linfositosis sólo se puede llegar a diagnosticar con un análisis de sangre en laboratorio clínico, mediante la formulación de un hemograma completo que en la actualidad, muchos están totalmente automatizados. Se habla de linfocitosis, cuando la cifra absoluta de linfocitos es superior a 4,5 mil/mm³ pero a veces se usan valores de referencia más altos. En los niños, el valor citado de linfocitos es superior al de los adultos (bebés de un año de edad: 5-7 mil/mm³) diagnosticándose como tal sólo cuando el recuento sea superior a 9 mil/mm³.

Si aparece en el contexto de una neutropenia se denomina relativa: al disminuir el número de neutrófilos, parece que hay un aumento de los linfocitos. La causa más frecuente es la mononucleosis infecciosa que suele cursar además con fiebre alta, faringitis, hepatoesplenomegalia y adenopatías. En el hemograma aparece leucocitosis, que no es un hallazgo frecuente en las linfocitosis, excepción que también aparece en la tos ferina y los trastornos linfoproliferativos.

Clasificación

  • Linfocitosis policlonal: Es aquella producida, generalmente, en forma consecuente a un proceso inflamatorio y/o infeccioso.
  • Linfocitocis monoclonal: Generalmente reflejan una enfermedad proliferativa, en la cual el número de linfocitos esta aumentado a causa de un defecto intrínseco de la población linfoide.

Etiología

Síndromes mononucleares

Se caracterizan clínicamente por fiebre y linfocitos atípicos en sangre (deberían superar el 10 % del total linfocitario para considerarlos significativos). Las dos causas más frecuentes de mononucleosis son la infección por el virus de Epstein-Barr (VEB), detectándose con una prueba de anticuerpos heterófilos positiva, y por la infección por citomegalovirus (CMV) y otras que se suelen incluir como causantes de linfocitosis, siendo éstas la toxoplasmosis, por adenovirus, por VIH, brucelosis, rubéola, varicela, por virus herpes simple, hepatitis víricas, tuberculosis, por ricketsias o paludismo, todas las cuales darían un Monospot negativo, por lo cual habría que hacer un diagnóstico deferencial entre éstas, teniendo en cuenta también los falsos negativos que pudieren producirse con la Mononucleosis infecciosa.

Leucemia linfática crónica

Es la causa más frecuente de linfocitosis con un recuento de más de 10 mil/mm³. Es el tipo más frecuente de leucemia en el adulto anciano, con mayor incidencia en el hombre que en la mujer. Se manifiesta con una proliferación clonal de linfocitos B, de aspecto maduro. Los signos y síntomas más frecuentes son la presencia de adenopatías generalizadas, astenia y pérdida de peso. No es infrecuente una historia previa de infecciones recurrentes, causadas por la inmunodepresión que suelen presentar estos enfermos.

Tratamiento

Una vez determinado el hemograma que denotara una posible leucocitosis, hacer repetir la prueba para estar seguro de que no hubo un error en la toma de muestras o en el proceso cuantificador. Diferenciar si la linfocitosis es debido a un trastorno benigno consecuente a una infección, generalmente vírica, o de un proceso maligno, para lo cual es importante realizar un frotis de sangre periférica para ver morfologías y tamaños de los glóbulos blancos, pudiéndose observar linfocitos atípicos o los activados en los síndromes mononucleares y otras infecciones víricas, o aquellos que presentaran formas características de determinados linfomas y otros síndromes linfoproliferativos, o la presencia de formas inmaduras, comunes en la leucemia linfoide aguda. Podemos complementar haciendo una completa exploración buscando sintomatología de linfoadenomegalias, esplenomegalia y hepatomegalia. También son útiles las pruebas de imagen que permitan sospechar etiología infecciosa o tumoral como radiografía de tórax y la ecografía abdominal. Si las sospechas se inclinaran hacia un diagnóstico presuntivo de infección se procedería a hacer pruebas serológicas específicas para detección de virus de la hepatititis, VIH, VEB o CMV. Si las adenopatías persistieran más de ocho semanas es recomendable hacer una biopsia de los ganglios afectados.

Fuentes