Movimiento 26 de Julio en Unión de Reyes

Movimiento 26 de Julio en Unión de Reyes
Información sobre la plantilla
Fecha:1955- 1958
Lugar:Unión de Reyes, Matanzas, Bandera de Cuba Cuba
Descripción:
Organización clandestina del Movimiento 26 de Julio en Unión de Reyes, Matanzas, Cuba
País(es) involucrado(s)
Bandera de Cuba Cuba


Movimiento 26 de Julio en Unión de Reyes. El Movimiento 26 de Julio se formó luego de la salida de prisión de los asaltantes al Cuartel Moncada en Mayo de 1955. Su objetivo era poner fin a la dictadura de Fulgencio Batista. Muy pronto la organización clandestina se extendió por todo el país. Se creó una dirección nacional y en cada una de las provincias en que estaba estructurado el territorio nacional cubano se crearon las direcciones a dicho nivel. Este movimiento se convirtió en la guía de los cubanos en la lucha contra la dictadura, en él participaron destacados revolucionarios, muchos de los cuales cayeron en combate.

Su nombre proviene del asalto al Cuartel Moncada en Santiago de Cuba el 26 de julio de 1953. El M-26-7 fue creado en Cuba el 12 de junio de 1955 en la clandestinidad, durante la dictadura de Fulgencio Batista (1952-1958).

El asalto al Cuartel Moncada en el municipio Unión de Reyes tuvo un gran ímpetu entre la población, así como en los miembros del Partido Ortodoxo y Socialista Popular los sucesos resultantes del Moncada, fueron seguidos por todos los que de una forma u otra simpatizaban con la causa revolucionaria y comprendían la necesidad de un cambio radical.

El apoyo de los unionenses

Los sucesos del 1955- 1958 recibieron a afianzar la esperanza de un cambio verdadero y cercano, La lucha abierta contra la dictadura se hizo más conciente y más resulta en la zona y la figura política de Fidel Castro Ruz se convirtió en el símbolo de la dignidad, el coraje de las masas y más que eso, en esperanzas de constantes verdaderas y de victorias populares futuras.

La Juventud Ortodoxa de este territorio exteriorizó en respaldo espontáneo y total a los asaltantes de los cuarteles de Oriente, en las primeras horas que siguieron al acontecimiento. Pese al efectivo estado impuesto por la soldadesca en las detenciones de comunistas u ortodoxos de las expulsiones arbitrarias del lugar, puestas en ejecución por las autoridades, las revolucionarias y la población no disimulaban su simpatía por los supervivientes del ataque y su pena por los combatientes muertos en el intento.

El juicio contra Fidel y el profundo alegato político en que se convirtió su autodefensa colaron muy hondo en los sentimientos del pueblo y radicalizaron las posiciones revolucionarias en este territorio.

Pasados unos días el partido organizó un trabajo político que consistía en la realización de visitas a los legisladores matanceros y a otras personalidades, con el propósito de lograr de ellos que formularan declaraciones solicitando respeto para la vida de Fidel y los demás supervivientes del Moncada y el Cuartel de Bayamo.

En los meses siguientes el pueblo estuvo pendiente de la suerte de los atacantes que habían pedido el juicio y la sanción, de los condenados, sobre los cuales pendían amenazas de muerte en las madrigueras de los torturadores del régimen.

Primeros contactos

A mediados de 1955 se inician los primeros contactos a fin de estructurar las cédulas de 26 de julio en la zona sur de la provincia, el compañero Aldo Santamaría que fungía como responsable provincial mantuvo contactos con el compañero Virgilio Mondejo Dumigrón ( Puchín) para tales fines:

En los primeros días que siguieron ( Mayo de 1955) a la liberación de los presos por los sucesos del Cuartel Moncada, Juan Ávila Acosta, visitaba a Fidel en una vivienda en el Vedado en el segundo piso de un edificio en compañía de su hermana Flavia Ávila y Emilio Rodríguez todos del poblado Juan Gualberto Gómez, en esta ocasión en compañía de Fidel se encontraba Antonio “Ñico” López, Gustavo Ameijeiras y Ángel Ameijeiras, el segundo había sido el intermediario para propiciar el encuentro, Armando Hart en el que Fidel orientó que se organizara toda la juventud ortodoxa.

Posteriormente llega a Unión de Reyes, procedente de La Habana, el joven Israel Cabrera Rodríguez, de filiación Ortodoxa y vinculado al M-26-7, quién se establece como profesor en la Academia Mimo situada en la Calle Álvaro Reynoso e/n Gómez y Antonio Maceo en las cuales se impartía los niveles de secretariado y Bachillerato. En ese lugar fue visitado por Antonio “Ñico” López y Armando Hart y unido a las numerosas actividades propias de la enseñanza que realizaba en ese plantel, desarrolló las tareas revolucionarias fundamentalmente de la organización y propaganda. La persecución de los esbirros al mando del Teniente Lacallo, obligan a que tenga que marcharse de nuevo a la capital de la República donde continuó la lucha clandestina hasta que marchó a México, para volver en la Expedición del Granma y con combatientes en la Sierra Maestra, el 5 de diciembre de 1956 .

El 21 de mayo de 1955 se presenta en el municipio Antonio López ( Ñico ), Machaco Ameijeiras, Juan Ávila y Ricardo Parejas, con el objetivo de dejar constituido el Movimiento en la zona. A tales efectos los revolucionarios realizaron una reunión en la calle General García s/n en Alacranes de la cuál salieron acuerdos importantes entre los cuales se puede señalar:

  • El compañero Juan Ávila sería el responsable del movimiento en toda la zona.
  • EL compañero Virgilio Montejo fungía como responsable del Movimiento en Unión de Reyes.

En esta reunión participaban además como cuadros dirigentes Juan Fajardo, Francisco González (Fallecido) y Armando Landrian . En dichas reuniones para la construcción de la primera célula del M-26-7 participaban además en representación de la dirección superior: Gustavo Ameijeiras, Ricardo Parejas, Ñico López y Aldo Santamaría.

Junto a la actividad del M-26-7, marchó la lucha del Partido Socialista Popular. En este sentido se destacó el trabajo del grupo de Unión de Reyes integrado por Domingo Rivero, Pastor Gutiérrez, Raúl Díaz y Alfonso Menéndez, quienes efectuaban los contactos en la bodega 1ro. De Mayo propiedad de Pastor Gutiérrez.

En Marzo de 1952 el Partido Socialista Popular contaba con cinco comités socialistas en el territorio: uno en Juan Gualberto Gómez, uno en el Central Santo Domingo (hoy Juan Ávila Acosta), otro en Unión de Reyes, en el Central Conchita (hoy Central Puerto Rico Libre) y otro en Alacranes. El comité de Unión de Reyes en ciertas circunstancias fungía como una dirección regional.

De igual forma se destacaron en la lucha un grupo de militantes del Partido Revolucionario Cubano (Auténtico) de los cuales algunos estuvieron directamente al M-26-7.

Hechos sobresalientes de la lucha

El rechazo popular a la dictadura y la organización de las células del 26 de julio dieron lugar al desarrollo de la lucha de forma acelerada desde los meses finales de 1955 hasta el triunfo de la revolución. Fueron años de duro fregor, persecuciones y torturas donde había que enfrentarse a un cuerpo militar represivo bien organizado.

El grupo M-26-7 en Unión de Reyes fue uno de los más activos, realizaban sus contactos en el café La reguladora que pronto se convirtió en el centro de actividades revolucionarias; en ocasiones estos contactos se realizaban en la bodega propiedad de Pastor Gutiérrez militante del Partido Socialista Popular.

Las armas que se recolectaban eran en su mayoría pistolas de poco calibre, municiones, granadas que fueron suministradas por Kino Torres, así como Winchester, las que fueron guardadas en la casa de Aída Miranda Martell y posteriormente trasladas al Cine Unión con el propósito de utilizarlas en la Huelga del 9 de abril.

El frente de acción y sabotaje estaba representado por José A. Miranda Martell que era el encargado de coordinar las operaciones que se realizaban. Para el traslado de las armas se utilizaban en todos los casos automóviles particulares de los miembros del movimiento.

Dentro de las actividades que realizaban, tenia la propaganda un papel importante, pues era el medio para dar a conocer la verdad de la lucha en la Sierra Maestra, brindar las orientaciones oportunas a la población y crear un nivel de conciencia en el seno de la sociedad acerca de la ignominia y las deserciones que realizaba la dictadura contra las capas más humildes del pueblo.

La propaganda se guardaba en Alacranes en el garaje Libertad, la quincalla La nueva, café Polar y en casas de miembros del M-26-7. En Unión de Reyes se utilizaba para este fin la fonda de Vizcaíno y la casa de Haydee Alfonso (fallecida). El grupo de San Antonio de Cabezas y Bermejas utilizaban un mecanógrafo ubicado en el poblado de Nueva Paz para tirar propagandas que después eran distribuidas en toda la zona sur de la provincia.

A partir de la organización de las destituidas células del Movimiento, las acciones revolucionarias se intensificaron en todo el territorio y se logró una mayor cohesión entre todos los factores que intervinieron en esta lucha.

Se había divulgado ampliamente el documento La historia me absolverá en cuya distribución participaron activamente Virgilio Montejo, Juan Fajardo, Francisco González Vega, Armando Landrian y otros.

Se comenzó a recibir los tomos del 26 de Julio traídos al municipio por Norberto Nurquéz que los recibía en Matanzas, de parte del padre de Israel Tápanez, asaltante del Moncada (fallecido), se multiplicó las venta de los mismos, desplegándose un intenso trabajo por las mujeres vinculadas en la organización en la confección de banderas y otro tipo de propaganda.

Batalla por el diferencial azucarero

En la batalla por el Diferencial azucarero en 1955, se registró un alto nivel de combate y una gran participación popular. En el sector de la juventud había prendido una decidida inclinación por todo lo que fuera aporte a la lucha.

La persecución se incrementaba en todo el país. Las acciones gubernamentales abarcaban todo el territorio, luego de conocerse los éxitos de las guerrillas en la Sierra Maestra.

Por eso era preciso aguzar la imaginación para burlar al enemigo. La propaganda y los explosivos se los podía encontrar, algunas veces, en un montículo de hierba, en la raíz de una Palma, debajo de una Alcantarilla cercana al poblado de Sabanilla de Encomendador (Juan Gualberto Gómez). En otras ocasiones la propaganda, explosivos o informes, procedían del propio domicilio de Juan Ávila Acosta o de la vivienda de Luciano Mandiarote.

En aquellos días se colocaron algunas banderas del 26 en Alacranes y sus contornos. La tela para confeccionarlas la propiciaba Edelberto Castillo, que trabajaba en una tienda de ropa. También se hizo en aquellos momentos un trabajo sistemático de agitación al pintarse fachadas, cercas y paredes de los comercios del poblado. Actuaba como jefe del Movimiento realmente, Humberto Acosta Torres.

En abril de 1956 habían sido detenidos por la guardia rural Armando Landrian , Julio Ceballos Quintana e Inocente Aguirre Betancourt (fallecido) y conducidos al cuartel donde fueron golpeados y vejados por los esbirros a las ordenes de Castillo, Fornaris, acusados de poner propagandas de subversión y quemar caña.

Por esos días fueron quemados varios millones de arrobas de caña. Esta acción se debió a un trabajo coordinado de varios revolucionarios que pertenecían a diversas organizaciones del punteo. Para la realización de esta acción se distribuyeron de la siguiente forma: Gerardo Barrachina y Elio Casodo se encargaron de operar en la carretera que conduce de Unión a Bolondrón, Miguel A . López Y Roberto Castro lo harían en la zona de Alacranes, Carlos León Y Julio Cevallos en al zona de Unión en la acción participaron también Francisco Serice, Feliz Álvarez, Diego Álvarez, Carlos Hernández y otros.

En el poblado de Cidra la bodega de Antonio Medina Gómez, se utilizó como centro de recepción de la información, lugar de contactos y reuniones. Al establecimiento mencionado concurrían Claudio González, Crescencio Alfonso Sosa, Mario Martínez Fernández, Francisco Martínez Molina y Francisco Jiménez, que eran activos colaboradores. En alguna ocasión en dicho lugar se recibían paquetes de bonos dirigidos a Carlos Victor.

Ataque al Cuartel Goicuría

El 29 de abril de 1956, seguros de que la única forma de lucha que conduciría al triunfo revolucionario era la lucha armada, los jóvenes revolucionarios Reynold García García y Mario Vázquez concibieron el plan para el Asalto al Cuartel Goicuría, centro de crimen y torturas del asesino Pilar García.

Se dieron a la tarea de reclutar hombres y poco a poco se fue conformando el grupo de combatientes, jóvenes en su mayoría entre los cuales estuvo presente la activa participación del territorio.

Se incorporan a esta acción los compañeros Emilio S. Fuentes y Rubén Hernández, el primero de ellos caído en la acción. Rubén Hernández integró el grupo responsabilizado de preparar la acción, participa en la operación logrando escapar, siendo perseguido por los esbirros, se asila en la embajada de Haití y exactamente 3 meses después el 29 de octubre es masacrado por los hombres del jefe de la policía, Salas Cañizares.

Emilio no vaciló cuando se le presentó la oportunidad de formar parte del destacamento que dirigido por Reynold García se aprestaría a atacar el Cuartel Goicuría. Transcurridos los hechos, Emilio pudo escapar y se dirigió a Ceiba Mocha donde fue detenido. Mas tarde resultaría víctima de los asesinos que siguiendo el mandato de Pilar García no estaban en disposición de mantener prisioneros. Sin embargo es expedido por el Doctor René González Hernández un certificado de defunción en cual se expresa:

Emilio Hilario S. Fuentes falleció en la explanada del cuartel Goicuria a las 12:40 pm del día 29 de abril de 1956 a consecuencia de hemorragia.

Lo anterior pone de manifiesto el engaño y la falsedad en la información que el gobierno de la época daba a la población sobre los hechos acontecidos.

En agosto de 1956 José M. Miranda que entonces militaba en el M-26-7 cortó la corriente de alto voltaje al tirar una cadena que previamente había sustraído del cementerio local. El hecho tuvo lugar en los linderos de la finca Majagua en el poblado de Unión de Reyes.

Finales de 1956-1957

A fines de 1956 se había distribuido en cierta cantidad el manifiesto número 1 de Fidel Castro Ruz; se vendió al precio de 10 centavos para acopiar fondos destinados a la lucha. Este documento había sido fundamental e inapreciable para forjar la conciencia de combate en los primeros tiempos de dudas u confusión. La policía encontró uno de estos ejemplares a mediados de 1957 y comenzó a buscar tenazmente a los supuestos distribuidores. En octubre de 1957 fueron incendiados varios cañaverales junto a la carretera del antiguo central Conchita. Se utilizó a esos efectos, fósforo vivo; igual tarea se llevó a cabo en cañaverales de la carretera AlacranesUnión de Reyes y Alacranes – Estante .

El 4 de septiembre de 1957 Jesús Hernández, vecino y trabajador de El Laberinto, compañía de Miranda, cortó un poste de luz en esa finca; días después cortó los hilos del teléfono en la finca Majagua; eso interrumpió por varias horas las comunicaciones con el antiguo municipio de Sabanilla y con otros lugares.

Al producirse varios incendios en distintos cañaverales del Laberinto, la guardia rural se personó en dicha finca cuando se desarrollaban las labores del día. Con amenazas y ofensas advirtió a los trabajadores presentes por boca de un oficial, que si las candelas continuaban aparecerían ahorcados en esos lugares muy pronto.

Así mismo en este año, semanas después de este hecho, fue desplegada una enorme bandera del Movimiento 26 de julio en los altos del edificio La Lucha aglomerándose por este motivo un gran público que contemplo por un buen tiempo la enseña de la rebeldía del pueblo. Posteriormente llegó un carro del ejército e inmediatamente la retiraron los guardias. Previamente en esta acción se había coordinado un apagón en el poblado.

En las semanas siguientes fue colocada una bandera frente al local del cine, otra en el parque y una en la azotea de la sociedad La Unión, acción llevada a cabo el 7 de septiembre de [1957]] por Carlos Hernádez Ramos quien las había recibido de manos de Arturo Castro y Norberto Nurquéz.

Estas banderas se confeccionaron en la vivienda de la familia Rodríguez y además formaron parte del grupo Jesús Galbán, Reynaldo Prado, Roberto Villalobo y otros.

Sabotajes ocurridos en Juan Gualberto Gómez

El primer sabotaje en el poblado de Juan Gualberto Gómez el 29 de junio de 1957, fue realizado en las fiestas ofrecidas a la señora [Julia del Puerto, una maestra del lugar, esposa de un comerciante que residía frente al parque de la localidad. Las principales autoridades del pueblo entre la concurrencia. Esta acción fue realizada por Juan Ávila, José Ávila y Flavio Ávila, José Domínguez, Luciano Mandiarote y Venerando García. La misma consistió en cortar un poste del alumbrado, que como se esperaba interrumpió el servicio eléctrico. Lo cual hizo que se terminara precipitadamente la mencionada fiesta. De inmediato los guardias y la policía se desplegaron hacía todos los puntos y rincones, en busca de los autores, pero no pudieron detener a nadie.

Quince días más tarde fueron cortados los postes en la finca Macutivo. Un grupo de compañeros cortó la línea del teléfono en las inmediaciones del Río Canímar; también a la salida del poblado desclavaron los rieles del ferrocarril.

Una de estas células se dio a la tarea de fabricar cócteles Molotov, los cuales en gran número, ocultaban cerca de la vivienda de la familia Ávila Acosta. Los compañeros del lugar pudieron contar, para fabricar artefactos explosivos con la ayuda de un compañero práctico en estas cuestiones, que les proporcionó Armando Húau, después de una conversación con Emilio Rodríguez.

En el mes de abril de 1957 la vivienda de los Ávila Acosta fue cercada por el ejército; comandaba el grupo el teniente Rodríguez Lacalle. Pudieron evadirse los hermanos Ávila, Luciano Mandiarote y Emilio Rodríguez, porque el soldado Miguel Padrón al verlos huir se hizo el desentendido. Los revolucionarios se desplazaron rápidamente hacia un cañaveral cercano. Juan Ávila se encontraba en Matanzas, por lo cual no tuvo dificultades. Mas tarde su hermano José le avisó que no debía regresar a su hogar porque estaba siendo vigilado.

En esos días a Eddio Tejeiro, le fue entregada una cantidad de propaganda revolucionaria, la que trasladó utilizando un caballo a la finca “Cuatro Caminos” ubicada entre Juan Gualberto Gómez y Unión de Reyes. Allí fueron a recogerla en los días inmediatos Víctor Madruga y Humberto Acosta, integrantes del Movimiento en el poblado de Alacranes. También Ángel Soca lograba la fabricación de niples en los talleres Pret (hoy 1 de mayo); los mismos estaban destinados a los luchadores del 26 de julio en Juan Gualberto Gómez.

Posteriormente Eddio Teijeiro trajo orientaciones de realizar un sabotaje. Dicha acción fue encomendada a Emilio Rodríguez y Prudencio Vega, los cuales usando cócteles Molotov, quemaron el chucho y la romana del Batey Echevarria. Por estos hechos estuvieron detenidos Tomás Peña y Emilio Rodríguez durante 4 días, al no poder las autoridades comprobar la participación de dichos compañeros en los hechos, fueron puestos en libertad.

Emilio Rodríguez (Emilín) recibió de parte de Eddio Teijeiro, clorato y Azufre con cuyos elementos fabricó un explosivo que entregó posteriormente a “Quino” Torres, quien la hizo explotar en la ciudad de Matanzas. Esto sucedía en el mes de octubre de 1957.

En Noviembre de ese mismo año Emilio Rodríguez, se vio obligado a salir de Sabanilla (Hoy Juan G. Gómez) porque era seguido de cerca por los guardias del lugar, marchó a La Habana y se albergó con Juan Ávila, que vivía clandestino en la calle Campanario. Con la ayuda de varios compañeros pudo llegar al Escambray; esa determinación estaba autorizada por el Movimiento.

Eddio Tejeiro se había convertido en un enemigo temido por los cuerpos represivos de la tiranía y perseguido tenazmente, siendo localizado por los batistianos, detenido y emitido al regimiento de Matanzas, donde fue asesinado el 17 de noviembre de ese mismo año.

Por esa misma fecha fue atacada con cócteles Molotov, la vivienda del alcalde José Rodríguez; así mismo lo fue en la estación de ferrocarril del poblado. Se realizó también otro sabotaje que consistió en amarrar un cable fuerte de un poste a otro, dejando la vía férrea en el centro, con el propósito de que el primer tren que pasara echara abajo ambos postes.

Pocos días después los compañeros de acción y sabotaje hicieron explotar un petardo en el portal de la Sociedad El Liceo, donde indiferentes a la tragedia que vivía el país, se divertían elementos acomodados y beneficiados del régimen en dicho municipio. Otro grupo de combatientes provocó varios incendios de caña en las fincas cercanas, incluyendo las de la propiedad de los Ávila.

En diciembre y enero luchadores pertenecientes a la célula de Sabanilla, igualmente pusieron cabillas en las carretas cargadas de caña que quedaban sin pesar en los chuchos y los cañaverales. Como consecuencia de estas actividades fue detenido José Ávila y Bonifacio Acosta, a los cuales vejaron y al liberarlos por falta de pruebas, les prohibieron regresar a sus hogares por dos años. También fue expulsado Rogelio González; Prudencio Vega y Juan Perdomo fueron amenazados y expulsados de su poblado natal, incorporándose Prudencio al Ejército Rebelde en la zona del Escambray.

Otros sabotajes ocurridos en el territorio

En octubre de 1957 un grupo de militantes provocó varias interrupciones del servicio eléctrico; fueron regadas Algayatas en las carreteras de Bermejas y en la que conduce a Unión. Se hicieron sabotajes contra las fiestas tradicionales, con el pretexto de los cuales los secuaces del régimen pretendían ignorar el trágico drama que vivía el país bajo la dictadura batistiana. Contra esos intentos se colocaron bombas caseras en sitios estratégicos del poblado, pero no llegaron a estallar por defectos de fabricación, por inexperiencias.

En junio de 1957, en ocasión de la muerte de Josué País, fue detenido Pedro G. Vega. Había aparecido colgada en una de las principales calles una bandera del 26; en noviembre de ese año es arrestado Aurelio Pérez Popón cuando se encontraba en funciones de recoger una suma de dinero que debía entregar a un enviado de Eddio Tejeiro.

El 3 de noviembre después de detener a Bemero González, los ocupantes de un automóvil sorprenden a Popón; uno le pregunta con cuantos hombres contaba para pelear; el interrogado no se percata, cree que se trata de una broma de amigos. Tenía delante a Fernández Sacre y varios de sus secuaces. Cuando dicho compañero es brutalmente empujado al interior del vehículo, se encuentra, en el asiento trasero a Eddio Tejeiro esposado y golpeado. Luego de este hecho, que era parte de un gran operativo policiaco, algunos militantes del lugar se trasladaron precipitadamente hacia la provincia de La Habana.

En noviembre el Servicio de Inteligencia Militar (SIM) llevó a cabo un recorrido en la zona de Alacranes, procediendo a la detención de un grupo de vinculado al Movimiento 26 de julio. Entre ellos se encontraba Julio Santana, Armando Vargas, Antonio González Macías. En esta ocasión fueron detenidos también los militantes de Bermejas y San Antonio de Cabezas: Luis Hernández Pacheco y Aurelio Pérez.

En el mismo año fue arrestado en dos ocasiones Julio Santana. Estaba acusado de realizar actividades contra el orden establecido. Bajo dicha acusación estuvo encarcelado en la ciudad de Matanzas durante 96 días, siendo maltratado por los esbirros.

Algunos de los viajes de los militantes del 26 para el acarreo de la prensa clandestina y otros materiales con fines revolucionarios, se efectuaron desde finales de 1956 utilizando el automóvil del compañero Eulalio D. Morejón Machito; con alguna frecuencia se utilizaba un transporte propiedad de Gonzalo Marrero. Ibrahín Castillo, que trabajaba en uno de los garajes del poblado le facilitaba la Gasolina a Marrero.

Al comenzar la zafra de 1957-1958 en Bermejas, se produjeron varios incendios de caña en la finca Zavala, donde también fue quemada una nave de aperos agrícolas. Además intentaron prender fuego a una bodega, pero se frustró la acción porque los propietarios se dieron cuenta de lo que estaba sucediendo. En esta actividad se vieron enrolados Luis Hernández Pacheco y otros militantes del lugar.

En ese mismo año en ocasión del asesinato de Frank País el movimiento revolucionario llamó a una huelga general que fue secundada en este territorio por los trabajadores del central Santo Domingo (hoy Juan Ávila) lo que motivo que las fuerzas del régimen ocuparan el ingenio para frustrar los propósitos y preparativos de la misma.

Por estos días fue arrestado y conducido al castillo de El príncipe el compañero Baldomero Morejón (Bejuco); pocos días después resuelto liberado, sin que lo presentaran a los tribunales, pero bajo el compromiso de ausentarse de Alacranes por tiempo indefinido. Los compañeros del movimiento de ese poblado disponían de condiciones para esconder en La Habana, a los militantes que necesitaban de esa emergencia.

Durante los años 1957 y 1958 se generalizo el hecho de aparecer banderas del 26 en los lugares que menos se imaginaban los sicanos del régimen, así apareció una en un solar yermo de Alacranes, la que fue confeccionada por la ciudadana Dora Marrero. En ocasión de tener que hacer contactos con los compañeros de la lucha insurreccional en Oriente, el compañero Virgilio Montejo (Puchin) se traslada a la zona de Campechuela a través del joven unionense Arnaldo Hernández Benítez (fallecido) que en esa fecha laboraba en el central San Ramón, logra contactos con el capitán Miranda y con las tropas rebeldes que operaban en esa zona. Esta se efectuó en el Hotel Álvarez con la finalidad de coordinar las acciones entre la insurrección armada y la lucha clandestina en este territorio .

Transcurso del año 1958

En el transcurso del año 1958 Juan Ávila fue perseguido tenazmente y estrechamente vigilada su vivienda, por lo que se vio obligado a trasladarse a la Habana donde se incorporó a una brigada de acción. Sorprendido y arrestado por los esbirros de la tiranía en la casa situada en la calle sol 310 (Habana Vieja) es mandado a Matanzas y sometido a todo tipo de torturas y golpizas, siendo asesinado el 5 de abril de ese año y arrojado su cadáver junto a la carretera central.

Con vista a la Huelga del 9 de abril de 1958 se había ideado un plan de sabotaje por la célula de Virgilio Montejo. Se acopiaron armas, algunas compradas, otras obtenidas de diferentes formas. Las mismas les fueron entregadas a un compañero para depositarlas en el cine del poblado. Cuando fueron a buscarlas en la víspera de la huelga, no pudieron encontrarlas.

En los días previos a la huelga del 9 de abril, los compañeros del movimiento de Cabezas, desplegaron un activo trabajo. Habían recibido orientaciones precisas del coordinador provincial de Matanzas. Se provocaron incendios de caña, interrupciones del servicio eléctrico; en estas acciones se destacaron el compañero Juan Mesa y un grupo del 26 a sus órdenes.

El militante del M-26-7 y dirigente obrero, hijo de Cidra, José Antonio Pérez Vidal, había participado activamente en la preparación de la huelga general del 9 de abril de 1958. En plena acción revolucionaria fue sorprendido por los esbirros al mando de Juan Salas Cañizares y asesinado en la memorable ocasión.

Por otra parte el grupo de Cabezas logró el 13 de junio de 1958 situar una bandera en lo alto de la torre de la iglesia, lo cual fue objeto de admiración para toda la población por lo difícil de la acción. Los letreros del 26 aparecieron por todos los poblados del municipio, acontecimiento que llenó de indignación al ejército de Batista, comenzando una persecución contra el M-26-7.

Otra actividad destacada fue el corte del tendido eléctrico, por lo que sé hacia en la mayoría de los casos tirándole cadena al alumbrado, acto que era extremadamente peligroso. Como hechos significativos de sabotaje el riegue de puntillas en las carreteras, fundamentalmente entre Matanzas y Unión. Esta actividad estaba vinculada al movimiento de tropas del régimen tiránico.

A mediado de 1958 miembros del movimiento pusieron consignas contra la tiranía en las paredes recién pintadas del ayuntamiento del poblado; igualmente lo hicieron en los domicilios del alcalde y del teniente jefe de la policía local.

El 31 de julio de 1958 se puso una bandera del 26 de julio en una casa de juego, la misma se encontraba ubicada en la calle San Francisco. Su propietario era un connotado batistiano. La actividad se realizó en la oportunidad de un apagón programado. Víctor Manuel Madruga, Encarnación Hernández, Francisco Lacalle, Armando Vega y Rafael Hervis, habían planeado con anterioridad, esta acción.

Al producirse la falsa electoral llevada a cabo por Batista en noviembre de 1958, el M-26-7 edita una proclama bajo el titulo “la tiranía derrotada el 3 de noviembre”. Esta proclama llega a Unión de Reyes y distribuida en los centros de trabajo y estudio.

Los compañeros de Cidra por la fecha, hicieron una importante labor en la recogida de abastecimientos y recursos para los grupos de alzados. Estos productos incluyendo medicinas y dinero, eran llevados a una pollería que existía en Matanzas, cuyo propietario se nombraba Julio Marrero. Todo esto sin abandonar las tareas orientadas en cuanto al reclutamiento de luchadores, la distribución de propagandas y el sabotaje al transporte y la economía del régimen.

En el mes de ctubre de 1958 hizo su aparición en Bermejas, Eufemio Álvarez Guevara, quien estaba vinculado al Directorio Revolucionario y procedía de la Habana, aunque era natural de Placetas. Su primer contacto lo hizo en la finca “Rodríguez” o “La Esperanza”, propiedad de la familia Zamora. Allí se identificó como revolucionario y dijo buscar un lugar apropiado para abrir un frente guerrillero. Él estaba informado de la posición antibatistiana y resuelta de dicha familia. Posteriormente valoró el lugar acompañado de Mario Gómez “Mayito” y en conversación con Flores y Orestes Zamora, determinaron utilizar en sus propósitos la cueva que existe en las inmediaciones de la mencionada propiedad. Ya en esos instantes se había integrado al grupo Ovidio Molina, Gilberto Álvarez, Hilda Samper, un hombre conocido por el Oriental, y un tal Vega ( Israel Cruz) y Esteban Hernández, los que luego de una entrevista con Guevara, salieron a reclutar hombres para la guerrilla en proyecto. Días después Guevara, Mario Gómez visitaron después el poblado de Bermejas, para requisar armas.

El resultado de esta operación fue la encantación de una escopeta y algunos cartuchos para la misma. Luego le recogieron la escopeta a un mayoral nombrado Anastasio Alonso, en la finca “Segundo”. En una ferretería de Alacranes propiedad de Américo Fuméro, Flores Zamora adquirió una cantidad de cartuchos adicionales para esas armas.

En el mes de noviembre el grupo se dispuso a realizar un acto de propaganda en la zona urbana de Bermejas. Pasados los primeros días del mes de diciembre, Eufemio Salvares, Mario Gómez, Flores Zamora y el compañero de apellido Vega, hicieron durante la madrugada varios disparos, mientras proferían gritos contra la tiranía, en la calle principal del pueblo. Cuidando el campamento en la cueva habían quedado los otros compañeros incorporados. Esta acción la emprendió Eufemio después de haber hecho visitas y otras gestiones con algunas personas conocidas como opocionistas en Bermejas y Alacranes, a los efectos de lograr nuevas incorporaciones al grupo de alzados. Aquello no tuvo resultado alguno.

Es de suponer como razones válidas, el hecho de que él no era conocido en el territorio; incluso algunos revolucionarios de los alrededores llegaron a sospechar que se trataba de una trampa del ejército de Batista para descubrir a sus enemigos. Tampoco logró éxito una gestión de Guevara en La Habana, de donde esperaba recibir 20 hombres y armas para sus fuerzas. Tal intento lo hizo a través de la compañera Hilda Samper, que él había utilizado varias veces como mensajera del grupo. Toda esta actividad dio lugar a que llegaran rumores de la misma a las autoridades, que se mantuvieron expectantes un tiempo, porque pensaban que se trataba de una fuerza insurrecta importante militarmente, desde el punto de vista de los efectivos que la integraban. Pero un día un chivato informó en detalle la verdadera situación de los alzados y su probable ubicación; los esbirros se envalentonaron.

El día 12 de diciembre una tropa de más de 50 hombres que se encontraba emboscada a un kilómetro del refugio de los revolucionarios, los atacó. Eufemio, Flores y Orestes Zamora habían abandonado la cueva a las cinco de la madrugada con un rumbo a la finca “El Rincón”; su propósito era entregar a Hilda Samper un informe para una dirección en La Habana. Al regreso de dicha gestión fueron acometidos. A Orestes que marchaba de primero, a medio cordel de los otros, lo dejaron pasar; luego los guardias abrieron fuego contra Flores y Eufemio. Orestes se dirigió precipitadamente a la cueva donde se encontraban Mario Gómez, Gilberto Álvarez y Vega; les informó que Eufemio y Flores habían sido abatidos por el ejército. Ellos le respondieron que estaban obligados a retirarse del lugar porque no tenían armas ni fuerzas para enfrentar al enemigo. Los atacantes dieron por muertos a Eufemio y su acompañante y se acercaron a la cueva hacia donde dispararon varias ráfagas de fusiles y algunas granadas, luego regresaron al lugar de la emboscada, pero no encontraron a los supuestos muertos.

Eufemio, herido de gravedad, se encaminó a la finca “El Rincón”, llegando a la vivienda de Gabino Cejas, un pequeño colono del lugar; esta persona partió para Alacranes en busca de recursos a través de un terrateniente y jefe político nombrado Sergio Arce y de su amigo el Alcalde de dicho poblado.

Conocidas las nuevas por los guardianes, el siguiente día 13 salieron de Alacranes el sargento Matías Mendoza, el cabo Elio Rodríguez Esquivel y el soldado Pérez Cuba, en un transporte del ejército conducido por el soldado Pedro Builoba conocido por el “el chino”, en dirección a la finca El Rincón. Allí se apoderaron de Eufemio, lo introdujeron a empujones en el vehículo `y emprendieron rápidamente el camino, rumbo a la finca “Congreso”. En una guardarraya entre cañaverales, lo vejaron y comenzaron a golpearlo y torturarlo, utilizando un alambre de púas, mientras le exigían los nombres de sus compañeros, lo cual no lograron del prisionero. Su cadáver fue encontrado a medio enterrar, con la cabeza destrozada y mordisqueada por los perros.

Flores Zamora, fue a parar a la vivienda de una mujer nombrada Lola, en la misma finca Congreso. Dicha mujer y otros vecinos lo convencen de que no podía permanecer en aquel sitio. Flores decidió marcharse y se dirige a Santa Marina, una finca inmediata, propiedad de Matías Padrón, un terrateniente de Unión de Reyes y dirigente del Partido Demócrata, que apoyaba a Batista.

Anastasio Alonso se hace cargo de Flores y avisa a Castañeda que mantenía relaciones con el padre del herido. Más tarde éste recoge a Flores en su máquina particular y lo entrega, con la armancia de los militares a la cruz roja de Alcranes, donde lo inyectan para contener la hemorragia. Por las gestiones del terrateniente Castañeda y el alcalde batistiano de Alacranes, Flores fue conducido, bajo fuerte custodia, al hospital provincial, de donde salió después del triunfo de la Rebelión y donde la atención que le dispersaron fue mínima.

Fuentes

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