Parábolas de Jesús de Nazaret

Parábola
Información sobre la plantilla
Concepto:Narración de un suceso fingido, de que se deduce, por comparación o semejanza, una verdad importante o una enseñanza moral.

Parábolas de Jesús de Nazaret. Una parábola (en hebreo מָשָׁל, "símil", "comparación", "proverbio"; en griego παραβολή, literalmente "[poner algo] al lado de otro [para comparar]", "tipo", "figura, "símbolo", "ilustración") es un símil largo, en el cual se afirma o se implica que una cosa es como otra. Teóricamente, difiere de una alegoría, que es una metáfora larga, en la que una cosa se dice que es otra. En los Evangelios, una parábola es generalmente una narración puesta junto a cierta lección espiritual como comparación.

En el caso de Jesús de Nazaret, la parábola era un puente mediante el cual conducía a sus oyentes por un camino agradable y familiar, de donde estaban a donde él quería que estuvieran, de lo conocido a lo desconocido, de los hechos concretos a las verdades abstractas, de lo visible a lo invisible, de lo terrenal a lo celestial. Era una ventana a través de la cual los invitaba a contemplar escenas de verdad celestial.

Por medio de sus parábolas Jesús llamó la atención de los hombres, despertó su interés y estimuló la investigación. A menudo impartía verdades no deseadas, grababa un mensaje importante que la gente escuchaba con gusto y, algunas veces, daba un veredicto contra sí misma antes de descubrir que se estaba condenando.

Al enseñar por parábolas, Jesús impedía que los espías que lo seguían incansablemente tuvieran algo de qué acusarlo: sería muy difícil condenarlo por sólo relatar buenas historias. Las parábolas tienen la cualidad paradojal de revelar la verdad a los que están dispuestos a recibirla, y al mismo tiempo esconderla de quienes la rechazan. También creaban en las mentes de sus oyentes impresiones duraderas, que serían renovadas e intensificadas cada vez que las escenas mencionadas en ellas volvían a la mente o se presentaban ante la vista.

Cuando se trata de interpretar las parábolas se debe saber qué lección quería ilustrar el que las presenta, y no leer en ella más de lo que era su intención. A menudo, la explicación acompaña a la parábola o está implícita en el contexto. Las circunstancias, las personas presentes, o el problema que se estaba discutiendo con frecuencia ofrecen la clave para la interpretación.

Parábolas

Luz debajo de un almud: Compara la vida de un cristiano con la luz que se enciende en una casa, la cual se utiliza para alumbrar a todos, en lugar de ser escondida. Aquí se entiende almud como una unidad de medida de áridos, y a veces de líquidos, utilizada en la época de Jesús.[1] (Mateo 5:14-15; Marcos 4:21-22; Lucas 8:16,11:33)

El prudente y el insensato: Compara la actitud de las personas al escuchar el evangelio con la construcción de una casa. Dos situaciones principales se tratan: un hombre prudente, que escucha y hace las palabras de Jesús, es comparado con el que pone el cimiento de su casa sobre el firme rocoso del suelo; y un hombre insensato, que escucha y no hace las palabras de Jesús, es comparado con el que pone el fundamento de su casa sobre arena. La vida de cada hombre es comparada finalmente con la firmeza de sus casas cuando las aguas de una inundación golpean contra ellas. La inundación representa los problemas y aflicciones de la vida cotidiana. (Mateo 7:24-27; Lucas 6:47-49)

Tela nueva en vestido viejo: Ilustra el hecho de que no siempre se pueden aplicar métodos viejos a situaciones nuevas. (Mateo 9:16; Marcos 2:21; Lucas 5:36)

Vino nuevo en odres viejos: Al igual que la parábola de la tela nueva en vestido viejo, ilustra el hecho de que no siempre se pueden aplicar métodos viejos a situaciones nuevas. Enfatiza que cada situación armoniza con un método o forma de actuación apropiada. Estas dos parábolas manifiestan la necesidad de tener una mente abierta ante la obra de Dios en cada momento de la historia. (Mateo 9:17; Marcos 2:22; Lucas 5:37-38)

El sembrador: Compara la predicación del evangelio con el trabajo de un sembrador, esparciendo la semilla en el terreno, como era costumbre en la época de Jesús. Se relatan cuatro situaciones: la semilla que cae junto al camino y las aves la comen, la semilla que cae en pedregales y brota al principio pero luego se seca por falta de raíz profunda, la semilla que cae entre espinos y es ahogada por estos, y la semilla que cae en tierra buena y produce según, o incluso más de lo esperado. La explicación de la parábola se encuentra en el texto bíblico. Las situaciones se corresponden con los siguientes casos, respectivamente: la persona que oye la palabra del reino y no la entiende, por lo que luego es arrebatada por el malo; la persona que oye la palabra y la recibe con gozo al principio, pero al no tener una raíz profunda en su vida, al venir la prueba se aparta; la persona que oye la palabra, pero el afán de la vida cotidiana y el engaño de las riquezas la ahoga y la hace infructuosa; y finalmente la persona que oye, entiende y hace la palabra, y produce los frutos del reino. (Mateo 13:3-8,18-23; Marcos 4:2-8,14-20; Lucas 8:5-8,11-15)

La cizaña: Compara la preparación y consumación del reino de Dios con un sembrado, en el cual el trigo plantado por el sembrador crece juntamente con la cizaña plantada por su enemigo. Se presenta el dilema de los segadores sobre cuándo arrancar la cizaña, dado que en su estado inicial no puede diferenciarse del trigo. El sembrador decide esperar hasta el momento de la cosecha, cuando es posible reconocer cada planta. En se momento el trigo es almacenado en el granero y la cizaña es quemada en el fuego. La explicación de la parábola se registra en el texto, y la clave radica en el significado de cada personaje. El sembrador es Jesús mismo, el enemigo es el diablo, el campo sembrado es el mundo, el trigo los hijos del reino, la cizaña los hijos del malo, la cosecha representa el fin del mundo, y los segadores son los ángeles de Dios. (Mateo 13:24-30,36-43)

El grano de mostaza: Compara el reino de Dios con la semilla de mostaza. Se enfatiza el hecho de que esta semilla, siendo una de las más pequeñas, produce un árbol lo suficientemente grande como para que las aves hagan nidos en él. (Mateo 13:31-32; Marcos 4:30-32; Lucas 13:18-19)

La levadura: Compara el reino de Dios con el efecto que produce una pequeña cantidad de levadura sobre grandes cantidades de harina, como es capaz de fermentar toda la masa. (Mateo 13:33; Lucas 13:20-21)

El tesoro escondido: Ilustra la actitud que se debe tener ante el reino de Dios a través del proceder de un hombre que encontró un tesoro en un campo ajeno. El hombre vendió todas sus propiedades a fin de comprar aquel campo. (Mateo 13:44)

La perla de gran precio: Al igual que la parábola del tesoro escondido, ilustra el valor del reino de Dios para los que son capaces de apreciarlo. Se relata como un mercader de perlas, al encontrar una perla preciosa, vendió todas sus propiedades a fin de obtenerla. (Mateo 13:45-46)

La red: Compara la consumación del reino de Dios con la pesca utilizando redes o tarrayas. Se enfatiza como este método no permite discernir los peces que son atrapados, hasta el momento de clasificarlos en la orilla del mar, en el cual los buenos son conservados, y los malos desechados. (Mateo 13:47-50)

Tesoros nuevos y viejos: Revela la actitud errónea de los escribas de la época de Jesús, poniendo en relieve su poca percepción de la obra dinámica y renovadora de Dios. Establece el criterio divino de idoneidad de los estudiosos de las escrituras como la capacidad de extraer de ellas enseñanzas aplicables a situaciones nuevas y viejas. (Mateo 13:52)

La oveja perdida: Revela la preocupación de Dios por toda la humanidad a través de la actuación de un pastor de ovejas. En la parábola, el pastor perdió una oveja, y dejó las noventa y nueve restantes a fin de encontrarla. Se enfatiza como el pastor se alegró más por la oveja perdida y hallada, que por las restantes que permanecieron con él. (Mateo 18:12-14; Lucas 15:4-7)

Los dos deudores: Ilustra el principio del perdón divino, enfatizando que la misericordia debe ser practicada antes de esperar recibirla. (Mateo 18:23-34)

Los obreros de la viña: Ilustra el principio de la gracia en la recompensa de Dios a sus hijos. Evidencia también la tendencia humana a juzgar la gracia divina de acuerdo con preceptos terrenales. Se muestra como Dios se complace en regalar la salvación a todos los que estén dispuestos a recibirla, sin tener en cuenta el tiempo de servicio en su obra. Resume la intención divina de no hacer acepción de personas en la expresión "los primeros serán postreros, y los postreros, primeros." (Mateo 20:1-16)

Los dos hijos: (Mateo 21:28-32)

Los labradores malvados: (Mateo 21:33-44; Marcos 12:1-11; Lucas 20:9-18)

La fiesta de bodas: (Mateo 22:2-14)

La higuera: (Mateo 24-32:35; Marcos 13:28-29; Lucas 21:29-31)

El siervo fiel y prudente: (Mateo 24:45-51; Lucas 12:42-48)

Las diez vírgenes: (Mateo 25:1-13)

Los talentos: (Mateo 25:14-30; Lucas 19:12-27)

Las ovejas y los cabritos: (Mateo 25:31-46)

El crecimiento de la semilla: (Marcos 4:26-29)

Los siervos vigilantes: (Marcos 13:35-37; Lucas 12:35-40)

El prestamista: (Lucas 7:41-43)

El buen samaritano: (Lucas 10:30-37)

El amigo necesitado: (Lucas 11:5-8)

El rico insensato: (Lucas 12:16-21)

La higuera sin fruto: (Lucas 13:6-9)

Los convidados a las bodas: (Lucas 14:7-14)

La gran cena: (Lucas 14:16-24)

El precio del discipulado: (Lucas 14:28-33)

La moneda perdida: (Lucas 15:8-10)

El hijo pródigo: (Lucas 15:11-32)

El mayordomo infiel: (Lucas 16:1-8)

El rico y Lázaro: (Lucas 16:19-31)

El deber del siervo: (Lucas 17:7-10)

La viuda y el juez injusto: (Lucas 18:2-8)

El fariseo y el publicano: (Lucas 18:10-14)

Referencias

  1. Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, 22ª edición, versión web disponible en www.rae.es, mayo 2011.

Fuentes

  • Biblia de Estudio de la Vida Plena, Editorial Vida, 1993.
  • Diccionario Biblico AD, tomado del software e-Sword 2010, facilitado por Ministerios Nación Santa www.nacionsanta.com.