Parque Libertad (Artemisa)

Parque Libertad
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Parque Libertad de Artemisa.jpg
Nombre del Autor:Monseñor González Arocha.
Ubicación Geográfica:Centro del pueblo de Artemisa, La Habana, Bandera de Cuba Cuba


Parque Libertad. Escenario donde se han producido varios hechos históricos. Lugar funcional, ventilado. Ideal para la recreación y el descanso, la comunicación y el bienestar, ha sido elocuente testigo del desarrollo económico, político y social de la “villa roja”. Artemisa municipio de La Habana, Cuba. Espejo de tres épocas en las cuales surgió, se desarrolló y consolidó. Recinto abierto que conserva en sus cimientos obras arquitectónicas como la iglesia y escultóricas (los 6 bustos) de gran valor artístico y significación histórica.

Aspectos significativos del parque

El parque de Artemisa tiene características excepcionales, primero porque lo construyó el cura párroco de Artemisa, Monseñor Guillermo González Arocha (de su pecunio) y segundo porque se reconstruyó en 1935, por decreto del presidente de la República en esos momentos: Carlos Mediesta, constituyendo así una excepción epocal.

  • Ha sido elocuente testigo del desarrollo económico, político y social de la villa que le da nombre.
  • Espejo de tres épocas en las cuales surgió, se desarrolló y consolidó. Recinto abierto que conserva en sus cimientos obras arquitectónicas como la iglesia y escultóricas (los 6 bustos) de gran valor artístico y significación histórica.
  • Escenario donde se han producido varios hechos históricos. Lugar funcional, ventilado. Ideal para la recreación y el descanso, la comunicación y el bienestar que se sintetizan en:
  • Desde el punto de vista urbanístico: Fue punto focal o central a partir del cual - a la usanza de la época-, se diseñó un poblado con arreglo a leyes de planificación que armonizan con el conjunto de edificaciones que le rodean y con variadas vías de comunicación a su alrededor, es decir, tiene amplitud y comunicabilidad.
  • Desde el punto de vista arquitectónico: El parque, contiene elementos arquitectónicos que cumplen la función utilitaria para la que fueron destinadas: farolas, bancos, pérgola, escaleras.
  • Desde el punto de vista artístico - estético: conserva la muestra escultórica más significativa de la Villa en los 6 bustos develados a personalidades históricas locales y nacionales cumpliendo una función histórica, simbólica y a la vez, estética.
  • Desde el punto de vista ambiental: es un lugar sano, libre, generador de oxígeno y situado en adecuadas condiciones para proporcionar aire y luz, alejado de fábricas ruidosas o contaminantes.
  • Valor histórico: Es una construcción vinculada al desarrollo histórico de la Villa, desde su fundación hasta la actualidad, relacionado con hechos relevantes del pueblo.
  • Valor artístico: Fue realizado remedando el estilo francés que se aprecia en el orden y simetría que muestra en el diseño de sus paseos y jardines.
  • Valor social: Cumple la función para la cual fue destinada. Servir de lugar de concentración en el que se puede descansar, compartir, sentir bienestar, tranquilidad y paz.

Historia

Etapa colonial

El poblado de Artemisa se fundó debido a un objetivo político y económico muy determinado: formar poblaciones que fomentaran el desarrollo agrícola del país. El incendio acaecido en los barrios de Jesús María y Guadalupe (hoy comprendido entre las calles Aguila y Chávez en la Ciudad de La Habana) propició que vinieran a las tierras de la Villa Roja, las 36 primeras familias que fundarían este pueblo en los primeros años del siglo XIX.

Si bien su surgimiento fue suigéneris, no fue así la estructura de su poblado. Generalmente, cuando se comenzaba a formar un pueblo, una de las primeras construcciones que se fabricaba era la iglesia, y la de Artemisa estuvo enclavada en el centro del parque. Por tanto, para hablar del parque, debemos hablar de la iglesia pues ambas historias están estrechamente relacionadas.

La primera construcción religiosa de Artemisa fue un oratorio que data de 1805, obra que autorizó el Obispo Don José Díaz de Espada y Landa.
Según el historiador Leandro Rodríguez en su obra "Historia de Artemisa", mientras se realizaba la construcción de la iglesia (alrededor de 1818), los servicios religiosos se celebraban en el oratorio particular del Teniente Coronel Don Manuel Calvo, dueño de la finca "La Matilde", pues el templo no fue terminado hasta1820 , e inaugurado el 7 de diciembre de 1825, bajo la advocación de San Marcos Evangelista. De esta etapa no existe ninguna imagen visual excepto un croquis de la primera iglesia.

Según Leandro Rodríguez, los terrenos que conforman el parque eran propiedad de la Iglesia Católica y fueron conocidos hasta 1899, por Plaza de la Iglesia aunque en realidad eran solares yermos y servían para los juegos infantiles y para pastoreo de animales. José Pérez Gómez, por su parte en su Historia de Artemisa relata que para el fomento del poblado, el Síndico, Francisco de Arango y Parreño, donó el "terreno suficiente" para la construcción de la iglesia y su plaza. Que ya fundado el pueblo y construida la casa parroquial, y medida el área que ocuparía la plaza, esta permaneció convertida en un placer durante muchos años, sirviendo, entre otras cosas, para pastos de animales.

A mediados de 1820, en estos terrenos había sido abierto el llamado pozo "de las ánimas" (que se situó junto a la calle Las Animas, hoy Mártires, de quien tomó su nombre) con el fin de obtener barro y piedra y sobre todo agua para la construcción de la casa parroquial, para el servicio público de la localidad y sobre todo, para los pobres, como sucedió hasta el año1900, en que fue tapado por la construcción de la Casa Ayuntamiento de la Villa.

En 1894 fue construido el primer parque o plaza, con cuidados jardines alrededor de la Iglesia y varias estatuas.
La foto permite observar la cerca de madera que circunvalaba los terrenos del parque y una de las farolas que servían para su alumbrado (anexo 5), un sencillo fuste con cajuela de cristal y metal que encerraba el mechón de gas.
Durante la Guerra de Independencia los españoles ocuparon la Iglesia y el parque. En éste, construyeron una espaciosa glorieta de madera (para su esparcimiento, reuniones y distracciones) en el espacio comprendido entre el
frente de la Iglesia y la calle, en el atrio.

En la noche del 2 de diciembre de 1898, (el día 3 entrarían las fuerzas mambisas en Artemisa), los españoles rociaron dicha glorieta con aceite, carbón y gasolina y le prendieron fuego, quedando reducida a cenizas y dejando el parque en pésimas condiciones.
Días después el Padre Arocha comenzó la reparación del templo y el remozamiento de los jardines y paseos del parque. Desde antes de la guerra, un vecino de la Villa, Eduardo Llerena y Amador, cuidaba los jardines. Al término de la guerra, Llerena le ofrece al cura de la Parroquia de Artemisa Monseñor González Arocha, dosceiba s para sembrarlas donde habían estado los horcones del frente de la glorieta para recordar el triunfo de la lucha cubana contra las huestes españolas. Así se hizo, y allí estuvieron hasta la década del 30.

Etapa neocolonial

Los alcaldes artemiseños, en sus respectivos períodos de gobierno promovieron varias reformas del parque. Durante la alcaldía de Enrique Zayas Ayestarán (1898-1900), se construyó por suscripción popular, a un costado de la Iglesia y en terrenos pertenecientes a la misma la llamada Casa del Pueblo.

El Ayuntamiento se creó en Artemisa el 1ro. de enero de 1879, cuyo primer alcalde fue Don José Ma. Aguayo y Tomass . El mismo celebraba sus sesiones en los altos de la casa del Sr. Francisco de la Sierra y Porra, hoy Maceo y República. El5 de febrero de 1879, el Ayuntamiento fue trasladado a la casa de Maceo y General Díaz y el 5 de mayo de 1901 , pasó a ocupar su casa propia en terrenos que hoy forman parte del parque actual y donde permaneció hasta la década del '30 en que el parque fue reconstruido.

La Casa del Pueblo - llamada así porque fue construida por suscripción popular - pasó entonces a radicar en la Calle 1 (hoy 35) entre General Díaz (46) y Martí(48).
En esta manzana estaba también localizado el Cuartel de la Policía con el calabozo y la caballeriza detrás y en la esquina de Martí y Mártires, la Casa de Socorros.

Todas estas construcciones estaban separadas de los paseos de la iglesia y del parque por una calle de 90 metros que llegaba desde República hasta Martí llamada Luis Sánchez.
En el año 1900 el pueblo concluyó la reconstrucción de su parque con nuevos jardines y paseos alrededor de la Iglesia. En la foto se puede observar cómo era la fachada original de la iglesia con una sola torre situada al centro y también el estado de los terrenos que rodeaban el templo. Hay que aclarar que el parque abarcaba sólo el terreno que rodeaba la Iglesia, la cual quedaba enclavada en el mismo centro del espacio y era por tanto, su eje focal.

En 1908, Monseñor González Arocha con la ayuda económica de los vecinos reformó la plaza en forma de parque cementado gran parte del área; además, se colocó a ambos lados de la Iglesia un monolito costeado por los niños de las escuelas públicas y sus profesores; también fueron develadas en el lado que da a la calle Céspedes, las esculturas de Colón, Luz y Caballero y José A. Saco, que como no eran de buenos materiales se deterioraron y no fueron repuestas. Se situó entonces una pila de agua, con verjas de hierro.

En 1930, el 18 de mayo, se celebró en el parque artemiseño el histórico mitín nacionalista contra la prórroga de poderes de Gerardo Machado. Entre las figuras nacionales asistentes al acto estuvo el destacado revolucionario Juan Gualberto Gómez. Al tratar de impedirse su celebración por la fuerza militar local se originó una descomunal desbandada de los asistentes, lo que dejó un saldo de 5 muertos, entre los que se encontraba el Teniente Alberto de Silva y Morales, y 28 heridos. Este hecho fue ampliamente divulgado por la prensa local. En 1933, durante el mandato de Ubaldo R. Villar Duarte, fueron derrumbadas las históricas ceibas que frente a la Iglesia había plantado González Arocha y que habían sido testigos de la historia de este pueblo, por más de tres décadas.

En 1934, como muestra la foto a la izquierda, el estado del parque era deplorable, el espacio que mediaba entre la acera de la calle Mártires y la Iglesia se había convertido en un solar, los paseos rotos, a pesar que desde años atrás se había comenzado una fuerte campaña periodística que reclamaba el arreglo de sus paseos.

Al fin, con fecha 1ro de abril de 1935, aparece en el periódico Villa Roja de la localidad, el texto de un telegrama enviado al alcalde municipal Luis Delgado, desde el Palacio Presidencial, confirmando el crédito de $20.000 para los arreglos del parque; más tarde fue concedido otro crédito de $5.000 más para terminarlo.

Las obras fueron realizadas por administración del estado, dirigidas por el Ingeniero Pedro Lesassier (al servicio de la Secretaria de Obras Públicas), designado expresamente para la construcción del parque por el Presidente de la República, Carlos Mendieta, caso digno de destacar pues no todos los pueblos de la provincia pueden atribuirse la singularidad de un comitente tan poderoso como el presidente del país.

Como elementos naturales se emplearon plantas y rocas, se construyeron escaleras que permitieron balancear el desnivel existente entre las calles Martí y República, además de permitir la comunicación y el movimiento hacia las diferentes calles; los pavimentos fueron cubiertos con terrazo, cuyos dibujos conforman elementos geométricos: cuadros y rombos se construyó al lado izquierdo del templo una plataforma de cantería con sus escalinatas para las retretas de la banda de música (que en Artemisa no es glorieta, pues no tiene techo); se colocaron los bancos de estilo neocolonial, de hierro y madera, de línea sinuosa, tan cómodos y estéticos como funcionales y se cambiaron las farolas por otras de hierro de elegante diseño (36 en total).

La jardinería fue concluida con la plantación de ficus benjaminus, trabajados cuidadosamente hasta lograr su poda en forma de figuras geométricas (los que rodeaban la Iglesia en forma cilíndrica y los de las aceras en forma cónica o triangular), cuyo resultado ofrece al observador equilibrio y terminación adecuada.

Cuando se realiza un análisis de la distribución espacial en el parque se concluye que la Iglesia o templo se encuentra situado en el centro del casco urbano y del parque, más bien a la derecha del eje central del mismo, como consecuencia de los trabajos de reconstrucción, que amplió los paseos pero desplazó el eje central hacia el sur al desaparecer las antiguas construcciones que allí existían.

No obstante, cuando estuvo terminado, se pudo apreciar el predominio de elementos geométricos no sólo en el diseño de los paseos del parque sino también en el tratamiento de la jardinería. Sus paseos quedaron amplios, ordenados de forma lógica, con ejes que rigen los principios de la composición espacial: entre ellos la unidad. En el plano en planta del parque se puede observar que el mismo tiene 10 entradas o salidas que permiten la comunicación con las calles que lo circundan, es decir el trazado peatonal fue dispuesto con arreglos a las necesidades de circulación, delimitando los espacios de áreas verdes. Existen dos salidas o entradas por la calle Martí, una por Mártires, dos por República y una por Céspedes además de las cuatro existentes en las esquinas.

Como jardín o plaza pública que es, fue pensado con extensas áreas para el esparcimiento y la distracción, el reposo y la meditación. Ofrece al transeúnte la posibilidad del descanso y del movimiento; es un elemento urbanístico que rompe con la monotonía de construcciones que existen en su derredor y que a la vez lo complementan.

La revisión de los periódicos artemiseños posteriores al año 1935, en que se terminó el parque, solo alude a la necesidad de arreglar los bancos de hierro y madera puesto que regularmente eran deteriorados por el clima y el maltrato de las personas. No aparece otro tipo de denuncia por mal estado de limpieza o de tipo constructivo.
El parque también ha servido para rendir tributo y homenaje a personalidades locales y nacionales por parte de su pueblo.

El primer busto develado en el parque fue el de José Martí. El mismo fue colocado a la salida sur del templo, el 28 de enero de 1935, a iniciativa de los estudiantes artemiseños con la ayuda del grupo PROA. En Acta del Ayuntamiento fechada el 12 de mayo de 1834, se da fe de la reunión efectuada en las oficinas de la Administración Municipal por la Comisión promonumento formada para la erección del citado busto, realizado por el escultor Teodoro Ramos Blanco en cuya ceremonia de inauguración estuvo presente el intelectual cubano, Sr. Hernández Catá que dijo las palabras de honra al homenajeado
El segundo busto, fundido en bronce, fue dedicado al Padre Monseñor Guillermo González Arocha, y develado el 24 de febrero por iniciativa del ex-alcalde Luis Delgado; obra también de Teodoro Ramos Blanco.

En 1943, es colocado el monumento a las madres en la parte frontal derecha de la Iglesia; iniciativa de la Asociación "Hijas de la Acacia" Nro.7(logia que funcionaba bajo la jurisdicción de la Logia masónica Evolución) y solventado por cuestación pública. El conjunto - esculpido en piedra- está formado por tres figuras: la madre con un niño en brazos y una niña de pie recostada en sus piernas, obra que despide un halo de dulzura y sentimiento maternal acorde con el tema.

En 1954, fecha conmemorativa de su muerte, se devela un monumento al General Antonio Maceo. Esculpido en bronce, el monumento contiene una placa en la cual consta que fue hecho por iniciativa del ex_alcalde Félix Noa Hernández. Este monumento posee la misma estructura que el de Monseñor Guillermo González Arocha: pedestal con esquinas estriadas, que sostiene el busto.

Los dos últimos monumentos develados fueron ubicados en los laterales posteriores de la Iglesia: dedicados a José de la Luz y Caballero (como homenaje de la Logia "Guillermo González Arocha, Nro.26, Orden Luz Caballero, al insigne educador y a todos los educadores cubanos en el día del maestro, fechada en 11 de julio de 1954) y a Magdalena Peñarredonda Dolley (la artemiseña "Delegada" de Maceo en la provincia Pinar del Río). Realizado por iniciativa del Gobernador Cirilo M. Bugallo y del Consejo de Alcaldes, como homenaje a la excelsa patriota, el 22 de julio, de 1954, como consta en la tarja allí fijada.

Desde su reconstrucción en 1935, hasta 1958, el parque no fue objeto de ningún otro arreglo. Mantiene su estructura, que aún perdura, en términos generales. Constituía en esta etapa, un lugar de recreación de la población. Cuentan nuestros abuelos que generalmente las mujeres se sentaban en los bancos de hierro y madera y los hombres se paraban en las aceras que rodeaban el parque.
Era el centro de la vida social y gozaba de gran animación y vida cultural.

Etapa revolucionaria

El parque de Artemisa recibe con júbilo el Triunfo Revolucionario.
El 17 de enero de 1959, Fidel Castro en su recorrido por la provincia pinareña habló desde una plataforma improvisada cerca del monumento a Maceo. Hizo un panegírico de los artemiseños que participaron en la guerra. Esta alocución fue escuchada atentamente por una masa de pueblo que llenó todos los paseos:
"los primeros mártires de la Revolución Cubana, los primeros combatientes de la Rovolución Cubana, los fundadores del movimiento 26 de julio, salieron de Artemisa.

La nación cubana tiene mucho que agradecer a esta ciudad...
...pueblos como este son los que han hecho posibles el triunfo de Cuba. A juzgar por los hombres que ha dado a la causa de la libertad, a juzgar por el entusiasmo de todos los vecinos de este lugar, a juzgar por el espíritu patriótico que aquí vibra en todos los corazones, bien merece llamarse Artemisa el pueblo más revolucionario de Cuba" Si bien el parque no fue objeto de destrucciones ni maltratos por la población, en esta etapa sí sufre algunas transformaciones realizadas por los diferentes gobiernos municipales. Entre ellas: se cortaron los árboles (plantados desde la década del 30), aproximadamente en 1967, 1968. Se deterioró la pérgola de la cual actualmente solo quedan las columnas y algunos largueros y travesaños que desde su construcción estaba ubicada al fondo y lateral de Iglesia, donde recibía plenamente la luz del sol, cuyo diseño original concibió la ubicación de bancos que nunca fueron construidos.

Más tarde se ideó la realización de un pozo, que remedaba el ambiente criollo. Este pozo existe, aunque sin concluir, se encuentra en el centro del lateral izquierdo del templo.
Tiempo después se trató de levantar los cintillos de los paseos para cambiarlos, pero no se logró. A pesar de ello, no sufrieron graves consecuencias; se trató de arreglar las rupturas de las losas para poder pulir los pisos, pero nunca culminaron.

Por último, se construyeron unas fuentes luminosas que sí llegaron a funcionar , incluso se les ubicaron peces para el entretenimiento infantil y gozaron del disfrute de la población que acudía al parque en su tiempo libre. Actualmente no están en funcionamiento, pues fueron rellenadas de tierra y hoy son parterres.
Se sustituyeron las lámparas que embellecían el parque por estar deteriorioradas por las que ahora existen.

Se eliminaron los contenes que rodeaban todo el parque (debido a los desniveles entre las calles) y que evitaban las inundaciones y la tierra en los paseos. Según fuentes orales, el parque servía para celebrar verbenas y otras actividades festivas, para lo que se cerraba con pencas de guano todo el alrededor, estas fiestas gozaban de arraigo popular y servían para el entretenimiento del pueblo.

Años más tarde se cambiaron los bancos de estilos neocolonial por los actuales, pues no había madera para mantenerlos de forma adecuada. Existe la justa crítica al hecho y es que los que fueron colocados de granito son perdurables, pero incómodos y rompieron con la imagen de conjunto. Además se colocó un barandaje de cabilla alrededor del césped que nunca estuvo en el diseño original, por lo tanto, no está acorde con la concepción estilística de 1935. El mismo fue retirado del lugar en 1998, por la Dirección de Patrimonio del municipio que lo consideró oportuno.

Algunos árboles grandes que estaban sembrados desde 1967-68 alrededor de la glorieta fueron arrancados por la Dirección de Patrimonio para evitar que avanzara el deterioro de los pisos debido a las raíces que los levantaban.

Por último, se trató de levantar el piso de la parte posterior de la Iglesia para sustituirlo por otro, pero esta actividad se interrumpió y hasta el momento continúa así. La Iglesia, por su parte, fue objeto de restauración en el año 1998, como consecuencia de las actividades de reconstrucción se bajó de la torre el campanario, el reloj que allí existía y que se hallaba roto desde tiempo atrás.

Se cambió el repello de algunas partes de la fachada y laterales, con el objetivo de que perdurara el arreglo. Se cambiaron las ventanas de la fachada posterior del templo por ventanas de aluminio y cristal, se remozó todo el interior del recinto religioso, se pintó y en general adquirió una apariencia novedosa y agradable que objetivamente embelleció el entorno.

Actualidad

Actualmente el estado del parque es regular, nunca se baldea. Sí se barre, pero la falta de los contenes ya mencionados incide en la limpieza de los paseos, sobre todo, por la calle Martí, pues cuando llueve queda tierra en esa zona.

El pavimento de los paseos se está maltratando aún más pues los guardaparques no están cumpliendo a cabalidad sus funciones: los jóvenes están empleando los paseos como pista de patinaje, lo que además de romper los pisos incide desfavorablemente en el halo de tranquilidad requerida para un paseo de este tipo.

Hacemos un llamado a todos los artemiseños a cuidar este espacio tan importante de la localidad que ha sido protagonista del desarrollo de la Villa desde su fundación hasta la actualidad y que debemos querer como parte de la identidad.

Fuentes