Polilla barrenadora

Taladrador de los retoños del cedro.
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Polilla barrenadora.jpg
Insecto que ataca las plantaciones de cedro.
Otros nombresPolilla barrenadora
Clasificación Científica
Nombre científicoHypsipyla grandella (Zeller)
Reino:Animalia
Familia:Pyralidae

Taladrador de los retoños del cedro: insecto que ataca las plantaciones de cedro. Es una plaga económica importante que ha sido el objetivo de investigaciones en muchos países tropicales.

Taxonomía

Taxonomicamente este insecto pertenece a la familia Pyralidae; Phycitinae, género: Hypsipyla, especie: grandella (Zeller). Nombres Vulgares: Taladadror de las Melíaceas, Polilla Barrenadora

Morfología y Biología

Como plantas hospedantes se encuentran las especies de la familia Meliáceas, especialmente el cedro (Cedrela odorata), son muy atacadas la Caoba de Cuba (Swietenia mahagoni Jacq), la Caoba de Honduras (Swietenia macrophylla King), el Najesí (Carapa guianensis Aubl).

Del insecto se conoce con amplios detalles su biología y anatomía, sus hábitos alimentarios y reproductivo, su cría artificial, sus depredadores. El adulto de esta plaga es una mariposa pequeña (25 a 38 mm de envergadura). Las alas anteriores son alargadas y estrechas en su base, de color gris – humo, jaspeada en blanco iridiscente. Las alas posteriores son blancas semitransparentes. Vuelan fuertemente y son capaces de localizar plantas hospederas a considerables distancias.

La hembra de esta especie pone solamente una vez entre 200 y 450 huevos, estos son de color crema, cuando están recién depositados, tornándose rojos a las pocas horas; miden aproximadamente entre 0.6 y 0.7 mm de largo, su ancho varía entre 0.5 y 0.6 mm. Su forma es ovalada, con estructura poligonal de su chorion, aunque se observan formas aplanadas rectangulares cuando son adheridos a las cicatrices de las hojas, próximos a los nuevos brotes; en otras ocasiones se depositan sobre el aserrín de las galerías abandonadas en racimos de uno a tres por árbol, por tanto, bastan pocas hembras para infestar toda una plantación. Los huevos incuban después de tres días teniendo, como las larvas en el primer estadio, una alta mortalidad.

Hypsipyla3.jpg Las larvas inmediatamente después de nacer o a las pocas horas, comienzan a perforar el raquis de las hojas tiernas o el tallo. En los primeros instares son de color crema-rosado y mide entre 2 y 2.5 mm de longitud, a pesar de los niveles bajos de alimentación causan un gran impacto en los árboles. Cuando estas se desarrollan, que alcanzan los V y VI instares son de color azul pálido, a veces azul fuerte, alcanzando un tamaño entre 21 y 27 mm de largo, con la cabeza pardo - oscura a ocre, los segmentos tienen 4 puntos negros en la parte dorsal, dispuestos en forma trapezoidal . El tiempo de desarrollo de la larva dura entre 11 y 16 días, mudan su piel al cambiar de instar, los cuales normalmente corresponden a seis; en cada instar cambia el tamaño de la cápsula cefálica, el volumen, longitud corporal, y el color. El ciclo de vida puede extenderse hasta 5 meses. Forman la pupa al inicio de la galería, que aparece protegida en su entrada por montículos de aserrín y excretas unidos con hilos de seda. La pupa es de forma ahusada, de color pardo oscuro con cremáster rombo, terminado en 4 pares de espinas con ganchillos al final, mide alrededor de 13 mm de longitud. Se envuelven en un capullo de seda blanca que oculta totalmente la pupa a la entrada de la galería. El período de pupa oscila entre 9 y 14 días.

El taladrador de las meliáceas también ataca las cápsulas de las semillas de las caobas, los cedros, y otros árboles meliáceos. Según observaciones sobre el ataque de este insecto en caobas antillanas en el sur de la Florida, raramente perforan las válvulas duras de las cápsulas de las semillas, sino penetran ente ellas al abrir la cápsula. En este sitio consumen las 50-80 semillas, luego penetran el corazón de la cápsula donde a veces pasan el estado de la pupa. En la Florida, el ataque del taladrador de las meliáceas sobre cápsulas de semilla de la caoba antillana esta básicamente limitado al período durante la dehiscencia de la cápsula, eso es, en la primavera antes y simultanea con la producción de nuevos brotes.

Distribución y plantas hospedantes

Se encuentra ampliamente distribuido desde la parte sur de América del Norte hasta Argentina y por toda la zona del Caribe. Ataca varias especies de Meliáceas que crecen en esta zona. En Cuba ataca el cedro, caoba de Honduras, caoba y najesí.

Daños económicos

Los árboles de caoba son susceptibles al ataque cuando alcanzan una altura de 0.5 m. El daño más severo del insecto a los árboles ocurre cuando una larva taladra en el brote terminal y lo mata. Un ramo lateral crece hacia arriba para sustituir al brote terminal perdido, dando por resultado un tallo principal torcido. También, el daño al terminal rompe la dominación apical, dando por resultado una ramificación lateral excesiva. Los árboles pequeños que los taladradores atacan fuertemente en varias ocasiones en años sucesivos se deformen extremadamente. El ataque del taladrador de las meliáceas reduce el grado y así el valor monetario de las caobas jóvenes en viveros. Atacan un porcentaje más alto de los árboles donde las caobas se crecen en plantaciones que donde estos árboles crecen entremezclados en bosques naturales, y este insecto ha sido un impedimento importante al establecimiento de las plantaciones de caoba.

Enemigos naturales

Como parásitos de la larva de Hypsipyla grandella han sido reportados Mesostenus sp, Trichoma sp, Agathis sp, Apanteles sp y Eupelmus sp. Para el control de H. grandella en C. odorata en Cuba con hongos entomopatógenos se utilizaron cepas de Metarrhizium anisopliae y Beauveria bassiana, estos estudios fueron realizados por Duarte et al. (1988), a escala de laboratorio con ocho cepas diferentes de M. anisopliae, demostrándose que hubo tratamientos donde murieron el 100% de las larvas, inclusive a los cuatro días ya comenzaron a existir altos porcentajes de mortalidad. Años después en 1995 Menéndez y colaboradores realizaron un experimento en plantaciones de C. odorata para el control de H. grandella con B. bassiana y M. anisopliae, corroborando la efectividad de estos hongos, donde se pudo controlar el 40.7% de infección con B. bassiana y para el caso de M. anisopliae el 39.6%.

Control químico

La pulverización con Dipterex 0,5% más DDT 1% o Dipterex 0,5% más Carbaryl 0,5%, han dado muy buenos resultados contra los primeros estadíos de las larvas. La época de tratamiento coincide con la aparición de los nuevos brotes en las plantas.

Fuentes

Mendoza Hernández, Francisco. Principales insectos que atacan a las plantas económicas de Cuba. Editorial Pueblo y Educación. Cuba

Berrios, M. C., García, A., Menéndez, J.M., Echevarría, E., Valdés, H. (1987). Prueba de insecticidas químicos en el control del taladrador de las meliáceas Hypsipyla grandella en vivero. Revista Forestal Baracoa. Vol 17 No. 1: (p 7- 16).

Berrios, M del C., García, A., Menéndez, J.M., Montalvo, J.M., Delgado, A. y Valdés, A. (1989). Evaluación del ataque de Hypsipyla grandella en plantaciones establecidas con diferentes condiciones silvícolas. Informe de etapa 509- 14 – 04. Instituto de Investigaciones Forestales. Cuba.

Betancourt, B.A. (1987). Silvicultura especial de árboles maderables tropicales. Editorial Científico- Técnica, 423pp.

Duarte, A. Menéndez, J. M. y Lujan, M. (1988). Susceptibilidad de las larvas de Hypsipyla grandella (Lepidóptera Phycitidae) en biopreparados de Metarrizum en condiciones de laboratorio. Revista Forestal Baracoa, Vol. 18:( p 71-79).

Hochmut, R y Milán, D. (1982). Protección contra las plagas forestales en Cuba. Editorial Científico – Técnica, Ciudad de la Habana. 290pp.

Hochmut, R.,Valdés, E., Mellado, B., Hernández, M., Labrada, A. (1989). Guía para la determinación de plagas y enfermedades forestales. Instituto de Investigaciones Forestales. 52pp.