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Título: El pensamiento latinoamericano de Carlos Rafael Rodríguez y su contexto económico. Resumen: El presente trabajo propone resaltar el conocimiento de la personalidad de Carlos Rafael Rodríguez como una de las figuras que trascendieron en la historia por sus análisis, posiciones enérgicas ante la situación de Cuba antes y después de 1959. Como tema esencial aborda algunas ideas de su pensamiento latinoamericanista, que lo analiza desde una arista económica, en el que pone al descubierto su marcado antimperialismo alertando al continente de las ambiciones económicas de los Estados Unidos. Información histórica Con el surgimiento de la república neocolonial, se consolida la dependencia política y económica de Cuba a los Estados Unidos. El pueblo frustró sus aspiraciones de una república de “con todos y con el bien de todos”, el sueño martiano no se consolidó. La inconformidad de los cubanos se hizo valer durante las acciones de los años 20 en el que surgen figuras como Mella, Villena, Alfredo López, jóvenes que se proyectaron indistintamente contra la posición de los gobiernos de turnos. A estos hombres les siguieron otros y otros en las sucesivas etapas. El presente trabajo propone resaltar el conocimiento de figuras que trascendieron en la historia por sus análisis, posiciones enérgicas ante la situación de la Cuba de entonces y no se detuvieron hasta el triunfo definitivo, tal es el caso de Carlos Rafael Rodríguez, quien continuó su protagonismo revolucionario hasta el fin de sus días, quien además se introdujo no solo en reflejar la realidad cubana sino también la de América Latina. Antecedentes de su formación La personalidad de Carlos Rafael Rodríguez se destacó por sus ideas progresistas, latinoamericanistas y antiimperialistas, en las que siempre les veía el contenido económico a éstas vertientes de su pensamiento. Nacido en Cienfuegos en 1913, realizó sus estudios superiores en la Universidad de la Habana. Terminó siendo el primer expediente en la carrera de Derecho y Ciencias Políticas, Sociales y Económicas, destacándose por sus calificaciones sobresalientes, premios, entre otros lauros. La Universidad fortaleció su espíritu revolucionario, formó parte de la intelectualidad de los años 30 que despertaba su conciencia política. Desde los 17 años, incorporado al Directorio Estudiantil Universitario, sufrió prisión en Cienfuegos, en su enfrentamiento a la dictadura de Machado. Dirigió el comité de huelga universitaria, fue subdirector del semanario “Resumen” fundado por el Partido Comunista que el gobierno clausuró en 1935 y además en ese mismo año fue miembro del Consejo de Dirección de la revista “Universidad de la Habana”. Fundó en 1936 junto con Nicolás Guillén y otros escritores de izquierda de la revista “Mediodía”. Activo militante comunista, integrando las filas del Partido Comunista en 1936. Dirigió la lucha clandestina del PSP contra la tiranía de Fulgencio Batista. En junio de 1958 fue designado representante del PSP ante Fidel Castro Ruz, en la Sierra Maestra. Participó como diplomático en los análisis que se produjeron entre los gobiernos de Cuba y Estados Unidos durante las décadas de 1970 y 1980. Reafirmó siempre la posición de principios de Cuba sobre los temas relacionados con la ayuda a los movimientos revolucionarios en Centroamérica y África. Latinoamericanismo y economía Mantuvo un marcado interés con respecto a la temática de América Latina, sobre todo su situación económica, expresando que los tres objetivos coincidentes de cada pueblo americano eran “Paz, Democracia y Liberación económica”, palabras que denotan su pensamiento latinoamericanista. Afirmaba además que la conciencia verdadera de Latinoamérica, sus pensadores, dirigentes obreros, líderes del campo, políticos progresistas y hasta la parte más seria y cautelosa de la burguesía nativa, comprenden que una nueva guerra pretendía además de derramar sobre nuestras el terror bélico del que se ha librado en las dos contiendas anteriores , solo puede significar y esta significando, ya desde sus preparativos han sido iniciados por los imperialistas, un peligro mayor de sojuzgamiento económico para nuestros países del centro y el sur. En estas ideas sobresale su defensa y su alerta de lo que pudiera pasar con América, que al igual que Martí percibió el peligro que representaban los Estados Unidos para el continente expresando: “El belicismo yanqui es obra de su afán sin frenos por dominar económica y políticamente el universo. Y cuando la garra de Wall Street se tiende hasta los confines de Asia y de Europa, quiere dejar primero bien asegurados en cadena a los pueblos latinoamericanos, cuyas tierras han sido tradicional escenario de sus actividades predatorias.” De los tres objetivos al referirse a la paz dijo: “no es simplemente una aspiración humanitaria para las fuerzas vigilantes de América Latina. Asegurar la paz del mundo es contener los desmanes del imperialismo, poner coto a los que quieren sustituir el “milenio nazi” con el “siglo americano”. Hablar de paz entre nosotros no es otra cosa que combatir contra los que atizan la guerra y esa lucha se enlaza con los otros dos objetivos del Congreso: la democracia y la independencia económica.” En el caso de la democracia manifestó “No puede haber, en efecto, democracia, mientras en la mayor parte de los países del continente prevalezca una organización económica que consagre y agrave la miseria y el retraso de sus grandes masas de campesinos, indígenas, trabajadores y grupos raciales mestizos y negros.” Comparaba la situación del continente con lo vivido en la Cuba antes de 1959, manifestando que para que América Latina disfrute a plenitud un régimen democrático-burgués, que sea preámbulo a las grandes transformaciones ulteriores, tendrá que vencer primero las dos trabas que ahora impiden que ese régimen se instaure: la interferencia exterior del imperialismo y la perpetuación de los remanentes feudales del coloniaje hispánico, agravados, como en el caso cubano, por el latifundio imperialista. Caracterizaba la democracia que tenía que existir en nuestras tierras “Una democracia que franquee el paso a las reformas sociales más urgentes, que realice transformación en el campo, que dignifique la mujer y termine con el aplastamiento de los indios y la discriminación de los negros, una democracia en suma, del contenido social que la época está reclamando, no podrá venir sin que triunfe universalmente las fuerzas de la paz y sin que al mismo tiempo, América asegure con la victoria sobre sus opresores, la independencia económica que es hoy su necesidad más apremiante, pues en ella ha de basarse todo lo demás.” Al organizar un Congreso americano para discutir los problemas centrales del continente, esos tres objetivos, paz, democracia, independencia económica figuren como las tres aspiraciones entrelazadas de las mejores fuerzas americanas. Los problemas económicos con que se encaran los países del Sur, no son menos presionantes. Las repercusiones del Plan Clayton, es decir de la política económica latinoamericana. El Plan Clayton es el nombre reservado para la marschalización en la esfera del comercio mundial. Se refiere, principalmente, a la Carta de Comercio aprobada en sentido provisional en Ginebra. Vigencia de su pensamiento Carlos Rafael Rodríguez relacionaba este plan con el conocido Plan Marshall llevado a cabo después de la Segunda Guerra Mundial. Tenía una visión económica de la realidad latinoamericana incalculable. En ese contexto alertó que “de ese examen resalta con plena evidencia que si se afianza la penetración imperialista y si los grandes consorcios yanquis logran su propósito, América Latina continuara siendo zona agropecuaria, reservorio de materias primas y minerales estratégicos, obligándosele a importar casi todos sus consumos industriales.” Precisó las consecuencias al afirmar que “desde el punto de vista social, las consecuencias de semejante estancamiento en el monocultivo son obvias: millones de desempleados, trabajadores agrícolas que se disputan un salario de hambre, incultura y desnutrición.” En el artículo América Latina y el Plan Clayton se expresa que la ofensiva sobre las débiles industrias latinoamericanas, las cuales, de llevarse adelante los planes reflejados en la Carta de Comercio discutida en La Habana, se verán muy pronto la quiebra de sus industrias nuevas: textiles, vestidos, calzados,etc. “…ha llegado la hora de que América Latina se preocupe colectivamente de su inmediato porvenir.” La situación es tanto más urgente cuanto que…las fuentes de capitalización interior de América Latina se están extinguiendo con dramática rapidez. La balanza comercial y de pagos favorables que teníamos durante la guerra y que nos permitió acumular dólares en cantidad suficiente para una renovación económica, se ha transformado ahora en un saldo terriblemente favorable que supera con mucho los de la preguerra. Mientras en 1937 Estados Unidos nos vendía a los latinoamericanos treinta y nueve millones de dólares más de lo que nos compraba, en 1947 nos vendió quinientos noventa y ocho millones de más. A ese ritmo pasaremos muy pronto a la condición de países deudores y volverán los días de los empréstitos onerosos, las inversiones baratas y las ganancias fabulosas del imperialismo. Para ello se están preparando a través de sus nuevos servidores políticos. De ahí la atmósfera antidemocrática que ahoga ya a los pueblos de Martí y Bolívar. La “buena vecindad” extinguida, da paso a la “diplomacia del dólar” resucitada. Cuando examina el programa económico norteamericano para América Latina, descifra sus entrañas que las resume en cuatro puntos: - Conversión de América Latina en reserva permanente de materia prima y productos semielaborados. - Dominio total del mercado importador latinoamericano mediante entrada libre de los productos yanquis. - Explotación de los trabajadores latinoamericanos, imponiendo condiciones coloniales de trabajo. - Garantía absoluta que los beneficios de esa explotación, serán extraídos por los inversionistas yanquis sin restricciones de género alguno. Estos aspectos consolidan la prepotencia del imperio en la región y así mantienen su nivel de actividad económica en la zona. En la actualidad buscan cualquier tipo de mecanismo para afianzarse cuando sienten que están perdiendo terreno. La vigencia de sus ideas se hacen cada vez más notable y la veracidad de sus planteamientos propician su estudio con mayor profundidad. Valor pedagógico de sus ideas

El valor pedagógico del trabajo está en que su contenido ha sido utilizado de forma muy incipiente en el presente curso escolar en los diferentes planes programas de estudio tanto en Historia contemporánea, Unidad 3, temática 3.4 que aborda el estudio del sistema bipolar de la postguerra, contenidos relacionados con la política de la Guerra Fría como la fundación de bloques políticos-militares, el Plan Marshall, entre otros.

En Historia de América, la Unidad 5, temática 5.2 que abarca la situación de América con la consolidación del capitalismo monopolista de Estado y la conversión de los Estados Unidos en potencia hegemónica, manifestaciones de la Guerra Fría. La vigencia de su pensamiento en los contenidos de actualidad que aparecen en la temática 5.3 que se refiere a lo sucedido con el desarrollo de América Latina y los Estados Unidos desde 1959 hasta la década de los 90 y la actualidad, en los que se refiere a la crisis del modelo neoliberal que pensaron que resolvía los problemas más apremiantes de hemisferio. Contenidos que tienen un fuerte potencial educativo para el tratamiento no sólo del latinoamericanismo sino del antimperialismo. En el caso del programa de Historia de Cuba su introducción se realiza en la Unidad 3, temática 3.3 que aborda lo relacionado con las manifestaciones de la lucha revolucionaria de obreros y campesinos, papel del Partido Comunista, huelga de marzo del 1935 y la unidad 4 que se refiere a los cambios en la situación política hasta 1952, la Unidad 5 que contiene el período decisivo de las luchas del pueblo cubano y la Unida 6 aborda los contenidos desde 1959 a la actualidad y en cada uno de estos períodos jugó un papel destacado Carlos Rafael Rodríguez. Conclusiones El contenido del trabajo propicia el conocimiento de la vida y obra de Carlos Rafael Rodríguez desde una de las aristas de su pensamiento: el latinoamericanismo, sin descartar otras temáticas como el antimperialismo, pero brinda un vínculo estrecho con el contexto económico que permite visualizar la situación del continente ante el peligro que la acechaba, que siguiendo la visión martiana sobre la realidad de América nos acerca a su pensamiento. Constituye una herramienta de trabajo para los programas y planes de estudio que conduce a revitalizar a esta gran personalidad de la historia patria. Recordarla en nuestro quehacer revolucionario, en el reforzamiento de los valores que necesita la Revolución Cubana en los momentos actuales. Se exhorta a profundizar en el estudio de su pensamiento que proporciona análisis y soluciones del momento. Son ideas que expresan la continuidad del pensamiento de Martí y Bolívar sobre el despertar de los pueblos latinoamericanos. Su estudio aporta un certero examen en las condiciones del pasado y presente en la historia del continente. Bibliografía · Rodríguez, C. R. Las necesidades económicas de América Latina. En Letra con Filo (Tomos I y II). Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1983. · Rodríguez, C. R. Un Congreso por la libertad de América y la paz del mundo. En Letra con Filo (Tomos I y II). Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1983. · Hart Dávalos, A. Perfiles. Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1983. · Programas y planes de estudio. 2009-2010. Categoría: Educación Técnica y Profesional, Educación Preuniversitaria y Educación universitaria. Autor: Odalys González Hernández (E-mail ogonzalez@dme.ij.rimed.cu ) Profesora a tiempo parcial de la Universidad “Jesús Montané Oropesa” Trabajo: Dirección Municipal de Educación (Metodóloga)