Querandíes (etnia de Argentina)

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Querandíes
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Población 600 hab.
Países Bandera de Argentina Argentina
Idiomas regionales
Tehuelche

Queraníes. Nombre con que los llamaban las comunidades del litoral, en guaraní: "hombres de grasa", por su afición a la grasa del guanaco.

Ubicación

Los indios querandíes, a quienes conocieron los primeros descubridores y colonizadores, habitaban en la zona que tenía por centro el territorio de la actual ciudad de Buenos Aires, llegando por el norte al río Carcarañá, por el este al mar y Río de la Plata, por el sur hasta más allá del Salado bonaerense, y por el oeste hasta el pie de la Sierra Grande, en Córdoba.

Por consiguiente,los querandíes formaban el sector oriental de los pampas primitivos. Fueron subdivididos en dos grandes grupos: los taluhet, que ocupaban la llamada pampa húmeda; y los diuihet, en la parte occidental y meridional, la pampa seca.

Características

Contaban con notables poblaciones. Solamente en las cercanías de Buenos Aires, una reunía alrededor de tres mil personas. Sus chozas estaban construidas con ramas, hierbas y cueros de los animales que cazaban, especialmente el venado pampeano y el Coypo o falsa nutria.

Esta gente se alimentaban de la caza, la pesca, que efectuaban con redes y con el pescado hacían harina. También, de acuerdo con los versos escritos por el poeta Martín Del Barco Centenera, practicaban la agricultura, sembrando y cosechando maíz.

Posteriormente a la primera fundación de Buenos Aires, los Querandíes recurrieron al ganado cimarrón, cazando, comiendo y domesticando caballos, aprendieron a jinetear hábilmente aquellos equinos que abandonados por los españoles se reprodujeron extraordinariamente en la llanura pampeana.

Según Garay, en tiempos de la repoblación, apenas cuarenta años después de Mendoza, el ganado ascendía a 100.000 cabezas.

Los Querandíes, para la caza y la guerra utilizaban la flecha, el dardo, la bola perdida, la piedra de honda, la lanza y boleadoras.

Algunas de estas armas evidencian que tenían algún tipo de intercambio con la gente de las sierras, pues las rocas con que están fabricadas algunas de ellas no son originarias de esta región.

Aspecto físico

Queraníes

Eran de talla alta, tez morena y bien fornidos, cabeza alargada, rostro ancho y serio, boca saliente, labios gruesos; los ojos pequeños, horizontales, pelos largos y lacios, pómulos salientes, cráneos dolicoides, rasgos todos del tipo racial patagónico con semejanzas a los patagones, aunque de estatura algo menor. El esqueleto hallado en Fontezuelas sería anterior aún a los pampas históricos; lo mismo se ha dicho de los cráneos fósiles de Arrecifes. Altos, de.

Se servían del arco y la flecha, cazaban venados a pie y los rendían por cansancio. Eran nómadas; su vivienda era un simple paravíentos, con cueros de venados pintados y adobados; después utilizaron los cueros de bovinos y de equinos. Seguramente el toldo pampeano fue un perfeccionamiento ulterior.

Alimentación

Su alimento era la carne de ñandúes, ciervos y liebres preparaban bebidas alcohólicas y usaban boleadoras de piedra recogían productos silvestres de origen vegetal o animal y, como todos los pueblos patagónicos, se vestían con una pampanilla y un pellón, el quillango que les servía de capa. Se alimentaban con la carne . Sus chosas eran toldos de cuero: después de la llegada de los españoles, se apoderaron de los caballos salvajes y se hicieron excelentes jinetes. Atacaban a los pobladores cristianos y durante esos "malones", se apoderaban de ganado. Estaban ubicados en el norte de Buenos Airess y el sur de Santa Fe.

Usos y costumbres

Era un pueblo nómade, por lo tanto practicaban la recolección de raíces y frutos. Tenían una extraña costumbre: cuando las langostas arreciaban los campos pampeanos, los aborígenes prendían fuego a los pastizales, de esta manera el voraz insecto era cocinado por el fuego, entonces, los recolectaban, luego los molían y finalmente realizaban una pasta que comían gustosos.

El matrimonio se hacía por compra de la mujer a cambio de mantas, caballos, etc. Por encima de la familia estaba la parcialidad, agrupación de más o menos cien personas, de las cuales se conocían cinco, o más, cada una de las cuales llevaba el nombre de un animal como distintivo, resto de un antiguo totemismo. Al frente de cada parcialidad había un cacique, pero su autoridad era muy limitada. Eran elegidos para ese cargo individuos valientes y especialmente dotados para la oratoria en los parlamentos.

Trabajaban la piedra y poseían grandes morteros líticos; utilizaban las boleadoras de dos bolas y también las de una. En el área que ocupaban los querandíes se encuentra una cerámica con decoración simple, grabada y geométrica, que posiblemente era propia, similar al quillango; las mujeres también usaban una falda que cubría su cuerpo hasta las rodillas.

A la llegada de los europeos en el siglo XVI, el área aproximada de distribución (ya que al practicar un modo de producción cazador-recolector no eran sedentarios) de los het era la región pampeana al oeste del río Paraná. Esto es, habitaban las actuales provincias argentinas de La Pampa, la mayor parte de la provincia de Buenos Aires, el centro y sur de la provincia de Santa Fe (especialmente al sur del río Tercero-río Carcarañá), gran parte de la provincia de Córdoba (adaptados ecológicamente al bioma de la Pampa templada, sus límites septentrionales se encontraban en el ecotono con la región del Gran Chaco -hacia los 31º de lat. Sud) y las penillanuras de las actuales provincias de San Luis y Mendoza, aunque estas zonas del Cuyo resultaban de más difícil habitabilidad debido a su grado de continentalidad (extremos climáticos y falta de agua superficial).

Los het que vivían en las costas de los ríos Paraná y de la Plata son aquellos a los cuales les corresponde más precisamente el apelativo querandíes dado que hacia el s. XV habían recibido un importante influjo cultural guaraní. En opinión de estudiosos como Rodolfo Casamiquela los het pueden considerarse (como los charrúas) una de las etnias tehuelches o, lo que es igual, patagones.

A la llegada de los europeos se destacaban por ser grandes corredores (cazaban, o mejor dicho, capturaban, a la carrera, venados pampeanos, ñandús, e incluso guanacos), aunque para facilitar su actividad venatoria habían inventado dos artefactos: uno que sería clásico en Argentina, las boleadoras; y la llamada por los españoles piedra-perdida (boleadora más primitiva, consistente en una piedra atada a una especie de cuerda realizada con cuero o tendones)

Actividades económicas

Queraníes

Eran buenos corredores - cazadores, con arco, flecha y boleadora cazaban perdices, venados, codornices y ñandúes.

Viviendas

Sus viviendas eran sólo unos paravientos de cuero, muy sencillo, ya que su condición de nómade los llevaba a deambular con su hogar a cuestas.


Religión

Creían en un gran dios al que llamaban Soychu, quien tenía un contendiente, espíritu del mal conocido como Gualichu, nombre que ha llegado hasta nuestros días. Con la llegada de los españoles, adoptaron el caballo, esto trajo como consecuencia un nuevo modo de vida. Si bien siguieron siendo nómades, pudieron ponerse en contacto con otros aborígenes, usaban su cuero para hacer botas, correaje y toldos. También los usaron como monedas de cambio, mediante el trueque obtenían vestimentas, bebidas alcohólicas, cuchillos.Si bien su principal alimento era la carne vacuna, comían pescado, especialmente su grasa. Secaban el pescado, lo molían y obtenían así una buena harina.

Distribución

Estos naturales de la tierra, tal como se referían a ellos los españoles, ocuparon un área que va desde el sur de Santa Fe, por el norte, hasta el pié de las Sierras Grandes, hacia el oeste y toda el área norte de la Pcia. de Buenos Aires hasta el Río Salado por el sur. Eran, al decir de los cronistas, gente robusta y de tez morena, vivían formando grupos organizados y obedecían a jefes y caciques.

Disminución de la población

Algunos autores tratan de suavizar el triste final de esta nación mencionando la posibilidad de que se mezclaran con otros pueblos indígenas. Sin embargo, la principal causa de la brusca disminución de sus poblaciones tuvo que ser consecuencia de las enfermedades traídas por los españoles.

En 1605 se desató la primera epidemia de viruela, introducida por tropas que arribaron de España al mando de Don Antonio Mosquera. Las crónicas dicen que los más castigados fueron los negros africanos (descendientes de las personas que fueron esclavizadas por los españoles en África) y los trabajadores indígenas por carecer sus organismos de defensas contra la viruela.

Otro acontecimiento que puede poner fecha a la desaparición de estos indios en las tierras que habitaron por milenios, sea la fracasada organización de la Reducción Jesuítica San Francisco Javier, inaugurada el 23 de mayo de 1711, a dos cuadras de la iglesia de Luján, que fue abandonada por los indígenas a los pocos meses al declararse otra epidemia de viruela.

Aunque es posible que estos aborígenes ya no fueran querandíes puros, sino grupos mezclados con otras etnias pampas y mapuches, proceso derivado de la presión española en contra de las tierras de los pueblos originarios de la región de Chile que, corridos desde el otro lado de la cordillera, ingresaron en el actual territorio argentino.

Fuentes