Trol

Troll
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Seres bastante feos y sucios, piel de color azul, gris o verde, ojos oscuros y hundidos y nariz grande y curveada.
Características
Hábitat:Bosques, cuevas, grutas, castillos, montañas.

Troll. En la mitología escandinava, originalmente malévolos e implacables enemigos de los seres humanos. Vivían en grutas o en castillos en la cumbre de las colinas, robando y comiéndose a cualquier viandante tan atrevido como para ingresar en sus dominios durante la noche. Enormes, de piel dura y casi indestructibles, poseían un defecto: si se los capturaba a pleno sol se convertían en piedra o estallaban. En el folclore posterior, los trolls eran menos impresionantes y malignos. Cometían específicos actos de malicia, como robar las viandas a las muchachas que cruzaran por sus dominios, y también tenían poderes semimágicos tales como la profecía y las metamorfosis.


Descripción

Estos seres son bastante feos físicamente, su piel es un pellejo irregular de color azul, gris o verde. Sus ojos son oscuros y hundidos. Tenían nariz larga y curveada y solo tenían cuatro dedos en las manos y en los pies, además de que algunos tenían cola, algunos eran enormes hasta de 4 metros y otros pequeños de 20 centímetros, a unos les crecían ramas y musgos en su cuerpo e incluso tenían la capacidad de metamorfosis es decir se transformaban en objetos o animales, algunos se convertían en mujeres muy hermosas y la única forma de saber si eran trolls es descubrir si esas mujeres tenían cola. Los trolls vivían cientos de años la mayoría de ellos, pero debido a su naturaleza tímida siempre será un misterio su verdadero origen y su forma de vida y las sorpresas que a cada uno nos pueden preparar. Los trolls pueden caminar erguidos pero ligeramente inclinados, y a pesar de su postura, son seres muy ágiles y unos excelentes escaladores además de su destreza y enorme fuerza.


Comunidad

Estos seres viven en grupos de 3 a 10 trolls, con un líder que suele ser una hembra troll. Este liderazgo se determina mediante numerosas luchas. El troll que no gana el combate suele ser amputado de alguna parte de su cuerpo, a modo de castigo.


Origen

En Escandinavia hay muchos lugares llamados en honor a los troles, como la ciudad sueca de Trollhättan (‘capucha de trol’) y la legendaria montaña Trollkyrka (‘iglesia de trol’).

Gradualmente puede discernirse la formación de dos tradiciones principales sobre el uso de troll. En la primera, el troll es un descendiente directo de los jötnar escandinavos, grande y bruto. Se les suele describir como feos o con características animales como colmillos u ojos ciclópeos. Ésta es la tradición que ha llegado a dominar cuentos de hadas y leyendas, pero también el concepto prominente de troll en Noruega. Como regla general, lo que sería llamado un «troll» en Noruega sería en Dinamarca y Suecia un ‘gigante’ (jætte o jätte, derivado de jötunn).

La segunda tradición es más prominente en el sur de Escandinavia. Inversamente, lo que sería llamado troll en el sur de Suecia y Dinamarca se llamaría huldrefolk en Noruega y vitterfolk en el norte de Suecia. El término sureño se originó probablemente por una generalización de los términos haugtrold (‘trol del montículo’) o bergtroll (‘trol de la montaña’), ya que los troles de esta tradición residen bajo tierra.


Estos troles son muy parecidos a los humanos en apariencia. A veces tenían una cola escondida en sus ropas, pero ni siquiera eso era definitivo. Una forma frecuente de reconocer a un troll con aspecto humano en el folclore es fijarse mejor en lo que visten: en particular, las mujeres troll iban a menudo vestidas demasiado elegantemente para ser mujeres humanas que se mueven con frecuencia por el bosque.


Mientras los grandes troles ogrunos aparecen a menudo como seres solitarios, se creía que los troles «pequeños» era seres sociales que vivían juntos, como los humanos pero en el bosque. Criaban animales, cocinaban y horneaban pan, eran excelentes en la artesanía y celebraban grandes banquetes. Como muchas otras especies del folclore escandinavo, se decía que vivían en complejos subterráneos, accesibles desde entradas bajo grandes cantos rodados del bosque o las montañas. Estos cantos podían estar erigidos sobre pilares de oro.


En sus moradas, los troles acumulaban oro y tesoros. Había discrepancias sobre si los troles eran básicamente malvados o no, pero a menudo trataban a la gente como ellos eran tratados. Sin embargo, los troles podían provocar mucho daño cuando eran vengativos o juguetones, y a pesar de otras cosas siempre eran paganos. Los troles también eran grandes ladrones, y les gustaba robar la comida que los granjeros almacenaban. Podían entrar invisibles en los hogares durante los banquetes y comer de los platos de forma que no hubiese bastante comida, o echar a perder la cerveza y el pan de forma que faltase o no fuese suficiente.


A veces los troles raptaban a gente para hacerlos sus esclavos o al menos sus prisioneros. Estas pobres almas eran conocidas como bergtagna (‘llevados a la montaña’ o ‘tomados por la montaña’), que también es la palabra escandinava para ‘llevarse por arte de magia’. Estar bergtagen no sólo se refería a la desaparición de la persona, sino también a que tras su retorno, quedaban afectados por la locura o apatía provocada por los troles. Cualquiera podía ser raptado por los troles, incluso el ganado, pero el mayor riesgo lo corrían las mujeres que habían dado a luz pero no habían sido llevadas aún de vuelta a la iglesia.


Literatura

Fuera de Escandinavia se les asocia con historias infantiles y se los presenta como habitantes de terraplenes en los límites exteriores una tierra cultivada, cometiendo travesuras. Los trolls tienen su lugar en la literatura. Henrik Ibsen recurrió a ellos en Peer Gynt como símbolos del mal.

En las historias fantásticas como El hobbit (de 1937) de J. R. R. Tolkien (1892-1973), se los describe como muy peligrosos aunque son esencialmente criaturas de reacción lenta.

Parecen ser también la inspiración de los monstruos en las obras ilustradas de Maurice Sendak tales como Dónde viven los monstruos. En las populares historias de los Mumin, de Tove Jansson, se han metamorfoseado en criaturas benignas que viven en una arcadia.

Fuentes