Zoroastrismo

Zoroastrismo
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Fundador:Zoroastro o Zaratustra (profeta)
Deidad:Ahura Mazda y Angra Maingu
Texto sagrado:Zend-Avesta
País(es) con mayor cantidad de fieles:Irán
Corrientes:Parsismo
Religiones relacionadas:Mazdaísmo

El zoroastrismo es una religión dualista del antiguo Irán, surgida entre el siglo X y VII a. n. e. y propagada por Asia Central y Azerbaiyán. Se considera que su fundador fue el profeta Zaratustra a quien se le atribuye la creación de los Gathas, la parte más antigua del libro sagrado Zend-Avesta y las principales concepciones religiosas de los antiguos persas.[1]

Origen

El zoroastrismo se desarrolló primero en Irán oriental, llegando a imponerse en las regiones occidentales gracias a la subida al poder de la dinastía aqueménida (559-323 a. n. e.). En este período se convirtió en la religión de un gran imperio, desarrollada como respuesta a las demandas de una fé imperial.

La victoria de Alejandro Magno (conocido por la tradición zoroástrica como "el Maldito") provocó el fin de la era aqueménida, y propició el contacto de Irán con el pensamiento y la cultura helenística. Sin embargo, esta influencia fue superficial a causa de las hondas raíces en la cultura irania.

Más tarde, la dinastía sasánida (226-mediados del siglo VII n. e.), que se consideraba a sí misma como la defensora de la ortodoxia zoroástrica, intentó borrar de la fe todo rastro de influencia griega. Cuando los sasánidas fueron derrotados a su vez por los ejércitos musulmanes, el zoroastrismo empezó a quedar reducido a una religión marginal.

Las comunidades, en creciente disminución, no podían sostener la formación sacerdotal en interés propio, y el saber zoroástrico lo acusó. Enfrentados a esta amenaza, los sacerdotes pusieron por escrito todo lo que pudieron de sus tradiciones durante el siglo IX y el X.

En el siglo X, un grupo de zoroastras se trasladó desde el noreste de Irán hacia la India, donde se les conocía con el nombre de parsis (persas).

Bajo el gobierno británico los parsis se convirtieron en una comunidad muy próspera, mantuvieron un estrecho contacto con la cultura occidental y tuvieron que responder a sus desafíos. Ejerció una notable influencia en el judaísmo y el cristianismo.

Bajo la dinastía Pahlevi (1926-1979), la posición social de los zoroastras iraníes experimentó una sensible mejoría. En la actualidad, el número de miembros de la comunidad parsi está disminuyendo de manera considerable, debido en gran parte a las emigraciones y a los matrimonios mixtos, mientras que el de zoroastras iraníes ha crecido de forma espectacular desde la revolución islámica, hasta el punto de haber tenido representantes en la asamblea (parlamento) de Irán.

Su fundador Zoroastro; presenta sus enseñanzas como las propias de un profeta que innova y desarrolla la antigua religión iránica de la que era sacerdote. Su doctrina se centra en las cuestiones relativas a la naturaleza espiritual y moral del hombre, y trata de explicar la condición humana, así como el encuentro entre el bien y el mal. Aunque ha sido descrito en ocasiones como dualismo ontológico y di-teismo, el Zoroastrismo enseña en realidad un monoteísmo que trata de resolver el problema del mal, y afirma en el hombre libertad de elección moral. Es una religión que no sólo no se sitúa más allá del bien y el mal, sino que se encara directamente con lo que la Revelación bíblica denomina "misterio de iniquidad".

Los textos permiten afirmar que Zoroastro fue educado en la veneración de los tres ahuras, es decir, de «Mazda, y de los otros dos ahuras», y que fue él mismo quien desarrolló la adoración de Mazda no solo como el más grande y mayor de todos los ahuras, sino también de todos los dioses. Mazda es para Zoroastro simplemente Dios, en el sentido del único inmortal y eterno Ser divino. Este Ser trascendente es visto por el profeta como fuerza activa que puede ser también inmanente según voluntad, a través de una fuerza que denomina Espíritu o Santo (Spenta Mainyu). Se trata en suma de un Creador trascendente que se inmanentiza en el universo mediante poderes que se conciben al modo de hipóstasis divinas.

El mensaje de Zoroastro incluye la dramática advertencia a sus seguidores de que no deben venerar a un grupo de divinidades que son designadas con el nombre de daevas. Estos seres «han elegido el peor propósito», y «se han apresurado a ir hacia la ira con la que afligen al mundo y a la humanidad». Convencido de que los daevas no podrían ser de la misma esencia divina que Mazda, Zoroastro parece concluir que deben tener un origen del todo diferente al de las fuerzas o spenta divinos.

Así como Zoroastro afirma la existencia de Mazda como Espíritu original y autoexistente, postula también en dos Gathas, por lógica y por analogía, la realidad de otro Espíritu original y autoexistente que se opone a lo divino (Spenta), como una fuerza negativa y destructora. Uno de los textos sugiere que el profeta ha visto estos dos Espíritus cuando se encuentran por primera vez antes de que el mundo fuera hecho. Hablaré de los dos Espíritus primigenios de la existencia, de los cuales el más divino habló así al malo: ni nuestros pensamientos ni enseñanzas ni voluntades, ni nuestras elecciones, palabras o actos, ni nuestras propias almas están de acuerdo.

La tradición propia identifica estos dos Espíritus como Ahura Mazda y Angra Maingu, es decir, Ohrmaz y Ahoriman. Pero dado que Zoroastro suele modificar su terminología, y habla del Espíritu más Santo para referirse a Mazda, y del Espíritu Malo para nombrar a su adversario, hay autores que interpretan gemelos no como par sino como engendrados en el mismo nacimiento, y concluyen que Mazda es padre tanto del Buen Espíritu como del Malo. El bien y el mal tendrían así una única fuente, como ocurre en las tres grandes religiones monoteístas.

Aunque esta interpretación no es fácil de cohonestar con el sentido más obvio de los Gathas en su conjunto, ha conseguido imponerse a su contraria, y es hoy la base de una concepción del Zoroastrismo entendido como monoteísmo teológico y dualismo ético.

El marco geográfico y social de los Zoroastríanos ha sufrido considerables cambios a partir del siglo X, cuando un pequeño grupo se estableció en el noroeste de la India y ha llegado con el tiempo a ser una comunidad floreciente. El número aumentó cuando los ingleses desarrollaron el comercio en esa zona del subcontinente. Durante el siglo XVIII y el siglo XIX, los parsis alcanzaron posiciones de considerable influencia política y económica en el área, posiciones que mantienen en la actualidad. Han emigrado también a otros continentes, y hoy existen asociaciones Zoroastrianas formalmente constituidas en Hong Kong, Singapur, Australia, Kenya, Francia, Inglaterra, Estados Unidos y Canadá. El Zoroastrismo es practicado actualmente en más países que en cualquier otro momento de su historia.

En la India ha experimentado una cierta impregnación de enseñanzas y prácticas hindúes. Muchos Zoroastrianos practican yoga a título personal, visitan regularmente los lugares sagrados de santones populares, y asisten a conferencias de contenido hinduísta. Los nuevos movimientos religiosos de la India parecen ejercer cierta influencia sobre los Parsis. Vincularse a esos movimientos no supone para ellos abandonar su religión para convertirse a una nueva, como ocurriría con el Cristianismo o el Islam. Estos movimientos exhortan a buscar la verdad religiosa dentro de la propia religión y manifiestan una patente tendencia sincretista.

El zoroastrismo ha producido a lo largo del siglo XX una especulación de carácter religioso que se ocupa principalmente del origen del mal y trata de dar respuesta a las cuestiones que siempre se ha planteado la tradición zoroastriana antigua y moderna. Parece imponerse en la actualidad una posición ortodoxa, según la cual Ahoriman el principio del mal, no es igual a Dios ni tan poderoso como él.

Esta doctrina mantiene una distinción absoluta entre el origen del bien y el de su antítesis, el mal: «El mal claramente no puede venir de Dios... Hay así un dualismo fundamental que absuelve a Dios de toda mancha de mal...

El mal en el Zoroastrismo no es una realidad en sí misma, sino una paradoja existencial experimentada por el hombre mediante el desequilibrio que se refleja en el mundo físico. Es solo en el mundo relativo donde los estados de exceso y deficiencia son observables y discernibles, y confieren al mal una existencia aparente que no viene ni puede venir de ninguna otra fuente.

El mal refleja únicamente la negación de lo que existe y es intrínsecamente bueno. Al modo de un parásito, no existe ni puede existir por sí mismo. En otras palabras, el mal es ex nihilo, es decir, surge de la nada, y por tanto no tiene existencia real

Características

El zoroastrismo entiende el mundo como un escenario de guerra, limitado en el espacio y en el tiempo, en el que los poderes del bien y del mal pueden luchar hasta el fin. El destino de una persona depende de su elección entre el bien y el mal. La recompensa, según la elección, es el cielo o el infierno, "la casa de la vergüenza", un lugar de tormento. El zoroastrismo es una religión optimista.

Todas las criaturas y fenómenos del mundo, con excepción de los humanos, fueron creados por Ahura Mazda o por su maligno oponente, Angra Mainyu, y, por tanto, no se les puede ayudar a ser buenos o malos. Los elementos de la creación buena (como el fuego, el agua, la tierra, las plantas útiles, los animales benéficos y las personas justas) merecen reverencia. Los hombres son las únicas criaturas capaces de elección moral, y a cada individuo se le exige elegir en favor de Ahura Mazda, colaborando con ello a la derrota definitiva de Angra Mainyu.

Después de la muerte, el alma será juzgada en el puente Chinvat y enviada al cielo (temporalmente), al infierno o al purgatorio, en función del equilibrio entre sus buenos y malos pensamientos, sus palabras y las obras que haya realizado en la tierra.

Símbolos

El símbolo del zoroastrismo es el Faravahar, esta compuesta de varias partes, la figura humana representa el alma humana, el círculo que rodea al cuerpo representa que el espíritu, la mano hacia arriba significa que se debe de seguir el buen camino, el anillo de la otra mano simboliza la fidelidad. Las alas están compuestas de tres hileras de plumas, representa buenos pensamientos, buenas palabras y buenas obras. La cola es también de tres hileras de plumas, y éstas representan malos pensamientos, malas palabras y malas acciones. Las dos cuerdas que salen del círculo central representan los espíritus del bien (delante) y del mal (detrás).

El faravahar no es una representación de Ahura Mazda, el faravahar se interpreta como un recordatorio del propósito personal en la vida, que es vivir de forma que el alma progrese hacia la unión con Ahura Mazda.

El fuego, se le llama fuego de pensamiento en los Gazas. El fuego para el zoroastrismo es la expresión de la fuerza divina, la espiritualidad en potencia y la pureza. El fuego no se adora, el fuego es un símbolo de la divinidad.

Libros sagrados

Los textos sagrados del zoroastrismo son especialmente el Avesta ―que en Occidente debido a unos groseros problemas interpretativos se conoce como Zend-Avesta (cuando esto significa realmente ‘comentario al Avesta’― y los llamados textos Pahlavi.

El Avesta es una compilación de muchos textos, especialmente cantos sagrados, y su importancia para los mazdeos ―otro nombre con que son conocidos los zarathustrianos― puede compararse con lo que representa para un musulmán el Corán o para el cristiano la Biblia. Habría sido codificado de manera ordenada hacia el año 600, lo que revela que durante muchos siglos a través de una tradición oral se conservó el pensamiento y palabras del profeta.

El Avesta contiene entre otros textos a los Gathas, conjunto de cánticos que recitan a diarios los seguidores de Zarathustra. Habría sido escrito en distintos tiempos. Cabe indicar que la lengua gática tendría un ancestro común con el sánscrito védico. Así lo han demostrado las semejanzas de muchas palabras. Un ejemplo: la palabra asura que en sánscrito védico significa ‘demonio’ tiene su cognado en la palabra gática ajura.

Los textos litúrgicos que se incluyen en el Avesta se llaman generalmente Yasna (término que significa ‘reverencia’). Los estudiosos han descubierto gracias a un profundo análisis gramatical e histórico que los Gathas fueron escritos en gático, y en otras partes en nuevo avéstico.

En el siglo XX los gathas fueron traducidos al inglés por el doctor Ali Jafarey, un notable erudito de la Asamblea Zarathustriana, y al castellano por Ronald de la Vega y el doctor Luis Abreu. Esta última edición, de gran mérito, circula entre amigos y estudiantes, y requiere algunas correcciones estilísticas.

Influencia

El zoroastrismo influyó en el pensamiento occidental, y Platón, Aristóteles y otros pensadores griegos se interesaron por sus doctrinas. También es probable que las ideas de Zoroastro influyeran en la demonología, la angelología y la escatología judeocristianas, pues se han apreciado influencias suyas en los manuales de disciplina incluidos en los Manuscritos del mar Muerto.

Su principal contribución consistió en la creación de un credo monoteísta de dualismo ético que sería exacerbado por los maestros posteriores. No negó la existencia del panteón tradicional persa, pero dejó claro que sólo Ahura Mazda era digno de culto. También declaró que uno de los hijos de Ahura Mazda, Ahriman, optó por convertirse en demonio, dividiendo así el mundo en los principios enfrentados del bien y el mal. Estos dos elementos prefiguran gran parte de la posterior especulación ética y religiosa universal.

Mazdeísmo

Zoroastro predicó una nueva religión basada en la adoración de una deidad suprema llamada Ahura Mazda u Ormuz (‘el señor sabio’), acompañada de los seis espíritus de la verdad, la justicia, el orden, la docilidad, la vitalidad y la inmortalidad.

Era una religión dualista, pues a este dios de la justicia y la verdad se le oponía un espíritu del mal, llamado Ahriman. Los mazdeístas suponen que los individuos son libres de elegir entre el bien y el mal, pero que existe un imperativo moral para conducirse de forma justa y que las fuerzas superiores de Aura Mazda acaban por imponerse siempre; la creencia en la vida después de la muerte traduce esta confianza en el triunfo de las fuerzas del bien.

Oraciones

El zoroastrismo exige a los suyos la plegaria durante el día de ciertas oraciones o gahs. Tales rezos tienen una finalidad, cual es el mantener el fuego de la oración viva durante todo el día. Es decir, poder vigilar el propio corazón en el transcurso de las horas, a la vez que entregarlo al sumo bien o Ahura Mazda.

Es conveniente indicar que los momentos en que han de rezarse los Gahs, señalan las diversas etapas de un día, lo cual demuestra la adecuación de los ciclos cósmicos a la propia pulsación de la Fé Suprema.

Los gahs son:

  • Hawan gah. Ha de rezarse durante la salida del sol hasta mediodía.
  • Rapithwin gah. Mediodía hasta la media tarde.
  • Uzerin gah. Media tarde hasta el crepúsculo.
  • Aiwisruthrem gah. Crepúsculo a medianoche.
  • Ushahin gah. Medianoche hasta el alba.

Otras oraciones muy usadas son dos, que tienen un carácter sacro de preeminencia, y que se llaman Ashem Vohu, y Ahunwar (Yatha Ahu Vairyo), que suelen ser recitadas en los gahs o en los jashans (eventos importantes).

Además existen las letanías o niyayeshes. Pero no son éstas las únicas oraciones, sino que hay muchas más que se rezan enfestividades, o que tienen objetivos específicos. Así, por ejemplo, el Mihr Yasht (que significa ‘himno a Mithra’).

Referencias

  1. Novikov, M. P. (1981): Breve diccionario de ateísmo. La Habana: Editorial de Ciencias Sociales, 1981.

Fuentes