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| | |Nombre=El Burro Perico | | |Nombre=El Burro Perico |
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| | |origen=[[Santa Clara]], [[Villa Clara]], [[Cuba]] | | |origen=[[Santa Clara]], [[Villa Clara]], [[Cuba]] |
| − | }}'''El Burro Perico.''' Personaje popular de la ciudad de [[Santa Clara]], [[Cuba|Cuba]] que lo convirtió en leyeda, a estas alturas, ya nadie sabe lo que el animal era capaz de hacer para delicia de sus admiradores. | + | }}'''El Burro Perico'''. Fue un personaje muy popular en la ciudad de [[Santa Clara]] ([[República de Cuba|Cuba]]) que ha quedado presente en la memoria histórica colectiva, pasando a engrosar las leyendas contadas por la tradición oral de dicha localidad. En su memoria se erige un monumento en la zona Sandino, resultado del esfuerzo popular. |
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| | == Historia == | | == Historia == |
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| − | En un Principio, Bienvenido Pérez (Lea) prestó el animal de trabajo a su primo Eusebio quien lo utilizó en el tiro de un carro de helados; pero Perico escapaba con mucha frecuencia hacia Cerro Calvo, quizás por inadaptación, quizás guiado por sus sentimientos. La verdad es que tenía cansado al heladero y una tarde fue el colofón.
| + | Narra la tradición oral que el burro prestó servicios como tracción de un carro de helados del señor Eusebio, primo del verdadero dueño, Bienvenido Pérez, conocido como «Lea». Pero se escapaba con frecuencia para Cerro Calvo, zona cercana a la ciudad de donde procedía, hasta que un día arrastró consigo el carrito de helados y lo destrozó en su carrera. Eusebio lo devolvió a Bienvenido y pasó a realizar la misma función con su carretón, pero esta vez era una tienda ambulante que vendía de todo y luego el mismo carretón se ocupaba en recolectar botellas vacías por los establecimientos públicos de la ciudad. Este negocio dio buenos dividendos a su dueño, así que cuando el burro, ya nombrado Perico, llegó a la vejez, decidió liberarlo del trabajo pesado de la tracción. Perico ya habituado a recorrer las calles de Santa Clara, comenzó sus andanzas por su similar recorrido diariamente y cuentan que tocaba con los cascos de sus patas delanteras en las puertas de las casas para que le dieran pan o algo de comer. Lo singular del asunto es que no bebía agua en ningún lugar, que no fuera en su casa de manos de Victoria, la esposa de Bienvenido Pérez<ref>Carrazana, J. (1993): ''Perico, un personaje de Santa Clara''. Vanguardia.</ref>. |
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| − | Cuando se encontraba vendiendo helados en el paradero de trenes los truenos y relámpagos anunciaron un fuerte aguacero y el hombre fue a refugiarse en los portales dejando amarrado al pobre jumento a un poste. Las primeras gotas de lluvia aterrorizaron tanto al animal que logró partir las riendas que lo sujetaban, y se lanzó a toda carrera para la casa de Lea, no sin antes dejar el carro de las sorbeteras en un deplorable estado.
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| − | Muy molesto Eusebio devolvió formalmente el burro a su dueño, quien al parecer lo entendía mejor, pues no pasó mucho tiempo sin que Perico tirara de un carro al que llamaban "La Ferretería ambulante". Los trabajos de este carretón sirvieron para que se estrecharan los vínculos amistosos entre Perico y Findingo otro que con el tiempo llegó a ser un personaje muy popular entre los vecinos de [[Santa Clara]], pues usaba ropas extravagantes y dondequiera recitaba: "Que te paxa Maripoxa, que sobre todas las coxas te poxas', a la vez que cubría su pecho con toda clase de medallas y baratijas que encontraba a mano. [[Image:Burroperico.jpg|thumb|right|Burro Perico con el carretón de botellas]]
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| − | El mismo carretón después pasó a la recolección de tercerolas de manteca y por último a la recogida de botellas por todos los establecimientos de la ciudad. Más de mil botellas vacías transportaba el burro en cada viaje. Así pasaron tres lustros; el negocio de la botellería, gracias al trabajo de toda la familia Lea y la "modesta colaboración de Perico, dio muy buen resultado, al punto que el burro fue sustituido en su trabajo por un medio más moderno: Un [[Camión|camión]]. Lea, agradecido del trabajo de Perico, lo exoneró de todo deber, con el retiro merecido y una suculenta ración diaria de maíz.
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| − | No obstante, el animal, que ya había demostrado su inteligencia en otras ocasiones ingenió un plan para procurarse el sustento sin afectar directamente a su benefactor, plan que, con el decursar de los años haría imborrable su nombre en el folklore de Santa Clara.
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| | == Celebridad y fama == | | == Celebridad y fama == |
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| − | Después de dejar las barras del carretón, al parecer por el hábito adquirido, comenzó a recorrer las empedradas calles villaclareñas con su andar lento y distraído Al principio, el contacto con la gente le fue un poco difícil pues había quien no aceptaba que un animal paseara las calles de la ciudad tan libremente. Esa fue la primera conquista de Perico, ganarse pacientemente la simpatía de todos. Los niños lo llamaban para ofrecerle caramelos y otras golosinas, que él lentamente saboreaba agradecido.
| + | [[Image:Burroperico.jpg|thumb|right|Burro Perico con el carretón de botellas]]En su andariega vida tuvo percances, como el día en que un vigilante de la Policía quiso interferir en el camino de Perico. Trato de hacerlo regresar para que no continuara hacia el [[Casa de Cultura Juan Marinello Vidaurreta|Liceo]] (frente al [[Parque Leoncio Vidal Caro|Parque Vidal]]) y en su empeño creó todo un espectáculo público de espectadores que se agolpaban en defensa del burrito. El agente molesto, lo golpeó y la indignación de la gente creció, hasta que un sargento de la policía intervino y amonestó al vigilante. Al alertarlo que no se trataba de un burro cualquiera, sino de alguien muy especial que tenía los mismos derechos que cualquier ciudadano. |
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| − | Algún día de aquellos, Perico aprendió un manejo muy importante; tocó delicadamente con uno de sus cascos delanteros a la puerta de alguna casa, donde seguramente con anterioridad y de forma espontánea le habían brindado pan. Fue como un toque a la puerta de la historia, pues desde entonces trascendió a la celebridad y la fama.
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| − | Comenzó a visitar algunas casas donde le procuraban su alimento predilecto, el pan. Así siguió engrosando la lista de sus cariñosos suministradores. E1 toque de Perico era algo sensacional en la cotidianidad de una casa; brindarle pan, más que una limosna era un acto de gratitud por tan simpático gesto.
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| − | Cuando alguien, sin él solicitarlo le brindaba algo de comer en la puerta o ventana de la casa, aceptaba la invitación sin tardar, grabando el recuerdo en su solípeda memoria, de modo que jamás olvidaría saludar diariamente a los nuevos amigos.
| + | Otro día cometió el error de pastar en el césped del parque Vidal, se lo llevaron y lo hicieron prisionero. Los estudiantes y el pueblo se lanzaron a la calle a protestar a favor de Perico, y su dueño Lea tuvo que intervenir para que no internaran a su burro en un lugar que tenía salubridad para reclutar los animales errantes. Perico volvió a las andanzas, pero esta vez llevaba un cartel colgado al cuello con un letrero en contra de Juan Artiles López, entonces alcalde de la ciudad. El cartel decía: «No voten por Artiles, no me deja entrar al Parque»<ref>Reyes Aguilar, Judiel (2024): ''Leyendas Santaclareñas''. Editorial Feijóo, pp. 223-225.</ref>.[[Image:Burro-perico.jpg|thumb|Burro Perico tocando puertas|izquierda]]Perico fue también utilizado por los estudiantes del Instituto de Segunda Enseñanza en las campañas políticas, al colgarle carteles denunciando el gobierno. Cuando la [[Segunda Guerra Mundial]] al burro le escribieron una V en el lomo, que significaba la palabra «Victoria», como parte del sentir del pueblo por el triunfo contra el fascismo. |
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| − | El recorrido por la ciudad era siempre igual y con poca variación en el tiempo, siempre obedeciendo a la ubicación de los que visitaba y de los establecimientos que tenían sus latones llenos de desperdicios comestibles. Su ruta incluía a todos los barrios. [[La Pastora]], [[El Carmen]], [[Buen Viaje]] etc. y es notable que en ninguno de estor lugares a pesar de haber pozos de magníficas aguas, tomaba ni una gota de sus fuentes pues sólo la tomaba de manos de Victoria, la esposa de su dueño quien mimosamente se la servía cuando, al atardecer, regresaba de sus andanzas exigiéndole que rebuznara primero para dársela después, cosa que hacia Perico.
| + | Cuando salían las comparsas en el carnaval, Perico iba delante de la de Los Pilongos. Durante estas fiestas la gente le daba a tomar cerveza, pues un agente de la cervecería Polar fue quien inició esta adicción del burro con fines propagandísticos. |
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| − | == Anécdota ==
| + | Cuentan que hubo un momento en que unos periodistas norteamericanos enterados de que había un burrito en Santa Clara que bebía cerveza, llegaron para comprobarlo y se supone que para escribir una interesante crónica. Los yanquis le cambiaron la cerveza por wiski y Perico al probar aquello salió corriendo del lugar y los periodistas tuvieron que desistir de su propósito<ref>Crespo, M. (1993): ''Arre Perico''. Colección Escambray.</ref>. |
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| − | Cierta vez, este invariable curso por las calles fue alterado cuando tuvo un altercado con un novato agente del orden que estrenaba su azulado uniforme en la posta de Parque y Marta Abreu. Perico venía en dirección al Parque por la referida calle, en su diario crucero, para dirigirse al Liceo (hoy Casa de la Cultura); pero ese día el nuevo vigilante desconociendo que Perico no era un burro ordinario, y creyendo que era su deber ahuyentarlo comenzó a realizar toda suerte de maniobras y gesticulaciones profiriendo el típico cantar de los vaqueros del sur de las provincias centrales al conducir sus reses para que este desviara su rumbo; pero el burrito que no entendía que el policía tuviera derecho a bloquear su acostumbrado camino y le jugaba cabeza una y otra vez.[[Image:Burro-perico.jpg|thumb|right|Burro Perico tocando puertas]]
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| − | El incidente se fue convirtiendo en un espectáculo; la gente comenzó a aglomerarse para presenciar las peripecias de Perico y las ineptitudes del agente, y éste, presionado por su vanidad autoritaria propinó dos fuertes golpes en el lomo para que el animal entrara en razones. Aquello puso de mal humor al público y hubo voces que se alzaron contra la actitud del advenedizo esbirro.
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| − | Un sargento de la Policía que se encontraba entre los espectadores amonestó públicamente al guardia y le aclaró que Perico no era un burro ordinario, sino que se trataba de un burro "con los mismos derechos de cualquier ciudadano de la República”. El vigilante amoscado, y aún sin explicarse el suceso en su real magnitud, se excusó ante la gente y prometió guardar al burro todas las consideraciones que le habían concedido.
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| − | Pero ello no termina todavía: Perico, desde aquel día cuando llegaba a 1a barbería de [[Marta Abreu]] y [[Villuendas]], detenía su paso y levantaba la vista para observar al vigilante de la posta del Parque. Si el que encontraba allí era el del referido altercado, daba marcha atrás y tomaba otra ruta. Así, Perico, amparado por el cariño, la admiración y el cuidado popular va dejando paulatinamente de ser un burro ordinario para convertirse en la amada mascota de la ciudad.
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| − | == Manifestaciones populares ==
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| − | Hubo quienes trataron de utilizar su imagen para beneficios personales en las campañas politiqueras típicas de aquella época. Levantaron una ola de injurias a través de la prensa contra su dueño aduciendo que este después de haberse hecho rico a costa del trabajo del animal y de haber explotado al admirable burro lo tenía en la indigencia. Cartas de protesta fueron recibidas en el periódico [[El Mundo]] por tan descaradas mentiras, el pueblo conocía el gran amor con que el propietario del burro y sus hijos lo trataban.
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| − | El burro era punta de lanza en las manifestaciones estudiantiles, que se llevaban a cabo. Los jóvenes del instituto indignados ante la llamada ''"Prueba Selectiva"'' fueron con su protesta al Rector de la Universidad y allí iba Perico.
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| − | A raíz del primer gobierno de [[Fulgencio Batista]], Perico saltó a la calle portando sendos carteles que decían: ''"Abajo Batista"'' y ''"Abajo el director"'', refiriéndose al Director del Instituto de Segunda Enseñanza que en componenda con los políticos de turno permitía a algunos estudiantes que recogieran dinero a nombre del estudiantado y para su beneficio personal.
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| − | Perico estuvo preso. Un día cometió el error de invadir los jardines del Parque [[Leoncio Vidal]]: El alcalde asomado a una de las ventanas del Palacio de Gobierno lo vio personalmente y lo mandó a prender por comerse el césped.
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| − | El estudiantado, al enterarse de 1a noticia, se lanzó a la calle conjuntamente con la población. El alcalde, al ver que se ponía en juego su próxima reelección creando estas discordias, accedió a ponerlo en libertad.
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| | == La muerte de Perico == | | == La muerte de Perico == |
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| − | Todos los informantes coinciden en decir que lo más asombroso de su vida fue su muerte. Eran las seis de la tarde del día [[26 de febrero]] de [[1947]]. Perico se encontraba cerca del café Villa Clara Lea, lo vio y se le acercó. Notándolo cabizbajo y afiebrado le dijo: Perico tú estás enfermo, vamos para la casa. Y el animalito siempre obediente le siguió hasta la botellería.
| + | Perico falleció la noche del [[26 de febrero]] de [[1947]] cuando dormía en el pesebre instalado en la botellería de la familia de Bienvenido Pérez, que siempre lo acogió como uno más del entorno familiar. Al enterarse el pueblo le prodigó un entierro de humano en una fosa cavada para ello, autorizado por el Ayuntamiento, y hasta imprimieron esquelas mortuorias. La prensa cubana y extranjera cubrió el acontecimiento<ref>Águila Zamora, Hedy (2008): ''Sala de leyendas santaclareñas''. Inédito. Casa de la Ciudad de Santa Clara.</ref>. |
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| − | Al otro día por la mañana, Caballo; el sereno que cuidaba del patio de la botellería, muy temprano le preguntó a Victoria que ya estaba en pie: ''"¿El viejo está durmiendo?" y tras su respuesta afirmativa. "Pues mira. Perico ni se mueve, pa' mi que está muerto, yo lo estuve mirando por una ventana.''
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| − | No hallaban cómo decírselo a Lea; Pero al final, la dolorosa realidad se impuso. Al divulgarse la noticia, muchos centros de trabajo cesaron en sus labores, innumerables escuelas enviaron a sus alumnos; todos querían ver por última vez su simpática figura.
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| − | Llevándole flores, los niños desfilaron cerca de su cadáver para ofrendárselas, los obreros le llevaban coronas a nombre de sus lugares de trabajo; los muchachos del Instituto de Segunda Enseñanza, quisieron enterrarlo en el cementerio de la ciudad; pero Lea no permitió que su cadáver fuera sacado a la calle, y tras la autorización del Ayuntamiento. se acordó enterrarlo en el propio patio de la botellería donde durmiera toda su vida.
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| − | Su sepelio debía llevarse a cabo allí, en una fosa que el mismo pueblo cavó. Cuatro metros cúbicos de tierra fueron removidos para ocultar su cuerpo eternamente, con una mezcla de arena y cal. pues bajo estas condiciones había accedido el [[Gobierno Provincial]] a su entierro dentro de la localidad de Santa Clara.
| + | El burrito Perico ha sido motivo de inspiración para artistas plásticos que han dejado su imagen en fotografías, esculturas y pinturas. |
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| − | Unos dicen que su fallecimiento fue por muerte natural, y otros que ingirió boniatos más allá de lo debido. Lo cierto es que su desaparición enlutó a Santa Clara y a su sepelio acudieron tantas personas que fue reseñado por la prensa y la radio nacionales, y, cuenta la leyenda popular, que hasta en el periódico norteamericano [[The New York Times]] se habló del suceso. La despedida de duelo la hizo un senador de la República.
| + | ==Referencias== |
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| − | Las historias de Perico pasan de niño a niño en [[Cuba]], de abuelos a padres y de estos a sus hijos. El infatigable andador de las adoquinadas calles de Santa Clara, continuará paseando su asnal filosofía en la imaginación de los niños, en la memoria de quienes lo conocieron y entre los recuerdos bellos de esta ciudad. Santa Clara perdió a uno de sus personajes más populares. A el, los artistas cubanos han dedicado canciones, narraciones y la escultura metálica, siempre con alguien a su alrededor, para que Perico esté acompañado como en sus buenos tiempos.
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| | == Fuente == | | == Fuente == |
| − | *[http://www.cenit.cult.cu/sites/santa_clara/index.php?option=com_content&view=article&id=57&Itemid=58 Sitio Web Cultural Santa Clara]
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| − | == Véase también ==
| + | * Águila Zamora, Hedy (2008): Sala de leyendas santaclareñas. Inédito. Casa de la Ciudad de Santa Clara. |
| − | *[http://www.ecured.cu/index.php/Santa_Clara Ciudad de Santa Clara] | + | * Crespo, M. (1993): Arre Perico. Colección Escambray. |
| | + | * Reyes Aguilar, Judiel (2024): Leyendas Santaclareñas. Editorial Feijóo, pp. 223-225 |
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| | [[Category:Historia_local]] | | [[Category:Historia_local]] |
El Burro Perico. Fue un personaje muy popular en la ciudad de Santa Clara (Cuba) que ha quedado presente en la memoria histórica colectiva, pasando a engrosar las leyendas contadas por la tradición oral de dicha localidad. En su memoria se erige un monumento en la zona Sandino, resultado del esfuerzo popular.
Historia
Narra la tradición oral que el burro prestó servicios como tracción de un carro de helados del señor Eusebio, primo del verdadero dueño, Bienvenido Pérez, conocido como «Lea». Pero se escapaba con frecuencia para Cerro Calvo, zona cercana a la ciudad de donde procedía, hasta que un día arrastró consigo el carrito de helados y lo destrozó en su carrera. Eusebio lo devolvió a Bienvenido y pasó a realizar la misma función con su carretón, pero esta vez era una tienda ambulante que vendía de todo y luego el mismo carretón se ocupaba en recolectar botellas vacías por los establecimientos públicos de la ciudad. Este negocio dio buenos dividendos a su dueño, así que cuando el burro, ya nombrado Perico, llegó a la vejez, decidió liberarlo del trabajo pesado de la tracción. Perico ya habituado a recorrer las calles de Santa Clara, comenzó sus andanzas por su similar recorrido diariamente y cuentan que tocaba con los cascos de sus patas delanteras en las puertas de las casas para que le dieran pan o algo de comer. Lo singular del asunto es que no bebía agua en ningún lugar, que no fuera en su casa de manos de Victoria, la esposa de Bienvenido Pérez[1].
Celebridad y fama
Burro Perico con el carretón de botellas
En su andariega vida tuvo percances, como el día en que un vigilante de la Policía quiso interferir en el camino de Perico. Trato de hacerlo regresar para que no continuara hacia el Liceo (frente al Parque Vidal) y en su empeño creó todo un espectáculo público de espectadores que se agolpaban en defensa del burrito. El agente molesto, lo golpeó y la indignación de la gente creció, hasta que un sargento de la policía intervino y amonestó al vigilante. Al alertarlo que no se trataba de un burro cualquiera, sino de alguien muy especial que tenía los mismos derechos que cualquier ciudadano.
Otro día cometió el error de pastar en el césped del parque Vidal, se lo llevaron y lo hicieron prisionero. Los estudiantes y el pueblo se lanzaron a la calle a protestar a favor de Perico, y su dueño Lea tuvo que intervenir para que no internaran a su burro en un lugar que tenía salubridad para reclutar los animales errantes. Perico volvió a las andanzas, pero esta vez llevaba un cartel colgado al cuello con un letrero en contra de Juan Artiles López, entonces alcalde de la ciudad. El cartel decía: «No voten por Artiles, no me deja entrar al Parque»[2].
Burro Perico tocando puertas
Perico fue también utilizado por los estudiantes del Instituto de Segunda Enseñanza en las campañas políticas, al colgarle carteles denunciando el gobierno. Cuando la Segunda Guerra Mundial al burro le escribieron una V en el lomo, que significaba la palabra «Victoria», como parte del sentir del pueblo por el triunfo contra el fascismo.
Cuando salían las comparsas en el carnaval, Perico iba delante de la de Los Pilongos. Durante estas fiestas la gente le daba a tomar cerveza, pues un agente de la cervecería Polar fue quien inició esta adicción del burro con fines propagandísticos.
Cuentan que hubo un momento en que unos periodistas norteamericanos enterados de que había un burrito en Santa Clara que bebía cerveza, llegaron para comprobarlo y se supone que para escribir una interesante crónica. Los yanquis le cambiaron la cerveza por wiski y Perico al probar aquello salió corriendo del lugar y los periodistas tuvieron que desistir de su propósito[3].
La muerte de Perico
Perico falleció la noche del 26 de febrero de 1947 cuando dormía en el pesebre instalado en la botellería de la familia de Bienvenido Pérez, que siempre lo acogió como uno más del entorno familiar. Al enterarse el pueblo le prodigó un entierro de humano en una fosa cavada para ello, autorizado por el Ayuntamiento, y hasta imprimieron esquelas mortuorias. La prensa cubana y extranjera cubrió el acontecimiento[4].
El burrito Perico ha sido motivo de inspiración para artistas plásticos que han dejado su imagen en fotografías, esculturas y pinturas.
Referencias
- ↑ Carrazana, J. (1993): Perico, un personaje de Santa Clara. Vanguardia.
- ↑ Reyes Aguilar, Judiel (2024): Leyendas Santaclareñas. Editorial Feijóo, pp. 223-225.
- ↑ Crespo, M. (1993): Arre Perico. Colección Escambray.
- ↑ Águila Zamora, Hedy (2008): Sala de leyendas santaclareñas. Inédito. Casa de la Ciudad de Santa Clara.
Fuente
- Águila Zamora, Hedy (2008): Sala de leyendas santaclareñas. Inédito. Casa de la Ciudad de Santa Clara.
- Crespo, M. (1993): Arre Perico. Colección Escambray.
- Reyes Aguilar, Judiel (2024): Leyendas Santaclareñas. Editorial Feijóo, pp. 223-225