Diferencia entre revisiones de «Villa Manuelita»
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Al principio la familia no visitaba con frecuencia la casa de Mantilla, debido a las obligaciones políticas de Juan Gualberto y la falta de un automóvil propio, sin embargo, poco a poco fueron trasladando algunas de sus pertenencias hacia la nueva vivienda, hasta que en el año [[1932]], se trasladaron definitivamente. | Al principio la familia no visitaba con frecuencia la casa de Mantilla, debido a las obligaciones políticas de Juan Gualberto y la falta de un automóvil propio, sin embargo, poco a poco fueron trasladando algunas de sus pertenencias hacia la nueva vivienda, hasta que en el año [[1932]], se trasladaron definitivamente. | ||
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| − | + | «Mi abuelo adquirió la casa cuando ya tenía 63 años. Aquí vivió hasta su muerte en 1933; pero lejos de ser un lugar para el retiro espiritual como muchos pensaban, Villa Manuela se convirtió en un núcleo donde prosiguió las luchas por la independencia y la consagración al periodismo». | |
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| + | Aunque ya la casa no conserva la antigua estructura de madera y tejas, su entorno preserva el mismo amor por la naturaleza que animó a la pareja a trasladarse a ese santuario de la flora y la fauna. Como muestra de ello se levanta allí una indetenible ceiba que hoy encrespa los pisos originales de la casa. | ||
| − | + | Nos cuenta el escritor cubano Leonardo Padura Fuentes, en la crónica «Don Juan, el hombre», que aparece en su libro [[El viaje más largo]], que de todos los arboles que crecían en Villa Manuelita… tal vez el más insólito sea la ceiba al parecer muy común, pero que debió haber sido, precisamente ella, la que creciera en el [[Parque de la Fraternidad]], abonada con la tierra de todas las repúblicas americanas. | |
| + | El presidente Gerardo Machado, entre las diversas tretas que empleó tratando de ganarse al incorruptible e incansable Juan Gualberto Gómez, decidió que fueran él y Doña Manuelita quienes plantaran la ceiba en el Parque de la Fraternidad, en honor a la trayectoria patriótica de Gómez. Por eso un día llegó a la casa de Lealtad 106 una ceiba raquítica, sembrada en una lata de manteca. | ||
| + | Como quiera que la terminación del parque, se demorara infinitamente, Doña Manuelita, temiendo por la vida de la ceiba, decidió llevarla a Mantilla y trasplantarla en el patio de la casa. | ||
| − | + | Nos sigue contando Padura que: Tiempo después, cuando por fin estuvo terminado el Parque de la Fraternidad, los emisarios del gobierno fuero a visitar a Juan Gualberto y a su esposa. Pero la andaluza, recordó con satisfacción los dos metros de altura que ya había alcanzado su ceiba, y mandó a decirle al presidente que se buscara otra, pues esa ceiba ya no salía de su casa. Ella se había encariñado con el árbol y no se lo daba a nadie. | |
| + | Y la ceiba que debió haber sido sembrada en el Parque de la Fraternidad, sigue en pie, en el patio de Villa Manuelita. ‘‘ | ||
| − | + | En Villa Manuelita vivió hasta su muerte Juan Gualberto Ibáñez Gómez nieto del patriota y hoy lo sigue haciendo su biznieta Mercedes. | |
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| + | *Padura Fuentes, Leonardo. El viaje más largo. Ciudad de La Habana: Ediciones Unión, 1994. | ||
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Revisión del 10:45 17 may 2012
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Villa Manuelita. Casa quinta en la que vivió el patriota cubano Juan Gualberto Gómez Ferrer con su familia, desde el año 1917, hasta su muerte acaecida en el año año 1933. Hoy habitada por sus descendientes.
Ubicación
Villa Manuelita se encuentra ubicada en el número 65 de la Calzada de Managua, esquina a Luna, donde comienza a empinarse la senda que conduce a la localidad habanera de Mantilla, en el municipio Arroyo Naranjo.
Origen
En 1917 el matrimonio formado por el patriota Juan Gualberto Gómez Ferrer y la andaluza Manuela Benítez Mariscal, decidieron comprar la entonces Villa Esther. La quinta (rebautizada como Villa Manuelita en honor a su nueva dueña), era una pintoresca casa de madera y tejas, con una cerca de mampostería y hierro y un amplio jardín despoblado, que los esposos con el tiempo, se ocuparon de convertir en bosque.
Historia
Al principio la familia no visitaba con frecuencia la casa de Mantilla, debido a las obligaciones políticas de Juan Gualberto y la falta de un automóvil propio, sin embargo, poco a poco fueron trasladando algunas de sus pertenencias hacia la nueva vivienda, hasta que en el año 1932, se trasladaron definitivamente. La primera habitación fue convertida en despacho, y el cuarto contiguo al garaje, transformado en biblioteca, lugar donde estuvieron la mayor parte de los libros del patriota, hasta el año 1944.
Juan Gualberto Ibáñez Gómez nieto del patriota, apunta: «Mi abuelo adquirió la casa cuando ya tenía 63 años. Aquí vivió hasta su muerte en 1933; pero lejos de ser un lugar para el retiro espiritual como muchos pensaban, Villa Manuela se convirtió en un núcleo donde prosiguió las luchas por la independencia y la consagración al periodismo».
A lo largo de todo el mandato de Gerardo Machado, la casa de Mantilla devino sitio de reuniones y conspiración, y hacia finales de los años veinte, con la creación de la asociación Unión Nacionalista, alcanzó la mayor efervescencia revolucionaria. Actas de reuniones y Proclamas al pueblo discutidas y redactadas allí, se conservan en Villa Manuelita.
La ceiba de Villa Manuelita
Aunque ya la casa no conserva la antigua estructura de madera y tejas, su entorno preserva el mismo amor por la naturaleza que animó a la pareja a trasladarse a ese santuario de la flora y la fauna. Como muestra de ello se levanta allí una indetenible ceiba que hoy encrespa los pisos originales de la casa.
Nos cuenta el escritor cubano Leonardo Padura Fuentes, en la crónica «Don Juan, el hombre», que aparece en su libro El viaje más largo, que de todos los arboles que crecían en Villa Manuelita… tal vez el más insólito sea la ceiba al parecer muy común, pero que debió haber sido, precisamente ella, la que creciera en el Parque de la Fraternidad, abonada con la tierra de todas las repúblicas americanas. El presidente Gerardo Machado, entre las diversas tretas que empleó tratando de ganarse al incorruptible e incansable Juan Gualberto Gómez, decidió que fueran él y Doña Manuelita quienes plantaran la ceiba en el Parque de la Fraternidad, en honor a la trayectoria patriótica de Gómez. Por eso un día llegó a la casa de Lealtad 106 una ceiba raquítica, sembrada en una lata de manteca. Como quiera que la terminación del parque, se demorara infinitamente, Doña Manuelita, temiendo por la vida de la ceiba, decidió llevarla a Mantilla y trasplantarla en el patio de la casa.
Nos sigue contando Padura que: Tiempo después, cuando por fin estuvo terminado el Parque de la Fraternidad, los emisarios del gobierno fuero a visitar a Juan Gualberto y a su esposa. Pero la andaluza, recordó con satisfacción los dos metros de altura que ya había alcanzado su ceiba, y mandó a decirle al presidente que se buscara otra, pues esa ceiba ya no salía de su casa. Ella se había encariñado con el árbol y no se lo daba a nadie. Y la ceiba que debió haber sido sembrada en el Parque de la Fraternidad, sigue en pie, en el patio de Villa Manuelita. ‘‘
En Villa Manuelita vivió hasta su muerte Juan Gualberto Ibáñez Gómez nieto del patriota y hoy lo sigue haciendo su biznieta Mercedes.
Fuente
- Padura Fuentes, Leonardo. El viaje más largo. Ciudad de La Habana: Ediciones Unión, 1994.
- CABRERA, PAUSIDES Y ALBERTO RIESGO. Villa Manuela. Luces en las afueras. –En Tribuna de La Habana. –La Habana, 5 DIC. 2004.
