Anote Tong

Tong
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NombreAnote Tong
Nacimiento11 de junio de 1952
Isla de Fanning,Islas de la Línea, Bandera de Kiribati
OcupaciónPresidente de la República de Kiribati
TítuloMáster en Ciencias, en la especialidad de Economía
Partido políticoApoyando la Verdad
Hijos2 hijos

Anote Tong (en Chino, 湯安諾). Es el actual presidente de Kiribati. El excelentísimo señor Anote Tong nació el 11 de junio de 1952, en la Isla de Fanning, perteneciente al grupo de Islas de la Línea, de la República de Kiribati.

Síntesis biográfica

Tong es hijo de un emigrante Chino que se asentó en las Islas Gilbert luego de la Segunda Guerra Mundial y de una mujer de las Islas Gilbert.

En 1974, concluyó sus estudios universitarios en la Universidad de Canterbury, en Nueva Zelanda, y en 1988 obtuvo el grado de Máster en Ciencias, en la especialidad de Economía, en la Universidad de Londres, Gran Bretaña.

Entre 1974 y 1977 fue subsecretario en los Ministerios de Finanzas y Educación de Kiribati. Durante el año 1978 ocupó el cargo de director de Planificación Económica en el Ministerio de Planificación Económica de su país.

Entre 1980 y 1982 fungió como secretario del Ministerio de Comunicaciones y Trabajo, y en 1983 ocupó similar responsabilidad en el Ministerio para el Desarrollo de los Recursos Naturales.

En el año 1994 asumió el cargo de ministro para el Desarrollo de los Recursos Naturales, función en la que se mantuvo hasta 1996.

Entre 1996 y el 2003 fue miembro del Parlamento, por la localidad de Maiana, en representación del partido Apoyando la Verdad.

En el año 2003 fue electo presidente de la República de Kiribati y en el 2007 resultó reelecto para un segundo mandato.

El Presidente Tong también desempeña el cargo de ministro de Relaciones Exteriores de su país. Tong está casado con una mujer natural de Kiribati llamada Meme, con la cual tiene 8 hijos y 8 nietos.

Relaciones con Cuba

Kiribati y Cuba establecieron relaciones diplomáticas el 2 de septiembre de 2002, desde entonces los convenios de colaboración han estado encaminados en las áreas de salud y educación principalmente. A partir de 2008, labora allí una brigada médica integrada por 14 galenos cubanos. Estos galenos han atendido a 308 712 pacientes, realizado 4 287 cirugías y salvado 370 vidas. Además 33 jóvenes de la nación asiática cursan estudios superiores en Cuba, 31 de ellos en medicina.

Desafío

Para la República de Kiribati, el cambio climático es un hecho concreto, dado a que los efectos ya se hacen sentir. Los habitantes sienten esas consecuencias cuando el agua de las mareas inunda sus hogares y cuando beben agua y perciben que es cada vez más salada. El ascenso del nivel del mar, ya ha comenzado a formar depósitos de agua estancada frente a muchos hogares, está consumiendo nuestros pequeños islotes, y contaminando nuestros huertos y fuentes de agua potable.

El calentamiento global alterará las vidas de nuestros habitantes mucho más de lo que podemos imaginarnos. Dentro de 30 o 40 años, nación y la patria de estos niños y niñas, quizás haya dejado de ser un sitio habitable; quizás ni siquiera exista. Debemos pasar a la acción de manera rápida y decidida para reducir al mínimo los efectos negativos que el cambio climático tiene y continuará teniendo para la población de Kiribati.

Con el calentamento gloval se destruye nuestra capacidad de cultivar los alimentos necesarios para que nuestros niños reciban alimentación nutritiva y equilibrada. Debido al avance del mar, es necesario invertir cada vez más en obras de infraestructura básica, con la consiguiente reducción de los recursos destinados a la educación y la salud de los niños, niñas y jóvenes. El cambio climático consume el futuro de los adolescentes y amenaza su desarrollo físico y mental.

Si no reaccionamos de inmediato ante el cambio climático, los costos culturales, sociales y financieros serán aún más altos. Para los países de baja altitud, como Kiribati, que se encuentran en la primera línea del cambio climático, este fenómeno representa una amenaza real e inmediata. Los consiguientes trastornos económicos podrían ser catastróficos, hasta el punto de obligar a las poblaciones a establecerse en otros países.

Pese a que la Convención sobre los Derechos del Niño, que es el único convenio de las Naciones Unidas que ha sido ratificado por todos los estados insulares independientes de la región del Pacífico, no menciona explícitamente el derecho a la protección de los menores frente a los desastres naturales, el cambio climático atenta directamente contra el derecho de los niños y niñas a la vida, la supervivencia y el desarrollo.

Como estipula la Convención, todos los niños tienen derecho a un nivel de vida adecuado a su desarrollo físico, mental, espiritual, moral y social. El cambio climático amenaza el derecho de nuestros niños y niñas a preservar su identidad, de la que forma parte su nacionalidad, y a disfrutar del nivel más alto posible de salud. El cambio climático también amenaza los planes de desarrollo sostenible que se fijaron mediante los Objetivos de Desarrollo del Milenio.

Este año, nuestro país celebró 31 años de vida independiente. Tengo la ferviente esperanza de que nuestros hijos, nuestros nietos y las generaciones por venir puedan celebrar muchos más años de independencia en Kiribati. Somos un pequeño estado insular en desarrollo y no podemos hacernos cargo de las inversiones necesarias para confrontar el problema ni resolverlo por nosotros mismos. Hago un llamamiento a la acción convocando a las familias, comunidades y gobiernos de los países desarrollados a que se alíen con nosotros para garantizar que nuestros niños, niñas y adolescentes tengan un futuro. Examinemos las consecuencias que tienen nuestros actos con respecto al medio ambiente que compartimos y decidamos de qué manera podemos confrontar juntos, con nuestros niños y adolescentes, los desafíos del cambio climático. Eso es algo que deberíamos comenzar a hacer hoy mismo.

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