Central Quintín Bandera
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Central Quintín Banderas: Antiguo Ingenio Ramona, central creado con el fin de la molida de la caña de azúcar. Ubicado en el batey Quintín Banderas del municipio Coralillo perteneciente a la provincia Villa Clara. Actualmente se dedica a la refinería de azúcar.
Origenes
ingenio Ramona fue fundado en 1837, en sus inicios se llamó, San Francisco de Padua, estaba situado en los terrenos del corral demolido de Belén, hacienda anexa al reparto del realengo Las Cañas, estaba compuesto por 80 caballerías de tierras, limitaba al norte con los sitios de Sarduy y Hernández, al sur con los montes del Conde de Valle Llano y su ingenio Lugardita y parte del ingenio del Marqués de Campo Florido con el que limitaba por el este y por el oeste con los potreros de la Familia Sánchez. Su primer dueño se llamó Don Manuel Carabás, comerciante español y a el le sucedieron Francisco Armenteros y Caloe, Higinia Branly y Gálvez, Don Francisco Font y Linares. En 1869 pasa a ser propiedad de Don Lorenzo Arrechavaleta y Arrieta quien lo compra a remate en el juzgado de Guerra y lo llamaría en lo adelante Ramona en honor a su esposa. En pocos años sería uno de los más modernos de la zona al instalarse en él las máquinas de vapor.
Durante la guerra de los 10 años, fue escenario de las luchas al ser asaltado y quemado en 1898 por tropas del Brigadier José Luis Robau y del Coronel Nicolás Alberti. En 1910 fue nuevamente pasto de las llamas, siendo propiedad de los Hermanos Lorenzo y Francisco Arrechavaleta, después de lo cual fue reconstruido con armazón de hierro y modernizado con maquinarias de otros ingenios cercanos que fueron absorbidos por los de mejores resultados como el San Pedro, Santa Lutgarda, Caridad, Santa Clarita entre otros, lo cual trajo como consecuencia la emigración hacia esta zona de numerosas familias.
Algo muy significativo y que es meritorio destacar es que a pesar de haber sido destruido en dos ocasiones, esto no fue motivo para que dejara de producir debido al esfuerzo de sus trabajadores que lograron reconstruirlo en breve tiempo.
Liga azucarera
De igual manera se tenían relaciones fraternas con otros ingenios vecinos donde se celebraban encuentros de béisbol, como el convocado para el domingo 18 de marzo de 1953 en el Ramona Park (estadio de pelota) entre los equipos “Los Tigres de Sierra Morena” y “Central Ramona”. Todavía en la actualidad se siguen realzando estos eventos entre todos los centrales de la Provincia y posteriormente los equipos clasificados juegan a nivel Nacional.
Locomotora más Antigua
Toda la fábrica por sus atributos constructivos y su antigüedad conforma un patrimonio tangible que es preciso salvaguardar. De los equipos que lo integran sin lugar a dudas el más conocido es la locomotora no. 2 La Carlota que se exhibe en la Carretera Circuito Norte, como monumento imperecedero de tantas batallas productivas, esta locomotora llegó a Cuba en 1920, trabajaba con Fuel Oil y prestó servicios en Patio en diversas actividades fundamentalmente en el movimiento de casillas de azúcar, tenía doble enganche ya que prestaba servicio lo mismo en vía ancha que en vía estrecha, trabajó hasta 1979 y sirvió de escuela a todos los trabajadores ferroviarios de aquellos tiempos y a muchas que actualmente laboran en la industria para los que La Carlota fue y sigue siendo insignia y sirve de regocijo poder contemplarla y recordar cuantos años y experiencias les regaló.
Cuando dejó de funcionar junto a otras locomotoras como la 4,5 y 6 fue destinada a chatarra lo que fue impedido por dos trabajadores del ingenio, un maquinista que trabajó con ella muchos años, Simeón Cairo y su esposa Eusebia Arrechavaleta que se negaron a que fuera destruida y a petición de ellos se logró conservar esta joya que ya forma parte de la historia del central, y que constituye una muestra más del sentido de pertenencia de los obreros azucareros de vital importancia para salvaguardar el legado de su identidad.
Leyenda Popular
Desde épocas remotas muchos pueblos del mundo han creado interesantes leyendas y cuentos de gran riqueza y variedad, donde se reflejan las costumbres, religiones, etc., mezclando la fantasía con la realidad. Muchas de estas leyendas forman parte de la historia de estos lugares contribuyendo a formar la identidad de los mismos.
Este territorio no está exento de esta realidad, muestra de ello es la leyenda del majá mocho o KIN-KAL-KUA que ha perdurado por generaciones en los pobladores de esta zona y específicamente entre los obreros del central.
Cuenta la Leyenda que alguien vio a un enorme majá que se arrastraba por los caños del ingenio y que éste era símbolo de desgracias que ocurrirían, tales como accidentes fatales, malas producciones, entre otras.
Cuenta la leyenda que allá hace años y años en los tiempos en que estas tierras eran hacienda de cañas unidas al realengo" Las Cañas" , se alzaba la torre del ingenio San Francisco de Papua, siendo su dueño Don José Cadabal. Dicen que el sol secaba las brillantes gotas de rocío en la mañana, luego quemaba las cañas en las tardes, y preciosas aves de lindos colores alegraban los montes en los días en que aquellos hombres trabajaban la tierra y esperaban la noche y su rara fuerza para amparados por la oscuridad adorar a sus dioses.
Cuentan también que allá en la entrada del monte corría sigiloso el arroyuelo donde los negros esclavos iban a bañarse a la sombra de una gran Ceiba, parte de ella mojaba sus raíces en el agua y la otra penetraba la tierra con todo su majestuoso encanto.
Los esclavos creían que no debían bañarse al mediodía pues si lo hacían sucederían cosas terribles, el sol no continuaba alumbrando, se paraba en el cielo, se hacía de rogar, entonces la Ceiba se reía y sus raíces flotaban provocando grandes remolinos y de pronto detrás del tronco salía un enorme majá que asomaba su cabeza, silbaba y echaba veneno por la boca a los que lo miraban, entonces los esclavos despavoridos gritaban Kinkalkua, Kinkalkua, Kinkalkua.
Un día un esclavo se echó al agua desafiando a los Orichas que vivían en el árbol y como castigo a su desobediencia fue transformado en majá.
Y cuentan, que cuentan, que noche a noche el esclavo majá se arrastraba, por los túneles, sin luz ni ventanas, en las tinieblas del ingenio presagiando la muerte y la tristeza.
Esta leyenda dio lugar a la creación de un boletín informativo con el nombre de El Majá Mocho, que vio la luz el 7 de febrero de 1990 y aunque tuvo una vida efímera pues solo se editaron 5 ejemplares, tuvo significativa importancia por lo que reflejaba, contaba con la participación de varios compañeros y reflejaba la vida de toda la producción azucarera así como noticias importantes, curiosidades, entre otras.
Fuente
- Fondo documental oficial de la empresa azucarera Quintín Bandera
- Historia de Corralillo, Consejo Científico de Investigación de Historia Local.1998.
- La isla de cuba (azúcar) 1859 – 1860. Carlos Rebello.
- Historia de Nuestros Pueblos. P. Raúl Rodríguez Dago. Ediciones Emmanuel. Quemado de Güines. 2005.
