Miguel Perera Ortega
Miguel Perera Ortega. Mártir de la clandestinidad
Síntesis Biográfica
Nació en Vereda Nueva, Caimito, el 29 de septiembre de 1937. Desde sus primeros años aprendió las labores agrícolas con sus padres, campesinos y de filiación a los partidos auténticos. Cursó los estudios primarios en el Centro Escolar “Enrique José Varona” en Vereda y la segunda enseñanza en la Escuela Superior de San Antonio de los Baños. Posteriormente recibió una beca otorgada por el Partido Auténtico, en 1952, para la Escuela Técnico – Industrial “José B. Alemán” de Rancho Boyeros, cuyos estudios dejó inconclusos en el primer año. A partir de los quince años trabajó como jornalero en diferentes labores agrícolas, ayudante de construcción y de camión transportando carbón desde Bahía Honda en Pinar del Río.
Incorporación a la lucha
En 1956 ingresó al M-26-7, siendo fundador de la célula de su zona. Fue designado para el Grupo de Acción y Sabotaje, venta de bonos y Propaganda. Participó junto al grupo formado por Felipe Ismael Rodríguez (Rigo), Julio Montesinos, Israel Rodríguez, Orlando Delgado, Antonio M. de la Nuez y otros colaboradores en acciones incitando a la huelga general antes de abril de 1957 y otras actividades revolucionarias. Custodió las acciones de poner bombas, sabotaje en las redes eléctricas y de agua de la Sociedad “José Martí” de su localidad, con motivos de las fiestas patronales. Se unió a los revolucionarios alzados en las lomas de Pinar del Río y Bahía Honda, permaneciendo durante un mes en el clandestinaje.
Muerte
Fue arrestado por las fuerzas de Conrado Carratalá y Esteban Ventura entre los días 10 y 15 de julio de 1958 donde permaneció varias semanas en la Cuarta y Quinta Estación. Fue torturado, masacrado a tiros y arrojado en la esquina de las calles Antón Recio y Rubalcaba, en Ciudad de La Habana. En enero de 1959 fueron localizados sus restos junto a los de 4 jóvenes más, igualmente asesinados por la tiranía de Batista, en el Cementerio de los Chinos en La Habana, los cuales fueron trasladados a su pueblo natal y depositados en el cementerio local, donde se construyó el Panteón a los Mártires.
Fuente
Infante Curbelo, Leyanis. “En el corazón de la patria “, en el habanero. La Habana, 21 (52): 4, jul. 25, 2008. fot .