Usuario:Mena/Zona 4
Sumario
Cultura
Idioma
El idioma oficial es el portugués, los brasileños han incorporado a su lengua vocablos y frases de otras lenguas de inmigrantes como el alemán y el italiano. Existen numerosos pueblos originarios que hablan sus propias lenguas.
La cultura brasileña se podría simplificar a una mixtura de varios pueblos que constituyen la demografía de ese país sudamericano: indígenas, europeos, africanos, asiáticos, árabes etc., así como a la amplia gama de manifestaciones a través de las cuales se ha ido expresando esta combinación de expresiones culturales: música, pintura, literatura, cine, arquitectura. Como resultado de una intensa mixtura entre los pueblos, surgió una realidad cultural peculiar, que sintetiza las varias culturas. La cultura popular y la cultura erudita siempre fue bastante problemática en el país. Durante un largo período de la historia, desde el Descubrimiento de Brasil hasta mediados de los siglos XIX y XX, la distancia entre la cultura popular y la cultura erudita era bastante amplia: la primera buscaba ser una copia fiel de los cánones y estilos europeos, la segunda era formada por la adaptación de las culturas de los diferentes pueblos que formaron el pueblo brasileño en un conjunto de valores, estéticas y hábitos rechazados y despreciados por la élites. Gran parte del proyecto estético modernista fue justamente el de rescatar en los campos considerados "nobles" de la cultura (las artes en general, la literatura, la música, etc.) y hasta los hábitos cotidianos, considerándola como una legítima cultura brasileña.
Artesanía
La artesanía es definida como arte y la técnica del trabajo manual artístico no industrializado, realizado por artesanos, que no la producen en series. Es una expresión del origen, cultura e identidad de un pueblo y unas de las manifestaciones artísticas más ricas de un país. Aunque pueda ser comercializada, la artesanía no es una mercancía, porque lleva valores, creencias y culturas. Cada región de Brasil tiene su artesanía típica. En las regiones Sur y Sudeste, sobretodo en los estados de Santa Catarina y Minas Gerais, trabajos hechos con hojas de bananera, así como cacerolas, fuentes, botijas y jarros en cerámica son destacados. Minas Gerais también se destaca por sus alfombras y colchas hechas en telar manual, piezas producidas en estaño y piedras de diferentes minerales decoradas y talladas.
En la región Centro Oeste se trabajan mucho los bordados y en las producciones en madera, barro, tapicería y trabajos con frutas y semillas. Animales de porcelana y botijas de barro son muy comunes en Goiás y en Mato Grosso. Además de la artesanía relacionada al barro y a la madera, el Nordeste se destaca por el famoso encaje de bolillo, en Ceará. Todas las técnicas de producción en fibras de algodón son herencia de la colonización portuguesa y son conservadas hasta la actualidad. Es importante hacer hincapié en el relevante trabajo de los trenzados de paja, cesterías hechas con trenzados de carnaúba, bambú y liana. Así como en las otras regiones, el bordado también es muy popular en la región Norte. Pero la influencia indígena hace de la cerámica una de las producciones más presentes en el Norte del Brasil. Hay dos vertientes inspiradoras en los trabajos artesanos de ahí: la marajoara y la tapajónica, que son estilos genuinamente indígenas, con técnicas y formas milenarias. Joyas hechas de semillas y metales preciosos también son típicas del Amazonas. Los artículos en madera y metales también son comunes.
Música
Sencilla o sofisticada, erudita o popular, acústica o electrónica, urbana, suburbana o rural. En Brasil, la música es una de las más importantes manifestaciones del arte y de la cultura nacional, respetada y reconocida también internacionalmente. La llegada de la Corona Portuguesa, en 1808, transformó la producción musical y cambió los parámetros estéticos brasileños. Junto con la familia real, Río de Janeiro recibió la biblioteca musical de la familia Bragança, una de las mejores en la época en Europa. Carlos Gomes, Heitor Villa Lobos, Chiquinha Gonzaga, Joaquim Calado, Carmem Miranda, Noel Rosa, Ary Barroso. Son incontables los nombres y estilos que forman parte de la historia de la música brasileña. Los ritmos se renuevan, surgen nuevas tendencias, pero siempre con la creatividad musical característica del país. Estilos musicales que marcaron época: Samba: samba-canción, samba de breque, samba de rueda, samba enredo, samba rock. Ritmo característico de Brasil, la samba no para de reinventarse. De origen afro bahiana, el ritmo desciende del lundu usado en las fiestas de los terreros entre ombligadas y pernadas de capoeira.
Al inicio del siglo 20 fue adoptado por compositores como Ernesto Nazareth, Noel Rosa, Cartola y Donga, que lo retiraron de la oscuridad y lo legitimaron en la cultura oficial. Bossa Nova: movimiento urbano, originado a finales de los años 1950 en saraos de universitarios y músicos de la clase media. Al principio era apenas una forma diferente de cantar la samba, pero luego incorporó elementos del jazz y del impresionismo musical de Debussy y Ravel, y desarrolló un contorno basado en la voz y en el piano o guitarra. Entre los mayores nombres están Nara Leão, Carlos Lyra, João Gilberto, Vinicius de Moraes y Tom Jobim. Choro: género creado a partir de la mezcla de elementos de las danzas de salón europeas y de la música popular portuguesa, con influencias africanas. Chiquinha Gonzaga fue la primera pianista del género y, e En 1897, escribió Corta-Jaca, una de las principales contribuciones al repertorio del choro. Pixinguinha, Ernesto Nazareth y Waldir Azevedo fueron otros grandes nombres del choro en Brasil. Tropicalismo: el tropicalismo une elementos de la cultura pop y de la cultura de las élites, además de utilizar muchas veces el discurso políticamente comprometido y de protesta en contra de la dictadura militar. Caetano Veloso, Gilberto Gil, Gal Costa, Maria Bethânia y Os Mutantes son algunos de sus representantes musicales. Joven Guardia: movimiento que se ligaba básicamente al rock americano e inglés, pero de una forma más romántica. Sus mayores representantes son Roberto Carlos, Erasmo Carlos y Wanderléa.
Literatura
Brasil es un país rico en manifestaciones populares y la literatura está entre ellas. A través de las obras escritas, es posible encontrar textos, estilos y autores que retratan la cultura del pueblo. La literatura brasileña fue marcada por estilos y tendencias que reflejaban la realidad del país en diferentes épocas. Entre los estilos literarios que marcaron época en Brasil están:
Quinientismo (siglo XVI): fase inicial de la literatura brasileña que empieza con la colonización. Destacase el Padre José de Anchieta con sus poemas, autos, sermones, cartas e himnos.
Barroco: lenguaje extravagante, lleno de metáforas (decir una cosa con otras palabras) y antítesis (ideas opuestas) para mostrar los conflictos entre el alma y el cuerpo. Se destaca el baiano Gregório de Matos.
Arcadismo: estilo que valora la razón y el lenguaje simple con temas ligados al campo. Entre los principales autores están Tomás Antonio Gonzaga y Alvarenga Peixoto.
Realismo: lenguaje impersonal y objetiva, que explora los perfiles psicológicos de los personajes y el lugar de ellos en la sociedad. Machado de Assis es uno de los representantes de este movimiento.
Naturalismo: mismo período del realismo, con características parecidas, pero de lenguaje más explícito. Destaque para Aluísio de Azevedo, autor de O Cortiço (La Chabola).
Parnasianismo: para los autores de este estilo, lo importante es el arte por el arte, versos perfectos, rimas ricas y muy comportadas. Entre los principales del género está el poeta Olavo Bilac.
Simbolismo: inspirado en obras francesas, habla de la espiritualidad con muchas metáforas en poemas que se asemejan a descripciones de sueños. Destaque para Cruz e Sousa.
Pre-modernismo: el trazo en común de los escritores de ese estilo es ser diferente. Es la preparación para la revolución modernista. Entre los que se destacan están Augusto dos Anjos, Euclides da Cunha y Lima Barreto.
Modernismo: valora el lenguaje cotidiano, la libertad de expresión y la “brasilidad”. El gran marco es la Semana de Arte Moderno de 1922. Mário de Andrade, Oswald Andrade, Carlos Drummond de Andrade, Graciliano Ramos, Jorge Amado y Erico Verissimo son los grandes representantes de esa generación.
Autores contemporáneos: en las últimas décadas no hay movimientos claramente identificados o autodenominados. Es como si cada autor estuviera creando su camino. Destaque para Guimarães Rosa, Clarice Lispector, Rubem Fonseca y Carlos Heitor Cony. · Datos sobre la lectura en Brasil La práctica de la lectura es considerada importante factor para el acceso a la cultura y a la ciudadanía. Pero hoy, datos del Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (Ibge) demuestran que: El brasileño lee como promedio 1,8 libros al año, contra 2,4 en Colombia y 7 en Francia. - El 73% de los libros están concentrados en las manos de apenas el 16% de la población. - El precio promedio del libro es R$ 25,00, muy elevado cuando se compara con la renta del brasileño en las clases C/D/E. - De los aproximadamente 600 municipios brasileños que nunca recibieron una biblioteca, 405 quedan en el Nordeste y apenas dos en el Sudeste.
Artes escénicas y visuales
Las artes escénicas envuelven algunas de las expresiones artísticas más populares del país: el teatro, el circo y la danza. Los primeros contactos de Brasil con el teatro ocurrieron en el siglo 16, con el padre José de Anchieta, que usó el arte para catequizar a los indígenas. En los siglos siguientes, se diversificó con la introducción de piezas traídas de España y Portugal y la construcción de grandes teatros. En los años 1940, actores de Europa del Este se refugiaron en Brasil, introduciendo el método de Stanislávski en el Teatro Taller. En 1948, el italiano Franco Zampari fundó el Teatro Brasileño de la Comedia (TBC), en São Paulo. Las cuestiones sociales pasaron a ser discutidas en las piezas brasileñas en los años 1950. Un icono fue el Teatro de Arena, que cerró las puertas a mediados de 1971, en razón de la censura del régimen militar.
En la década de 1980 el teatro recibió la influencia del post-modernismo. En los años siguientes, el teatro experimental – tendencia vanguardista que privilegiaba temas sociales, morales y políticos –, se convierte en éxito de público y crítica en los espectáculos Paraíso Perdido (1992) y O Livro de Jó (1995), de Antônio Araújo, escenificadas en un hospital y una iglesia. La técnica circense también fue adoptada por varios grupos en la época. · Danza La danza tiene orígenes diversos y recibe influencias de otros países, principalmente africanas, moriscas, europeas e indígenas. Son diferentes en cada región del país y entre las más conocidas están: la samba, el maxixe, el xaxado, el baião, el frevo y la gafieira. Existen aún danzas folklóricas y tradicionales como forró, axé y otras más. ·
Circo Los circos brasileños más antiguos se organizaron en la segunda mitad del siglo 18. Hoy se estima que haya en Brasil 500 circos, de pequeño, mediano y grande porte. Hay desde compañías familiares, con cerca de 20 empleados, hasta grandes compañías, con 150 profesionales. Única institución de enseñanza directamente mantenida por el Ministerio de la Cultura, la Escuela Nacional de Circo (ENC) ofrece cursos regulares de formación y reciclaje de artistas y crea medios de preservar y difundir la tradición milenaria de esa arte. Artes visuales Las artes visuales son el conjunto de manifestaciones artísticas que comprende todo el campo del lenguaje y pensamiento sobre la mirada de los sentidos del ser humano. Son consideradas artes visuales la pintura, el diseño, los grabados, la fotografía y el cine, además de la escultura, instalaciones, arquitectura, moda, decoración y paisajismo.
Fotografía
Desde su invención, la fotografía conquistó su espacio en el cotidiano de las personas, retratando sus costumbres, artes y cultura. En Brasil, la historia de la fotografía empieza en 1839, con la llegada del daguerrotipo a Río de Janeiro. Con ese equipo la imagen era formada sobre una capa de plata pulida, aplicada sobre una placa de cobre y sensibilizada en vapor de yodo. El Emperador D. Pedro 2º, un fotógrafo apasionado, también contribuyó para el desarrollo del arte en el país. En viaje a París, en 1840, compró un daguerrotipo y con menos de 15 años ya registraba las primeras impresiones sobre Brasil a través del equipo. El siglo 20, más precisamente la década de 1940, es considerado un momento de cambio en la estética moderna de la fotografía brasileña. Es cuando la producción comienza a dejar el aspecto documental para tornarse una expresión artística. En ese período, los fotógrafos pasaron a realizar experimentos con las artes plásticas. También entre los períodos de 1940 y 1950 empieza el fotoperiodismo en revistas y periódicos como O Cruzeiro, Manchete y Última Hora. Junto con la expansión del mercado profesional de fotografía en los años de 1950 y 1960, museos y galerías de arte reciben cada vez más trabajos, que oscilan entre documentales y experimentales. Entre los nombres más importantes de Brasil en la fotografía está Sebastião Salgado. Reportero fotográfico desde la década de 1970, el artista quedó conocido por ensayos temáticos dedicados a las cuestiones sociales y la realidad brasileña.
Arte Rupestre
Hace miles de años el hombre dejó imágenes grabadas o pintadas en rocas y cavernas con las representaciones de su cotidiano y de la vida en las comunidades locales. Esa manifestación artística es llamada de arte rupestre y puede ser encontrada en abrigos, cavernas, paredes y techos rocosos, o aún en superficies rocosas al aire libre, de épocas pre-históricas (algunas con fecha de 40.000 a.n.e.). En Brasil las pinturas y grabados más antiguos, que llegan a tener 12.000 años, fueron encontradas en el Parque Nacional de la Sierra de Capivara, región de São Raimundo Nonato (Piauí). Son diseños y bocetos de animales, personas, plantas y objetos. Muchos muestran escenas de la vida cotidiana y ceremonias de culto. En Minas Gerais, en la región de Lagoa Santa, existen muestras de arte rupestre también muy antiguas, de cerca de 10.000 años. Son escenas de caza con uso de flechas y de trampas para cazar animales, redes grandes con pescados, retratando la dinámica del día a día de pueblos antiguos. Se resalta también la Toca da Esperança, región central de Bahía, Naspolini y Florianópolis, en el Estado de Santa Catarina. En Rio Grande do Norte, diversos sitios fueron encontrados, principalmente en las regiones de Seridó y en la altiplanicie de Apodi, con realce para las Losas de Soledad.
Gastronomía
A lo largo de más de 500 años de historia, la culinaria brasileña es el resultado de una gran mezcla de tradiciones, ingredientes y alimentos que fueron introducidos no sólo por la población nativa indígena como también por todas las corrientes de inmigración que ocurrieron en el período. Cada región del país tiene su peculiaridad gastronómica y su culinaria adaptada al clima y a la geografía. Además, el descubrimiento de Brasil remite a la culinaria, ya que las embarcaciones portuguesas llegaron a Brasil en 1500, cuando buscaban la India y sus condimentos. Debido a las diferencias de clima, relieve, suelo y vegetación – y poblaciones que los ocuparon – es muy difícil establecer un plato típico brasileño. La unanimidad nacional es, tal vez, el arroz y los frijoles, cuya preparación varía según la región.
Sin embargo, la mezcla de dos ingredientes tan comunes en la mesa del brasileño, a pesar de muy típico, no es suficiente para resumir toda la complejidad y la riqueza de la culinaria nacional. · Región Norte Influencias: la fuerte presencia indígena mezclada a la inmigración europea diferencia la gastronomía del Norte de cualquier otra encontrada en el país. Para muchos, la gastronomía del Norte es considerada el mejor ejemplo de culinaria típicamente nacional. Pese a sus raíces amazónicas, la cocina regional ha sufrido fuerte influencia de inmigrantes portugueses, al principio de la colonización. Después, con el ciclo del caucho, otros pueblos llegaron y dejaron sus trazos en la culinaria, entre ellos los libaneses, japoneses, italianos e incluso nordestinos (del Nordeste de Brasil), que migraron para la región en ese período. Principales ingredientes: yuca, cupuaçu, açaí, pirarucu, urucum (azafrán brasileño), jambu, guaraná, tucunaré, castaña del Pará.
Platos típicos: pato no Tucupi, Caruru, Tacacá, Maniçoba · Región Noreste Influencias: la diversidad climática (tropical en la costa y parcialmente árido hacia el interior) tiene reflejos directos en la culinaria “nordestina”. Desde el litoral de Pernambuco hasta el de Bahía la presencia africana se nota más fuerte por los vestigios de la esclavitud durante el ciclo de la caña de azúcar. En Alagoas, los mariscos son más comunes por sus diversas lagunas costeras. En Maranhão la influencia portuguesa es aún más fuerte que en los demás estados y el consumo de aliños picantes, muy común en el litoral, es menor. En el desierto nordestino, el clima favorece el consumo de carnes, sobretodo la carne de sol (carne ahumada y salada) y los platos hechos de raíces. La culinaria de las celebraciones juninas (festas juninas, en portugués, muy comunes en todo el país) también es típica del interior. Principales ingredientes: aceite de palma, yuca, leche de coco, jengibre, maíz, guanábana, camarón, cangrejo. Platos típicos: acarajé, vatapá, caranguejada, buchada, paçoca, tapioca, sarapatel, cuscuz, cocada. ·
Región Centro Oeste Influencias: la culinaria es altamente influenciada por la pecuaria, una de las principales actividades económicas de la región, de ahí la gran preferencia de la población del Centro Oeste por carnes bovina, caprina y porcina. Los ciclos de inmigración también introdujeron la culinaria africana, portuguesa, italiana y siria en la región. La fuerte presencia indígena lideró la preferencia regional por raíces. Al norte de la región, los límites con Pará, estado de la región Norte, reflejaron directamente en la preparación de algunos platos, principalmente los que llevan carne de sol y pequi (fruto del Cerrado, biomasa común en la región Centro Oeste). Mato Grosso do Sul, sin embargo, sufrió fuerte influencia de la culinaria latinoamericana, sobretodo en lo que se refiere a las sopas de pescado. Debido a la diversidad de la fauna del Pantanal, las carnes exóticas y pescados típicos de la región, como pacú, surubí y dorado también hacen parte del menú local. Principales ingredientes: pequi, yuca, carne seca, yerba mate, maíz.
Platos típicos: arroz con pequi, picadinho con quilbo, sopa paraguaya, empadro gociano, caldo de piraña, vaca atolada. · Región Sudeste Influencias: hasta el siglo 19 la cocina del Sudeste era esencialmente influenciada por los orígenes portugués, indígena y africano. Alimentos sencillos, como raíces, carnes, granos y vegetales fueron diseminados por todo el territorio Sudeste, lo que llevó la gastronomía de cada estado asemejarse mucho entre sí, tanto en relación a los ingredientes como en el modo de prepararlos. La excepción es la culinaria capeaba (de Espíritu Santo) que por su proximidad con el Nordeste y la gran área costeña tiene fuerte presencia de pescados y mariscos en los platos del día a día. Tras la llegada de inmigrantes japoneses, libaneses, sirios, italianos y españoles, la diversidad gastronómica, sobretodo en São Paulo, aumentó. En el estado, la culinaria internacional más integrada con la culinaria típica paulista es la italiana. Ingredientes: arroz, frijoles, huevos, carnes, masas, palmito, yuca, plátano, papas, chuño.
Platos típicos: tutu de Feijoo, virado à paulista, moquea capixaba, feijoada, picadinho paulista, pão de queijo. · Región Sur Influencias: la mezcla étnica que ocurrió en la región Sur resultó en una culinaria completamente diferente de la encontrada en otras regiones de Brasil. En el Sur, la presencia de la cocina italiana y alemana, además de la portuguesa y española, se sobreponen a las demás. La parrillada, principal plato de Rio Grande do Sul, resultó de un hecho histórico. Para catequizar a los indígenas de la región en la época de la colonización, los padres jesuitas introdujeron el ganado y dejaron el rebaño bajo la responsabilidad de los nativos. Con la llegada de los “tropeiros” (exploradores) paulistas y mineiros (de Minas Gerais), que los esclavizaron, el ganado quedó libre por los campos y se dispersó por el sur del territorio.
Por eso la abundancia de pastos y la tradición de la parrillada gaucha. Con la llegada de los italianos, las masas, la polenta y el pollo fueron integrados al hábito alimentar regional. La influencia alemana quedó restringida a las colonias en el interior de Rio Grande do Sul y de Santa Catarina. Paraná, a pesar de la fuerte influencia italiana, también tiene fuertes características de origen indígena, con la utilización de raíces y granos. Principales ingredientes: carne bovina y ovina, harina de maíz, hierba mate. Platos típicos: barreado, parrillada, galeto, sopa de capeleti, arroz carreteiro, sopa catarinense.
Arquitectura
La mezcla de inmigrantes, la formación social y el tipo de colonización aplicada en Brasil influenciaron todos los aspectos de la cultura nacional, incluyendo la arquitectura y el urbanismo. Como en otros países, el patrimonio arquitectónico esta estructurado con base en influencias artísticas, políticas y económicas de cada época. En Brasil no podría haber sido diferente, por eso la evolución de la arquitectura en el mundo occidental tuvo reflejos directos en el país. El rompimiento ocurrió solamente a principios del siglo 20, con la creación del movimiento modernista. Los períodos que componen la historia arquitectónica brasileña son:
Manierismo – 1530 - 1630 Predominante en Europa en el siglo 16, el estilo manierista portugués fue implantado en la colonización brasileña y se puede ver hasta hoy en fortalezas, iglesias, conventos y monasterios, como la Iglesia da Graça, en Olinda (PE), el Monasterio São Bento, en Rio de Janeiro (RJ), y el Fuerte de São João, en Bertioga (SP). Son construcciones formadas por portadas geométricas y simétricas para edificios civiles y militares, como órganos públicos y fortificaciones, y más ornamentadas para iglesias y monasterios.
Barroco y Rococó – 1600 - 1770 Caracterizada por la riqueza de detalles y de materiales, como el oro y las piedras preciosas, la arquitectura barroca se firmó en el país justamente gracias al ciclo del oro, en el siglo 17. Las primeras construcciones estaban en las ciudades costeras, como Salvador (BA), Recife (PE) y Río de Janeiro (RJ), que eran las puertas de salida de todo el oro recogido en Minas Gerais. Solamente en el siglo 18 las famosas iglesias mineras (de Minas Gerais) de Ouro Preto, São João Del Rei y Mariana empezaron a ser construidas. Los interiores tallados a oro son la principal característica del período. El rococó es considerado la última fase del barroco y nació en Francia. En Brasil, está presente en las fachadas tridimensionales y en las cúpulas de las iglesias. El período fue eternizado por el trabajo de Antônio Francisco Lisboa, más conocido como Aleijadinho (1730 – 1814), que esculpió las obras sacras de las más importantes iglesias de las ciudades históricas de Minas Gerais.
Neoclasicismo – 1770 - 1830 El neoclasicismo se caracteriza por el regreso de los trazos simétricos y geométricos y se inspira en la arquitectura greco romana. El período marca el final del ciclo del oro, la llegada de la familia real portuguesa a Brasil y el ansia de la población por la independencia. Ese movimiento fue más fuerte en Río de Janeiro, debido a la necesidad de reurbanización del local para la acomodación de la corte recién llegada de Europa. La Iglesia de Candelária, en Río de Janeiro, es una de las principales construcciones del período.
Eclecticismo - 1830 - principios del siglo 20 El desarrollo de las ciudades que ocurre después de la abolición de la esclavitud y de la proclamación de la República, en 1889, debilitó el uso del estilo neoclásico rígido. Con el aumento de la población en las ciudades, las clases dominantes buscaban diferenciarse mezclando elementos arquitectónicos de otros países y épocas, como la arquitectura gótica, florentina y normanda, en sus construcciones. Los ejemplos de eso en Brasil son: el Teatro Municipal (inspirado en la Ópera Garnier, de París) y la Pinacoteca del Estado, en São Paulo. En Rio de Janeiro, el Museo Nacional de Bellas Artes y la Biblioteca Nacional.
Neogótico - principios del siglo 20 El resurgimiento del estilo gótico en la arquitectura sucedió en diversos países occidentales y se nota esencialmente en construcciones religiosas, con sus enormes cúpulas de metal. Probablemente fueron construidas más catedrales góticas en esa época que en el propio período gótico, en el siglo 12. El mayor símbolo del estilo en Brasil es la Catedral da Sé, en São Paulo, que tuvo inicio en 1913 y que sólo fue entregada en 1954.
Neocolonial 1900 - 1930 En contraste con el período del Eclecticismo – de imitación de diversos estilos europeos -, el inicio del siglo 20 marcó la búsqueda por las raíces culturales brasileñas y el resurgimiento del estilo colonial. Se creía que los orígenes lusitanos representaban el verdadero estilo nacional y el movimiento se empezó a notar no solamente en construcciones públicas, como también en las casas. En Europa, la vuelta del estilo colonial también se hizo notar, pero con más énfasis en España que en Portugal. Un marco del período fue la construcción de la Facultad de Derecho de São Paulo, en el Largo São Francisco.
Modernista – 1922 - 1970 El año de 1922 marcó el centenario de la Independencia y la explosión de un sentimiento de “brasilidad” representado de modo muy diferente en las artes. El país tenía ganas de romper con cualquier tradición, forma o sistema, y las palabras de orden eran funcionalidad y racionalidad. El concreto aparente de las construcciones significaba el desarrollo urbano consolidado y el inicio del fortalecimiento de la industria. Oscar Niemeyer y Lúcio Costa eran los principales nombres, a pesar de que la “Casa Modernista”, primera construcción del estilo hecha en Sao Paulo, haya sido proyectada por el ruso Gregori Warchavchik. Sin embargo, fue el edificio del Ministerio de la Educación y Salud, construido en Rio de Janeiro, en 1943, el que abrió las puertas del modernismo arquitectónico brasileño para el mundo. El período, que duró hasta mediados de los años 1970, terminó de manera estupenda con la construcción de Brasilia. El modernismo se dividió en diversas escuelas arquitectónicas, pero fue Niemeyer el que logró innovarlo, dándole líneas curvas al concreto y transformando edificios en obras de arte. Entre las principales construcciones del arquitecto están el Edificio Copan, los pabellones del Parque Ibirapuera, en São Paulo, y el Conjunto Arquitectónico de Pampulha, en Belo Horizonte.
Contemporáneo - 1970 hasta los días de hoy Las rupturas ocurridas en el Modernismo, no sólo en Brasil como en el mundo, dieron origen a una colisión de estilos e inspiraron una nueva generación de arquitectos a utilizar formas geométricas lineares (constructivismo), no lineares (desconstructivismo) y la asimetría. Pese a no haber sido tan innovadora como la arquitectura modernista, la contemporánea fue marcada por nombres y construcciones de proyección nacional e internacional, además de la producción continúa de Oscar Niemeyer hasta los días de hoy. Lina Bo Bardi, arquitecta que proyectó el Museo de Artes de Sao Paulo (MASP), a pesar de haber empezado sus obras aún en el período modernista, contribuyó para la arquitectura brasileña contemporánea en edificios como el utilizado por el Sesc Pompéia, en São Paulo. Pero el nombre de mayor destaque y el más premiado del período todavía es Paulo Mendes da Rocha, que tiene su obra caracterizada por grandes huecos libres y líneas simétricas de concreto aparente. Su propuesta es la creación de ambientes funcionales, pero que estimulen, a la vez, la integración humana. Entre sus obras más famosas están el cobertizo de la Plaza do Patriarca, la reforma de la Pinacoteca del Estado, la construcción del Museo de la Lengua Portuguesa y la del Museo Brasileño de la Escultura (Mube), todas en São Paulo. Por su trabajo en la Pinacoteca, el arquitecto recibió el premio Mies van der Rohe, en el 2001. En el 2006, fue laureado con el Premio Pritzker, considerado informalmente el “Nobel de Arquitectura”, por toda su obra.