Despotismo Ilustrado
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Sumario
Historia
Aunque el término “despotismo ilustrado” fue acuñado en el siglo XIX, nació para intentar definir comportamientos políticos del siglo XVIII. Durante éste, numerosos soberanos de Europa defendieron una práctica ilustrada del poder, intentando proyectar en sus actuaciones el rey-filósofo del que hablaban Voltaire y otros pensadores de la Ilustración. Entre los déspotas ilustrados más significativos del periodo deben ser citados los ejemplos de: Carlos III en España, José I el Reformador en Portugal, Federico II el Grande en Prusia, Catalina II la Grande en Rusia y el emperador José II. Todos ellos intentaron impulsar, en alguna medida, reformas en distintas áreas (educación, justicia, agricultura, libertad de prensa o tolerancia religiosa).
Pese a todo, y aunque tales regímenes supusieron cierto avance respecto a las tiranías despóticas, constituyeron sistemas de gobierno que todavía deben ser enmarcados en la concepción absolutista (en ningún caso democrática) del poder, en tanto que no supusieron ninguna delegación del mismo en órganos representativos. Por otro lado, la efectividad real de las reformas emprendidas por los déspotas ilustrados fue escasa y pocas superaron el estadio de simples medidas económicas. En realidad, el déspota ilustrado sólo pretendía responder con sus actos al modelo de “hombre honesto” del siglo XVIII: intelectual, racionalista cultivado, amante de las artes y mecenas de los artistas, e innovador en materia política.
Por ello se rodeaba de auténticos filósofos (Voltaire en la corte de Federico II o Denis Diderot en la de Catalina II) o dejaba la aplicación de las reformas en manos de auténticos políticos ilustrados. En este sentido fueron significativos los reinados de Carlos III (rodeado de administradores como José Moñino, conde de Floridablanca, Pedro Rodríguez Campomanes, Pedro Pablo Abarca, conde de Aranda, o Gaspar Melchor de Jovellanos, todos ellos figuras claves de la Ilustración española) y de José I (cuya política ilustrada estuvo en manos del que fuera verdadero dirigente de Portugal en aquellos años: Sebastião José de Carvalho e Melo, marqués de Pombal).
Por último, citar el componente paternalista que caracterizó a estos reyes. Claro testimonio de ello son las palabras que el propio Federico II escribió en una de sus obras de filosofía política:
Procedimientos
Para llevarla a cabo se valieron de una serie de reformas que en cierto modo buscaban modernizar las estructuras económica, administrativa, educativa, judicial y militar de sus respectivos estados.
Todo ello, sin embargo, respetando la esencia del régimen absolutista y la división estamental de la sociedad. La planificación y puesta en práctica de esas actuaciones recayó sobre sobre una serie de ministros y altos funcionarios de la administración estatal, entre los que destacaron el marqués de Pombal en Portugal, el marqués de la Ensenada en España o Turgot en Francia. Descollaron los siguientes déspotas: En España, Carlos III; en Austria, María Teresa y José II; en Prusia, Federico II; en Rusia, Catalina II.
No obstante, la moderna historiografía pone en duda la verdadera intencionalidad reformista de algunos de ellos. Tal es el caso de Catalina de Rusia o Federico el Grande de Prusia. En Francia, cuna de las revoluciones burguesas, el despotismo ilustrado no alcanzó el relieve que en otros estados europeos, ya que las iniciativas de sus defensores (los ministros Turgot, Necker, Brienenne o Calonne) se toparon con la incomprensión y oposición de los privilegiados a los que las reformas afectaban negativamente.
Las limitaciones del despotismo ilustrado fueron evidentes: obtuvo relativos éxitos en los campos administrativo, educativo y económico. Sin embargo fracasó en lo social ya que sus promotores no fueron partidarios de acometer reformas en profundidad que pusiesen en peligro las viejas estructuras del Antiguo Régimen. Este fracaso abrió el camino a posiciones más radicales y, a la postre, el intento de modernización del absolutismo se vio frustrado por las revoluciones burguesas.
Se designa Despotismo Ilustrado (Absolutismo Ilustrado) a la forma de gobierno característico de la Europa continental de la segunda mitad del siglo XVIII, aunque comparte con el absolutismo la exaltacion del Estado y el poder del Soberano, estaba animada por los ideales de progreso, reforma y filantropia de la Ilustracion (especialmente sobre la razon). Es decir, por un lado fue una ruptura parcial con la tradicion medieval, pero no acogio todas las ideas de la Ilustracion, y fue una combinacion de diferentes ideas y su concretizacion a manos del propio despota o monarca europeo. La expresion Despotismo ilustrado no es contemporanea a los acontecimientos, sino que fue más tarde denominada así por los historiadores.
El despotismo ilustrado se desarrollo principalmente en Europa (Austria, Prusia y Rusia). Estados recientemente constituidos, de economia en general atrasada y esencialmente agricola, donde la burquesia era muy debil y, por consecuencia, con poco poder político. En razon de esto, el Estado tuvo que sustituir la iniciativa privada, elaborando reformas administrativas y juridicas, conduccion de la economia y la educacion.
El Despotismo Ilustrado contribuyó a acelerar la modernización de algunos paises. Del punto de vista religioso, el despotismo ilustrado no encontro la homogeneidad, por ejemplo en algunos paises se caracterizaron por un espiritu secular y en otros por ser hostiles a la religion. En algunos casos los despotas ilustrados mantenian alianzas con la religion. Los Despotas Ilustrados en general mantenian una tolerancia religiosa, libertad de expresión y de prensa y derecho a la propiedad privada, pero de forma relativa. La mayoría de los monarcas ilustrados fomento las artes , las ciencias y la educación. Voltaire fue un prominente filósofo ilustrado que sentia que las monarquías ilustrada eran la única forma real que ayudaría al avance de la sociedad.
El argumento para legitimar el poder de los Despostas Ilustrados no fue uniforme. Gran parte de los monarcas despotas legitimaban su poder sobre la base de la teoría del Contrato Social de Thomas Hobbes, en el que habla de los derechos divinos de los reyes. También legitimaron su poder con el argumento de que gobernaban por que sabían hacerlo y en consecuencia debían asegurarse del progreso de los pueblos. En efecto, los monarcas gobernaron con la intención de mejorar las vidas de sus súbditos con el fin de fortalecer y reforzar su autoridad. En el espíritu del absolutismo ilustrado, el emperador José II dijo: "Todo para el pueblo, pero sin el pueblo". En esta frase se desprende que el monarca deseaba concentrar todos los poderes del Estado y llevar a cabo reformas para el bien del pueblo, pero sin consultarle.
Principales representantes del Despotismo Ilustrado
- Federico II de Prusia: fue el principal déspota ilustrado prusiano que reformó el sistema penal; abolió la tortura practicada por su padre, fundó escuelas para promover la educación, fomentó la producción cultural y comercial, decretó la tolerancia religiosa.
- Catalina II la Grande: Durante su reinado en Rusia construyó escuelas, hospitales, reformó y modernizó las ciudades; racionalizó la administración pública y limitó la acción de la Iglesia.
- José II de Alemania: el emperador de Alemania abolió la servidumbre y tortura, secularizó sus bienes, fundó escuelas, hospitales y asilos, concedió la libertad de culto a todas las creencias religiosas; creó impuestos sobre el clero y la nobleza, así como tornó a el idioma alemán como obligatorio de colonia económica y social, exenta de impuestos para las exportaciones; fundó el Banco Real, expulsó a los jesuitas de Portugal, modernizó el ejército.
- Marques de Pombal: conde portugués que inició reformas administrativas, económicas y sociales; desenvolvió el comercio colonial, exenta de impuestos de exportacion, fundó el Banco Real, expulsó a los jesuitas de Portugal y modernizó el ejército.
Muchas de las reformas promovidas por los déspotas ilustrados fueron de corta duración. La mayoría fueron anuladas por sus sucesores.
Véase también
Enlaces externos
- La práctica del Despotismo Ilustrado: Carlos III
- Carlos III de España
- Federico El Grande
- Pedro I de Rusia
- Catalina II de Rusia