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Infarto testicular segmentario
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El infarto segmentario de testículo es una entidad infrecuente; de etiología generalmente idiopática. Se manifiesta como dolor escrotal agudo o subagudo. El diagnóstico se basa en la sospecha clínica y las pruebas de imagen, fundamentalmente Eco-doppler y RMN, que deben sugerir esta patología y permitir un tratamiento con-servador con ciertas garantías. El infarto testicular global es un cuadro relativamente frecuente y generalmente secundario a torsión del cordón espermático aunque se ha atribuido a otras posibles causas como hernias incarceradas, epididimitis, etiología idiopática, etc.; sin embargo el infarto focal de testículo es una entidad infrecuente. Hasta 1996 sólo se habían descrito 12 casos y en 2000 se añade un caso más a los 20 recogidos en la literatura. El infarto segmentario puede presentarse a cualquier edad pero predomina en la edad media de la vida, habiéndose descrito un caso en anciano de 79 años.

Etiología

La etiología del infarto segmentario es frecuentemente idiopática aunque se han atribuido a múltiples causas como epididimitis, vasculitis, fibroplasia de la media de arteria espermática, poliarteritis nodosa, traumas (incluyendo cirugía laparoscópica de hernia inguinal), policitemia, grandes esfuerzos, anemia de células falciformes, trombosis arterial por déficit de proteína S7, embolia arterial espermática por émbolos de colesterol, tromboangeitis obliterante, torsión seguida de detorsión espontánea del cordón, etc.

Síntomas y signos

La clínica más frecuente es el dolor escrotal unilateral, en ocasiones localizado en fosa ilíaca e irradiado a testículo. El dolor suele ser de intensidad variable, puede durar días o semanas y no se acompaña de síntomas miccionales. La exploración física varía según la fase evolutiva pudiendo ser normal al inicio del cuadro doloroso o bien presentar signos inflamatorios locales o incluso palparse nódulo o zona indurada a nivel testicular.

Diagnóstico

La forma más frecuente de diagnóstico es por estudio histológico de piezas de orquiectomía radical realizadas por supuesto tumor o tras orquiepididimitis de evolución tórpida. Sin embargo en los últimos años no es infrecuente el diagnóstico de sospecha de infarto de forma preoperatoria basado en pruebas de imagen. La ultrasonografía con doppler y la resonancia magnética nuclear (RMN) pueden inducir a un alto índice de sospecha, si bien puede resultar difícil descartar categóricamente el tumor de testículo. Si consideramos esta posibilidad se puede optar por tratamiento conservador de la gónada, total o parcial.

En ecografía testicular el dato más frecuente es la presencia de área hipoecogénica bien delimitada, en ocasiones de forma triangular con vértice en mediastino testicular, con signos de ausencia de vascularización en ecodopler-color3. El diagnóstico diferencial de estas áreas hipoecóicas hay que hacerlo con neoplasias, abscesos, hemorragias o infartos. Los tumores se presentan generalmente como áreas focales de variada ecogenicidad, sin poder diferenciar lesiones benignas de malignas; con eco doppler esas lesiones si son mayores de 16 mm se asocian con aumento y desorden de vascularización10, siendo por tanto fundamental identificar vascularización que permita diferenciar tumores de infartos. El infarto testicular tanto global como segmentario se caracteriza por área hipoecóica sin refuerzo posterior y pobreza o ausencia de flujo en doppler; no obstante tumores menores de 1,6 cm pueden presentar aspecto similar. Los hallazgos sonográficos en los infartos varían según la fase evolutiva del proceso11. Los abscesos o zonas de supuración se presentan como áreas hipo o anecoicas con anillo hipervascular alrededor de la lesión.

En RMN el patrón característico es una lesión con área central de baja intensidad y otra periférica de alta señal sugestivo de isquemia, aunque no se pueden descartar lesiones neoplásicas (sobre todo tumores menores de 1,6 cm). En un caso aportado por Kodama2 la RMN se realizó 5 días después del cuadro doloroso y apreciaron una masa bien circunscrita con intensidad media de señal en T1 y alta intensidad en T2. Tras administrar gadolinio la imagen presentaba un anillo de alta señal en T1. Las imágenes RMN también varían según el estadio evolutivo del infarto. Esta técnica puede suponer una ayuda en el diagnóstico de patologías testiculares aunque no siempre es posible excluir tumores o abscesos. Las nuevas técnicas de RMN podrán en el futuro reducir la frecuencia de exploraciones quirúrgicas de enfermedades benignas como el infarto testicular2.

El tratamiento más frecuentemente realizado ha sido la orquiectomía radical por supuesto tumor pero si se sospecha esta patología se debe proceder a resección testicular parcial precedida de biopsia intraoperatoria2,3,8,12. El tratamiento conservador del teste se debe reservar para casos en los que la historia, exploración y datos complementarios sugieran de una forma consistente la posibilidad de lesión benigna. Incluso en esos casos se puede recurrir a la vía inguinal, exploración de teste con clampaje de cordón y biopsia que confirme la lesión isquémica, no tumoral, de una forma categórica. En caso contrario se procederá a orquiectomía radical. Cuando se recurre a cirugía exploradora urgente por sospecha clínica de torsión, sin datos ultrasonográficos preoperatorios, y se evidencia lesión sugestiva de infarto segmentario puede realizarse exploración gonadal tras sección bivalva, como describen Costa et al.13 y practicar exéresis sólo de la lesión, una vez descartada la posibilidad de neoplasia.

En los últimos años se han publicado varios casos con alta sospecha diagnóstica de infarto testicular segmentario basándose en eco-doppler y/o RMN. No obstante se procedió a exploración quirúrgica practicándose orquiectomía14 o exploración de la gónada y tras comprobar la presencia de la zona focal isquémica se actuó de forma conservadora mediante exéresis de la zona lesionada y preservando la sana12. Otra opción de tratamiento conservador es la actitud expectante con controles seriados de Eco-doppler o RMN, cuando el grado de certeza diagnóstica es alto, pudiendo apreciarse la revascularización y reducción lesional15, evitándose así una cirugía.

  • Infarto segmentario de testículo (en línea). Consultado: 12 de julio de 2012. Disponible en: scielo.isciii.es
  • Infarto testicular segmentario vs. tumor testicular: utilidad de la biopsia fría (en línea). Consultado: 12 de julio de 2012. Disponible en: scielo.isciii.es
  • Infarto testicular segmentario: un pseudotumor infrecuente (en línea). Consultado: 12 de julio de 2012. Disponible en: scielo.isciii.es
  • TRAUMATISMO DEL ESCROTO Y SU CONTENIDO (en línea). Consultado: 12 de julio de 2012. Disponible en: www.aeu.es