Carnavales infantiles en Las Tunas
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Carnaval infantil en Las Tunas. Festividades infantiles que se celebran en esa provincia desde 1954, en la que los pequeños participan y se divierten con los desfiles de carrozas, congas y comparsas pero mucho populares después del triunfo de la revolución.
Historia
El Carnaval infantil de Las Tunas ha tenido cambios significativos a lo largo de su historia que expresan las transformaciones socioeconómicas y culturales ocurridas en el contexto local. En el año 1954 se amplía la participación del carnaval con la organización de un carnaval infantil, patrocinado por los comercios de la ciudad. En esta fiesta se efectuaron competencias de patinaje, consistente en corridas de cintas en patines, compuestas por dos bandos, denominados rojo y azul. Cada uno representado por un capitán. En el paseo desfiló la carroza del reinado infantil representados por los reyes infantiles la niña Miriam Peña y el niño Roberto Ortiz; asimismo, una comparsa infantil, también en el batey del central Manatí. Fueron estas actividades las precursoras del actual carnaval infantil. Este tipo de festividad dedicada a los niños no tenía un carácter tan popular, pues estas eran organizadas por las sociedades de la ciudad. Algunas mujeres como Estela de la Cruz prepararon aquellas primeras carrozas y comparsas.
Cuentan algunas personas que las congas y comparsas infantiles se distinguían por los niños y niñas vestidos de aborigen y prendas cubanas de todos los tiempos, expresión de la dinámica y evolución de las identidades que han identificado a los tuneros; asimismo, atributos de la industria agroazucarera y de otras actividades que caracterizaban la economía del territorio. El primer carnaval infantil después del Triunfo de la Revolución se desarrolla en septiembre de 1968, una semana antes de iniciar el de los adultos, justamente un domingo de modo que las personas adultas tengan la posibilidad de acompañar a los niños. El peso fundamental en la organización del evento lo tuvo la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), con la participación de la Unión de Pioneros de Cuba (UPC). Las federadas confeccionan los adornos del carnaval, así como objetos para los niños como: gorritos, antifaces y caretas. El vestuario era en dependencia de las posibilidades de los padres de los niños.
El paseo se desarrolla en coches tirados por caballos, encabezado por la estrellita del carnaval en lugar de una reina como en el carnaval de los adultos. La primera estrellita, resultó ser la niña de 12 años de edad nombrada Lurdes Leyva Peña. A esta la acompañaban un grupo de niños que representaban su séquito o corte, seguidos por una larga comitiva. El acto de coronación de la estrellita se efectuó en la pequeña plaza ubicada al costado de la Iglesia católica. El resto de las actividades del carnaval se desarrollaban en el Parque Vicente García. Participaban miles de niños, se repartían dulces, refrescos y los atuendos que identifican una fiesta para niños. Cuentan que la idea del paseo en coches permaneció solo unos tres años, tiempo en que fue sustituido por las típicas carrozas similares a las de hoy, pero más sencillas. En la década de 1970, el carnaval infantil se efectuaba acto seguido de culminar el carnaval para adultos, el paseo contaba con dos o tres carrozas, dos comparsas y dos congas. Se desarrollaba desde el centro del pueblo hasta el “Parque 26 de julio” donde se establecía el área central de las actividades. Las experiencias acumuladas en cada jornada carnavalesca, permitieron mejorar la calidad de esta festividad en años posteriores. Hasta la década de 1990, los actores del carnaval infantil eran buscados en las escuelas, pues no existía un sistema y los recursos humanos que garantizaran, institucionalmente, la preparación sistemática del potencial artístico de la comunidad.
La Casa de la Cultura Tomasa varona se inaugura el 26 de julio de 1980, esta institución, ha llevado siempre el peso del diseño y organización de la fiesta carnavalesca infantil que se inicia a partir de 1986, una semana antes del carnaval para adultos. El año de florecimiento de este carnaval es en 1987, en este año el diseño de las actividades fue basado en la vida y obra de José Martí. Se representa a Blanca Nieve y los siete enanitos, la Caperucita Roja, y otros elementos del imaginario infantil. Las actividades recreativas en las fiestas carnavalescas se establecen por el Instituto Nacional de Deporte Educación Física y Recreación (Inder) a finales de la década de 1980. Estas consisten en juegos tradicionales en la feria instruidos por profesores y activistas de recreación y deporte. En la actualidad se desarrolla en las diversas áreas del carnaval. A finales de la década de 1990, comienza a desarrollarse en la ciudad de Las Tunas, los 14 de septiembre, una fiesta de titiriteros, en ocasión del cumpleaños del Teatro Guiñol. El festejo infantil comienza con un desfile que culmina en el busto de Martí ubicado en el centro de la ciudad, donde se coloca una ofrenda floral. La actividad central se desarrolla en la Plaza cultural.
En esta festividad los niños y los títeres han estado de fiesta. En poco tiempo, la festividad es reconocida en todo el país como resultado de la participación, cada año durante ese mes, de la gran fiesta de titiriteros conocida como “Tunitas”, en la que participan pequeñas agrupaciones de este arte de todo el país. Durante los días en que se desarrolla el evento se hacen numerosas presentaciones a los niños en comunidades, teatros, instituciones, escuelas, hospitales y otros espacios en los que ¡el títere está de fiesta! En el año 1999, comenzó a desarrollarse un gran festival de disfraces, organizado por el Consejo Provincial de Artes Escénicas y la Casa de Cultura Tomasa Varona mediante los promotores culturales e instructores de arte. Esta fiesta, tuvo sus antecedentes en los bailes de disfraces desarrollados desde la década del 40 y 50. Comenzó a efectuarse una semana antes del carnaval infantil, en seis áreas de la ciudad: La Pista Joven, conocida también como “Tanque de Buena Vista”, el área del centro Escolar Jesús Argüelles, La Ceiba, el parquecito de la calle Rubí, el área del Centro Escolar Juan Ramón Ochoa y el parque infantil La Cubana. El disfraz es libre, a decisión de los niños, aunque se les sugiere que sean representativos de la cultura popular tradicional. Los mejores niños y niñas disfrazados son premiados, otorgándosele además, el derecho de participar en la carroza de disfraces del carnaval infantil. A partir del año 2000, el carnaval adquiere una nueva concepción con la intervención de los promotores culturales e instructores de arte de las casa de Cultura. Estos agentes de la cultura, promueven y forman de modo sistemático en las comunidades, y a través de las compañías infantiles, todas las manifestaciones culturales comenzaron a hacer gala durante el carnaval. Hasta el año 2007 el paseo de este gran festejo se efectuaba por la calle Vicente García, desde centro del pueblo hasta el Parque 26 de julio, después de este año, se traslada para el extremo Este de la ciudad.
A partir del año 2010 se le suma a la fiesta de disfraces los artistas de un nuevo proyecto de teatro callejero. Se habilitaron cuatro áreas al aire libre, en las que, además de la venta de refrescos y confituras, se ofrecieron funciones de teatro y conciertos por artistas locales e invitados de provincias cercanas. Entre estos últimos sobresalieron por su aceptación en el público de Las Tunas, La Colmenita de Moa (provincia de Holguín) y los Originalitos de Manzanillo (Granma), quienes actuaron en la sala polivalente Leonardo Mckenzie Grant. El paseo lo encabezan los payasos y muñecones, estos últimos, representan en su mayoría figuras diabólicas, que a veces no son del agrado de algunos niños, no así los más variados personajes de leyendas y cuentos infantiles; luego le siguen las carrozas, actualmente en número de cinco; dos son propias de Las Tunas, el resto de otras provincias. Cuatro de ellas tienen montadas coreografías de bailes bajo el asesoramiento de los Instructores de Arte y aficionados; el vestuario se fabrica por la empresa de servicio (Vascal). En una de las carrozas se exhiben los mejores disfraces seleccionados en festival efectuado en la semana anterior. El vistoso recorrido de las carrozas se multiplica con el acompañamiento de disímiles estilos y ritmos de bailes y música infantil cubana.
A las carrozas le siguen las congas y comparsas. Marcan una pauta significativa dos congas: los “Mau Mau” y la “Elpidio Valdez”, así como las comparsas “Cazadores de sueños” y “Zabalita”, esta última, réplica de la tradicional conga tunera Zabala. Sus representaciones revelan elementos simbólicos de la más significativa cultura e imaginario infantil. La calle se convierte en un espectáculo grandioso en el que prima el bullicio, expresión de la alegría de los niños; muchos son los que se disfrazan o se engalanan con los mejores vestidos, algunos se cubren el rostro con máscaras, otros se desprenden de los adultos y acompañan con gesto animoso las atrayentes congas cubanas. Después del paseo se activan las áreas del carnaval infantil, las mismas donde se desarrolla el festival de disfraces, en ellas participan payasos, magos, titiriteros, se organizan juegos de participación, comienzan a funcionar los aparatos mecánicos para la diversión como los carruseles, trencitos, automóviles, entre otros; asimismo paseos en los ponis y cochecitos tirados por chivos. El teatro Guiñol tiene espacios en el carnaval en el Palacio de Pioneros y la Pista Joven (Tanque de Buena Vista). A media mañana del día del carnaval inicia el espectáculo central efectuado en la sala polivalente, con una oferta variada de actividades como danzas, dramatizados humorísticos, actuación de payasos, canciones de artistas premiados en concursos infantiles, juegos recreativos, acrobacias, magias, narraciones orales, entre otras actuaciones que favorecen la interactividad con los niños.
Las manifestaciones artísticas que se presentan en las carrozas, las congas y comparsas, son representaciones que expresan elementos simbólicos de la más significativa cultura e imaginario infantil. La calle se convierte en un espectáculo grandioso en el que prima el bullicio que afirma la alegría de los niños; muchos son los que se disfrazan o se engalanan con los mejores vestidos, algunos se cubren el rostro con máscaras, otros se desprenden de los adultos y acompañan con gesto animoso las atrayentes congas cubanas. Los festejos de 2011 se distinguieron por un maratón de actuaciones de títeres, con artistas invitados al “IX Encuentro Nacional de Teatro para Niños, Tunitas 2011” y la participación de niños vinculados a proyectos artísticos comunitarios como Hormigas. Rojas y La Colmenita del Balcón. Se desarrollaron espectáculos de música con las Cantorías Infantiles, música danza y teatro en los que estuvieron presentes géneros autóctonos del país como el son, la guaracha, el pilón, el nengón y la caringa.
En el 2013 inicia el festejo infantil con el festival de disfraces en cinco puntos de la localidad, para agrupar a la mayor cantidad de concursantes con aptitudes y que todos tengan la posibilidad de participar. Especial significación tuvieron los vestuarios relacionados con los cuentos de La Edad de Oro y otros personajes del imaginario infantil cubano. Se otorgaron tres premios por cada área, más el de la popularidad. Desfilaron en carruajes los integrantes de los proyectos de la casa de cultura Tomasa Varona: Las Hormigas rojas y La Colmenita del Balcón. Las congas Relevo del Mau Mau y Cazadores de sueños, más las comparsas Elpidio Valdés y los Pequeños Zabala completaron el paseo.
Otra comitiva de “locos bajitos” con afanes de ser magos y payasos hicieron gala de sus actuaciones, acompañados de la agrupación Bombó, que promueve las tradiciones danzarias franco haitianas entre las nuevas generaciones. En los festejos del siguiente año el festival de disfraces se extendió a cuatro áreas de la localidad, donde se seleccionan a una veintena de niños y niñas que integraron una parte de las carrozas infantiles. Actualmente a este tradicional jolgorio popular se suman nuevos proyectos artísticos mediante los cuales se muestran las tradiciones populares y géneros autóctonos del país como el son, la guaracha, el pilón, el nengón y la caringa, además actúan los infantes vinculados a talleres de aficionados en las Casas de Cultura. Durante la celebración los pequeños disfrutaron además de actividades deportivas y de la venta de libros. Quioscos y numerosos puntos de venta de comestibles, refrescos, golosinas infantiles, bisuterías, caldosas, maíz hervido, pan con lechón, jamón o queso, pizzas, productos lácteos, galletas dulces y sorbetos son algunas de las ofertas gastronómicas. Por otra parte en el Teatro Tunas, el principal escenario de la provincia, presentó la obra Superbanda clown, pieza que alude la necesidad de lograr la tolerancia entre los seres humanos y que incluye composiciones de la música cubana. En esta ocasión los actores y actrices de Teatro Tuyo recibieron varios reconocimientos, entre ellos el Gran Premio del Festival Nacional del Humor Aquelarre 2016.
Las áreas del carnaval infantil son activadas al culminar el paseo, en ellas participan payasos, magos, titiriteros, se desarrollan juegos de participación, comienzan a funcionar los aparatos mecánicos para la diversión de los niños, entre otras actividades. A media mañana del día del carnaval inicia el espectáculo central efectuado en la sala polivalente, con una oferta variada de actividades como: danzas, dramatizados humorísticos, canciones de artistas premiados en concursos infantiles, juegos recreativos, acrobacias, magias, narraciones orales, entre otras actuaciones, que favorecen la interactividad con los niños.
Fuente
- José Guillermo Montero Quesada. Historiador de Las Tunas
