Sadomasoquismo
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Sadismo y Masoquismo. Conceptos creados por el doctor alemán Richard Krafft –Ebing (1840-1902).Que se popularizaron como términos científicos desde su época hasta la actualidad, y que se relaciona estrecha e indisolublemente con el sexo del ser humano, respecto a alguna de sus tendencias alguna de sus tendencias.
Orígenes
La expresión sadismo la tomó Grafft-Eving del escritor francés Don-Aciano Alfonso Francisco, conde de Sade, mas conocido por el Marqués de Sade, quien debido a su vida desordenada, tuvo que asumir una pena de muerte de la que se libró y sufrir varios encarcelamientos, así como el destierro. Puede afirmarse que pasó toda su vida condenado, durante la Revolución, así como en tiempos de Napoleón Bonaparte.
Masoquismo
Fue tomado del escritor austro- húngaro Leopol Von Saches-Masoch, nacido en lwow (Galizia-1836) que mantuvo un matrimonio con Aurora Rumelin que causó su desgracia inspiración de su novela mas relevantes. La Venus de las pieles, obra que describe el amor de una mujer violenta y autoritaria con un hombre que encuentra placer en ser dominado por ella, lo que incitó a denominar masoquismo a esa perversión sexual. Sache Maso-ch siempre protestó de forma violenta contra los que le consideraban masoquista, pero ni él ni su hijo pudieron eliminar ese término del lenguaje científico. En pocos años se popularizó con rapidez.
Definiciones de los conceptos
Sadismo
Perversión sexual en la que se provoca y excita la voluptuosidad por las torturas infligidas al individuo del sexo opuesto.
Masoquismo
Perversión sexual en la que el placer no se produce si el paciente no es objeto de golpes, humillaciones y otros malos tratos
Fuente
Revista Bohemia año 74.No 53. 31 de diciembre de 1982 El Sadomasoquismo es un acrónimo de los términos sadismo y masoquismo. El sadismo es un comportamiento consistente en sentir placer causando dolor físico o psicológico a otro ser vivo (mujer, varón, niño o animal). Se sabe que los torturadores disfrutan de torturar a sus víctimas. El origen del nombre está en el Marqués de Sade, aunque el sadismo no siempre tiene un carácter sexual. Cuando el sadismo tiene carácter sexual es una parafilia, y consiste en una forma de obtener excitación y placer sexual causando dolor físico o humillación. El sadismo implica impulsos sexuales y comportamientos que implican actos reales, no simulados ni fantaseados como en el sadomasoquismo, sin el consentimiento del partenaire (como en el sadomasoquismo) en los que el sufrimiento psicológico o físico y la humillación de la víctima es lo que genera la excitación sexual. El masoquismo es la obtención de placer al ser víctima de actos de crueldad o dominio. Este disfrute también puede ser sexual o asexual. La característica fundamental del masoquismo que lo distingue de otros tipos de sumisión es la algolagnia, esto es la satisfacción obtenida sufriendo dolor físico en distintos grados. El masoquismo parece hallar su satisfacción en: ◊ Las sensaciones de orden, control y predecibilidad de los acontecimientos, contra los impulsos propios y ajenos de naturaleza caótica. ◊ El abandono temporal o permanente de las propias responsabilidades, sobre todo cuando éstas resultan muy agobiantes, retornando a un estado "infantil" más libre dentro de su dependencia de otros. ◊ Ocasionalmente, reproducción y liberación de experiencias infantiles traumáticas, lo que refuerza el elemento anterior. ◊ El alivio de las sensaciones de culpa a través del castigo, que refuerza los dos elementos anteriores, en caso de darse. ◊ El efecto enteogénico y ansiolítico de las endorfinas, potentes opiáceos naturales segregados por el cerebro como respuesta al dolor y el miedo, así como de otros mecanismos analgésicos endógenos. ◊ Los factores de intensa excitación sexual vinculados a estas actividades. ◊ En algunos casos, la reivindicación del propio ser desde un papel de víctima sacrificada o dispuesta. BDSM es la denominación usualmente empleada para designar una serie de prácticas y aficiones sexuales relacionadas entre sí y vinculadas a lo que se denomina sexualidad extrema no-convencional. El término se emplea a menudo, de forma equivocada, como sinónimo de sadomasoquismo. En realidad, es una sigla que da nombre a lo que hoy en día es considerado como una subcultura específica entre sus practicantes. El BDSM se halla estrechamente asociado con la subcultura leather. El acrónimo está formado por las iniciales de algunas de dichas prácticas: ◊ Bondage: B ◊ Disciplina y Dominación: D ◊ Sumisión y Sadismo: S ◊ Masoquismo: M Todas las actividades enmarcadas en el BDSM tienen un elemento común: los participantes construyen, de forma voluntaria y partiendo de una situación de consenso, relaciones con marcado traspaso de poderes, Erotic Power Exchange (EPE o Intercambio Erótico de Poder) en donde una parte ejerce el rol dominante o activo, y otra parte el sumiso o pasivo. Algunas de las prácticas que engloba el término, como la humillación erótica, el dolor, la sumisión y otras, no podrían entenderse al margen de su implicación con una específica forma de placer mutuo, sin la cual las citadas prácticas se asociarían con sensaciones desagradables. Durante una sesión (el tiempo en que se practica ese intercambio de poder) los participantes acuerdan determinadas reglas para garantizar que las prácticas se realizan en un entorno de consenso y libre voluntad (conocido con las siglas SSC o sensato, seguro y consensuado). Se puede practicar en algunos clubes o bares en Madrid y Barcelona especializados en la temática BDSM aunque lo más normal es jugar mezclando esta práctica con otros juegos eróticos o sexuales más convencionales en un entorno de pareja. Desde 1999 ha nacido un nuevo modo de BDSM llamado dominación profesional, que incluye prácticas consensuadas con clientes sumisos de ambos sexos; prácticas llamadas sesiones, internamientos y otras que es considerado por la sociedad y por todos los practicantes un nuevo tipo de Prostitución que intentan poner de moda (también llamado Femdom si la dominante es mujer o Master Dom si es un hombre el dominante). Se anuncian en páginas webs o blogs personales en Internet.
Casi todos son de mujeres que cobran dinero por sus servicios de prostitución profesionales especializados en BDSM y se hacen llamar Amo o Master (si el dominante es hombre) y si es mujer Ama, Mistress o Dómina. Muchas de ellas ponen como requisito no tener coito (penetración de hombre a mujer) o sexo explícito para acceder a sus servicios eróticos.
Las relaciones BDSM deben seguir un modo seguro, sensato y consensuado respecto a sus prácticas: ◊ Seguras, en cuanto al conocimiento necesario sobre su desarrollo y sobre el material usado, así como sobre la prevención de riesgos. ◊ Sensatas, en cuanto a la capacidad razonable de decisión por parte de los actores, no alterada por drogas o bebidas y acorde con la experiencia de cada participante, sabiendo diferenciar fantasía y realidad. ◊ Consensuadas, en cuanto a que los participantes estén de acuerdo sobre la forma e intensidad con la que se realicen, e igualmente que dicho acuerdo pueda rescindirse en cualquier momento.[5] Palabra de seguridad Dado que muchas de las situaciones durante una sesión contienen elementos de fantasía y/o rol, y que en algunos de ellos se escenificaba la "protesta" del participante sumiso, era necesario crear un sistema de comunicación que le permitiera a éste dejar claro el momento en que su protesta era real y equivalía al deseo de no continuar. Y era preciso que el Dominante pudiera percibir nítidamente este deseo y diferenciarlo de la escenificación del "¡no, no más!" que podía ser parte del juego sexual pactado. La solución fue la denominada Palabra de Seguridad. Puede ser una palabra de rápida dicción y sonora (“stop”, “tango”), una que sea significativa para quien la debe recordar (por ejemplo, el nombre de una persona familiar, etc.). La palabra-código (también así llamada) es usada por la parte sumisa para indicar de forma rápida que el grado, las circunstancias o la actividad que se está desarrollando no es de su gusto y que desea parar. La ética del BDSM prefija que en todo momento la parte dominante respetará dicha manifestación e interrumpirá la actividad. Dentro de la comunidad BDSM, existen otras formas minoritarias de contemplar el empleo de la palabra de seguridad, especialmente para los practicantes del metaconsenso. Para ellos, la parte pasiva o sumisa cede voluntariamente y previo consenso la completa responsabilidad sobre el desarrollo de la sesión a la parte activa o dominante. En esos casos es la parte activa la que decide si interrumpir o no la sesión, lo que presupone (además del previo consenso) un elevado grado de confianza y conocimiento entre ambas partes. Por último, los activistas de la Old Guard rechazan el uso de la palabra de seguridad, por entender que es un límite no deseado en la entrega.[10] Roles En el BDSM se identifican dos roles: dominante (también usado el término TOP, o activo) y sumiso (también bottom o pasivo). El dominante es el que disfruta de estas prácticas manteniendo la iniciativa y el control de la acción, mientras que la parte sumisa obtiene placer al entregarse en manos del dominante, para que sea éste quien le dirija. Además, algunas personas gustan de ejercer ambos roles, dependiendo del momento o de la persona con la que actúe. En ese caso se habla de un activista switch, término inglés con el que se designa aquello capaz de conmutar o invertir una acción o un fenómeno. Existen categorías también dentro de los distintos roles: ◊ Tutor: es aquella persona experimentada ya en el BDSM que inicia a otra. Puede ejercerse en cualquier rol, es decir, una persona sumisa puede ser la tutora de un Dominante. Sin embargo, lo más habitual es que un Dominante ejerza como Tutor de otro Dominante o de un sumiso. ◊ Maestro: Se considera Maestro a aquel Dominante que ejerce su rol de manera impecable a ojos del sumiso, que es quien le da este título si así lo considera. ◊ Amo: Dominante poseedor de uno o varios sumisos. ◊ Esclavo: sumiso que entrega los límites a su Amo/a. Roles Comúnmente practicados Amo – Esclavo Doctor – Paciente Adulto – Bebe Hombre – Mujer Cuidador – Mascota Dominatriz – Feminizado Maestro – Alumno Ángel-Diablo Psicólogo-Loca Disciplina Disciplina es un término genérico que describe las actividades de quienes gustan, por activa o por pasiva, de la flagelación erótica, también llamada la práctica de los azotes eróticos. Consiste en el uso de la mano para azotar principalmente las nalgas de la persona pasiva (recibiendo en este caso el nombre específico de spanking) o bien usando algún instrumento, en cuyo caso se extiende la zona azotada a piernas, senos, tórax, etc., y se habla de flagelación. Los instrumentos de azote clásicos en este último tipo de práctica son los floggers o gatos de cola, la paleta, la canne o vara fina y flexible de fresno o similar, la fusta y el látigo, entre otros. Y también un sinfín de instrumentos diseñados en principio con otro propósito, como cepillos para el pelo, zapatillas, etc. Prácticas en el BDSM Dada la diversidad que caracteriza al BDSM, es difícil hacer una descripción de las prácticas que más frecuentemente se dan en ese tipo de relaciones. Hay que recordar que, por ejemplo, es muy posible que activistas del bondage jamás practiquen ninguna de las opciones habituales en la subcultura S/M. Quizás sea la Dominación – sumisión (D/s) la familia BDSM que mayor número de prácticas reúna, ya que en principio asume indiscriminadamente todas las de los otros grupos, si a la pareja D/s les parecen adecuadas para canalizar su relación. De todos modos existen las llamadas "listas de prácticas" que enumeran algunas de las más comunes.[28] Sin olvidar las limitaciones antes mencionadas, se pueden contar entre las prácticas BDSM más comunes: ◊ Bondage (atamientos, ritualizados o no) ◊ Cera (derramada sobre el cuerpo) ◊ Pinzas (colocadas habitualmente en lugares estratégicos: pezones, zona inguinal, etc.) ◊ Sumisión ritual ◊ Humillación ritual ◊ Flagelación erótica ◊ Sexualidad dirigida ◊ Uso de determinadas señales (collar de sumisión) ◊ Dominación ecuestre (Monta y/o exhibición) ◊ Código de vestuario (por ejemplo, la renuncia al uso de prendas de lencería interior, de pantalones en las mujeres de rol sumiso, etc.) ◊ Lactancia erótica ◊ Prácticas de sexo extremo (fisting, lluvia dorada, etc.) Sin embargo, muchas de las prácticas y usos sí revisten una común importancia, como el collar, las ceremonias de iniciación, los anillos, las marcas y tatuajes, la ropa y las señales de código, etc Bondage El bondage es la práctica de encordamientos o ataduras sobre el cuerpo humano, con fines estéticos o sexuales. Es un anglicismo (de to bind) que asume a su vez la tradición del shibari, palabra japonesa para el arte del encordamiento. Puede conllevar la inmovilización de la persona pasiva, o no. Asimismo, puede incluir o no la sujeción de ésta a un elemento fijo, la suspensión parcial o total, etc. Las cuerdas suelen ser de algodón o fibras artificiales, pero también pueden ser de yute, paja de arroz, esparto, mezcla, etc. También se entiende de forma extensiva como bondage las inmovilizaciones con esposas, pañuelos, cadenas, etc. El bondage puede formar parte de una relación más amplia, o practicarse de forma exclusiva. Demografía del sadomasoquismo No existen datos fiables sobre la prevalencia del comportamiento sadomasoquista en el conjunto de la sociedad. Se han realizado diversas encuestas y estadísticas con universos limitados y dudas sobre la metodología y sinceridad de los encuestados. En general, se considera que entre el 10% y el 20% de la población demuestra interés habitual en las prácticas BDSM y entre un 2% y un 4%, en el sadomasoquismo. Hasta un 20% podría haber practicado BDSM alguna vez. En España, los datos de una encuesta de 1999 afirman que un 23% de los hombres y un 19% de las mujeres admite haber realizado algún tipo de práctica BDSM, mientras que un 33 y un 45%, respectivamente, tenían fantasías BDSM. Entre quienes lo practicaban, un 65% desarrollaban relaciones de tipo dominación - sumisión (D/s), mientras que un 17 % se reconocían como practicantes del sadomasoquismo. En cuanto a los roles, un 32% de los varones y un 11% de las mujeres que practicaban BDSM y escogieron un rol en la encuesta, se consideraban prefentemente dominantes, mientras que un 33% de los hombres y un 72% de las mujeres reconocían tendencias fundamentalmente sumisas. Un 23 % y un 9 %, respectivamente, afirmaban sentirse switch. Literatura (ficción) La presencia de prácticas sadomasoquistas ha sido estudiada en el ámbito académico. El historiador Anthony Storr sostiene que el elevado número de obras pornográficas sadomasoquistas evidencia el interés de la sociedad occidental en esta práctica.[3] John Kucich destacó la importancia del masoquismo en la literatura británica colonial de finales del siglo XIX.[4] En Gran Bretaña, desde el siglo XVIII y muy especialmente a partir de la época victoriana, la flagelación erótica también conocida como Disciplina inglesa se convirtió en un fenómeno social, a partir del cual se generó abundante literatura e iconografía. Muy conocidas son obras como Fanny Hill, de John Cleland o A Full and true account of the wonderful mission of Earl Lavender, de John Davidson. Asimismo, en Francia, siguiendo los pasos de la obra del Marqués de Sade, se publicó entre los siglos XIX y las primeras décadas del XX una gran cantidad de libros centrados en la flagelación erótica, con autores especializados como Aimé Van Rod, Jean de Villiot, Jean de Virgans, Jean Fauconney (Jaf y Saldo) y otros muchos.[6] En España, antes de la Guerra Civil, el sadomasoquismo también generó algunos ecos literarios, aunque no con la misma intensidad que en otros países europeos. En la literatura Europea a partir de la segunda mitad del siglo XX destacan novelas como Las edades de Lulú de Almudena Grandes, El amante lesbiano de José Luis Sampedro, La sumisa insumisa de Rosa Peñasco (2008), La mujer de sombra de Luisgé Martín. o 50 sombras de Grey de E.L James (2011), se destaca por sus escenas explícitamente eróticas, con elementos de las prácticas sexuales que involucran: bondage/disciplina, dominación/sumisión, sadismo/masoquismo (BDSM).

