Usuario:Humbertoccabrera/Zona1
No es extraño que en casi tres siglos, como dice Saco, ni el Gobierno, ni los Ayuntamientos de Cuba, costeasen una sola escuela gratuita para los pobres.
Julio Simón ha demostrado (1) que la Francia anterior á la revolución del 89 no seguía conducta diferente. Los presupuestos de 1774, 1775, 1781, 1785, 1787 y siguientes, contenían millones de francos para los mendigos, academias, literatos, bibliotecas, imprenta real, jardín de plantas... nada para las escuelas. El Estado no se preocupó de la instrucción primaria mientras la Convención no puso en el tapete sus transcendentales problemas, lo que tuvo efecto en 1792. Y si tan corriente ha sido hasta este siglo en todos los países que la enseñanza elemental estuviese desatendida, hasta en los mismos días de esplendor literario, cuando ingenios eminentes han dado lustre y prez á la historia de su patria; si son de tan reciente fecha los desvelos, el afán y el eficaz amor de los gobiernos que levantan la instrucción primaria de su postración en naciones como los Estados Unidos, Alemania y Francia, no hd de sorprendernos el atraso en que la vemos en el siglo xviii entre nosotros, en este pueblo que no había logrado aún la importancia que después le ha dado la fertilidad de su suelo y su ventajosa situación geográfica.