Huracanolito

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Huracanolito. Son bloques rocosos que pueden ser fragmentos de arrecifes coralinos arrancados de su substrato o pedazos extraidos de las rocas calizas que forman las terrazas marinas, estos son transportados o movidos por la energía de grandes olas, cuyo presencia y origen han sido objeto de investigación en diferentes zonas geográficas del planeta, incluidas algunas áreas del Caribe.

Este término es aplicado solamente en Cuba; aunque también es usado el término bloque. De forma general también se le conoce boulders o bloques (boulders es el término más usado en la literatura internacional).

Asimismo, en las costas donde se han construido estructuras sólidas como malecones, muros de contención, carreteras, puentes, casas, etc., el oleaje puede fragmentar y arrancar pedazos de estas estructuras que se conviertan en "huracanolitos antrópicos".

Origen del nombre

El primer trabajo realizado en Cuba sobre la acumulación de los huracanolitos en la costa cubana fue desarrollado por Núñez-Jiménez en 1959, considerado entonces uno de los pioneros en esta temática para el Caribe. Este autor utilizó el término "huracanolitos" para identificar los bloques depositados en la costa, teniendo en cuenta los huracanes como la principal causa.

Origen y desarrollo

Los huracanes producen los retrocesos máximos de los acantilados en las costas de calizas arrecifales.

Durante el impacto de un huracán, al retroceso abrasivo normal de los acantilados –que produce cuevas profundas y nichos– se suman los procesos gravitacionales por desplome de las cuevas marinas y de los nichos de marea, acelerados por la presión hidráulica de las masas de agua de marejada con la separación de grandes prismas de rocas que son volcados y arrastrados sobre la superficie del acantilado. Este último proceso está determinado por la considerable fuerza de empuje de las marejadas provocadas por un evento meteorológico extremo como un huracán de gran intensidad.

Los camellones de tormenta originados por procesos combinados (abrasivo-gravitacional y de presión hídrica) están formados por grandes bloques con clastos mayores que oscilan entre 200 y 500 toneladas y su posición actual se debe a oleajes excepcionales impactando la costa acantilada con una fuerza estimada de 15 a 30 ton por m 2.

En la costa sur de la Isla de la Juventud (de Pinos), al oeste de Punta rincón del Guanal, hay una gran barra de tormenta con los mayores huracanolitos conocidos en Cuba arrancados por el mar de los acantilados costeros y transportados tierra adentro a distancias de 40 a 130m.

Los bloques se sitúan en orden de tamaño decreciente de la costa al interior, los más grandes situados a menos distancia de la costa tienen un peso que ha sido estimado en 492 toneladas, un poco más atrás, a una distancia de 40 a 60 m de la costa alcanzan 458 toneladas y entre los más alejados, el mayor medido arrojó un peso estimado de 228 toneladas.

Para arrancar del acantilado tales bloques, para levantarlos sobre la superficie de la terraza litoral de 3 m de alto y para arrastrarlos a esas distancias tierra adentro, la fuerza del impacto de la ola debió ser como mínimo de 18 ton/m 2 en el bloque menor, hasta de 26 ton/m 2 para el más grande (La fuerza mínima de impacto de la ola se determinó midiendo en el labora torio el peso específico de una muestra de la formación Jaimanitas tomada localmente de huracanolitos y midiendo el volumen del bloque para estimar su peso. La medición del área del lado mayor de cada bloque permitió estimar la fuerza de impacto de una ola necesaria para igualar el peso de la roca.).

Tipos de huracanolitos

Es importante no confundir un huracanolito con los bloques que se desprenden de las terrazas y residuos rocosos dejados por las obras de construcción. Los bloques que se desprenden de los frentes de los escalones de las terrazas a consecuencia de la erosión y la gravedad, son fragmentos de caliza, de grandes dimensiones, que a menudo descansan sobre la superficie del terreno o caen al mar. Estos son muy comunes en las costas rocosas a lo largos de los frentes de los escalones de las terrazas. Eventualmente estos bloques pueden ser alzados por las olas y arrojados tierra adentro, en cuyo caso se convierten en huracanolitos.

En consecuencia, los huracanolitos pueden ser:

  1. Bloques arrancados a los arrecifes coralinos y arrojados sobre la costa.
  2. Bloques arrancados de las terrazas sumergidas y arrojados sobre la costa.
  3. Bloques desprendidos del frente de una terraza emergida que el oleaje arrojó tierra adentro.
  4. Huracanolitos que son desplazados sucesivamente por varios eventos de oleaje extremo.
  5. Fragmentos de obras construidas desplazadas por el oleaje (huracanolitos antrópicos).

Oleaje Extremo

En los tramos costeros de substrato rocoso, la presencia de huracanolitos es un indicio inequívoco de la ocurrencia de eventos de oleaje extremo. Cuanto mayores sean los huracanolitos mayor el peligro que representan, pues la fuerza del oleaje es proporcional al tamaño (masa) del bloque. A la fuerza del oleaje se debe añadir la presencia de estos cuerpos sólidos, que actuan como arietes al golpear contra las obras construidas. Las dimensiones de los huracanolitos permiten también estimar la altura de la masa de agua que los desplazó, pues como regla debe haber sido más alta que el diámetro medio del bloque. En la actualidad existen métodos para calcular la fuerza y altura de las olas sobre la base de la geometría y posición de los huracanolitos.

Muy importante es distinguir las masas de agua potentes acompañadas de oleaje, de las olas de spray. Estas últimas solamente penetran tierra adentro como finas partículas con el viento, sin provocar muchos daños mecánicos en la costa; no obstante, el salitre incrementa la corrosión de los metales y altera la pintura de las fachadas.

En contraste con el oleaje de spray, las masas volumétricas de agua acompañadas de oleaje en Cuba pueden alcanzar hasta unos 7 metros de altura, y avanzan como una pared líquida, al estilo de las surgencias, los mares de leva y los tsunamis, penetrando varios kilómetros tierra adentro, de acuerdo a la morfología costera. Estas masas líquidas en movimiento, cargadas de objetos sólidos (huracanolitos y otros elementos) tienen una enorme capacidad de carga y una fuerza destructiva descomunal, por eso pueden dejar "tierra arrasada" allí donde penetran..


Enfrentamiento al oleaje extremo

Los eventos de oleaje extremo se habrán de repetir con igual o mayor intensidad en los mismos lugares donde han ocurrido hasta el presente. Esto quiere decir que el único modo de enfrentarlos es disminuir la vulnerabilidad en las obras y poblaciones que se realicen en las zonas costeras rocosas. Una valoración preliminar de las características de las zonas marino-costeras de Cuba y su vulnerabilidad, de acuerdo a la geomorfología y la salud de los ecosistemas, fue elaborada por Iturralde-Vinent y Serrano Méndez (Editores, 2016). En esta obra se tabulan los datos históricos de las penetraciones del mar a consecuencia de los huracanes.

Algunas recomendaciones para enfrentar los eventos de oleaje extremo se pueden encontrar en Iturralde-Vinent (2015 a, b) e Iturralde-Vinent et al. (2016).

Si se han de llevar a cabo construcciones en costas rocosas, es recomendable observar las recomendaciones y datos compilados por Iturralde-Vinent y Serrano Méndez (Editores, 2016), así como las siguientes reglas mínimas:

  1. Las uvas caletas constituyen una de las pocas defensas naturales que limita el impacto de los eventos de oleaje extremo y el avance de algunos huracanolitos en las costas rocosas. Estas plantas tienen una adaptación natural a estos ambientes y son capaces de reducir la fuerza del oleaje e incluso atrapar algunos huracanolitos entre su follaje, impidiéndoles penetrar tierra adentro. De aquí que sea recomendable proteger estas plantas y sembrarlas donde no están presente. Estas crecen tanto en la arena como directamente sobre la roca caliza.
  2. Las obras proyectadas deben construirse a más de 80 metros de la costa donde haya huracanolitos, pues estos raramente alcanzan mayor distancia tierra adentro. Para evitar las inundaciones por penetraciones del mar, además se deben buscar locaciones con las condiciones adecuadas y para mayor seguridad, a más de 7 metros de alto.
  3. Una solución alternativa es construir sistemas rompeolas tipo “yaquis” que desorganicen el frente de la masa de agua y reduzcan su energía.
  4. Se debe evitar la construcción de muros y parapetos, pues estos son generalmente incapaces de soportar los embates del oleaje extremo. Si fuera inevitable realizar dicha construcción, entonces los cimientos deben anclarse bien profundo para que no sean movidos, ya que su peso se reduce al quedar inmersos en el agua de mar.

Huracanolitos en Cuba

En muchas partes del Caribe, se han descrito bloques semejantes, arrojados a la costa por olas de tsunami. Sin embargo, cuando no hay constancia histórica de que los bloques fueron depositados por olas de huracán, vientos nortes, sures o algun tsunami, requiere de estudios especiales para establecer su génesis. Por esta razon, ante la incertidumbre, es conveniente denominarles huracanolitos a todos los bloques, independientes de su génesis concreta, siempre que hayan sido arrojados por el oleaje sobre la costa.

El sentido y las trayectorias más frecuentes de los huracanes del mar Caribe occidental, así como la evidencia geomorfológica apuntan a que el peligro mas elevado se sitúa en la costa meridional del archipiélago donde el oleaje extremo con la acumulación de agua en el litoral durante algunas horas hasta dias unido a la marea de tormenta produce el lanzamiento de rocas coralinas hacia el interior la costa. hay tramos costeros del sur donde las olas de marejada extremas pueden alcanzar alturas de 6-7 m, mientras que al norte alcanzan casi los 6 m.

En la costa norte de Cuba los huracanolitos presentan un diámetro mayor que raramente sobrepasa 1 metro; y en la costa sur el diámetro mayor de estos bloques puede alcanzar hasta unos 4 metros. Esto sugiere que en la costa sur los eventos de oleaje extremo han sido más intensos que en la costa norte.

El mayor peligro de huracanolitos ocurre en los tramos de costa forma dos por rocas arrecifales calcáreas y acantiladas hasta 3-5 m, donde el talud submarino insular está situado a 170-350 m del litoral, con la plataforma insular muy extrecha o casi inexistente.

Los tramos mas peligrosos de la costa sur son:

Los tramos más vulnerables al peligro de huracanolitos de la costa norte son:

Los procesos abrasivos de las costas acantiladas se vinculan con factores locales azonales, como la litología, la estructura, la cantidad de detritos y con la morfoestructura reciente y su dinámica, pero también reciben una fuerte influencia de los movimientos marinos y de los organismos intermareales propios, respectivamente de la hidrodinámica y la biogeografía zonal del trópico, todo lo cual determina características propias que se revelan en la intensidad y volumen de la abrasión, y en los resultados morfológicos.


Fuentes