Canto coral en Cuba
El canto coral
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Manifestación artística de carácter colectivo, mediante la cual se logra desarrollar la técnica vocal (del canto) en el individuo, su organización y distribución en un coro, así como el montaje de distintas obras nacionales e internacionales que se interpretan. Se realiza en un trabajo al unísono o por cuerdas bien elaboradas.
Historia
Para hablar del canto es necesario remontarse a los lejanos tiempos en que el hombre primitivo, por la necesidad de comunicarse con el mundo exterior, comenzó a emitir sonidos para identificar objetos, fenómenos y personas. Estos sonidos muy elementales en sus inicios conformarían posteriormente el lenguaje.
El lenguaje es el medio de comunicación por excelencia del hombre y el mundo que lo rodea. A medida que éste se enriquece y se perfecciona, se van identificando variedades, lenguaje articulado, mímico, lenguaje hablado, y surge entonces el lenguaje cantado. Esto no es más que la aplicación de sonidos con alturas determinadas por la voz humana. Su origen es muy antiguo.
Los primeros indicios del lenguaje cantado aparecieron en Egipto, 4000 años a.n.e en que se crean los primeros cantos de que se tengan noticias: cantos de guerra, de trabajo y cantos rituales.
Para cada festividad el hombre acudía a celebrar ya la buena cosecha, el agradecimiento a los dioses o el llamado a la guerra, todo a través de cantos, los cuales eran entonados por miembros de sus tribus. Precisamente es de Egipto que provienen las noticias de lo que llamamos coro, que en la actualidad no es más que la unión de varias voces que cantan a la vez.
El canto coral en Cuba
La pobre noticia sobre la música coral en Cuba desde la primera mitad del siglo XVI, se refiere a los cantos de los areítos y aborígenes cubanos.
El canto coral a través de los siglos ha funcionado como vehículo para la educación y el cultivo de los pueblos, por ello la intensificación del desarrollo cultural de estos va aparejada al desarrollo del movimiento coral, así como otras manifestaciones artísticas.
El 1764, con la llegada a Santiago de Cuba de Esteban Salas y Castro (1725 -1803), es que comienza realmente la historia musical cubana y esto sucede en la Capilla de la Catedral de esta ciudad.
Salas fue descubierto en el siglo XX, aunque de él se tenían referencias anteriores, realmente quien entró en contacto y divulgó de forma primaria sus partituras fue Alejo Carpentier en 1946.
En toda su música se puede encontrar claridad de factura, lozanía de expresión, seguridad de oficio, finura, buen gusto, concisión y empleo mancomunado del contrapunto y la armonía.
Su actitud clásica ante la creación es evidente. El primer creador de la música en Cuba se presenta en la historia como un artista completo, maduro, que pareciera tener una larga evolución antecedente.
Empleó en muchas de sus obras el continuo, aunque pequeño conjunto instrumental, no sólo de acuerdo con las disponibilidades con que contaba en la Catedral de la Santiago de Cuba, sino, a tenor de sus propias intensiones creadoras.
En sus villancicos, cantatas y pastorelas produjo un franco estilo concertado, que hace pensar en música de cámara de puro concierto, pues las partes vocales y los instrumentos alternan y conciertan sin someterse las unas a las otras.
Sus partituras demuestran dominio de su oficio creador, tanto en el tratamiento de las voces como de los instrumentos. En ellas se pueden encontrar ecos lejanos pero evidentes de la música popular cubana, entonces en plena formación, particularmente giros de música campesina. Su catálogo incluye más de 140 obras, algunas de las cuales integran el repertorio de los coros de Cuba.
En la primera mitad del siglo XIX existe en la catedral influencia de las prácticas de Esteban Salas, pero el influjo de la ópera italiana que a partir de 1830 comenzó a triunfar en la capital, hizo que los sucesores de Juan París introdujeran en el coro esas misas de estilo operístico que nos invadieron.
El siglo XX se destaca en la historia de la música por el auge que alcanzan las actividades corales y la creación de la música coral como reflejo de la importancia que había adquirido en Europa la enseñanza del canto coral en la escuela primaria, el desarrollo de los coros juveniles y de niños , así como los coros populares y profesionales.
La creación de la música coral de este siglo ha contado con la realización de los más variados estilos y géneros, desde los lieder corales románticos de Guillermo Tomás y los coros de las Óperas post- románticas de Sánches de Fuente, pasando por la obra renacentista de Amadeo Roldán, Caturla, y el Grupo de Renovación, hasta obras donde se utilizan recursos aleatorios o distintos tratamientos electroacústicos.
Las actividades corales que más se cultivaban eran los ciclos de canciones a capella, además de las canciones folklóricas y tradicionales para coro. Más adelante se compusieron sobre todo cantatas, suites corales y algunos oratorios y óperas; decayendo completamente los géneros religiosos como el mohete y las misas.
Después de 1959
Al triunfar la revolución se comenzó a desplegar una amplia actividad cultural que trajo como consecuencia un fuerte movimiento artístico en el ámbito de la música coral.
El estado cubano reconoció enseguida la importancia educativa y cultural de la actividad coral en sí misma, de la contribución que realiza al mejor desenvolvimiento social del hombre, al desarrollo de sus capacidades sensoriales, a la ampliación de su visión del mundo, a la mejor apreciación de las distintas manifestaciones artísticas y a la formación de la conciencia de valor y hábitos de trabajo colectivo.
Por esto desde los primeros años se utilizaron todos los recursos para lograr un amplio desarrollo de este movimiento. Lo primero que se hizo con la Revolución fue crear el Coro Nacional, el Coro del ICR, oficializar el Orfeón Santiago y el coro Madrigalista de la ciudad santiaguera.
Desde los primeros años se obtuvieron logros en la preparación de obras corales masivas para la celebración de grandes actos políticos como: La primera graduación de la Escuela Formadora de Maestros de Topes de Collantes que contó con dos coros, la primera conmemoración en Playa Girón.

