Ángel "Machaco" Ameijeiras

Ángel Ameijeiras
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Ángel Ameijeiras Delgado
NombreÁngel Ameijeiras Delgado
Nacimiento2 de agosto de 1925
Jesús Menéndez
Fallecimiento8 de noviembre de 1958
Goicuría y O´Farril, en Santos Suárez, La Habana, Cuba
Causa de la muerteAsesinado
Otros nombresMachaco
Ángel Ameijeiras Delgado (Machaco), nació el 2 de agosto de 1925 en el municipio Jesús Menéndez antes conocido como Chaparra, provincia Las Tunas, Cuba.

Niñez y juventud

Un niño inquieto, travieso, que corretea por el patio y juego con sus hermanos bajo el cocotero, a la sombra acogedora del flamboyán o en torno al misterioso pozo de alto brocal al que tienen prohibido asomarse por las reiteradas exigencias de la madre, que con ojo avizor controla el movimiento incesante de sus vástagos.

Al pequeño lo han nombrado Ángel, que en el futuro quizás pueda servirle de carta de presentación, aunque a la vez lo han marcado con el epíteto de Machaco, como contrapartida al alado personaje que aparece en los cielos dulcificando almas. Tenía una alta responsabilidad ante los deberes del hogar, la familia y el trabajo.

Incorporación a las luchas.

Una faceta no menos importante del quehacer revolucionario lo constituye su labor vinculada a la propaganda. Significativa notoriedad alcanza esa labor en la edición y distribución por todo el país de “La Historia me Absolverá”, el conocido alegato de Fidel_Castro_Ruz, pronunciado en el juicio que se realizó tras los hechos del Moncada, devenido programa de la Revolución. De ello ha dado detalles la heroína de aquella gesta Haydee Santamaría Cuadrado, cuando con un auto alquilado y sin dinero para gasolina llegaron hasta el oriente cubano con el preciado documento, que pudieron leer miles de jóvenes.

El 16 de julio de 1957 se inicia una huelga de hambre en el Castillo del Príncipe que dura hasta el 31 del mismo mes, allí están Gustavo y también Machaco, junto a Sergio González López, el Curita y Ricardo Martínez.

También allí están Pedro Gutiérrez Suárez y Rogelio Perea (Rogito). Por este último y a través de una carta enviada a sus familiares, conocemos de los indivisibles lazos de amistad que se han fortalecido hasta lo infinito entre estos jóvenes revolucionaros:

“Yo quisiera que ustedes pudieran ver la unión que hay entre nosotros, esa unión sólo se logra en la cárcel ya que hasta el más mínimo detalle lo sabemos todos porque estamos día y noche juntos en un espacio reducido. Yo no tengo quejas de nadie pero siempre hay algunos que se les toma más amistad. Hay dos hermanos: Gustavo, treinta y pico años y Ángel (Machaco) 30 años (apellidos Ameijeiras) que son como si fueran ustedes en todo. Un hermano de ellos murió en el Moncada y el otro es capitán en la Sierra.” [1]

Al ser liberado en febrero de 1958 se reincorpora de lleno a los preparativos de la Huelga del 9 de abril, donde asume múltiples tareas, en un área comprendida entre la Virgen del Camino y Diezmero, que incluye además la interrupción del tránsito en un tramo de la carretera central. En estas acciones trabaja unido a miembros del Partido Socialista Popular.

Tras del fracaso de esta y la muerte de El Curita, asume el cargo de Jefe de Acción y Sabotaje del Movimiento 26 de Julio en la capital. Organiza y participa en los atentados a la emisora CNC, la voladura de tuberías del acueducto y ejecuta acciones encaminadas a entorpecer la farsa electoral que pretende dar un viso democrático al régimen opresor.
Es tal su accionar que se traslada a Pinar del Río para conseguir material de guerra a través de los Hermanos Saíz. De este hecho tenemos el relato de Segundo Rodríguez, quien fuera Presidente de la Asociación de Estudiantes del Instituto de la citada ciudad.

“En una oportunidad llegaron a mi casa dos hombres y dos mujeres, se presentaron como Machaco Ameijeiras y Felipe Yande, no recuerdo el nombre de las mujeres y me dijeron que venían de parte de Rosalba Bencomo para que los llevara a San Juan y Martínez a ver a Luís, pues este podía facilitarle dinamita de una cantera de San Juan.
Después que estuve seguro de quiénes eran los compañeros, nos dirigimos a San Juan. En el parque de aquel pueblo nos vio Orestes Pacheco, quien reconoció a Machaco, montó con nosotros en la máquina y fuimos a la casa de los Saíz.” [2]

Sobre su valor y sangre fría, también relata Efigenio el encuentro con un agente del régimen, que lo detuvo cuando conducía una moto cargada de bombas y debió ajusticiarlo porque en ello le iba la vida. A renglón seguido expresa:

“Después del fracaso de la Huelga de Abril, le mandé un mensaje pidiéndole que viniera para la Sierra. Le hacía saber que aquí se libraría la batalla final en condiciones favorables para nuestras armas. Me contestó que la ciudad también era un importante frente de lucha, que ya habían caído muchos compañeros y que para ellos no había Sierra ni exilio, que lucharían hasta el final porque ese era su deber igual que lo habían hecho los que habían caído.” [3]

Muerte

Cayó en desigual combate contra fuerzas de la policía batistiana, el 8 de noviembre de 1958, que lo acorralaron en un apartamento de Goicuría y O’Farril en Santos Suárez, junto a Rogelio Perea (Rogito) y Pedro Gutiérrez, dos excepcionales combatientes clandestinos. En una azotea aledaña es capturada herida Norma Porras, la única mujer del grupo, que utiliza el seudónimo de Gina y se encuentra en estado de gestación de Machaco.

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Ángel,Rogito y Pedro.

Es tanta la persecución que sobre él se cierne que no tiene seguridad en ninguno de las casas que le sirven de refugio, el cerco se cierra peligrosamente. Decide entonces abandonar San Francisco de Paula e instalarse en Goicuría y O’Farril, donde hace meses se hallan sus compañeros Pedro Gutiérrez y Rogelio Perea (Rogito). Allí llega al atardecer del día 7 junto a su esposa Norma Porras.

A las dos de la madrugada del siguiente día, una ráfaga de ametralladora dirigida a la puerta de la vivienda donde se encuentran quiebra el silencio de la noche. Se inicia, según algunos investigadores, el combate urbano de mayor envergadura ocurrido durante la guerra de liberación. Cuentan con dos ametralladoras, cuatro pistolas, cuatro bombas de TNT y tres granadas. Sus perseguidores son varias decenas de policías armados hasta los dientes, que dirigen hacia ellos miles de proyectiles.
El desigual combate se prolonga por más de cuatro horas y al amanecer, cuando están agotadas las municiones y heridos Machaco y Norma Porras son capturados. Esta última queda con vida, los demás son asesinados.

Por sus méritos y valor a toda prueba, el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, al conocer de su heroica muerte, desde la Sierra Maestra emitió la siguiente Orden Militar:

“Se asciende al grado de Comandante, al capitán de Milicias Ángel Ameijeiras, que cayó combatiendo heroicamente frente a los esbirros de la dictadura. En homenaje a su ejemplar conducta de revolucionario, a su incansable espíritu de lucha, su valor sin límites y el heroísmo con que se batió con las fuerzas mercenarias del tirano, sin importarle el número de enemigos, prefiriendo morir antes que deponer las armas, el Ejército Rebelde le concede el grado de Comandante, que es el más alto de nuestra jerarquía militar”.

Referencias

  1. Mirtha Rodríguez Calderón. Quedarán en el tiempo vencedores. En revista Bohemia, 4 de noviembre de 1988.
  2. Cuerpos que yacen dormidos. Obra de los hermanos Saíz. Editorial Abril, La Habana, 1998, página 247.
  3. Efigenio Ameijeiras. Más allá de nosotros. Ob.cit., página 200.

Enlaces Relacionados

Fuente

  • Villafruela Infante, Omar. Chaparra, tierra de los Ameijeiras. Editorial Sanlope. Las Tunas, 1994.
  • Revista Bohemia, El Combate urbano mas intenso. Cuba 1958.

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