Aborigen cubano

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Aborigen cubano
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Aborígenes.


Historia étnica

El estudio de los componentes étnicos que dan origen a la nación cubana contemporánea constituye un necesario marco de referencia para conocer la significación y alcance del presente trabajo, ya que las principales manifestaciones de la cultura material y espiritual de Cuba están estrechamente vinculadas con el proceso de poblamiento desde la época colonial, debido a los complejos nexos entre los componentes étnicos originarios y la posterior formación del etnos- nación, hasta la actual fase de consolidación.

Una de las fuentes principales para reconstruir la historia étnica de Cuba es el conjunto de censos de relativa confiabilidad, efectuados desde la etapa colonial (1774 hasta 1970), que recoge en su información primaria el lugar de nacimiento de las personas residentes en Cuba.

Para ofrecer alternativas de solución a las diversas incógnitas sobre la etnohistoria del poblamiento, existe otra fuente, no muy estudiada, que son los archivos parroquiales de gran utilidad para la época colonial.

En relación con la población aborigen en varios de ellos hasta muy entrado el siglo XIX - período en que la mayoría de los historiadores los dan por extinguidos.

Desde el punto de vista étnico, el violento de la conquista hispánica desde 1510 sobre la población arauca insular asentada durante milenios en este Archipiélago redujo el monto global estimado de habitantes, desde unos 112000en el momento de su encuentro con el Viejo Continente a solo 3900 en 1555; es decir, 3,48% de la población inicial, en menos de medio siglo, quedando concentrados en los reductos de Guanabacoa, La Habana, Jigüaní y El Cobre, en las actuales provincias de Granma y Santiago de Cuba, respectivamente; o dispersos en áreas de difícil acceso como la parte montañosa de Guantánamo donde el fenómeno de la supervivencia aborigen se produce con mayor acentuación y es donde se establecieron grandes poblados que en la actualidad albergan un numeroso grupo de descendientes con las características aborígenes más puras.

Desde el punto de vista racial, si bien la raza mongoloide representada por los aborígenes indoamericanos, tendió a disminuir aceleradamente acorde a su desaparición física o su mezcla y asimilación por otras razas humanas también tendió a facilitar la incorporación de múltiples elementos lingüísticos- culturales al patrimonio cubano contemporáneo y contribuyó además a la ubicación macro regional de la población cubana, en relación con el relativo balance estable de la ubicación geográfica; a partir de un acelerado proceso de urbanización desde mediados del siglo XIX y del crecimiento de las migraciones internas.


Asentamiento Poblacional

El poblamiento contemporáneo de Cuba y la conformación y desarrollo de los asentamientos, son el resultado de un largo proceso que comenzó desde el inicio de la Conquista y Colonización de la Isla, a principios del siglo XVI. En contraste con lo ocurrido en otras tierras americanas, los poblados aborígenes de Cuba fueron desapareciendo al tiempo que iban siendo diezmados sus habitantes. Las siete villas fundadas por Diego Velásquez entre 1512 y 1514, constituyeron el primer paso en el proceso de colonización y poblamiento.Ellas fueron la antesala de un movimiento económico y demográfico que se desarrolló condicionado por diversos estímulos internos y externos.

Pasados los primeros tiempos de la conquista y colonización, la brusca reducción de los aborígenes, la inexistencia de verdaderos yacimientos auríferos, unidos a los nuevos estímulos exteriores, en particular, las empresas conquistadoras hacia el continente americano - que provocaron el rápido despoblamiento de Cuba a los pocos años de la llegada de los colonizadores hispánicos- produjeron la transformación de este panorama inicial de fundaciones. La colonización y el poblamiento seguirían entonces los derroteros marcados por las nuevas actividades económicas, las que se irían fomentando en la isla en diferentes períodos.

Hay elementos suficientes para afirmar que el fenómeno de la conquista y colonización de nuestra Isla, por los europeos, y la posterior implantación del abominable sistema de las encomiendas, no son los causantes de la rápida extinción del indio.

La cuestión no parece tan simple pues “debemos pensar que una población indígena rápidamente extinguida sin oportunidad de mezclarse con la colonizadora, no hubiera dejado en nuestra nomenclatura geográfica y botánica, y en nuestro lenguaje cotidiano, las numerosas voces que tenemos”.

A la llegada de los españoles debieron ser muchos los aborígenes que, internándose en los montes y serranías, huyeron de las atrocidades ejecutadas por estos. En pequeños palenques, escondidos en los lugares más inaccesibles o vagando por diferentes parajes; pudieron sobrevivir hasta ser absorbidos, posteriormente, a partir de su incorporación al complejo proceso etnocultural que se inicia con la conquista.

No cabe la menor duda de que “el grado de supervivencia y relaciones entre indios y españoles puede ser muy diverso y obtenido en situaciones circunstanciales específicas, pero siempre en un régimen de explotación más o menos intensificado por parte de los colonizadores”.

El fenómeno de la supervivencia aborigen se produce con mayor acentuación en la región oriental de nuestro país, donde se establecen grandes poblados, y en la actualidad residen muchos de sus descendientes.

Viviendas y construcciones auxiliares

Al poco tiempo de arribar Colón a las Antillas, cuando recorría en su primer viaje la costa norte de Cuba, envió a dos cristianos, Rodrigo de Xerez y Luis de Torres, con el fin de hacer contacto con el “rey “de esas tierras. Cuando ambos regresaron, contaron lo que habían visto, hechos que el Almirante se encargó de anotar en su diario de navegación, en el cual dejó constancia de que visitaron “una población de cincuenta casas donde habían mil vecinos porque viven muchos en una casa “, pero luego no vieron poblaciones de más de cinco casas”, según lo expresado por Colón el 6 de noviembre.

El 29 de ese mes, en su diario de navegación de 1492, precisa que “aquellas casas eran de manera que se acogen en ellas muchas gente en una sola, y deben ser parientes descendientes de uno solo”.

En distintos pasajes de las obras de los cronistas hacían referencia a que la hechura de las casas de los caciques era diferente; frente a éstas había un espacio abierto, a veces cercado, donde se realizaban las ceremonias comunales. Pero este asunto sobre el tipo de casas antillanas es aún controvertido.

El estudio histórico- cultural de la vivienda de los primeros asentamiento es importante no sólo por caracterizar su contenido histórico- étnico en el proceso de formación y consolidación de su identidad, sino para proyectar su desarrollo respectivo en la preservación de los valores y la información transmitida de manera tradicional. La asimilación por parte de estos descendientes de aborígenes en cuanto a la tipología, materiales de construcción, tecnologías de edificación y el modo de adecuarse al nuevo medio geográfico para elaborar sus viviendas, de acuerdo con las características de los asentamientos que les antecedieron, les permitieron preservar las peculiaridades de autoidentificación y diferenciación de sus moradores en el ámbito de una nueva comunidad.

En el caso de la familia Rojas Ramírez continúan con la tipología del bohío presentando de acuerdo a la morfología de sus plantas, las formas de I y de T fundamentalmente. Los materiales de construcción según las partes de la vivienda, pueden apreciarse en paredes, techos y pisos. Para la edificación de las paredes utilizan las yaguas y pencas de palmas, principalmente la palma real (Roystonea Regia), los materiales de los techos son de penca de güano u hojas de palma y los pisos de cemento, de tierra apisonada o de cocó (carbonato de calcio).


El uso de materiales de construcción tradicionales y las técnicas empleadas reflejan una persistencia cultural derivada de la plena adaptación y utilización de los recursos del medio, a partir de la autoconstrucción, basada en las relaciones pasadas y en la transmisión empírica del conocimiento de los materiales y las técnicas de construcción, así como en la apropiación de una modalidad cultural indocubana que aún influye en todos los aspectos del ciclo vital de esta familia. La noción de la vivienda para ellos no equivale sólo a la casa o espacio techado, sino a todo el entorno casero y circunscasero (donde se encuentra el conjunto de construcciones auxiliares) y el espacio a cielo abierto donde transcurre un hábitad integrado a las necesidades cotidianas y perspectivas de este grupo humano.

Dentro de las construcciones auxiliares que forman parte sustancial de las viviendas para estos descendientes se encuentran en el batey, los bohíos vara en tierra, compuestos por un techo a dos aguas sin paredes, y los criaderos de animales elaborados con materiales del entorno natural.


Fuentes