Diferencia entre revisiones de «Agricultura orgánica en Cuba»

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Uno de los [[cultivo]]s donde más se ha extendido la práctica del abonado verde en el país es el [[arroz]]. Trabajos realizados en la [[Estación Central del Arroz]] en Cuba se concluyó que es posible utilizar como abono verde para el arroz la (Sesbania rostrata) sembrada en [[primavera]] ([[lluvias]]) para incorporarla a los 45 días, de esta forma se sustituyen de 60 a 80 kg/[[ha]] de nitrógeno, obteniéndose un rendimiento de hasta 6 t/ha de arroz.  
  
 
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Revisión del 10:38 17 ene 2013

Agricultura orgánica en Cuba
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Agricultura.org.jpg
Concepto:La agricultura orgánica es un procedimiento que utiliza métodos que respetan el Medio Ambiente desde las diversas fases de la producción, a través de la manipulación y transformación de los productos.

Agricultura orgánica en Cuba. La producción orgánica no sólo se interesa por el producto final que llega al consumidor. La alternativa propuesta en los últimos años de una agricultura orgánica, que sustituye los fertilizantes de origen mineral por abonos orgánicos principalmente estiércoles; viene encontrando obstáculos para su amplia difusión debido a la dificultad de producirlos en los mismos sitios donde van a ser utilizados, las cantidades producidas, que son pequeñas con relación al área que hay que mejorar así como al elevado costo de transporte.

Abonos verdes

Hoy día existe el consenso en definir que el conjunto de alternativas dirigidas a buscar un mejoramiento del recurso suelo deben ser biológicas, social y económicamente ajustables a las realidades de los campesinos. En este sentido los abonos verdes han recobrado importancia debido a su posibilidad de reproducir “in situ” la materia orgánica, constituyendo una buena estrategia para ser consideradas en programas de manejo y conservación de suelos al nivel campesino.

Inicios de la implementación

Desde inicios del siglo XX en Cuba (1907, 1909 y 1917) se publicaron en la Estación Experimental Agronómica de Santiago de la Vegas indicaciones para el uso de los abonos verdes, recomendándose un grupo con buena adaptación al país: canavalia (Canavalia ensiformis), frijol terciopelo (Mucuna pruriens), crotalaria (Crotalaria sp.), Frijol Caupí (Vigna sp.), gandul (Cajanus cajan), soya, entre otros. Estas leguminosas aportan nuevas cantidades de nitrógeno al sistema agrícola por medio de la fijación biológica y reciclan cantidades apreciables de fósforo y potasio.

Algunos expertos señalan que en Cuba es práctica común de los campesinos de Banao, en Sancti Spíritus usar el frijol de terciopelo como abono verde en las áreas productivas de la cebolla. Otros recomiendan usar una labranza mínima y abonos verdes en cebolla en esta zona.

En las condiciones de montaña en el Escambray se han obtenido resultados satisfactorios al utilizar el sorgo como mejorador y protector de los suelos erosionados; esta especie a 15 días de germinada cubrió el 100% de área, aportó 133, 25 y 189 kg de nitrógeno, P2O5, y K2O respectivamente. Al probar tres leguminosas —frijol de terciopelo, dolichos (Lablab purpureus) y canavalia— en los suelos pardo-grisáceos levemente erosionados, determinaron que también el sorgo forrajero fue el mejor, pues produce los mayores incrementos en el rendimiento del tabaco.

Campos de aplicación

Uno de los cultivos donde más se ha extendido la práctica del abonado verde en el país es el arroz. Trabajos realizados en la Estación Central del Arroz en Cuba se concluyó que es posible utilizar como abono verde para el arroz la (Sesbania rostrata) sembrada en primavera (lluvias) para incorporarla a los 45 días, de esta forma se sustituyen de 60 a 80 kg/ha de nitrógeno, obteniéndose un rendimiento de hasta 6 t/ha de arroz.

Programas

Existen actualmente programas concretos de producción de semillas de Sesbania rostrata en cada Complejo Agroindustrial (CAI) Arrocero del país con vista a garantizar parte del nitrógeno necesario a este cultivo por esta vía.

"Un programa de estudio bastante completo se ha realizado desde 1992 en el Instituto Nacional de Ciencias Agrícolas sobre esta alternativa, seleccionando las especies promisorias para el país, las fechas óptimas de siembra, potencialidades para la sustitución de fertilizantes químicos nitrogenados, así como la inclusión de especies idóneas en sistemas de rotación y/o asociación en varios cultivos como calabaza (Cucurbita moschata), papa, malanga (Xanthosoma sagittifolium), maíz y café".[1]

De acuerdo con esta autora, la mayoría de las leguminosas y otras plantas utilizadas como abonos verdes presentan un mejor comportamiento en las condiciones del período lluvioso de Cuba en comparación con el no lluvioso en el primero estas plantas aportan mayor cantidad de fitomasa y de nutrientes al suelo: de 10 a 67 t/ha de fitomasa fresca, de 2 a 11 t/ha de fitomasa seca, de 67 a 255 kg/ha de nitrógeno, de 7 a 22 kg/ha de fósforo y de 36 a 211 kg/ha de potasio.

En el período poco lluvioso existe además el inconveniente de que la mayor parte de estas plantas son fotoperiódicas de días cortos, iniciando su período reproductivo cuando aún no han alcanzado el desarrollo vegetativo requerido para utilizarlas como abono verde. Las leguminosas promisorias para el país, por su adaptación y aportes son: canavalia, crotalaria, mucuna prieta, caupí, Frijol Mungo, sesbania, sorgo de grano, dolichos y lupino (Lupinus albus). De acuerdo con estos resultados, para mejorar los cultivos de invierno, las especies de abonos verdes deben ser sembradas antes del 15 de septiembre. Como precedente de la calabaza, las mejores especies fueron la crotalaria (C. juncea) y caupí (Vigna unguiculata), que superaron a la fertilización química. En este cultivo los rendimientos se incrementan de 4 t/ha sin abono verde a 10 t/ha con la crotalaria y hasta 6 t/ha con la vigna.


Aportes de fitomasa y nutrientes a los 60 días de especies de plantas utilizadas como abono verde en el período lluvioso (mayo 1992-1993). Suelo Ferralítico rojo, La Habana.

Especies Masa verde t/ha Masa seca t/ha N kg/ha P kg/ha K kg/ha
Crotalaria 63 7.1 255 21 92
Canavalia 35 3.4 153 11 44
Mucuna prieta 10 3.2 149 8 44
Sesbania 29 4.4 141 11 101
Dolichos 28 2.9 121 10 52
Sorgo grano 67 11.0 188 22 211
Crotalaria 38 2.5 92 9 65
Caupí 18 2.7 77 8 52
Frijol mungo 11 3.0 67 8 56
Terciopelo 33 2.6 121 7 38
Frijol diablito 18 2.1 79 9 36
Gandul 54 4.5 135 13 67
Rango de variación 10-67 2-11 67-255 7-22 36-211

Fuente: García y Treto, 1997.

Nota: mucuna prieta (Mucuna aterrima), frijol mungo (Vigna radiata), frijol diablito (Phaseolus hevolus)

Para obtener rendimientos de calabaza por encima de 14 t/ha es necesario añadir sólo 60 kg/ha de nitrógeno, lo cual representa una considerable disminución de la dosis anterior recomendada que era de 140 kg/ha de nitrógeno químico.

En el cultivo de la papa (dentro de época) la mejor especie fue la canavalia, que sustituyó hasta el 50% de sus necesidades de nitrógeno (80 kg/ha). De forma similar a la calabaza, los más altos rendimientos se obtuvieron al combinar canavalia y 40 kg/ha de nitrógeno, sustituyéndose de esta forma hasta el 75% del fertilizante. El cultivo asociado de la malanga con leguminosas como el caupí y soya, permitió incrementar los rendimientos totales por área cultivada en un 50% (4 t/ha) en comparación con el cultivo no asociado. Las leguminosas intercaladas cubrieron rápidamente el entresurco de la malanga, controlando el crecimiento de las malezas, conservando mejor la humedad del suelo.

"En el cultivo de maíz de primavera se obtuvieron buenos resultados al intercalar cuatro leguminosas: sesbania, mucuna prieta, canavalia y crotalaria. En el cultivo del maíz de invierno se destacan la canavalia, el frijol diablito y el lupino. En café, la leguminosa más resistente a las condiciones adversas del invierno en las zonas montañosas fue la canavalia, que aportó por cada ha sembrada 4.3 t/ha de masa seca, 19 t/ha de masa fresca y 182; 13 y 76 kg/ha de nitrógeno, fósforo y potasio respectivamente".[2]

A manera de resumen y de acuerdo con los resultados de diversos autores en el país, los abonos verdes pueden sustituir de 35-75% de las necesidades de nitrógeno en diversos cultivos agrícolas, lo que equivale a cantidades desde 51 a 110 kg/ha de nitrógeno.

Dosis de nitrógeno (kg./ha) a sustituir con el empleo de abonos verdes en cultivos económicos. Resumen de resultados obtenidos en Cuba

Período Cultivos DO, kg/ha Especie AV DM AV DS AV kg/ha DS AV % IR t/ha
1986-1989 Arroz 100-150 Sesbania 75 70-85 50-75 1
1992-1997 Papa 164 Canavalia 53 111 68 2
1992-1997 Papa 131 Canavalia 67 64 49 4
1992-1997 Calabaza 110 Crotalaria 59 51 46 3,5
1992-1997 Calabaza 110 Caupí 35 75 68
Rango 51-111 46-75 1-4

Fuente: Cabello, 1989 y García, 1998.

Nota: DO – Dosis óptima, DM – Dosis máxima, DS – Dosis que sustituye, AV – Abono verde, IR – Incremento de los rendimientos

Cooperativas

"En la Cooperativa de Producción Agropecuaria (CPA) “28 de septiembre” en Batabanó, provincia La Habana, se ha introducido la asociación de maíz-dolichos con resultados satisfactorios como forraje para la producción animal y como abono verde".[3]

En la CPA “Jorge Dimitrov” en San Antonio de los Baños en la misma provincia de La Habana, están utilizando la canavalia asociada con el maíz, con resultados positivos en los cultivos subsiguientes. Por otra parte, en la CPA “Gilberto León”, también en San Antonio, se han probado varias especies intercaladas en el plátano, obteniéndose resultados alentadores con el uso de la canavalia, la crotalaria y el frijol de terciopelo enano.

La introducción a escala más extensiva de los abonos verdes depende de numerosos factores, entre ellos:

  • la necesidad de producir las semillas en las mismas unidades donde van a ser utilizadas.
  • la inclusión de estos en los planes de rotación y asociación de los cultivos económicos en las fincas.
  • la necesidad de una mayor conciencia de esta práctica entre los agricultores.

Ventajas

La acción de los abonos verdes no solo se expresa como sustituto de fertilizantes minerales sino que, a diferencia de estos, aportan otros nutrimentos y mejoran las propiedades físicas de los suelos. De forma general el mejoramiento de los suelos en condiciones de alta degradación puede producir incrementos de hasta un 20%, particularmente en los agroecosistemas tendentes a la inercia edafológica.

En este contexto, los resultados obtenidos con zeolitas naturales o sus mezclas con residuos orgánicos merecen ser considerados, dado el hecho de que Cuba dispone de elevadas reservas de este valioso mineral, posibilitando su uso a escala regional en dependencia de los requerimientos de los diferentes tipos de suelos.

"Investigaciones realizadas en la Empresa de Cultivos Varios de Manacas en la provincia de Villa Clara con zeolitas naturales, muestran para una dosis óptima de 6 t/ha un mejoramiento integral en las propiedades de un suelo Ferralítico cuarcítico amarillo-rojizo lixiviado. Dosis crecientes de zeolita (o hasta 12 t/ha) en cultivos de boniato, ajo y tomate produjeron efectos positivos en cuanto a humedad higroscópica, peso específico y estructura (agregados del suelo). Por otra parte hubo incrementos en pH, Ca, Mg, Na, K, CCB, P2O5 y K2O con un aumento en rendimiento que fluctuó entre 17.4 y 20.5 t/ha para el boniato, 1.9 y 3.4 t/ha para el ajo y 8.6 y 21.0 t/ha para el tomate".[4]

Referencias

  1. García, 1998
  2. Treto, 1994
  3. SANE, 1999
  4. Febles, 1998

Fuentes

  • Concepto de Agricultura orgánica. Disponible en: www.fao.org/sd/2003/EN0102_es.htm. Consultado el 13 de diciembre de 2011.
  • García, Margarita. Contribución al estudio y utilización de los abonos verdes en cultivos económicos desarrollados sobre un suelo Ferralítico Rojo de La Habana. Tesis en opción al grado de Doctor en Ciencias Agrícolas. La Habana, 1998.
  • Treto, Eolia; Margarita García; Mayte Alvarez y Lyvia Fernández. Abonos verdes: algunas posibilidades de su uso en la agricultura cubana. IV Forum Nacional de Ciencia y Técnica. La Habana, 1994.
  • SANE. Proyecto del PNUD. Informe Final. Grupo Gestor de Agricultura Orgánica. La Habana, Cuba, 1999.
  • Febles, J.M. Aportes para el manejo ecológico de los suelos en Cuba. Folleto UNAH. La Habana, 1998.