Diferencia entre revisiones de «Agustín Marquetti»

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[[Image:Agustín Marquetti.jpg|right|105x133px]]Agustín Marquetti: El toletero de Alquízar<br>Jorge Alfonso<br>Colaborador de Rebelde <br>'''Historia'''<br>Siempre escuché decir muchas veces la vida depara cosas capaz de imaginar, ahora puedo señalar lo sucedido en el campo de juego a uno de los peloteros más carismáticos en el béisbol de casa en cualquier tiempo, hablo de Agustín Marquetti Moinelo , nacido el 28 de Enero de 1944 en el Municipio Alquízar , en la provincia La Habana.<br>Desde niño siempre soñó con jugar en el parque de la barriada del Cerro y nunca olvidará la fría noche del mes de diciembre de 1955, cuando sin cumplir los diez años de edad visitó por primera vez el Coloso y quedó impactado por todo lo que allí vio.<br>Al día siguiente, sus condiscípulos conocieron con lujos de detalles las vivencias del pequeño y tal idea llegó a convertirse en una constante a lo largo de la niñez. Aspiraba a vestir el uniforme del club Habana, el equipo de sus simpatías, subir al montículo y abanicar a por lo menos 15 bateadores enemigos, como en la temporada de referencia hiciera el también zurdo estadounidense Wilmer Vinagre Mizell frente a los Alacranes del Almendares.<br>Par de años después del triunfo revolucionario del 1 de Enero de 1959, la liga invernal pasó a mejor vida, pero las nobles aspiraciones de Marquetti y muchos otros jóvenes cobraron fuerza de realidad…<br>En lo adelante, a partir del 14 de enero de 1962, fecha exacta de la inauguración de la I Serie Nacional, nuevos nombres de equipos y atletas ocuparon espacios prominentes en los medios.<br>Agustín cumpliría 15 años, pero la primera experiencia de envergadura no fue en el ahora rebautizado estadio Latinoamericano, sino en las arenas de Playa Girón, donde vestido de miliciano y armado hasta los dientes enfrentó la invasión mercenaria como combatiente en una compañía de infantería.<br>Los primeros pasos pudo darlos con el uniforme del seleccionado Habana en el campeonato nacional juvenil de 1964 y allí realizó, bate en manos, méritos suficientes para integrar la escuadra cubana de la categoría que asistió al certamen mundialista celebrado en varias ciudades de Canadá.<br>El debut en la pelota grande ocurrió un año más tarde y en la condición de favorecido por la fortuna entró por la puerta grande, pues defendió los colores de Industriales (1965-1966), entonces bajo la batuta de Ramón Carneado, quien buscaba el cuarto gallardete consecutivo.<br>-Imagínate cuanto significó para mí aparecer junto a Pedro Chávez, mi ídolo de siempre, Urbano, Tony González, Jorge Trigoura y otros muchos consagrados.<br>Yo procedía de la llamada segunda categoría y me incorporaron a los azules dos o tres semanas después de comenzado el campeonato. La primera presentación en el Latino la hice en el jardín derecho, porque tenía buen brazo y me desplazaba bastante bien. Por supuesto, el dueño de la inicial era Chávez, así que ni hablar”.<br>Cuando le menciono a Marquetti aquel infeliz momento en que conectó hit decisivo para decidir en el noveno episodio con las bases llenas y dos outs en el pizarrón.<br>-Compadre, para qué hablar de eso. Era mi primer año y recibí la oportunidad más grande del mundo. Allí pagué la novatada, porque no pisé la primera almohadilla y en el jardín central de Occidentales estaba Ángel El Jabao Suárez.<br>Mientras todos festejábamos el triunfo, salvo Ramón Carneado, con cara de pocos amigos, El Jabao llegó a la almohadilla y reclamó que yo no había pisado. El árbitro Roger García cantó el out y aquello fue un verdadero cubo de agua fría, a pesar de que en la oncena entrada ganamos el juego”.<br>Sin embargo, de villano llegaste a héroe en varias ocasiones, sobre todo en dos oportunidades históricas, aunque en escenarios diferentes.<br>-Bueno, así es la vida. El primero de esos memorables batazos lo conecté también el final de noveno, con el juego empatado, y derrotamos a Estados Unidos para ganar el título en Managua (1972). Pasados casi 15 años, casi a punto del retiro, discutíamos el campeonato Industriales y Vegueros.<br>Eso fue en la XXV Serie Nacional (1985-1986) y la dirección de los pinareños mandó a la lomita a Rogelio García. El hombre llegó al noveno tirando chícharos por no decir aspirinas. Me tiró un buen lanzamiento de tenedor, de los que rompen hacia abajo y golpeé la pelota para sacarla del parque.<br>'''¿En ambas ocasiones pisaste el plato…?'''<br>-Ah, seguimos en las mismas. En Managua la cosa fue muy fácil. Acá el público apenas me dejó recorrer las bases y creo que no podría asegurarte que hice. A propósito, quiero mencionar la caballerosidad del torpedero Giraldo González, quien al pasar juntó a él me extendió la mano en señal de felicitación.<br>Agustín Marquetti sentó cátedra a lo largo de 22 años y sus números dentro y fuera de casa lo reafirmaron entre los mejores bateadores del béisbol amateur. ¿Qué piensas al respecto?<br>-Yo me entregaba mucho y el sacrificio de tanto tiempo pude recuperarlo con satisfacciones. El respaldo del público, capaz de apoyarme en cualquier circunstancia es algo que se agradece. También la familia juega un importante papel. Lo más difícil es cuando debes decir adiós y lo hice arriba.  
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[[Image:Agustín Marquetti.jpg|right|105x133px]]Agustín Marquetti: El toletero de Alquízar<br>Jorge Alfonso<br>Colaborador de Rebelde <br>'''Historia'''<br>Siempre escuché decir muchas veces la vida depara cosas capaz de imaginar, ahora puedo señalar lo sucedido en el campo de juego a uno de los peloteros más carismáticos en el béisbol de casa en cualquier tiempo, hablo de Agustín Marquetti Moinelo.<br>Desde niño siempre soñó con jugar en el parque de la barriada del Cerro y nunca olvidará la fría noche del mes de diciembre de 1955, cuando sin cumplir los diez años de edad visitó por primera vez el Coloso y quedó impactado por todo lo que allí vio.<br>Al día siguiente, sus condiscípulos conocieron con lujos de detalles las vivencias del pequeño y tal idea llegó a convertirse en una constante a lo largo de la niñez. Aspiraba a vestir el uniforme del club Habana, el equipo de sus simpatías, subir al montículo y abanicar a por lo menos 15 bateadores enemigos, como en la temporada de referencia hiciera el también zurdo estadounidense Wilmer Vinagre Mizell frente a los Alacranes del Almendares.<br>Par de años después del triunfo revolucionario del 1 de Enero de 1959, la liga invernal pasó a mejor vida, pero las nobles aspiraciones de Marquetti y muchos otros jóvenes cobraron fuerza de realidad…<br>En lo adelante, a partir del 14 de enero de 1962, fecha exacta de la inauguración de la I Serie Nacional, nuevos nombres de equipos y atletas ocuparon espacios prominentes en los medios.<br>Agustín cumpliría 15 años, pero la primera experiencia de envergadura no fue en el ahora rebautizado estadio Latinoamericano, sino en las arenas de Playa Girón, donde vestido de miliciano y armado hasta los dientes enfrentó la invasión mercenaria como combatiente en una compañía de infantería.<br>Los primeros pasos pudo darlos con el uniforme del seleccionado Habana en el campeonato nacional juvenil de 1964 y allí realizó, bate en manos, méritos suficientes para integrar la escuadra cubana de la categoría que asistió al certamen mundialista celebrado en varias ciudades de Canadá.<br>El debut en la pelota grande ocurrió un año más tarde y en la condición de favorecido por la fortuna entró por la puerta grande, pues defendió los colores de Industriales (1965-1966), entonces bajo la batuta de Ramón Carneado, quien buscaba el cuarto gallardete consecutivo.<br>-Imagínate cuanto significó para mí aparecer junto a Pedro Chávez, mi ídolo de siempre, Urbano, Tony González, Jorge Trigoura y otros muchos consagrados.<br>Yo procedía de la llamada segunda categoría y me incorporaron a los azules dos o tres semanas después de comenzado el campeonato. La primera presentación en el Latino la hice en el jardín derecho, porque tenía buen brazo y me desplazaba bastante bien. Por supuesto, el dueño de la inicial era Chávez, así que ni hablar”.<br>Cuando le menciono a Marquetti aquel infeliz momento en que conectó hit decisivo para decidir en el noveno episodio con las bases llenas y dos outs en el pizarrón.<br>-Compadre, para qué hablar de eso. Era mi primer año y recibí la oportunidad más grande del mundo. Allí pagué la novatada, porque no pisé la primera almohadilla y en el jardín central de Occidentales estaba Ángel El Jabao Suárez.<br>Mientras todos festejábamos el triunfo, salvo Ramón Carneado, con cara de pocos amigos, El Jabao llegó a la almohadilla y reclamó que yo no había pisado. El árbitro Roger García cantó el out y aquello fue un verdadero cubo de agua fría, a pesar de que en la oncena entrada ganamos el juego”.<br>Sin embargo, de villano llegaste a héroe en varias ocasiones, sobre todo en dos oportunidades históricas, aunque en escenarios diferentes.<br>-Bueno, así es la vida. El primero de esos memorables batazos lo conecté también el final de noveno, con el juego empatado, y derrotamos a Estados Unidos para ganar el título en Managua (1972). Pasados casi 15 años, casi a punto del retiro, discutíamos el campeonato Industriales y Vegueros.<br>Eso fue en la XXV Serie Nacional (1985-1986) y la dirección de los pinareños mandó a la lomita a Rogelio García. El hombre llegó al noveno tirando chícharos por no decir aspirinas. Me tiró un buen lanzamiento de tenedor, de los que rompen hacia abajo y golpeé la pelota para sacarla del parque.<br>'''¿En ambas ocasiones pisaste el plato…?'''<br>-Ah, seguimos en las mismas. En Managua la cosa fue muy fácil. Acá el público apenas me dejó recorrer las bases y creo que no podría asegurarte que hice. A propósito, quiero mencionar la caballerosidad del torpedero Giraldo González, quien al pasar juntó a él me extendió la mano en señal de felicitación.<br>Agustín Marquetti sentó cátedra a lo largo de 22 años y sus números dentro y fuera de casa lo reafirmaron entre los mejores bateadores del béisbol amateur. ¿Qué piensas al respecto?<br>-Yo me entregaba mucho y el sacrificio de tanto tiempo pude recuperarlo con satisfacciones. El respaldo del público, capaz de apoyarme en cualquier circunstancia es algo que se agradece. También la familia juega un importante papel. Lo más difícil es cuando debes decir adiós y lo hice arriba.  
  
 
'''ACTUACIÓN DE AGUSTÍN MARQUETTI EN SERIES NACIONALES'''<br>  
 
'''ACTUACIÓN DE AGUSTÍN MARQUETTI EN SERIES NACIONALES'''<br>  

Revisión del 16:32 27 sep 2010

Agustín Marquetti.jpg

Agustín Marquetti: El toletero de Alquízar
Jorge Alfonso
Colaborador de Rebelde
Historia
Siempre escuché decir muchas veces la vida depara cosas capaz de imaginar, ahora puedo señalar lo sucedido en el campo de juego a uno de los peloteros más carismáticos en el béisbol de casa en cualquier tiempo, hablo de Agustín Marquetti Moinelo.
Desde niño siempre soñó con jugar en el parque de la barriada del Cerro y nunca olvidará la fría noche del mes de diciembre de 1955, cuando sin cumplir los diez años de edad visitó por primera vez el Coloso y quedó impactado por todo lo que allí vio.
Al día siguiente, sus condiscípulos conocieron con lujos de detalles las vivencias del pequeño y tal idea llegó a convertirse en una constante a lo largo de la niñez. Aspiraba a vestir el uniforme del club Habana, el equipo de sus simpatías, subir al montículo y abanicar a por lo menos 15 bateadores enemigos, como en la temporada de referencia hiciera el también zurdo estadounidense Wilmer Vinagre Mizell frente a los Alacranes del Almendares.
Par de años después del triunfo revolucionario del 1 de Enero de 1959, la liga invernal pasó a mejor vida, pero las nobles aspiraciones de Marquetti y muchos otros jóvenes cobraron fuerza de realidad…
En lo adelante, a partir del 14 de enero de 1962, fecha exacta de la inauguración de la I Serie Nacional, nuevos nombres de equipos y atletas ocuparon espacios prominentes en los medios.
Agustín cumpliría 15 años, pero la primera experiencia de envergadura no fue en el ahora rebautizado estadio Latinoamericano, sino en las arenas de Playa Girón, donde vestido de miliciano y armado hasta los dientes enfrentó la invasión mercenaria como combatiente en una compañía de infantería.
Los primeros pasos pudo darlos con el uniforme del seleccionado Habana en el campeonato nacional juvenil de 1964 y allí realizó, bate en manos, méritos suficientes para integrar la escuadra cubana de la categoría que asistió al certamen mundialista celebrado en varias ciudades de Canadá.
El debut en la pelota grande ocurrió un año más tarde y en la condición de favorecido por la fortuna entró por la puerta grande, pues defendió los colores de Industriales (1965-1966), entonces bajo la batuta de Ramón Carneado, quien buscaba el cuarto gallardete consecutivo.
-Imagínate cuanto significó para mí aparecer junto a Pedro Chávez, mi ídolo de siempre, Urbano, Tony González, Jorge Trigoura y otros muchos consagrados.
Yo procedía de la llamada segunda categoría y me incorporaron a los azules dos o tres semanas después de comenzado el campeonato. La primera presentación en el Latino la hice en el jardín derecho, porque tenía buen brazo y me desplazaba bastante bien. Por supuesto, el dueño de la inicial era Chávez, así que ni hablar”.
Cuando le menciono a Marquetti aquel infeliz momento en que conectó hit decisivo para decidir en el noveno episodio con las bases llenas y dos outs en el pizarrón.
-Compadre, para qué hablar de eso. Era mi primer año y recibí la oportunidad más grande del mundo. Allí pagué la novatada, porque no pisé la primera almohadilla y en el jardín central de Occidentales estaba Ángel El Jabao Suárez.
Mientras todos festejábamos el triunfo, salvo Ramón Carneado, con cara de pocos amigos, El Jabao llegó a la almohadilla y reclamó que yo no había pisado. El árbitro Roger García cantó el out y aquello fue un verdadero cubo de agua fría, a pesar de que en la oncena entrada ganamos el juego”.
Sin embargo, de villano llegaste a héroe en varias ocasiones, sobre todo en dos oportunidades históricas, aunque en escenarios diferentes.
-Bueno, así es la vida. El primero de esos memorables batazos lo conecté también el final de noveno, con el juego empatado, y derrotamos a Estados Unidos para ganar el título en Managua (1972). Pasados casi 15 años, casi a punto del retiro, discutíamos el campeonato Industriales y Vegueros.
Eso fue en la XXV Serie Nacional (1985-1986) y la dirección de los pinareños mandó a la lomita a Rogelio García. El hombre llegó al noveno tirando chícharos por no decir aspirinas. Me tiró un buen lanzamiento de tenedor, de los que rompen hacia abajo y golpeé la pelota para sacarla del parque.
¿En ambas ocasiones pisaste el plato…?
-Ah, seguimos en las mismas. En Managua la cosa fue muy fácil. Acá el público apenas me dejó recorrer las bases y creo que no podría asegurarte que hice. A propósito, quiero mencionar la caballerosidad del torpedero Giraldo González, quien al pasar juntó a él me extendió la mano en señal de felicitación.
Agustín Marquetti sentó cátedra a lo largo de 22 años y sus números dentro y fuera de casa lo reafirmaron entre los mejores bateadores del béisbol amateur. ¿Qué piensas al respecto?
-Yo me entregaba mucho y el sacrificio de tanto tiempo pude recuperarlo con satisfacciones. El respaldo del público, capaz de apoyarme en cualquier circunstancia es algo que se agradece. También la familia juega un importante papel. Lo más difícil es cuando debes decir adiós y lo hice arriba.

ACTUACIÓN DE AGUSTÍN MARQUETTI EN SERIES NACIONALES

SN
VB
C
H
2B
3B
HR
TB
SLU
AVE
CI
BB
K
22
6725
853
1935
279
31
207
2897
431
288
1106
944
654


==Fuente==
Tomado de Redacción Digital Radio Rebelde