Diferencia entre revisiones de «Aida Ida Morales Hernández»
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Revisión del 10:44 13 may 2011
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Aida Ida Morales Hernández reconocida artista de la plástica de Zulueta perteneciente a la provincia Villa Clara. Se desempeñó en varias profesiones dedicó gran parte de su vida laboral a la pedagogía y enseñanza artística. Asume importantes papeles en la educación primaria, trabajo ademas en la recuperación de pinturas del museo provincial. Actualmente jubilada, asume proyectos comunicatorios, destacándose sus actividades con los niños.
Sumario
Biografía
La cultura en la provincia de Villa Clara cuenta con el magisterio de Aida Ida Morales Henández (Aimohez), nacida el 13 de abril de 1931 en Zulueta y radicada en Santa Clara desde los tres años de edad. De padre libanés y madre cubana es Aida Ida la segunda hija del matrimonio constituido por José Morales Jamud y Bernarda Hernández Gómez.
Infancia y juventud
Su vida la dedicó al estudio y la superación constante, de faena inagotable y proyección artística. Inició su instrucción primaria en el antiguo Colegio Teresiano de Santa Clara, continuando la secundaria en la Escuela Privada de Antolín González del Valle donde se preparó para el ingreso en la Normal de Kindergarten.
Recibió clases de piano con las profesoras Esther de Rojas y Rita Chapú. No ejerció como normalista para dedicarse a los estudios de pintura con la pedagoga Teresa Pascual de la Escuela del Hogar.
Estudió dibujo, pintura y modelado en San Alejandro, La Habana. Sus afanes la hicieron pasar cursos de Artes Manuales en la Universidad de La Habana, donde su notable desempeño la convirtió en auxiliar de algunos profesores (pirograbado, pirotallado, repujado en piel, incisado en piel, cerámica, etcétera).
Otras etapas de su vida
Por oposición, obtuvo en 1956 la plaza de Artes Plásticas en la Escuela Primaria Superior de Santo Domingo, Las Villas para pasar posteriormente a la Secundaria Básica Julio Marcelo del citado municipio. En la década del 60 pasó a ejercer como profesora en la Escuela Primaria Superior José Martí (antiguo Colegio Teresiano) en Santa Clara, luego en la Escuela Atilano Díaz Rojo en dicha ciudad y posteriormente en la Primaria Superior Chiqui Gómez.
Su carrera estuvo cimentada en otros cursos realizados en Santa Clara y en La Habana con distintos profesores como Mateo Torriente, los cuales iniciaron la labor preparatoria para la enseñanza de la plástica en las secundarias básicas. Su trayectoria continúa en el ISE donde brindó un magnífico aporte a la creación de medios audiovisuales para las diferentes enseñanzas.
Este proceder grandioso y válido contribuyó con el quehacer de los profesores y el aprendizaje en todas las escuelas del territorio.Como responsable de estudio ocupó una plaza en el internado Abel Santamaría.
Entre los sueños de Aida Ida estuvo siempre la restauración y fue en 1979 cuando asumió este cargo en el Museo Provincial de Historia de Villa Clara. Antes de iniciar esta labor estudió en Bellas Artes lo concerniente a la pintura de caballete, documentos, estampas, metales, mármol, madera y en el mes de julio del propio año emprende la restauración de 10 obras murales en la Escuela Viet Nam Heroico en Santa Clara. Impresionante y trascendente esta ocupación que rescató obras de gran valor para nuestro patrimonio nacional. Recibe el asesoramiento de Angel Bello Romero, responsable de pintura del Museo Nacional.
Participó en el círculo de interés Federico Fernández Cavada del museo provincial de historia donde los niños crearon murales muy significativos como: Girón 61, Girón 62, Marcha del Pueblo Combatiente, 1ro de mayo, Evolución del Universo, El Mundo de los Animales, entre otros.
Aunque se jubiló en 1991 a Aida Ida Morales, nunca ha asumido un receso en su constante búsqueda. El 24 de diciembre de 1970 cuando conoció a Samuel Feijóo en la casa de Alberto Anido. Fue el estudiante Jesús Pérez de Alejo quien la animó para que asistiera a la reunión donde Feijóo plantearía la necesidad de colaboradores para la Revista Signos. Este suceso recibió de todos los presentes una acogida favorable y de inmediato enseñaron sus trabajos. “TUMBECUE” era la expresión del creador cuando una obra no le interesaba. Pero dio “saltos de alegría” al apreciar lo de Aida Ida y su esposo Adalberto Suárez López. De esa forma surge la amistad de esta familia con Samuel Feijóo y al mismo tiempo cambió la concepción creativa de Aida Ida para considerarse “una artista feijoseana”.
Ella afirma: “Feijóo pedía que no le dieran academia, sino campo, vegetación, bejuco, fantasías, mitos, leyendas, juegos campesinos, velorios, danzas, versos ilustrados, grupos musicales... El gran formato lo ponía colérico”.
En el primer encuentro la creadora le presentó diez dibujos (especie de monedas ovaladas). Todos aparecieron al otro día en la Revista Signos # 9. Al mismo tiempo Adalberto se animó y dibujó unas arañas que resultaron muy elogiadas. Los contactos entre los integrantes del Grupo Signos continuaron y todavía existe el aliento del primer encuentro.
Logros, contribuciones o aportes importantes
Dentro de los lauros más importantes alcanzados por esta artista villaclareña podemos señalar la Distinción por la Cultura Nacional, El Zarapico, el Diploma La Edad de Oro, entre otros.
A la autora de MITO ÁRABE, MITO CAÑERO, DE PIE, PICA GALLO, Regina, La Muralla, El Güije del Centenario, A pie descalzo, Soy Lajero, Las sillas, los abecedarios y muchos más le decimos: «aunque no tenga ese tipo de exposición en La Habana o en otras ciudades del mundo, su obra magistral se encuentra en el diminuto espacio que ocupa nuestro corazón, donde late la vida al compás de su cubanía. Su fertilidad creativa trasmite su riqueza de espíritu y eso Aida, traspasa espacios físicos».
No obstante, percibimos en ella insatisfacciones y al peguntarle nos manifiesta: “no sé ciertamente si mi obra es valiosa... no sé si puede llegar a museos importantes... nunca he expuesto de forma individual en La Habana”.
Otras actividades
Además de ser una creadora muy prolífera es una artista que comparte su entusiasmo y laboriosidad con el grupo de niños que atiende en la UNEAC y ha denominado “Los Zarapicos”. También en su actividad comunitaria creó el Proyecto “Los Andarines” con pequeños que acuden a su vivienda para recibir sus enseñanzas. Aunque en todas las técnicas encuentra la armonía y el poder comunicativo esencial, emplea con más frecuencia la plumilla.
En estos momentos “está fascinada con los cinemas, obras de gran formato a modo de bandas fílmicas”. El titulado “Plaza de Mayo” se expone actualmente en una Galería de la calle O’ Farril en La Habana.
Sobre la pintura dactilar asegura: “me parece importante y mucho la utilicé durante el período especial”.
Con curiosidad le pregunto por las obras que recrean el ambiente en el Centro Turístico Los Caneyes y señala: “son 40 a los que denomino “Ripillos”, me han resultado fáciles de realizar por su pequeña dimensión”.
Aimohez trabaja infatigablemente durante las madrugadas. Confiesa que le hubiera gustado estudiar arqueología y quién niega sus dotes para el logro de cualquier anhelo.
