Alcázar de Jerez de la Frontera

Para otros usos de este término, véase Alcázar (desambiguación).


Alcázar de Jerez de la Frontera
Información sobre la plantilla
Obra Arquitectónica  |  (Palacio)
AlcazarJerez.jpg
Palacio fortificado
Descripción
Tipo:Palacio
Estilo:Almohade - Renacentista
Localización:Jerez de la Frontera, Andalucia, Bandera de España España
Datos de su construcción
Inauguración:siglo XII


Alcázar de Jerez de la Frontera. Es un palacio fortificado construido entre los siglo XI y XII por los árabes, considerado uno de los monumentos más importantes y antiguos de la Ciudad. Se encuentra situado en la Alameda Vieja, con cuidados y bellos jardines a su alrededor. En su interior destacan su Mezquita y los Baños Árabes, además de sus torres. Integrado en el conjunto de edificios que forman el Alcázar se encuentra el Palacio de Villavicencio.

Historia

El Alcázar se levantó en el siglo XII y constituye uno de los escasos ejemplos de arquitectura almohade que existen en la Península. Jerez se convierte en este siglo en una de las ciudades más importantes de la Baja Andalucía, como lo demuestra la monumentalidad de su alcázar y la extensión de la muralla, con un perímetro de 4 Kms que encerraba una ciudad de 46 hectáreas y que llegó a tener una población de 16.000 habitantes. Del original alcázar islámico, se conservan: las dos puertas; la mezquita ;los baños árabes; la torre octógona y el Pabellón del patio de Doña Blanca, ubicado a los pies de esta torre. De etapas posteriores, destacar, la Torre del Homenaje de finales del siglo XV, y del siglo XVIII, el palacio barroco de Villavicencio y el Molino de aceite.

Descripción

La puerta de la ciudad

Ingreso original de la fortaleza y único acceso desde la ciudad al alcázar. Se trata de una característica entrada de fortaleza islámica, con ingreso en recodo. A través de un monumental arco de herradura, se entra en el espacio cubierto por un bóveda vaída.

La Mezquita

Pequeño oratorio privado, y única mezquita conservada, de las 18 que existieron en el Jerez musulmán. Su construcción data del siglo XII y presenta los elementos característicos de estos edificios religiosos. El alminar, torre desde donde se hacía la llamada a la oración. El patio de las abluciones con una pila en el centro para realizar las abluciones previas a la entrada en la sala de oración, cuyo significado es la limpieza ritual de purificación mediante el agua. La sala de oración, presidida por el mihrab, pequeño nicho abierto en el muro de la kibla y que señala a los fieles la dirección sagrada a la Meca. El rey Alfonso X el Sabio, conquistador de la ciudad en el 1264, consagró esta mezquita al culto cristiano, la dedicó al culto de Santa María y le dedicó dos de sus cantigas, cuyos resúmenes aparecen en dos lápidas de mármol sobre el altar.

El molino de aceite

Dentro del plan de reformas que acometió D. Lorenzo Fernández de Villavicencio en el S. XVIII, se levantó esta antigua almazara. El cultivo del olivo tuvo una gran importancia en Jerez y su campiña, hasta la mitad de XIX, como lo demuestra la existencia de esta instalación para la molienda y prensado del aceite. En el interior pueden observar el molino propiamente dicho y la sala de la viga, donde se ubica la monumental prensa de madera para la extracción del aceite.

El patio de armas

Este patio corresponde al periodo cristiano, y era el lugar donde se instruye y ejercita la guarnición, se realizan las revistas de la tropa y se recibe con solemnidad los actos importantes.

Los jardines

Jardín de los Olivos

El Corán mostraba a los musulmanes el paraíso, como lugar donde crecían exuberantes jardines regados por corrientes de agua cristalina. De este ideal paradisíaco, unido a la antigua costumbre romana de construir patios con jardines regados por fuentes, nacerá, muy especialmente en al-Andalus, la costumbre de construir hermosos jardines que embellecían las viviendas.

Aunque predominan en él las formas de los grandes jardines islámicos con albercas y fuentes, parterres de flores y árboles que sombrean los paseos, se ha tratado de armonizar también con la fachada barroca del palacio de Villavicencio.

Se le ha dado este nombre por los olivos aquí plantados, símbolo mudo de nuestra tierra. En las descripciones islámicas de Jerez o en las fuentes de época cristiana se hace mención en repetidas ocasiones a los olivares que rodeaban la ciudad, por lo que se trata de uno de los árboles más representativos de la etapa medieval de Jerez.

Los baños (hammam)

Eran de uso privado. Las abluciones mayores constituían un precepto religioso además de un placer para los sentidos. Herederos de las termas romanas, presentan la clásica división en tres espacios:

  • La sala fría, como zona de tránsito, antes de entrar en la zona húmeda.
  • La sala templada, la más amplia. Aquí se recibían los masajes y se enjabonaban los cuerpos. Destacar la belleza de las bóvedas, diferentes en cada rincón y los lucernarios abiertos en las bóvedas por donde se filtraba la luz cenital.
  • La sala caliente: donde se tomaban los baños de vapor. La temperatura aquí era muy elevada por la proximidad de la caldera y por el sistema de calefacción, oculto bajo el suelo.

La puerta del campo

De las dos puertas del alcázar, esta es la que presentaba mayores problemas defensivos, ya que comunicaba con el exterior de la ciudad (extramuros). De ahí su estrechez, la altura de las bóvedas y su triple recodo.

El Palacio de Villavicencio

En el 1664 la tenencia del Alcázar pasa por “juro de heredad” a D. Bartolomé de Villavicencio. Los Villavicencio, una de las familias más poderosas y de noble linaje de la ciudad, comienzan una serie de reformas en el alcázar, entre las que se incluye la construcción de este bello palacio barroco, edificado sobre las ruinas del primitivo palacio islámico. Los salones de la planta noble del palacio conservan la belleza y decoración de su ambiente original. En la 2ª planta, está expuesta la antigua farmacia municipal del siglo XIX, con el mueble original de madera bellamente tallada y los albarelos y botamen de farmacia de la época. En la torre del palacio se encuentra ubicada la Cámara oscura, importante atractivo turístico, que nos permitirá observar la ciudad a vista de pájaro, pero con la particularidad de ser imágenes reales y en movimiento, de Jerez, su campiña y sus monumentos, convirtiéndonos en privilegiados vigías de la ciudad y de su entorno.

Escudo de los Villavicencio

En el siglo XVIII se añaden los salones que dan al este, en un estilo por el barroco colonial americano, del que en la propia ciudad de Jerez y otras cercanas, especialmente Cádiz, existen magníficos ejemplos. El balcón corrido se cubre con un guardapolvo de pizarra, característico del barroco bajo andaluz.

En la última planta de la torre del palacio se sitúa la cámara oscura, que sirve al visitante para contemplar desde la altura, descubriendo la ciudad de forma amena y diferente.

Pabellón del Patio de Doña Blanca

(En restauración). Junto a la torre octógona, apoyado sobre la muralla y a una gran altura, se conserva en pié el único palacio almohade del primitivo alcázar. En su origen fue usado como pabellón de descanso o recreo, con pórtico de entrada y alberca en el frente del edificio. Presenta planta cuadrada cubierta por cúpula octogonal sobre trompas (idéntica a la de la mezquita), con dos alcobas laterales para el descanso.

Torre Octagonal

(En restauración). Torre original de la fortaleza islámica, situada en el ángulo sur, en el punto más alto, por lo que constituye una magnífica atalaya para vigilar y controlar el entorno, de ahí su potencial defensivo y las vistas panorámicas que ofrece desde sus almenas.

Torre del Homenaje

(En restauración). D. Rodrigo Ponce de León, marqués de Cádiz, mandó construir esta torre en el 1471. Responde estructuralmente a lo que se denomina torre del homenaje, ya que en su momento estuvo rodeada de un foso que la aislaba, sirviendo tanto, como último reducto defensivo, como de vivienda. Tiene semisótano y tres plantas. Desde la 2ª planta se accede a la cámara de la torre islámica a que está anexa.

Bien de Interés Cultural

Catalogado como Bien de Interés Cultural, el Alcázar de Jerez está declarado como Monumento, y así aparece publicado en La Gaceta de Madrid en el año 1931.

Fuentes