Amelia Peláez

Plantilla:Personaje artísticoAmelia Peláez del Casal (Yaguajay, 1897-La Habana, Cuba 1968) Artista plástica cubana. Renovadora del lenguaje tanto en la pintura como en la cerámica.

Estudios

Estudió en San Alejandro y fue alumna predilecta del maestro Leopoldo Romañach, otra relevante figura de nuestras artes plásticas. Amelia realizó su primera exposición en 1924, y tres años más tarde viajó a Europa y vivió durante algún tiempo en París, donde continuó estudiando. Allí toma clases también con la célebre pintora, escenógrafa y decoradora rusa, Alexandra Exter y en 1933 presenta su exposición personal en la Galería Zak.


A su regreso a Cuba en 1934, la autora de La Costurera y otras renombradas obras convirtió en taller su casa de La Víbora, y tuvo una activa participación en el movimiento de los artistas cubanos modernos. Al año siguiente gana premio en el Salón Nacional y expone muchas de las obras realizadas en París en el Lyceum. En 1938, en la naturaleza muerta va incorporando elementos de la arquitectura tradicional cubana. En 1943 se exhiben obras ejecutadas desde 1929 en la retrospectiva que organiza la Institución Hispano-Cubana de Cultura, La Habana.

Estilo

El estilo único y personal de Amelia Peláez no solo está presente en su labor pictórica, sino también en sus trabajos en cerámica, que inició en 1950 y a los que se dedicó intensamente hasta 1962. Los asistentes a las Bienales de Sao Paulo y Venecia celebradas en ese período, pudieron apreciar varias de las piezas surgidas de sus hábiles y creativas manos.

Amelia Peláez 5ta de los molinos.jpg

La pintura de murales también fue otra de las facetas de su arte. Uno de ellos sigue suscitando la admiración de quienes transitan por la céntrica Rampa capitalina o sus alrededores: el situado en la fachada del hotel Habana Libre, realizado en 1957. El último de los murales en que participó fue el de creación colectiva realizado con motivo de la inauguración, en la capital cubana, del XXIII Salón de Mayo de París.

Con su incursión en la cerámica, Amelia inició en Cuba el lenguaje entre signos, que devino muy fuerte y con entonación en azules, y contribuyó a legitimar la cerámica cubana. Sus piezas son verdaderos sueños hechos realidad.

Amelia también dedicó su atención a la realización de murales, algunos de excepcional relevancia entre los que se destaca el mural de la fachada del majestuoso Hotel Habana Libre, el cual es admirado por todo aquel que visita nuestra ciudad. Uno de sus contemporáneos, y otro grande de la plástica, René Portocarrero,uso especial énfasis en el color al hablar de la obra de Amelia. Dijo que ella fue la primera que supo recoger nuestro color local y trasladarlo a cuadros de enorme belleza y a obras maestras en la plástica.

El nombre de Amelia Peláez también se vincula al tema de la naturaleza muerta. En estas la composición gira alrededor del asunto central, gruesas líneas negras sirven de nexo de unión y, a la vez, de límite entre zonas planas de color. El mediopunto y la luceta, los arabescos y giros de la herrería, los colores – azules, rojos y amarillos – de gran brillantez, realzan la composición.

Obras

Mural para el antiguo edificio de la ESSO, 1951
Boceto del Mural para la Escuela Normal de Santa Clara, 1937
Peces, 1958
Mujeres, 1958
Naturaleza muerta sobre ocre, 1930
Frutero amarillo

Fuentes