Amorphophallus konjac
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Amorphophallus konjac. Planta originaria del sudeste asiático. Se ha utilizado con fines terapéuticos durante siglos. En la farmacopea china, esta planta se recomienda para la prevención y el tratamiento de muchos trastornos de la salud. Hoy, los asiáticos consumen y recomiendan principalmente konjac por sus virtudes digestivas y desintoxicantes.
Sumario
Descripción
Es una planta perenne que puede llegar a tener un gran cormo de hasta 25 cm de diámetro. Su única hoja es de hasta 1,3 m de ancho del tipo pinnado, y dividida en numerosos folíolos. Produce flores delimitadas por una espádice color púrpura oscuro de hasta 55 cm de largo. El cormo de la konjac se denomina coloquialmente a menudo ñame, aunque no tiene ninguna relación con el tubérculo de la familia Dioscoreaceae.
Origen
Konjac es una planta perenne que crece en los bosques tropicales y subtropicales del sudeste asiático. Esta planta está presente en varios países asiáticos, entre ellos China, Japón, Corea, Vietnam, Filipinas, Tailandia, Camboya, Laos e Indonesia.
Cultivo y uso
El konjac crece en China, Japón y Corea, debido a que es una gran fuente de almidón y de bulbos, se utiliza para crear una harina y mermelada del mismo nombre. Es usado en el veganismo como sustituto de gelatina.
En la gastronomía de Japón, el konnyaku aparece en platillos como el oden. Su apariencia es de un moteado gris y con una consistencia más firme que la mayoría de las gelatinas. Tiene muy poco sabor, en la variedad de gustos comunes destaca vagamente el salado. Se valora más por su textura que por su sabor. Es un tipo de comida japonesa consistente en cortes de konjac en forma de fideos. Por lo general, es vendido en bolsas de plástico con agua.
Es usado en el sukiyaki y en el oden. El nombre literalmente significa hilo-konjac. La gelatina japonesa konnyaku se hace mediante la mezcla de la harina del konnyaku, agua e hidróxido de calcio. A menudo se le añade el alga Hijiki que aporta un color más oscuro y más sabor. Aparte de la propia alga, no lleva más aditivos para dar color, y resulta en un color oscuro pero pálido como el konnyaku blanco. A continuación se hierve y se enfría hasta solidificarse.
Contraindicaciones, peligros y efectos secundarios
Contraindicaciones
En ausencia de datos científicos, se recomienda que las mujeres embarazadas y lactantes pidan consejo a su médico antes de comenzar un tratamiento con konjac.
Efectos secundarios
Para evitar la aparición de efectos secundarios, es recomendable respetar las dosis recomendadas. La ingesta excesiva de konjac puede causar efectos secundarios como flatulencia y heces blandas. En algunos casos, puede ocurrir obstrucción gastrointestinal y esofágica. Esto usualmente se acompaña de dolor abdominal. Para reducir el riesgo de obstrucción del sistema digestivo, se recomienda beber mucha agua durante el tratamiento con konjac. También es aconsejable comenzar con dosis bajas y aumentar gradualmente la dosis.
Interacciones con medicamentos
Tomar konjac puede cambiar la biodisponibilidad de algunos medicamentos. Para las personas sometidas a tratamiento médico, se recomienda pedir consejo médico antes de comenzar un tratamiento con konjac.
Beneficios
Efecto saciante: la cualidad más popular de la pasta de konjac. Absorbe mucha agua y cuando llega al estómago dobla su volumen, por lo que produce la sensación de saciedad. Propiedades digestivas: al ser una pasta compuesta básicamente de fibra es muy fácil de digerir y favorece el tránsito intestinal. Efecto adelgazante: consumir habitualmente konjac ayuda a controlar el peso, sobre todo si lo combinamos con proteínas. Reduce los niveles de glucosa: otro beneficio que aporta su consumo es que ayuda a controlar y reducir los niveles de glucosa.
Propiedades
El konjac es un producto alimenticio preparado como una pasta. Se obtiene de un tubérculo llamado Amophophalus konjac, nativo del sudeste de Asia, en especial, de Japón y China, y destaca por ser muy rica en fibra. El principal componente del konjac es el glucomanano, un polisacárido no digerible totalmente por nuestro organismo y que, por lo tanto, se considera una fibra dietética. Por todo ello, se trata de un alimento altamente digestivo, a la par que saciante, y es muy habitual en las dietas para perder peso, porque solo tiene 9 calorías por cada 100 gramos.
