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Andrei Chikatilo
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Andrei Chikatilo.jpg
Uno de los peores y despiadados asesinos en serie del mundo
NombreAndrei Romanovich Chikatilo
Nacimiento16 de octubre de 1936
Ucraina , Bandera de la Unión Soviética Unión Soviética
Fallecimiento15 de febrero de 1994
Moscú, Bandera de Rusia Rusia
Otros nombresEl "carnicero de Rostov".

Andrei Romanovich Chikatilo (Андре́й Рома́нович Чикати́ло). Uno de los peores y despiadados asesinos en serie del mundo, asesinó hasta 53 muchachas y muchachos jóvenes en la antigua Unión Soviética, desde 1982 hasta 1990. Conocido como el "carnicero de Rostov".

Síntesis biográfica

Nació en Ucrania el 16 de octubre de 1936, en una pequeña aldea en tiempos de hambruna, cuando morían millones de personas cuyos cadáveres se amontonaban en las calles y campos, lo más cruel para el pequeño Andrei y su hermana era escuchar en el regazo de su madre como su hermano mayor, Stepan había sido raptado y devorado, aunque no era un caso aislado en aquellos duros años treinta, el hecho marcaría notablemente al niño, quien se sentía en esos momentos más solo que nunca y la manera en como su madre se los contaba hacia que la historia pareciera verídica.

Infancia y juventud

En la escuela era muy introvertido, incapaz de aceptar su miopía, (sus primeras gafas las tuvo a los treinta años, y hasta los doce se orinó en la cama). Siempre era humillado por sus compañeros, cualquiera podía decirle lo que fuese, él se limitaba a escuchar y a aguantar. No es de extrañar que con el tiempo, su ánimo se llenase con las lágrimas contenidas y con todas esas injurias. A medida que iba creciendo, se hacía más tímido con las mujeres, hasta el punto de hacer fracasar su primer intento sexual, por eyacular en pocos segundos mientras abrazaba una chica, de ahí surgieron los primeros rumores de su impotencia.

Posteriormente cumple el servicio militar y de regreso quiso llevar una vida como la de cualquier otro. Nunca pudo conseguir una erección, lo cual debió ser extremadamente frustrante. A pesar de ello y gracias a los arreglos de su hermana, se casó en 1963 y tuvo una hija y un hijo. En 1971 Chikatilo obtiene un grado en literatura en un curso por correspondencia pues cuando intentó entrar a la universidad fue rechazado.

Actividad criminal

Completamente opuesto a su mundo interior, por fuera Chikatilo era un hombre de apacible y tímida apariencia. En su empleo como maestro de escuela elemental, jamás podía hacer valer por completo su autoridad con los educandos. Ahí nació y cultivó su atracción por las mujeres jovencitas. Ante los reportes de acoso las autoridades de la escuela hacían caso omiso. Cualquier explicación o pretexto aplacaba los ánimos de los involucrados. Nadie tuvo la precaución de ponerle un alto al pervertido Chikatilo que muy pronto escalaría un nivel más de violencia hasta llegar al asesinato.

En 1978, como parte de su trabajo a Chikatilo lo envían a dar clases a un lugar llamado Shakhty. Consigue un cuarto en una calle oscura y apartada a donde lleva a la niña de 9 años Yelena Zakotnova. Incapaz de penetrarla utiliza su cuchillo como sustituto en el acto sexual. Chikatilo tenía la idea de que en los ojos de la víctima quedaba impresa la imagen de su asesino, por lo que a Yelena le tapó los ojos cuando la atacó a puñaladas y la estranguló. Después de su banquete de violencia sexual, se deshizo del cuerpo en un río cercano. En este caso hubo quienes lo señalaron como sospechoso. Testigos dijeron haberlo visto con la niña y a pesar de que en las puertas de la cabaña se hallaron ligeras huellas de sangre, un sujeto de nombre Alexsandr Kravchenko fue declarado culpable. Antes de la detención del destripador de Rostov, muchos inocentes cayeron en manos de la policía rusa.

A Chikatilo le enfurecía observar a los vagabundos de las estaciones de tren que se dirigían a los bosquecillos cercanos a tener relaciones sexuales entre ellos. Así planeó aprovechar la situación y en 1981 se fue al campo con una joven vagabunda que le pedía dinero. Cuando la atacó y observó la sangre manar de las heridas de navaja, eyaculó involuntariamente. Desde ese momento quedó claro que para alcanzar satisfacción sexual debía emplear el máximo salvajismo contra sus infortunadas víctimas. En esa ocasión removió los órganos sexuales de la chica y tras mordisquearlos, los tiró en el camino. Otras veces removía el útero y ahí depositaba semen. Se especula que tal vez pudo comerse ciertos órganos aunque Chikatilo negó enfáticamente tal cosa.

No solo niñas y jovencitas corrían peligro, también a los niños varones les tocaba su parte de sufrir la furia asesina de Andrei Chikatilo. Con ellos fantaseaba ser una suerte de héroe que los capturaba para torturarlos. Según sus palabras, ellos sangraban igual de fácil que las mujeres. ¿Por qué les cortaba los genitales? Contestó que tal vez era una forma de manifestar su venganza contra la vida que le había tocado vivir. Era frecuente que masticara los testículos removidos a los desafortunados chicos que caían en sus manos. Básicamente buscaba la satisfacción de ver la sangre, el llanto y la agonía de las víctimas.

En 1981 Chikatilo perdió su trabajo como profesor de escuela y se empleó en una firma local. El trabajo le requería viajar con mucha frecuencia. Pero no volvió a matar hasta 1982, año en que añadió a su cuenta 7 crímenes.

En 1983 de [[junio[[ a septiembre terminó con la vida de 4 mujeres entre niñas y mayorcitas, siendo estas últimas vagabundas y prostitutas con las que intentó tener relaciones, pero ante su impotencia y alimentada su furia con las burlas de las víctimas entraba en trance asesino apuñalándolas numerosas veces. Cuando los restos eran hallados los huesos mostraban tantas laceraciones en costillas, pelvis y hasta en las cuencas de los ojos que la contabilidad podía subir a los 40 o mas navajazos. Los oficiales rusos no estaban acostumbrados a observar tanta saña en un crimen.

En el año de 1984 Chikatilo incrementó su cuenta en 15 asesinatos más. Pero también en ese año fue detenido gracias a un pequeño golpe de suerte que a la postre no funcionó pero por lo menos se anota a la extensa lista de sospechosos.

El mayor Zanasovsky viajando encubierto en un autobús, observó a un hombre viejo actuando de manera sospechosa. Lo había visto hablar con una adolescente y al seguirlo al autobús que subió lo vio sentarse junto a otra chica. Cuando lo interrogó se enteró que se llamaba Andrei Chikatilo, vivía en Shakhty y trabaja como encargado en una compañía de partes industriales. Hablaba con las muchachas debido a que antaño había sido profesor de escuela y extrañaba comunicarse con gente joven.

La primera ocasión lo dejó ir, pero se lo volvió a encontrar. Esta vez Chikatilo parecía enfermo y agitado como con tics nerviosos. Lo vio otra vez acercarse a varias muchachitas y lo siguió por la calle. Cuando lo descubrió solicitar sexo oral a una prostituta decidió detenerlo por conducta indecente. Dentro de su portafolio fue hallado un frasco de vaselina, un largo cuchillo de cocina, un trozo de cuerda y una toalla mugrosa, absolutamente nada relativo a un negocio o trabajo.

El mayor Zanasovsky estaba convencido que había capturado al maniático y le pidió al procurador que personalmente interrogara al detenido. Desafortunadamente el grupo sanguíneo de Chikatilo era A, y la policía buscaba sospechosos con tipo AB, luego, carecía de referencias personales negativas. Se decidió mantenerlo tras las rejas unos días más, para ver si soltaba la sopa. Ante la presión Chikatilo solo admitió tener ciertas debilidades sexuales, pero hasta ahí llegó la confesión y fue liberado. Pocos días después fue detenido en conexión con algunos delitos menores tras lo cual estuvo 3 meses en la sombra. Inicialmente su sentencia había sido fijada en un año.

Después de salir de prisión, Chikatilo encontró trabajo en Novocherkassk y se mantuvo alejado de problemas hasta que mató a un par de mujeres durante agosto de 1985.

No se le conocen crímenes durante 1986 y no fue hasta mediados de 1987 que despachó a un niño cerca de Revda durante un viaje de trabajo. En julio y en septiembre de ese mismo año también asesino personas. Después de eso la calma volvió a Chikatilo hasta que retomó su racha criminal en 1988 asesinando a nueve.

En 1990 reasume otra vez su actividad tomando la vida de 7 niños y 2 mujeres entre enero y noviembre.

Uno de los últimos cadáveres, obra evidente del asesino fue hallado cerca de la estación de Leskhoz. Entonces la vigilancia en torno del lugar fue considerablemente reforzada. El día 6 de noviembre, Chikatilo había asesinado a Sveta Korostik. Ese día fue detenido en la estación al regresar del bosque con algunas manchas de sangre en la cara y las ropas. Fue dejado en libertad pero cuando fue encontrado el cuerpo de Korostik, el nombre de Chikatilo saltó inmediatamente en las mentes de la policía y luego de ser visto de nuevo merodear el lugar fue finalmente detenido.

Captura

Días antes de tomar la decisión, Burakov puso bajo la lupa al sospechoso número uno, Andrei Chikatilo. Entonces se enteró que éste había sido separado de su cargo como maestro dadas las constantes quejas de abuso contra los alumnos. En otro de sus empleos había sido despedido por su falta de compromiso laboral al fallar en regresar con los suministros que le eran encargados. Para tales tareas era preciso viajar y moverse a muchos sitios. ¿Cómo y en que perdía el tiempo el señor Chikatilo? Revisando sus viajes, estos correspondían al patrón de cadáveres que iba dejando a su paso. La temporada que estuvo en prisión misteriosamente dejaron de aparecer muertitos. A pesar de las coincidencias, aún se trataba de evidencia circunstancial.

De acuerdo a los procedimientos jurídicos en vigor la policía contaba con 10 días para obtener una confesión del sospechoso. El procurador Kostoyev, hombre enérgico y determinado pidió efectuar el interrogatorio. Se suponía que entraría en la mente de Chikatilo, entendiendo su lógica interna hasta hacerlo caer. Al fin y al cabo todos los criminales terminaban confesando pero no fue tan sencillo. De principio el acusado declaró que la policía cometía un error hacia su persona, igual que lo habían hecho en 1984.

Negó haber estado en la estación de tren el 6 de noviembre como la autoridad afirmaba. Luego tomo lápiz y papel y escribió una declaración plagada de datos y referencias vagas acerca de sus "debilidades e indulgencias sexuales..." Admitía estar fuera de control, sin aclarar por que. Hablo de los pordioseros de las estaciones, como algunas chicas podían haber sido víctimas de ellos. También comentó que había considerado el suicidio. En resumen la declaración era una suerte de confesión sin serlo realmente.

A pesar de que Kostoyev confrontaba a Chikatilo con el hecho de que sabían que mentía y de que la evidencia acumulada lo incriminaba, éste no daba su brazo a torcer.

Chikatilo solicitó unos días para meditar, ante lo cual todos pensaron que finalmente confesaría, pero llegado el plazo no fue así. Cada vez que se le presentaba información de sus crímenes decía que en ese tiempo lo había pasado en casa con su esposa. Antes de que se cumpliera el plazo de los 10 días tras los cuales debía acusarse al sospechoso, entre Kostoyev y Burakov tomaron la sabia decisión de llamar al doctor Bukhanovsky, para ver que podía hacer el, que ellos no habían podido.

Confesión

Fue cosa de ver por primera vez al sospechoso, que Bukhanovsky reconoció al asesino que había perfilado en 1987. Un hombre ordinario, solitario y apacible.

El doctor se presentó a Chikatilo con cortesía y le habló del estudio que sobre el tenía escrito. Durante poco más de dos horas platicaron acerca de los crímenes y su naturaleza. Para Chikatilo era claro que nadie como el doctor Bukhanosvky entendía su personalidad y sus problemas tan a fondo. Por primera vez alguien lo escuchaba y le mostraba algo de simpatía. Gracias a la intervención del psicólogo moscovita, Chikatilo terminó por confesar sus crímenes y abrió su oscuro mundo interior a la policía. Recordaba detalles de cada uno de sus ataques corroborando su culpabilidad. Hablo sobre cuestiones, tiempos, lugares y detalles que solo el verdadero asesino podía conocer.

Escribió una declaración firmada para el Fiscal General, que decía:

"Me detuvieron el 20 de noviembre de 1990 y he permanecido bajo custodia desde entonces. Quiero exponer mis sentimientos con sinceridad. Me hallo en un estado de profunda depresión, y reconozco que tengo impulsos sexuales perturbados, por eso he cometido ciertos actos. Anteriormente busqué ayuda psiquiátrica por mis dolores de cabeza, por la pérdida de memoria, el insomnio y los trastornos sexuales. Pero los tratamientos que me aplicaron o que yo puse en práctica no dieron resultados. Tengo esposa y dos hijos y sufro una debilidad sexual, impotencia.

La gente se reía de mí porque no podía recordar nada. No me daba cuenta que me tocaba los genitales a menudo, y sólo me lo dijeron más tarde. Me siento humillado. La gente se burla de mí en el trabajo y en otras situaciones. Me he sentido degradado desde la infancia, y siempre he sufrido. En mi época escolar estaba hinchado a causa del hambre e iba vestido con harapos. Todo el mundo se metía conmigo. En la escuela estudiaba con tanta intensidad que a veces perdía la consciencia y me desmayaba. Soy un graduado universitario. Quería demostrar mi valía en el trabajo y me entregué a él por completo. La gente me valoraba pero se aprovechaba de mi carácter débil.

Ahora que soy mayor, el aspecto sexual no tiene tanta importancia para mí, mis problemas son todos mentales (...) En los actos sexuales perversos experimentaba una especie de furor, una sensación de no tener freno. No podía controlar mis actos. Desde la niñez me he sentido insuficiente como hombre y como persona. Lo que hice no fue por el placer sexual, sino porque me proporcionaba cierta paz de mente y de alma durante largos períodos. Sobre todo después de contemplar todo tipo de películas sexuales. Lo que hice, lo hice después de mirar los vídeos de actos sexuales perversos, crueldades y horrores."

Condujo a los detectives a sitios apartados donde yacían restos o cadáveres enterrados. La cuenta final de víctimas quedó en 53 confirmados: 31 mujeres y 22 hombres.

Juicio

El 14 de abril de 1992 Chikatilo fue llevado a la corte de Rostov. Pasó el juicio dentro de una jaula pintada de blanco, lugar donde podía permanecer parado o sentado estando la mayoría del tiempo aburrido o peleando contra el público asistente.

A pesar de la conducta aberrante del acusado, de confesar y de pronto negar algunos de los crímenes, no fue difícil para los fiscales determinar que Chikatilo estaba sano y competente. A pesar de sus notorias desviaciones, había demostrado un alto grado de control y premeditación cuando asesinaba personas. Esa fue la premisa bajo la cual se le consideró legalmente sano y apto para recibir sentencia.

Al juez le tomó dos meses llegar al veredicto y declaró culpable a Andrei Romanovich Chikatilo por 52 cargos de asesinato y 5 mas por violación dado lo cual, merecía la pena de muerte. La reacción del condenado fue la de gritar, violentarse y hasta escupir.

Muerte

El 15 de febrero de 1994 al ser rechazada una apelación, fue conducido a un cuarto cerrado donde fue ejecutado con un balazo detrás del oído derecho.

Fuentes