Diferencia entre revisiones de «Anemia»

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|nombre= ¿Qué es la anemia?
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|nombre= Anemia
 
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|concepto=La anemia es una enfermedad en la que la sangre tiene menos glóbulos rojos de lo normal..}}
 
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'''Anemia'''. Se considera anemia cuando disminuye la concentración de hemoglobina en sangre, aunque la de eritrocitos sea normal o incluso elevada. Los límites de referencia de la concentración de hemoglobina en sangre pueden variar según la población analizada, ya que depende de factores diversos como la edad, el sexo, las condiciones ambientales y los hábitos alimentarios. La anemia constituye una de las causas más frecuentes de consulta por tres motivos principales:
 
Elevada      incidencia en niños, mujeres, jóvenes o sujetos adultos con carencias en      su alimentación (déficit de hierro y ácido fólico, especialmente).
 
  
Suele      estar asociada a muchas otras patologías, en las que constituye un síntoma      del trastorno subyacente.
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|Definición=Es la disminución de la concentración de hemoglobina, el hematócrito, y/o el número de glóbulos rojos, por debajo de los valores considerados normales para la edad, el género y la altura a la que se habita. Se puede definir desde el punto de vista funcional como la presencia de una masa de eritrocitos insuficiente para liberar la cantidad necesaria de oxígeno en los tejidos periféricos. La falta de eritrocitos se traduce en falta de hemoglobina, por lo que la anemia se define con más frecuencia como la disminución en la concentración de la hemoglobina (Hb) estimada en gramos por decilitro de sangre.
Elevada      frecuencia en ciertos grupos étnicos (relacionada con la malnutrición y     muy extendida, por lo tanto, en aquellos países en vías de desarrollo,     cuya población carece de recursos para mantener una alimentación      adecuada).  
 
  
En España, la causa más habitual es la falta de hierro (anemia ferropénica) cuya incidencia es especialmente elevada en mujeres jóvenes y niños en edad de crecimiento. Las manifestaciones clínicas de la anemia (síndrome anémico) son consecuencia de la puesta en funcionamiento de diversos mecanismos de adaptación para hacer frente al descenso de la oxigenación de los tejidos (hipoxia) y depende, principalmente, de la edad del paciente, la rapidez de su instauración y el estado del sistema cardiovascular.
 
==Revisión general==
 
La sangre tiene muchos componentes, entre ellos los glóbulos rojos, los glóbulos blancos, las plaquetas y el plasma (la parte líquida de la sangre).
 
  
Los glóbulos rojos tienen forma de disco y se ven como una rosquilla sin agujero en el centro. Transportan oxígeno y retiran del cuerpo el dióxido de carbono, que es un producto de desecho. Estas células se producen en la médula ósea, que es un tejido esponjoso que se encuentra en el interior de los huesos.
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==Fisiopatología y cuadro clínico==
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El cuadro clínico de la anemia es un reflejo del grado de hi-poxia hística, la causa y la patogenia de la misma. La capacidad reducida del transporte de oxígeno moviliza los mecanismos fisiológicos compensadores diseñados para prevenir o aminorar los efectos de la anoxia hística. Aunque los glóbulos rojos también transportan el dióxido de carbono (CO2) y distribuyen óxido nítrico en el organismo, estos dos últimos factores no parecen estar afectados en el paciente anémico, en el que permanecen normales. La hipoxia hística ocurre cuando la presión de oxígeno en los capilares es demasiado baja para proporcionar sufi ciente oxígeno para las necesida-des metabólicas de las células. En un individuo sano, la masa de eritrocitos debe proporcionar a los tejidos 250 ml/O/min.
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Debido a que se pueden transportar 200 ml de O2por cada litro de sangre, y a que el gasto cardiaco en un adulto de 70 kg es de 5000 ml/min, 1000 ml/min están disponibles para los tejidos, es decir, hay una reserva fi siológica adicional a las necesidades basales de 750 ml/min.Hay diversos mecanismos compensadores que se ponen en marcha en el paciente anémico, entre ellos una disminu-ción del consumo de oxígeno por cambios metabólicos (efecto Pasteur), lo que puede no suceder en pacientes con cáncer (efecto Warburg); la reducción de la afinidad que tiene la hemoglobina por el oxígeno, manifestado por la desviación a la derecha de la curva de disociación del oxígeno de la he-moglobina; el incremento en el riego tisular por cambios en la actividad vasomotora y la angiogénesis; un aumento en el gasto cardiaco, el cual en una persona previamente sana no se incrementa hasta que la hemoglobina cae por debajo de los7 g/dl; aumento en la función pulmonar; producción aumen-tada de eritrocitos, al doble o triple en los cuadros de hemorra-gia aguda, y de cuatro a seis veces y en ocasiones hasta en 10 veces, en los casos crónicos; este último efecto es mediado por el aumento en la eritropoyetina, hormona cuya síntesis es in-versamente proporcional a la concentración de hemoglobina.
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La anemia se presenta por diversas causas o mecanismos, en la que el común denominador es la falta de eritrocitos circulantes, lo que se debe a uno de tres factores:
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• Deficiente producción.
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• Destrucción (hemólisis) o pérdida de sangre.
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• Combinación de los factores anteriores.
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La falta de eritrocitos circulantes impide la entrega su-ficiente de oxígeno a los tejidos, lo que ocasiona debilidad, cefalea, mareos, astenia, palpitaciones, taquicardia y palidez; en casos graves, el paciente presenta lipotimia, estado de choque, hipotensión, angina de pecho e insufi ciencia cardiaca. A los síntomas generales pueden agregarse otros relacionados con la causa de la anemia, por ejemplo, ictericia en la hemólisis;esplenomegalia en la leucemia; pica, coiloniquia, caída de ca-bello en la deficiencia de hierro; fiebre y púrpura en leucemias agudas y anemia aplásica, entre otros.Cuando la anemia es de instalación lenta o crónica, los síntomas son más sutiles y de aparición gradual, ya que el or-ganismo pone en funcionamiento una serie de mecanismos compensadores que permiten la adaptación. Por otra parte, cuando la anemia es aguda, un descenso moderado en la he-moglobina produce síntomas con rapidez, como hemólisis o hemorragia aguda.
  
Los glóbulos blancos y las plaquetas también se producen en la médula ósea. Los glóbulos blancos ayudan a combatir las infecciones. Las plaquetas se unen unas a otras para sellar cortaduras pequeñas o rupturas de las paredes de los vasos sanguíneos y detener el sangrado. En algunas clases de anemia los tres tipos de células de la sangre pueden estar disminuidos.
 
 
Existen tres causas principales de la anemia: pérdida de sangre, falta de producción de glóbulos rojos o mayor velocidad de destrucción de los glóbulos rojos. Estas causas pueden ser consecuencia de varias enfermedades, problemas de salud o factores de otro tipo.
 
==Otros nombres de la anemia==
 
Hay muchos tipos de anemia que tienen causas y características específicas. Algunos son:
 
*Anemia aplásica
 
*Anemia por hemorragia
 
*Anemia de Diamond-Blackfan
 
*Anemia de Fanconi
 
*Anemia por carencia de      ácido fólico (folato)
 
*Anemia hemolítica
 
*Anemia      por deficiencia de hierro
 
*Anemia perniciosa
 
*Anemia      de células falciformes
 
*Talasemias (la anemia de      Cooley se conoce también como talasemia mayor)
 
 
==Valores orientativos de hemoglobina==
 
==Valores orientativos de hemoglobina==
 
   
 
   
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150 ± 20                            130
 
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==Diagnóstico de la anemia==
 
===Manifestaciones clínicas===
 
La realización de la historia clínica y la exploración física, constituyen siempre el primer paso en el estudio de una anemia. Descartada una hemorragia o enfermedad subyacente que justifique la anemia, su estudio debe iniciarse con la consideración del sexo, la edad y el origen étnico del paciente, así como su forma de presentación (aguda o crónica, tiempo de evolución y existencia de antecedentes).
 
===Pruebas de laboratorio===
 
Para confirmar el diagnóstico de anemia es preciso demostrar primero el descenso de la concentración de hemoglobina en sangre. Para ello se realiza un análisis de sangre, llamado hemograma, que determina los niveles de hemoglobina en la sangre junto con otros parámetros que indican la morfología y tamaño de los hematíes. Además, el hemograma nos informa de posibles alteraciones en otras células sanguíneas como son los glóbulos blancos y las plaquetas.
 
 
Además del hemograma, se suele solicitar un frotis sanguíneo en el que se ve la sangre directametne al microscopio. Esta prueba puede dar mucha información sobre la causa de la anemia. Según la sospecha diagnóstica se pueden solicitar otras muchas pruebas, como los niveles de hierro y ferritina (depósitos de hierro del organismo), niveles de vitamina B12 y ácido fólico, niveles de reticulocitos (células precursoras de los hematíes), distintos autoanticuerpos, etcétera.
 
 
En anemias arregenerativas, en las que la causa de la anemia está dentro de la médula ósea, muchas veces es necesario solicitar un estudio de la médula ósea por medio de un aspirado o de una biopsia de médula ósea. El aspirado es una punción en la que se toman células de la médula ósea, y que se suele realizar en el esternón. La biopsia es una punción con una aguja más gruesa, en la que se toma un cilindro de hueso, lo que permite un estudio más exhaustivo de la médula ósea. Se suele realizar en la cresta iliaca, que es el reborde de hueso que tenemos por encima de la cadera.
 
 
==Causas de la anemia==
 
La anemia tiene tres causas principales:
 
*Pérdida de sangre.
 
*Falta de producción de      glóbulos rojos.
 
*Aumento en la velocidad de      destrucción de los glóbulos rojos.
 
En algunas personas la enfermedad se debe a más de uno de estos factores.
 
===Pérdida de sangre===
 
La pérdida de sangre es la causa más frecuente de la anemia, especialmente en el caso de la anemia por deficiencia de hierro. La pérdida de sangre puede ser de corta duración o persistir durante un tiempo.
 
 
Los períodos menstruales abundantes y el sangrado de los aparatos digestivo o urinario pueden causar pérdida de sangre. La cirugía, los traumatismos y el cáncer también pueden causar pérdida de sangre.
 
Si se pierde mucha sangre, el cuerpo puede perder suficientes glóbulos rojos como para producir anemia.
 
===Falta de producción de glóbulos rojos===
 
Existen situaciones de salud y factores adquiridos y hereditarios que pueden impedirle al cuerpo producir suficientes glóbulos rojos. Un problema de salud "adquirido" no se presenta desde el nacimiento, sino más adelante. Un problema "hereditario" se presenta porque los padres le transmiten al hijo el gen o material genético asociado con el problema o situación de salud.
 
 
Entre las situaciones de salud adquiridas y los factores que pueden causar anemia se cuentan la mala alimentación, las concentraciones anormales de ciertas hormonas, algunas enfermedades crónicas (constantes) y el embarazo.
 
La anemia aplásica también le puede impedir al cuerpo producir suficientes glóbulos rojos. Esta enfermedad puede ser hereditaria o adquirirse después del nacimiento.
 
===Alimentación===
 
Una alimentación deficiente en hierro, ácido fólico (folato) o vitamina B12 puede impedirle al cuerpo producir suficientes glóbulos rojos. El cuerpo también necesita cantidades pequeñas de vitamina C, riboflavina y cobre para producir glóbulos rojos.
 
 
Las enfermedades que dificultan la absorción de nutrientes también pueden impedirle al cuerpo que produzca suficientes glóbulos rojos.
 
===Hormonas===
 
El cuerpo necesita una hormona llamada eritropoyetina para producir glóbulos rojos. Esta hormona estimula la médula ósea para que produzca estas células. Las concentraciones bajas de eritropoyetina pueden causar anemia.
 
===Enfermedades y tratamientos===
 
Las enfermedades crónicas, como las enfermedades de los riñones y el cáncer, le pueden dificultar al cuerpo la tarea de producir glóbulos rojos.
 
Algunos tratamientos contra el cáncer pueden lesionar la médula ósea o alterar la capacidad de los glóbulos rojos para transportar oxígeno. Si la médula ósea está lesionada, no puede producir glóbulos rojos con la rapidez suficiente para reemplazar a los que mueren o se destruyen.
 
Las personas que tienen infección por el VIH o sida pueden presentar anemia debido a infecciones o a las medicinas que se usan para tratar la enfermedad.
 
===Embarazo===
 
Durante el embarazo puede presentarse anemia debido a concentraciones bajas de hierro y de ácido fólico, y a ciertos cambios de la sangre.
 
Durante los primeros 6 meses de embarazo, la porción líquida (plasma) de la sangre de la mujer aumenta con más rapidez que la cantidad de glóbulos rojos. Esto hace que la sangre se diluya y se puede producir anemia.
 
===Anemia aplásica===
 
Algunos niños nacen sin la capacidad de producir suficientes glóbulos rojos. Esta enfermedad se llama anemia aplásica. Los bebés y niños que tienen anemia aplásica a menudo necesitan transfusiones de sangre para aumentar la cifra de glóbulos rojos. (En los Temas de salud hay un artículo en inglés sobre transfusiones de sangre, titulado "What Is a Blood Transfusion?")
 
 
Los factores o problemas de salud adquiridos, como ciertas medicinas, toxinas y enfermedades infecciosas, también pueden causar anemia aplásica.
 
Aumento en la velocidad de destrucción de los glóbulos rojos
 
Una serie de situaciones de salud y factores adquiridos y hereditarios pueden hacer que el cuerpo destruya demasiados glóbulos rojos.
 
  
Un ejemplo de situación adquirida de salud que puede provocar la destrucción de demasiados glóbulos rojos es el aumento de tamaño del bazo o las enfermedades de este órgano. El bazo es un órgano que retira del cuerpo los glóbulos rojos viejos. Si el bazo está enfermo o agrandado, retira más glóbulos rojos de lo normal y produce anemia.
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===Clasificación ===
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La anemia se puede clasificar desde el punto de vista del tamaño y la cantidad de hemoglobina que contiene cada eritrocito, caso en el que se trata de una clasificación morfológica; también es posible clasifi carla desde el punto de vista de la causa que la produce, en cuyo caso se habla de una clasificación causal.
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===Clasificación morfológica===
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Se basa en la medición de los índices eritrocitarios: volumen globular medio (VGM), hemoglobina corpuscular media (HCM) y la concentración media de hemoglobina globular (CMHG). Según estos valores, las anemias pueden ser:
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Normocítica normocrómica ( VGM y HCM normales)
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En este grupo se encuentra la anemia por hemorragia aguda, las anemias hemolíticas y la anemia por falla de la médula ósea.
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Microcítica hipocrómica ( VGM, HCM y CMHG bajos)
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La anemia por deficiencia de hierro (anemia ferropénica), la talasemia y el saturnismo o intoxicación por plomo se inclu-yen en este grupo.
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Macrocítica normocrómica ( VGM alto y HCM o CMHG normal)
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El mejor ejemplo de este grupo corresponde a la anemia megaloblástica. En ocasiones, la mielodisplasia, la hemólisis crónica y la anemia aplásica presentan este tipo de índices eritrocitarios.
  
Entre los ejemplos de enfermedades hereditarias que hacen que el cuerpo destruya demasiados glóbulos rojos están la anemia de células falciformes, las talasemias y la deficiencia de ciertas enzimas. Estas enfermedades producen defectos en los glóbulos rojos que los hacen morir más rápidamente que los glóbulos rojos sanos.
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==Estudios especiales en pacientes con anemia==
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Como resulta obvio, el estudio inicial del enfermo incluyeuna biometría hemática, también conocida como citometría o citología hemática. La biometría indica la cantidad de he-moglobina, eritrocitos y hematócrito, así como los índices de eritrocitos, la cifra de leucocitos y el recuento de plaquetas.
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El estudio de la morfología de la sangre periférica (frotis o extensión de sangre periférica) permite conocer el recuento diferencial de leucocitos y observar la forma de eritrocitos, leucocitos y plaquetas.
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En algunos casos, la biometría es suficiente para llegar al diagnóstico o bien acercarse al mismo con gran certeza. Por ejemplo, la presencia de anemia microcítica e hipocrómica, leucocitos normales y plaquetas poco altas en un paciente con hemorragia crónica por hemorroides confirma práctica-mente que se trata de una anemia por deficiencia de hierro. Por otra parte, en un paciente grave con fiebre, ictericia y alteraciones neurológicas, la presencia de anemia, eritroci-tos destruidos (esquistocitos, cascocitos) y trombocitopenia importante sugiere mucho el diagnóstico de púrpura trom-bocitopénica trombótica. Como es posible apreciar, la bio-metría hemática es el estudio más importante para iniciar la búsqueda de la causa de una anemia.
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Los reticulocitos son glóbulos rojos jóvenes que se carac-terizan por una red o malla formada por filamentos de RNA, restos de las fases nucleadas, lo que indica su producción reciente por la médula ósea. No se observan en un estudio sistemático como la biometría, ya que se necesita una tinción especial con azul de cresilo brillante para que sean evidentes.
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La cifra normal se expresa como porcentaje y se halla entre 0.5 y 1.5%. El incremento de reticulocitos indica un aumento de la producción de eritrocitos por la médula ósea. El au-mento más importante se produce en el caso de las anemias hemolíticas, ya que la destrucción de los eritrocitos y la hipoxia hística por la anemia estimulan una serie de factores, como eritropoyetina, interleucinas, etc., que obligan a la médula ósea normal a aumentar su producción de manera notable. Con esto, debe quedar claro que, al medir el porcentaje de reticu-locitos, es posible apreciar de manera aproximada cuánto es la producción diaria de eritrocitos, e indica o complemen-ta la idea del origen de la anemia. En el caso de daño a la médula ósea, por ejemplo, en la anemia aplásica, la cifra de reticulocitos se encuentra disminuida; por el contrario, en un paciente con deficiencia de hierro y reticulocitos bajos al inicio o al momento del diagnóstico, la aplicación de hierro oral o parenteral debe relacionarse con aumento en la cifra de reticulocitos (una semana después, aproximadamente), lo que confirma que el diagnóstico fue correcto.
  
La anemia hemolítica es otro ejemplo de enfermedad en la que el cuerpo destruye demasiados glóbulos rojos. Algunas enfermedades hereditarias o adquiridas, así como otros factores, pueden causar anemia hemolítica. Algunos ejemplos son: trastornos inmunitarios, infecciones, ciertas medicinas o reacciones frente a transfusiones de sangre.
 
 
==Tratamiento de la anemia==
 
==Tratamiento de la anemia==
 
El tratamiento de la anemia depende de la causa que la provoca. Sea cual sea, el objetivo será incrementar el nivel de oxígeno que la sangre es capaz de transportar, ya sea mediante el aumento de glóbulos rojos o la concentración de hemoglobina. Por supuesto, habrá que tratar también la causa o enfermedad que pueda haber provocado la anemia.
 
El tratamiento de la anemia depende de la causa que la provoca. Sea cual sea, el objetivo será incrementar el nivel de oxígeno que la sangre es capaz de transportar, ya sea mediante el aumento de glóbulos rojos o la concentración de hemoglobina. Por supuesto, habrá que tratar también la causa o enfermedad que pueda haber provocado la anemia.

Revisión del 11:41 6 jun 2016

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|Definición=Es la disminución de la concentración de hemoglobina, el hematócrito, y/o el número de glóbulos rojos, por debajo de los valores considerados normales para la edad, el género y la altura a la que se habita. Se puede definir desde el punto de vista funcional como la presencia de una masa de eritrocitos insuficiente para liberar la cantidad necesaria de oxígeno en los tejidos periféricos. La falta de eritrocitos se traduce en falta de hemoglobina, por lo que la anemia se define con más frecuencia como la disminución en la concentración de la hemoglobina (Hb) estimada en gramos por decilitro de sangre.


Fisiopatología y cuadro clínico

El cuadro clínico de la anemia es un reflejo del grado de hi-poxia hística, la causa y la patogenia de la misma. La capacidad reducida del transporte de oxígeno moviliza los mecanismos fisiológicos compensadores diseñados para prevenir o aminorar los efectos de la anoxia hística. Aunque los glóbulos rojos también transportan el dióxido de carbono (CO2) y distribuyen óxido nítrico en el organismo, estos dos últimos factores no parecen estar afectados en el paciente anémico, en el que permanecen normales. La hipoxia hística ocurre cuando la presión de oxígeno en los capilares es demasiado baja para proporcionar sufi ciente oxígeno para las necesida-des metabólicas de las células. En un individuo sano, la masa de eritrocitos debe proporcionar a los tejidos 250 ml/O/min. Debido a que se pueden transportar 200 ml de O2por cada litro de sangre, y a que el gasto cardiaco en un adulto de 70 kg es de 5000 ml/min, 1000 ml/min están disponibles para los tejidos, es decir, hay una reserva fi siológica adicional a las necesidades basales de 750 ml/min.Hay diversos mecanismos compensadores que se ponen en marcha en el paciente anémico, entre ellos una disminu-ción del consumo de oxígeno por cambios metabólicos (efecto Pasteur), lo que puede no suceder en pacientes con cáncer (efecto Warburg); la reducción de la afinidad que tiene la hemoglobina por el oxígeno, manifestado por la desviación a la derecha de la curva de disociación del oxígeno de la he-moglobina; el incremento en el riego tisular por cambios en la actividad vasomotora y la angiogénesis; un aumento en el gasto cardiaco, el cual en una persona previamente sana no se incrementa hasta que la hemoglobina cae por debajo de los7 g/dl; aumento en la función pulmonar; producción aumen-tada de eritrocitos, al doble o triple en los cuadros de hemorra-gia aguda, y de cuatro a seis veces y en ocasiones hasta en 10 veces, en los casos crónicos; este último efecto es mediado por el aumento en la eritropoyetina, hormona cuya síntesis es in-versamente proporcional a la concentración de hemoglobina. La anemia se presenta por diversas causas o mecanismos, en la que el común denominador es la falta de eritrocitos circulantes, lo que se debe a uno de tres factores: • Deficiente producción. • Destrucción (hemólisis) o pérdida de sangre. • Combinación de los factores anteriores. La falta de eritrocitos circulantes impide la entrega su-ficiente de oxígeno a los tejidos, lo que ocasiona debilidad, cefalea, mareos, astenia, palpitaciones, taquicardia y palidez; en casos graves, el paciente presenta lipotimia, estado de choque, hipotensión, angina de pecho e insufi ciencia cardiaca. A los síntomas generales pueden agregarse otros relacionados con la causa de la anemia, por ejemplo, ictericia en la hemólisis;esplenomegalia en la leucemia; pica, coiloniquia, caída de ca-bello en la deficiencia de hierro; fiebre y púrpura en leucemias agudas y anemia aplásica, entre otros.Cuando la anemia es de instalación lenta o crónica, los síntomas son más sutiles y de aparición gradual, ya que el or-ganismo pone en funcionamiento una serie de mecanismos compensadores que permiten la adaptación. Por otra parte, cuando la anemia es aguda, un descenso moderado en la he-moglobina produce síntomas con rapidez, como hemólisis o hemorragia aguda.

Valores orientativos de hemoglobina

Normalidad (g/L Límite inferior

Recién nacidos (a término)


160 ± 30 140

Niños 3 meses


150 ± 20 95

Niños de 1 año


120 ± 10 110

Niños entre 1 y 12 años


130 ± 10 120

Mujeres (no embarazadas)


140 ± 20 120

Varones


150 ± 20 130

Clasificación

La anemia se puede clasificar desde el punto de vista del tamaño y la cantidad de hemoglobina que contiene cada eritrocito, caso en el que se trata de una clasificación morfológica; también es posible clasifi carla desde el punto de vista de la causa que la produce, en cuyo caso se habla de una clasificación causal.

Clasificación morfológica

Se basa en la medición de los índices eritrocitarios: volumen globular medio (VGM), hemoglobina corpuscular media (HCM) y la concentración media de hemoglobina globular (CMHG). Según estos valores, las anemias pueden ser: Normocítica normocrómica ( VGM y HCM normales) En este grupo se encuentra la anemia por hemorragia aguda, las anemias hemolíticas y la anemia por falla de la médula ósea. Microcítica hipocrómica ( VGM, HCM y CMHG bajos) La anemia por deficiencia de hierro (anemia ferropénica), la talasemia y el saturnismo o intoxicación por plomo se inclu-yen en este grupo. Macrocítica normocrómica ( VGM alto y HCM o CMHG normal) El mejor ejemplo de este grupo corresponde a la anemia megaloblástica. En ocasiones, la mielodisplasia, la hemólisis crónica y la anemia aplásica presentan este tipo de índices eritrocitarios.

Estudios especiales en pacientes con anemia

Como resulta obvio, el estudio inicial del enfermo incluyeuna biometría hemática, también conocida como citometría o citología hemática. La biometría indica la cantidad de he-moglobina, eritrocitos y hematócrito, así como los índices de eritrocitos, la cifra de leucocitos y el recuento de plaquetas. El estudio de la morfología de la sangre periférica (frotis o extensión de sangre periférica) permite conocer el recuento diferencial de leucocitos y observar la forma de eritrocitos, leucocitos y plaquetas. En algunos casos, la biometría es suficiente para llegar al diagnóstico o bien acercarse al mismo con gran certeza. Por ejemplo, la presencia de anemia microcítica e hipocrómica, leucocitos normales y plaquetas poco altas en un paciente con hemorragia crónica por hemorroides confirma práctica-mente que se trata de una anemia por deficiencia de hierro. Por otra parte, en un paciente grave con fiebre, ictericia y alteraciones neurológicas, la presencia de anemia, eritroci-tos destruidos (esquistocitos, cascocitos) y trombocitopenia importante sugiere mucho el diagnóstico de púrpura trom-bocitopénica trombótica. Como es posible apreciar, la bio-metría hemática es el estudio más importante para iniciar la búsqueda de la causa de una anemia. Los reticulocitos son glóbulos rojos jóvenes que se carac-terizan por una red o malla formada por filamentos de RNA, restos de las fases nucleadas, lo que indica su producción reciente por la médula ósea. No se observan en un estudio sistemático como la biometría, ya que se necesita una tinción especial con azul de cresilo brillante para que sean evidentes. La cifra normal se expresa como porcentaje y se halla entre 0.5 y 1.5%. El incremento de reticulocitos indica un aumento de la producción de eritrocitos por la médula ósea. El au-mento más importante se produce en el caso de las anemias hemolíticas, ya que la destrucción de los eritrocitos y la hipoxia hística por la anemia estimulan una serie de factores, como eritropoyetina, interleucinas, etc., que obligan a la médula ósea normal a aumentar su producción de manera notable. Con esto, debe quedar claro que, al medir el porcentaje de reticu-locitos, es posible apreciar de manera aproximada cuánto es la producción diaria de eritrocitos, e indica o complemen-ta la idea del origen de la anemia. En el caso de daño a la médula ósea, por ejemplo, en la anemia aplásica, la cifra de reticulocitos se encuentra disminuida; por el contrario, en un paciente con deficiencia de hierro y reticulocitos bajos al inicio o al momento del diagnóstico, la aplicación de hierro oral o parenteral debe relacionarse con aumento en la cifra de reticulocitos (una semana después, aproximadamente), lo que confirma que el diagnóstico fue correcto.

Tratamiento de la anemia

El tratamiento de la anemia depende de la causa que la provoca. Sea cual sea, el objetivo será incrementar el nivel de oxígeno que la sangre es capaz de transportar, ya sea mediante el aumento de glóbulos rojos o la concentración de hemoglobina. Por supuesto, habrá que tratar también la causa o enfermedad que pueda haber provocado la anemia.

En general bastará con la reposición de hierro por vía oral en casos de anemia ferropénica; o de vitamina B12 y ácido fólico en casos de anemia megaloblástica.

Cuando se deba a pérdidas importantes de sangre se realizará una transfusión de sangre. Y en casos más específicos (como síndromes hereditarios) puede plantearse el trasplante de médula ósea. En todo caso es necesario consultar con el médico especialista para que te indique el tratamiento de la anemia más adecuado para tu caso.

Factores de riesgo

La anemia es una enfermedad frecuente. Se presenta a cualquier edad y en todos los grupos raciales y étnicos. Tanto los hombres como las mujeres pueden tener anemia. Sin embargo, las mujeres en edad de procrear corren más riesgo de sufrirla debido a que pierden sangre en la menstruación.

Durante el embarazo puede presentarse anemia debido a concentraciones bajas de hierro y de ácido fólico (folato), y a ciertos cambios de la sangre. Durante los primeros seis meses de embarazo, la porción líquida (plasma) de la sangre de la mujer aumenta con más rapidez que la cantidad de glóbulos rojos. Entonces la sangre se diluye y se puede producir anemia.

Durante el primer año de vida, algunos bebés corren el riesgo de tener anemia por deficiencia de hierro. Entre ellos se cuentan los que nacen antes de tiempo y los bebés que reciben solo leche materna o leche artificial que no está enriquecida con hierro. Estos bebés pueden presentar deficiencia de hierro hacia los 6 meses de edad.

Los niños entre 1 y 2 años también corren el riesgo de sufrir anemia. Es posible que no reciban suficiente hierro en la alimentación, especialmente si toman mucha leche de vaca. La leche de vaca no contiene todo el hierro que se necesita para el crecimiento.

Si un bebé o un niño pequeño toma leche de vaca en exceso, tal vez no coma suficientes alimentos ricos en hierro o no absorba suficiente hierro de los alimentos.

Los adultos de edad avanzada también corren más riesgo de sufrir anemia. Los investigadores siguen estudiando las formas en que la enfermedad afecta a estas personas. Muchas de ellas también tienen otros problemas de salud.

Nutrición y anemia

Nutrición y anemia

El hierro es un mineral ampliamente distribuido por el organismo y de vital importancia, ya que forma parte esencial de proteínas como la hemoglobina o la mioglobina, responsables del transporte y almacenamiento del oxígeno.

Este mineral lo incorporamos a nuestras células a través de los alimentos, de forma que una baja ingesta de alimentos ricos en hierro puede dar lugar a una de las deficiencias nutricionales de mayor prevalencia en el mundo: la anemia ferropénica.

El hierro en los alimentos

Este mineral se encuentra distribuido en numerosos alimentos, sin embargo, no todo el hierro presente en los alimentos es igualmente biodisponible, es decir, no todo el hierro se absorbe de igual manera. De hecho, se estima que sólo un 10-15% del hierro presente en la dieta es absorbido por el intestino.

Existe dos tipos de hierro: Hierro hemo: es el presente en los alimentos de origen animal, ya que es el que se encuentra en la hemoglobina y mioglobina principalmente. Tiene una alta biodisponibilidad, representando más de un tercio del hierro absorbido.

Se encuentra en los alimentos de origen vegetal y en los alimentos enriquecidos con hierro, y representa la mayor parte del hierro de la dieta. Sin embargo, su biodisponibilidad es muy baja, ya que se encuentra en una forma que hace que pueda interactuar con otros componentes de los alimentos afectando a su absorción.

Por otro lado, los alimentos contienen componentes que pueden activar o inhibir la absorción del hierro, influyendo así en los niveles de este mineral en el organismo. De hecho, la presencia de estos activadores o inhibidores puede afectar hasta 10 veces a la absorción del hierro no hemo.

Algunos de ellos son: Activadores de la absorción de hierro: ácidos de las frutas, como el cítrico, ascórbico o málico y la proteína de los tejidos animales (carne, pescado, aves). Inhibidores de la absorción del hierro: algunos minerales como el calcio, manganeso, algunas proteínas del huevo, fitatos (presentes en legumbres, cereales integrales), oxalatos (en espinacas) y taninos del café, té, cacao y algunos vegetales.

Alimentos ricos en hierro

El mito de la espinaca. Desde siempre hemos oído decir que las espinacas son muy ricas en hierro. No en vano, Popeye fomentaba el consumo de esta versátil verdura de hoja verde entre los niños. Sin embargo, la fama de la espinaca se debe a un error de cálculo, que ha hecho que durante años este vegetal gozase de una fama desmesurada que, sin ánimo de menospreciarlo, no se merecía. Lo cierto es que existen otros alimentos con mucha mayor cantidad de hierro que la espinaca, por ello es mejor incorporarlos en la alimentación cuando sea necesario incrementar su aporte.

Estos son los principales alimentos ricos en hierro:

  • Carnes rojas magras: ternera, buey.
  • Mariscos de concha: sobretodo berberechos, almejas y mejillones.
  • Hígado.
  • Frutos secos: nueces, pistachos, almendra tostada.
  • Sésamo.
  • Verduras de hoja verde: berros, acelgas, espinacas...
  • Legumbres: lentejas, garbanzos, guisantes, germinado de lenteja.
  • Productos integrales: trigo, pan, arroz, pan de avena…

Alimentos a evitar. Durante el consumo de alimentos ricos en hierro es preferible que te abstengas de tomar los siguientes productos:

  • Café.
  • Té.
  • Yema de huevo.
  • Leche.
  • Fibra (suplementos).
  • Proteína de soja.

Otros factores de riesgo

Entre los factores que aumentan el riesgo de presentar anemia están:

  • Una dieta pobre en hierro, vitaminas o minerales
  • Pérdida de sangre por una cirugía o lesión
  • Enfermedades prolongadas o graves, como enfermedad renal, cáncer, diabetes, artritis reumatoide, infección por el VIH, sida, enfermedades intestinales inflamatorias (incluso la enfermedad de Crohn), enfermedad hepática, insuficiencia cardíaca y enfermedades de la tiroides

Infecciones prolongadas

  • Antecedentes familiares de anemia hereditaria, como la anemia de células falciformes o las talasemias

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