Anorexia infantil

La anorexia es un trastorno de la alimentación que se caracteriza porque el niño, aunque tenga apetito, se niega a comer. Los niños y niñas con anorexia tienen inapetencia.

Anorexia infantil
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Trastorno de la alimentación.

Anorexia infantil

El apetito es el impulso instintivo que lleva a satisfacer deseos y necesidades. Los especialistas, cuando definen este término, se refieren a que el apetito es el hambre moderada orientada hacia la elección de determinados alimentos.

Sin embargo, el tema que ocupa, enfocado principalmente hacia los jóvenes, sería algo así como la antípoda del apetito, pues la anorexia es el rechazo a ultranza (a todo trance) de la ingestión de alimentos. Es un miedo irreal a ganar peso y una imagen equivocada sobre el propio cuerpo.

Las personas con anorexia están obsesionadas por ser delgadas. No quieren comer y tienen miedo de aumentar de peso. Pueden estar continuamente preocupadas por cuántas calorías ingieren y por cuánta grasa tiene lo que comen. Pueden tomar tabletas para dieta, laxantes o diuréticos para bajar de peso. Pueden hacer demasiado ejercicio.

Los anoréxicos usualmente piensan que están gordos a pesar de que están muy delgados. Las personas con anorexia pueden llegar a estar tan delgadas que pueden parecer como que están enfermas.

En la anorexia infantil se describe la del lactante (poco frecuente y casi siempre orientada a alguna enfermedad que cursa con este síntoma); la fisiológica está relacionada con una disminución de las necesidades del organismo del niño en el segundo año de vida, mientras los padres y abuelos mantienen la idea errada de que necesita la misma cantidad de alimentos que durante los primeros 12 meses; la psicógena, originada en virtud de trastornos internos o factores ambientales (imposición de una alimentación excesiva); y la anorexia nerviosa, que se presenta a partir de los 12 años.

Causas

  • Psicológicas (sobre todo cuando hay una relación conflictiva con la madre).
  • Orgánica (debido a una enfermedad subyacente que provoca inapetencia).
  • Funcional (una alteración en el desarrollo del hábito alimentario.

La anorexia en la etapa infantil

Aunque esta enfermedad se describió por primera vez en el sexo femenino, aqueja también al masculino, tanto en jóvenes como en adultos. Datos de organismos internacionales indican que esta entidad tiene una prevalencia de uno por cada 800 personas, sin descartar que investigaciones en algunos países muestran uno por cada 100, entre las edades de 12 y 18 años.

Puede empezar en cualquier etapa de la infancia, sobre todo en escolares y adolescentes, y es frecuente en hermanos o hijos de personas anoréxicas u obesas, de padres muy exigentes, perfeccionistas y en niños modelos.

Las primeras manifestaciones

Se manifiesta de diferentes formas con el fin de escapar del castig que constituye para estas personas tener que comer:

  • Dolores abdominales.
  • Vómitos.
  • Escenas emocionales de la forma más diversa; con malos hábitos como morderse las uñas, tartamudeo, enuresis (incontinencia urinaria).

Se atribuyen, entre otros, a factores ambientales, fundamentalmente en familias que, obsesivamente, tratan de imponer una alimentación excesiva al niño o la niña; por una necesidad de llamar la atención de quienes los rodean; cuando la silla de comer se convierte en banco de acusados por malas conductas durante el día, o en espectadores de conflictos familiares. Ya en la adolescencia, podría deberse también a un nuevo patrón de belleza cuando han devenido ideal estético, sobre todo en el mundo de la moda, las formas y medidas de extrema delgadez.

Consecuencias

Trastornos psicológicos, inmunológicos, endocrino-metabólicos. En el sexo femenino se presenta la ausencia de menstruación, o retrasos en su aparición. Los resultados de un estudio publicado recientemente por investigadores del Hospital General de Massachusetts confirman la pérdida de masa ósea en un 92% de las mujeres con anorexia nerviosa estudiadas, sea en las caderas, extremidades o espina dorsal. Sin olvidar que la psique y el cuerpo van unidos en cualquier dolencia, ante las manifestaciones de anorexia se debe dirigir al médico de familia.

Tratamiento específico

Reeducación de los hábitos alimentarios del niño. Y en los demás casos, consulta a un médico especialista. Los trastornos de la conducta alimentaria de grado clínico o cerca de convertirse en comportamientos extremos requieren ser atendidos por un agrupo do profesionalos preferiblemente con experiencia.

El tratamiento más duradero y efectivo para los trastornos de la conducta alimentaria es alguna forma de psicoterapia con atención médica maneto nutricional. Idealmente este tratamiento debe ser individualizado y variar de acuerdo a la severidad del desorden y de los problemas particulares, necesidades y capacidades del paciente y su familia.

El tratamiento típico se basa en el paciente pero también incluyen terapias individuales, de grupo y de familia. Medicamentos psiquiátricos, grupos de apoyo, o terapias informativas sobre nutrición son tratamientos adjuntos que pueden ser beneficiosos para algunos pacientes.

La hospitalización se recomienda cuando el trastorno de la conducta alimentaria ha causado problemas físicos que pueden poner en peligro la vida de la persona o cuando está asociado con severas disfunciones psicológicas o de la conducta.

En algunos casos el tratamiento puede convertirse en una larga y costosa batalla. A veces, a pesar de los mejores esfuerzos, el tratamiento podría resultar no exitoso. En estos casos los individuos se mantienen crónicamente sintomáticos o aún más trágico la muerte puede ocurrir como resultado del daño físico o psicológico. Por esta razón el mejor tratamiento implica la prevención de estas complicaciones.

Prevención

Quizás con sencillas medidas que dependen de la propia conducta.

  • Es importante hacer de la hora de comer un momento de felicidad y de comunicación en la familia.
  • Ser tolerantes con determinadas incorrecciones en cuando a modales y conductas.
  • Respetar al niño o al adolescente como verdaderos seres humanos.
  • Demostrar siempre que alimentarse es una necesidad vital para mantenernos saludables. *Hacer vivir a los hijos una vida feliz en la que sus emociones estén acordes a su edad y temperamento.

Se ha podido llegar a saber por investigaciones realizadas si existe algún placer en privarse prácticamente de alimentos.

Fuente

Por: José A. de la Osa Doctor Mario J. Casas López

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