Anorexia infantil

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Anorexia infantil

Introducción

El apetito es el impulso instintivo que nos lleva a satisfacer deseos y necesidades. Para decirlo familiarmente al referirnos a la ingestión de alimentos, son las ganas de comer. Los especialistas, cuando definen este término, se refieren a que el apetito es "el hambre moderada orientada hacia la elección de determinados alimentos". Sin embargo, el tema que nos ocupa, enfocado principalmente hacia los jóvenes, sería algo así como la antípoda del apetito, pues la anorexia es el rechazo a ultranza (a todo trance) de la ingestión de alimentos. Es un miedo irreal a ganar peso y una imagen equivocada sobre el propio cuerpo. En la anorexia infantil se describe la del lactante (poco frecuente y casi siempre orientada a alguna enfermedad que cursa con este síntoma); la fisiológica está relacionada con una disminución de las necesidades del organismo del niño en el segundo año de vida, mientras los padres y abuelos mantienen la idea errada de que necesita la misma cantidad de alimentos que durante los primeros 12 meses; la psicógena, originada en virtud de trastornos internos o factores ambientales (imposición de una alimentación excesiva); y la anorexia nerviosa, que se presenta a partir de los 12 años.

Para poder circunscribir tan ambicioso tema al espacio de esta columna, preciso de la comprensión de los lectores y la ayuda del doctor Mario J. Casas López, especialista en Pediatría del Servicio de Nutrición del Hospital Docente William Soler de Altahabana, quien aclara que las respuestas a mis preguntas se ceñirán esencialmente a la anorexia psicógena y nerviosa, por ser las más frecuentes.

La anorexia en la etapa infantil

No. Aunque esta enfermedad se describió por primera vez en el sexo femenino, aqueja también al masculino, tanto en jóvenes como en adultos. Datos de organismos internacionales indican que esta entidad tiene una prevalencia de uno por cada 800 personas, sin descartar que investigaciones en algunos países muestran uno por cada 100, entre las edades de 12 y 18 años. Debo consignar que la anorexia no constituye hasta el momento un problema de salud en nuestro medio.


Puede empezar en cualquier etapa de la infancia, sobre todo en escolares y adolescentes, y es frecuente en hermanos o hijos de personas anoréxicas u obesas, de padres muy exigentes, perfeccionistas y en niños modelos.

Las primeras manifestaciones

Se manifiesta de diferentes formas con el fin de escapar del castig que constituye para estas personas tener que comer: dolores abdominales, vómitos, escenas emocionales de la forma más diversa; con malos hábitos como morderse las uñas, tartamudeo, enuresis (incontinencia urinaria). Se atribuyen, entre otros, a factores ambientales, fundamentalmente en familias que, obsesivamente, tratan de imponer una alimentación excesiva al niño o la niña; por una necesidad de llamar la atención de quienes los rodean; cuando la silla de comer se convierte en banco de acusados por malas conductas durante el día, o en espectadores de conflictos familiares. Ya en la adolescencia, ¿no podría deberse también a un nuevo patrón de belleza cuando han devenido ideal estético, sobre todo en el mundo de la moda, las formas y medidas de extrema delgadez?

Sí, aunque es importante subrayar que este patrón se convierte en ocasiones en antifisiológico, como antifisiológico es igualmente el método para lograrlo: dejar de comer. La influencia de la moda y el consumismo hasta ahora han desempeñado a no dudarlo un papel determinante en el origen de este trastorno en la adolescencia.

Consecuencias

Trastornos psicológicos, inmunológicos, endocrino-metabólicos. En el sexo femenino se presenta la ausencia de menstruación, o retrasos en su aparición. Los resultados de un estudio publicado recientemente por investigadores del Hospital General de Massachusetts confirman la pérdida de masa ósea en un 92% de las mujeres con anorexia nerviosa estudiadas, sea en las caderas, extremidades o espina dorsal. Sin olvidar que la psique y el cuerpo van unidos en cualquier dolencia, ante las manifestaciones de anorexia debemos dirigirnos a nuestro médico de familia.

Tratamiento específico

Va dirigido esencialmente a la atención psicológica, y un tratamiento médico sustentado en controles periódicos, a fin de restablecer las funciones orgánicas afectadas. Puede convertirse en una dolencia crónica Efectivamente. Es esencial saber que estos pacientes, en alrededor de un 60%, tienden a la cronicidad; un 30% de ellos remiten totalmente (curan) y un 10% fallecen.

Prevención

Quizás con sencillas medidas que dependen de nuestra propia conducta. Es importante hacer de la hora de comer un momento de felicidad y de comunicación en la familia. Ser tolerantes con determinadas incorrecciones en cuando a modales y conductas. Respetar al niño o al adolescente como verdaderos seres humanos. Demostrar siempre que alimentarse es una necesidad vital para mantenernos saludables. Hacer vivir a nuestros hijos una vida feliz en la que sus emociones estén acordes a su edad y temperamento. Se ha podido llegar a saber por investigaciones realizadas si existe algún placer en privarse prácticamente de alimentos.

Por propia confesión de algunos pacientes, y observación, te diría que pueden llegar a sentir una sensación hasta cierto punto placentera e indiferente por el rechazo aprendido a la ingestión de alimentos. Pero en estos casos prevalecen algunos trastornos de la psique.

Fuente

Por: José A. de la Osa Doctor Mario J. Casas López