Antigua Grecia

Revisión del 15:05 4 jul 2011 de Yudit hab.jc (discusión | contribuciones) (Estado esclavista de Atenas)
Antigua Grecia
Información sobre la plantilla
AntiguaGrecia.jpg
Concepto:Período de la historia de Grecia

Antigua Grecia. Civilización griega de la antigüedad, que tuvo un gran desarrollo en el campo filosófico, famosa por sus conocimientos, su arte y sus templos, caracterizados por sus grandes pilares y techos trinagulares. Entre los monumentos más famosos se encuentran el Partenón y el Mausoleo de Halicarnaso. El mundo griego antiguo está formado por el conjunto de territorios (Grecia, Asia Menor, Magna Grecia, Mar Negro, Norte de África y Mediterráneo occidental) y sociedades que, teniendo como área central de referencia el mar Egeo, se articulan en torno a vínculos fundamentalmente culturales (lengua, religión, filosofía, manifestaciones artísticas, etc.), bajo distintas fórmulas de organización política independientes entre sí, de las que destaca la polis. La Antigua Grecia, por tanto, es una construcción histórica y cultural, más que una realidad política, social o territorial, dada su falta de unidad estatal antes de la llegada de Alejandro de Macedonia o de Roma.

Situación y condiciones geográficas

En la parte meridional de la Península de los Balcanes, al sur de Europa, separada por valles rodeados de montañas donde abundan precipicios y altas rocas, se desarrolló la civilización griega. Esta región bañada por el mar Egeo se conoce con el nombre de Grecia. En Grecia los ríos son pequeños y casi se secan en verano. Para los griegos era tan importante el agua que al despedirse los amigos se deseaban mutuamente buena suerte y mucha agua fresca. De acuerdo con sus condiciones naturales Grecia puede dividirse en tres partes: sur, centro y norte.

La parte central y la norte se encuentran separadas por elevadas cadenas de montañas muy difíciles de cruzar. En la costa, entre las montañas y el mar, hay una estrecha abertura llamada el Paso de las Termópilas, que es la única vía por la que podían pasar los viajeros que se dirigían desde Grecia central hacia la zona norte. El sur de Grecia o Peloponeso se encuentra separado del resto del país por golfos profundos y está unido solamente por un estrecho istmo. En la antigüedad Grecia tenía abundantes minas: había oro, plata, cobre y sobre todo, el magnífico mármol, con que hicieron las antiguas estatuas y columnas griegas.

Sin embargo, a pesar de las riquezas minerales de aquellas tierras, sus pobladores sufrieron también las consecuencias de los peligrosos fenómenos naturales. Mediante las excavaciones realizadas y los restos de las rocas que se han encontrado en Grecia y en las islas que la rodean, los científicos han podido conocer que, desde aquellos tiempos, en Grecia eran frecuentes los terremotos y había volcanes que entraron en erupción y causaron grandes daños en las poblaciones cercanas. La tierra de la península griega es poco fértil. Sólo en los valles hay más vegetación. La tribus que se situaron en ellos tenían pastos para el ganado y cultivaban cereales, uvas para hacer vino y olivo, cuyo fruto, las aceitunas, se utilizaba en la fabricación de aceite. El mar que rodea y entra en su territorio, también ofrece riquezas e hizo posible que sus pobladores se convirtieran en buenos marinos. Las islas, muy cercanas entre sí, facilitaron el intercambio de productos y el paso de sus habitantes a otras regiones. Las condiciones naturales de Grecia son diferentes a las del Oriente Antiguo; en aquellos países hay grandes ríos y fértiles territorios en los que se desarrolló la agricultura. En la vida de los griegos fue importante el mar, ya que sus ríos eran pequeños y sus tierras poco fértiles. Además, las tormentas dañaban las cosechas y el excesivo calor y fuerte sol de verano quemaba las hierbas.

Cultura Creto-Micénica

En el mar Egeo, al sur de la región del Peloponeso, se encuentra la isla de Creta. Hace muchos años se desarrolló allí una gran civilización de la cual aún existen vestigios o restos. En Cnosos, ciudad de Creta, se encontraron las ruinas de un palacio donde vivían el rey y otros jefes. Este rey era a la vez guerrero, comerciante principal y jefe religioso. En esta isla se han encontrado objetos de mármol negro o verde oscuro de gran belleza. En Creta la abundancia de estaño les permitía exportarlo a lugares cercanos. Su cerámica y tejidos eran famosos y se han encontrado restos de los mismos en otros lugares del Mediterráneo, lo que permite conocer que fueron muy usados para comerciar.

En la región de Peloponeso se encuentra un lugar llamado Micenas. Las ruinas halladas demuestran que existió un palacio en lo alto de una colina, rodeado por sólidos muros de piedra. Cerca del palacio hay restos de varias tumbas y dentro de ellas se han encontrado armas de bronce incrustadas en oro y adornos de este metal. Algunos de los hombres enterrados en esas tumbas tenían máscaras de oro. Otros palacios, en los que se encontraron objetos muy parecidos fueron descubiertos en todo el Peloponeso así como en la Grecia central. Esto prueba que había intercambio entre las regiones. Especialmente entre Micenas y Creta se llevaba a cabo un activo comercio. Estas dos grandes civilizaciones de la antigüedad se conocen como cultura Creto-Micénica y constituyen un monumento arqueológico.

Los palacios de la cultura Creto-Micénica existieron entre los siglos XVI al XII a.n.e., y sirvieron de vivienda a los jefes de las tribus griegas, quienes se sentían seguros detrás de sus muros impenetrables. Estos jefes mandaban fuertes destacamentos y obligaban a las poblaciones vecinas a pagar tributos. Así se hicieron dueños de las tierras más fértiles. Por las tablillas de arcilla encontradas y que descifraron los sabios, se conoce su forma de vida, de sus jefes y artesanos. También a través de los mitos y leyendas, narraciones y relatos de aquella época se conoce la vida de los antiguos griegos. Todos estos medios de que se valen los científicos para saber cómo era la vida hace muchos años constituyen fuentes para el conocimientos histórico.

Siglos XI-IX a.n.e.

Invasión de los dorios

La parte norte de la península de los Balcanes estaba habitada por unas tribus muy numerosas: los dorios. Su nivel cultural era inferior al de los habitantes de Micenas puesto que no tenían alfabeto ni sabían construir con piedras; sin embargo, ya tenían armas de hierro. Los dorios eran guerreros y su principal ocupación era la ganadería. Al final del II milenio a.n.e., estas tribus se extendieron hacia el sur, invadieron la región de Peloponeso y destruyeron el palacio de Micenas. Las isla de Creta también fue invadida y sus palacios destruidos.

Las invasiones dorias no fueron invasiones militares propiamente dichas sino migraciones de pueblos enteros que se establecieron en las regiones que ocuparon. Una parte de la población nativa de Grecia meridional fue sometida por ellos; otra se refugió en las islas del mar Egeo y en la península de Asia menor donde ya vivían algunos griegos. Después de la invasión doria la cultura en Grecia perdió mucho. Durante varios siglos no se realizaron construcciones de piedra; la artesanía se volvió primitiva, tosca y aún el lenguaje escrito se olvidó por completo. También el comercio decayó, sin embargo, los dorios hicieron aportes favorables a la cultura y el desarrollo de Grecia.

Los dorios ya conocían el hierro con el cual fabricaban instrumentos y las armas con que ganaron en los combates a las otras tribus que habitaban en Grecia; avanzaban a caballo y; además, utilizaban estos animales para tirar de sus carros de guerra. El aporte dorio de mayor importancia fue la utilización del hierro, ya que con este metal los habitantes de Grecia Antigua pudieron fabricar y mejorar instrumentos agrícolas como el arado con reja de hierro, que les permitió arar tierras duras más profundamente, con lo que lograron un mayor rendimiento en la agricultura. Con el tiempo, los vencedores dorios y las tribus vencidas llegaron a mezclarse y de esta unión surgió el pueblo griego.

Ocupaciones de los antiguos griegos

Este pueblo se dedicó principalmente a la agricultura; era un trabajo muy duro: primeramente el campo tenía que ser limpiado de piedras. En muchos lugares la tierra era tan dura que tenía que ser arada tres o cuatro veces con un arado de madera y después había que aflojarla con una azada. Muchas veces, estos esfuerzos eran en vano, porque la sequía o las fuertes lluvias arruinaban las cosechas. Los griegos sembraban principalmente la cebada, que podía soportar las sequías y maduraba rápidamente. Las laderas de las colinas eran sembradas con matas de uva, olivo, y algunas legumbres, así como cebollas.

La ganadería era otra de sus ocupaciones. Los animales domésticos que más se utilizaban eran las ovejas y las cabras, ya que estas podían vivir de la pobre vegetación; también criaban cerdos, a los que alimentaban con bellotas. Los agricultores y ganaderos producían casi todo lo que necesitaban. Usaban toscos vestidos y dormían en ásperas esteras hechas con la lana de sus ovejas y cabras. Al desarrollarse la artesanía fabricaron vajillas de arcilla y ligeros zapatos de cuero llamados sandalias. También elaboraron armas de hierro y bronce así como adornos de oro y plata. Ellos también se dedicaban a la navegación y sabían fabricar grandes embarcaciones de madera. Las condiciones en Grecia eran favorables para la navegación.

Surgimiento de clases

En la Antigua Grecia en cada llanura e isla vivía una tribu diferente. Cada tribu constaba de varios clanes y cada clan o gens agrupaba varias familias que consideraban la tierra como propiedad común. Cada familia tenía su casa y recibía una parcela en los campos. El ganado pastaba en praderas que también eran propiedad de todos. Las mejoras introducidas en los instrumentos de producción, como por ejemplo, el arado de hierro, trajeron por consecuencia un aumento en las cosechas. Cuando las nuevas técnicas se fueron extendiendo, algunas familias de cada tribu pudieron adquirir con mayor facilidad los nuevos instrumentos. En consecuencia, sus cosechas eran mejores, lo que permitió que estas familias pudieran establecerse por separado independizándose de la comunidad.

Así, poco a poco, fue apareciendo en algunos lugares la propiedad privada que se desarrolló durante muchos años conjuntamente con la propiedad colectiva. Las familias acomodadas se asilaban cada vez más, valiéndose de su ventajosa situación económica acumulaban tierras, ganado y productos. Algunos se volvían ricos y otros, cada vez más pobres; estos se veían en la necesidad de buscar empleo en casa de los ricos y abandonar el cultivo de sus parcelas de tierra. A veces perdían sus tierras y se convertían en mendigos. Ya no existía la igualdad como en la sociedad primitiva.

Los basileos o jefes de tribus y el Consejo de Ancianos, formado por los ancianos más ricos, se convirtieron en dueños de grandes parcelas de tierra. Ellos iban aumentando sus propiedades con los bienes de los campesinos que se arruinaban y que entregaban todo lo que poseían en pago de sus cuantiosas deudas. Al invadir a Grecia los jefes guerreros de las tribus dorias se fueron apoderando también de grandes pedazos de tierra, así como de numerosos rebaños. Este fue un proceso muy largo, por lo que se ve que en el período comprendido entre los siglos XI y el siglo IX había rasgos de sociedad primitiva y a la vez comenzaban a existir diferencias entre unos hombres y otros, es decir, que iba surgiendo la sociedad dividida en clases.

Surgimiento del Estado

Las tribus eran dirigidas inicialmente por un grupo de las personas más viejas y de mayor experiencia, o sea, de los ancianos. Por lo general sus tierras eran trabajadas por ellos mismos; pero a veces buscaban hombres que las trabajaran a cambio de alguna comida y escasas ropas. Utilizaban el trabajo de esclavos que pastoreaban el ganado, confeccionaban ropas, cultivaban huertos y cocinaban. Debido al trabajo de los esclavos y de los trabajadores libres, los basileos y los ancianos siempre tenían abundante comida, vino, ropa y calzado para ellos y su familia, y algún ganado excedente que intercambiaban por costosas armas, bellos tejidos y adornos. En las guerras obtenían los mayores beneficios ya que se proveían de esclavos. Los asuntos de la tribu se resolvían en asambleas donde se reunían todos, dirigidas por el Consejo de Ancianos, al frente del cual había un Basileo. Si un simple guerrero comenzaba una discusión con un Basileo era silenciado inmediatamente por medio de amenazas y azotes.

Los basileos y los ancianos dejaban a sus hijos y herederos no solo su fortuna sino también su poder sobre las tribus. Cuando sus hijos y nietos se hacían hombres, también se convertían en basileos. La posición de los hombres no dependía ya de sus méritos personales y su experiencia, sino de su origen o de la posición de la familia a que pertenecían. Los que nacían dentro de familias de jefes se consideraban nobles a sí mismos, es decir, procedentes de las más poderosas familias. Cada vez se agudizaban más las diferencias y la desigualdad material entre unos y otros; existía una clase: la nobleza, que dominaba la vida de la tribu; había explotadores y explotados, o sea, estaban surgiendo dentro de la comunidad primitiva características de una sociedad de clases. Para asegurar todavía más su posición privilegiada y dominar con más fuerza a las grandes masas, los nobles les hacían creer que desceñían de los dioses. Mientras mayor se hacía la desigualdad material de los hombres, más necesitaba la clase explotadora de una institución que garantizara sus privilegios contra los intereses de la mayor parte de la población. Así surge el Estado.

Cultura y religión

Adoración de las fuerzas de la naturaleza

Como todos los pueblos de la antigüedad, los griegos temían a las fuerzas de la naturaleza. En su imaginación toda la naturaleza estaba poblada por dioses que decidían sobre la vida de los hombres. Estos dioses se los representaban como seres humanos, pero inmortales y poderosos. Creían que el poderoso dios que ellos llamaban Zeus podía herir a las personas con las brillantes flechas de los relámpagos y que él era el responsable de la lluvia. La situación de los marinos que zarpaban en pequeñas embarcaciones de madrea, en la Antigua Grecia dependía en mucho de las condiciones buenas o malas del tiempo. Es por ello que los griegos creían en el dios del mar, Poseidón (hermano de Zeus), ya que pensaban que éste podía producir una tormenta con su tridente y hundir los barcos. Aquí en Grecia, igual que en el Oriente Antiguo, el Sol era considerado una divinidad. Le daban el nombre de Apolo, enemigo de las tinieblas.

Dioses protectores

Todas las actividades económicas: las agrícolas, ganaderas, de tejido, de caza y otras, tenían un dios protector. Dionisos era el dios del vino y de la vid. Según las creencias de los griegos, este dios había enseñado a los hombres a cultivar la uva y elaborar el vino. Además, simbolizaba la alegría de vivir, la vida en la naturaleza. En honor de este dios se celebraban fiestas dos veces al año: en primavera, antes de comenzar el trabajo en los viñedos, y en diciembre, cuando el vino nuevo estaba listo. Hefestos era el dios que protegía a los forjadores. Lo imaginaban trabajando en un taller situado bien profundo bajo la tierra, con las manos y cara siempre cubiertas de hollín. También pensaban que es el mismo dios de Sol, Apolo, era un hombre joven y bien parecido que protegía las bellas artes. Siempre se encontraba acompañado de las musas: las dios de la música y la poesía. Los habitantes de la Isla de Rodas, situada en el Mediterráneo, le hicieron a este dios una gigantesca estatua de bronce, conocida por el nombre de El coloso de Rodas, que está considerada como otra de las siete maravillas del mundo.

Tiempos de Homero

Los bardos o poetas de la Antigua Grecia compusieron canciones y poemas sobre las hazañas y aventuras de diferentes héroes. Ellos los recitaban en las fiestas con el acompañamiento de instrumentos musicales. Uno de los temas más populares fue la campaña griega contra Troya, ciudad de Asia Menor. Dos largos poemas, la Iliada y la Odisea, narran esas hazañas. De acuerdo con leyendas de aquellos tiempos, los cantos y narraciones fueron recolectados y perfeccionados por un famoso poeta ciego llamado Homero, que vivió de los siglos IX al VIII a.n.e. Estos poemas han pasado de padres e hijos a través de los años y constituyen importantes obras de la Literatura y de la Historia Universal, que permiten conocer cómo era la vida en la Grecia de aquellos tiempos, por los son valiosas fuentes del conocimiento histórico.

La Iliada

Troya o Ilión se encontraba en la costa del Asia Menor. Muchas tribus griegas tomaron parte en la campaña contra Troya. Asediaron la ciudad durante nueve años, pero no pudieron tomarla pues era casi inexpugnable, estaba situada en la cima de una colina y rodeada por una poderosa muralla de piedra. El poema describe muy gráficamente la forma en que los griegos se organizaban para la lucha: al atacar formaban destacamentos separados, de acuerdo con las diferentes tribus y clases. Los soldados peleaban a pie, vestidos con túnicas de lino y sin más armas que lanzas y piedras. Los jefes protegían sus cuerpos con armaduras de cobre y viajaban en carros de guerras tirados por caballos. Además de lanzas, tenían espadas de bronce. Según narra el poema, también los dioses tomaban parte en las batallas. Algunos ayudaban a los griegos; otros a los troyanos.

La Ilíada termina con la emotiva descripción del funeral de Héctor, el más fuerte y valiente de los troyanos, que cayó peleando contra Aquiles. Otra de las tradiciones griegas cuenta que la madre de Aquiles, una diosa, lo bañó en un río subterráneo con poderes mágicos cuando era niño. Esto hizo que el cuerpo de Aquiles fuera invulnerable excepto en el talón, lugar por el que su madre lo sujetó, y que por tanto no se mojó en las aguas maravillosas. Aquiles murió después que Héctor, debido a una flecha envenenada que le penetró, precisamente por el talón. Esto dio lugar a la expresión “el talón de Aquiles” que significa punto más débil.

La caída de Troya

Durante la guerra de Troya los griegos fabricaron un gran caballo de madera dentro del cual se escondieron los mejores guerreros y lo dejaron en las afueras de la ciudad. El resto de los griegos fue en barcos hacía una isla cercana, en medio de la noche. Los troyanos vieron el caballo y les llamó tan poderosamente la atención que lo arrastraron hasta el interior de los muros de la ciudad. Por la noche, los guerreros griegos salieron el caballo mientras que los que estaban en la isla se acercaron silenciosamente y penetraron en Troya. Ante el ataque por sorpresa, muchos troyanos cayeron, las mujeres fueron hechas prisioneras y la ciudad fue saqueada y quemada. Los griegos regresaron a su hogares cargados con rico botín.

La Odisea

En este poema se describen las aventuras de Odiseo (Ulises) participante del sitio de Troya, durante el viaje de regreso a su tierra natal, la isla de Itaca situada en la costa occidental de Grecia. Cuenta el poema que Odiseo y sus guerreros, cuando todavía las ruinas de Troya se encontraban ardiendo, zarparon en doce naves, pero se produjo una tormenta y los griegos se perdieron en el mar. Dos veces Odiseo y sus compañeros desembarcaron en islas habitadas por gigantes. Después de vencer muchos peligros y dificultades durante veinte años, Ulises (Odiseo) logró llegar finalmente a la isla de Itaca. Cuenta la leyenda que en el transcurso de esos años, el palacio de Odiseo estuvo siempre ocupado por los pretendientes de su esposa, la fiel Penélope. Éstos, creían que Odiseo había muerto y esperaban que Penélope escogiera entre ellos a su nuevo esposo. Pocas veces Penélope se dejaba ver.

En cierta ocasión, después de haber debido más de la cuenta, los pretendientes exigieron la presencia de la reina y le plantearon que ya era tiempo de que escogiera entre uno de ellos a su futuro esposo. Odiseo, que había llegado a la casa disfrazado de mendigo fue reconocido por su hijo Telémaco y una sirvienta, quienes le ayudaron para que pudiera participar en la proposición que Penélope había hecho de pasar la prueba del arco. Uno a uno, los pretendientes fallaron su intento y solo Odiseo (Ulises) logró tensar el arco con la maestría de quien maneja lo suyo. Una de las voces de los pretendientes se alzó refiriéndose a la hazaña de Odiseo que lo convirtió en el ganador. Entonces, Ulises se identificó. Después de haber eliminado todas las dificultades que le impedían convertirse de nuevo en rey de Itaca, Ulises gobernó durante muchos años.

Economía del Ática

Durante la invasión de los dorios a la Grecia central y meridional hubo un pueblo que rechazó los ataques y conservó su independencia: el pueblo ateniense. Atenas estaba situada en la región del Ática, una península grande y montañosa que penetra en el mar en la parte sudoriental de la Grecia central. Su costa se encuentra quebrada por numerosas y profundas bahías. La población de las regiones montañosas del Ática se encontraba diseminada por el territorio y su ocupación principal era la cría de ganado. La parte occidental era una fértil llanura bordeada de elevadas colinas. Su población, desde los tiempos más antiguos se dedicaba a la agricultura. Las tierras estaban casi cubiertas de viñedos y arboledas de olivo. La parte más alta de la ciudad de Atenas se encontraba rodeada por un muro de piedra. Cuando el enemigo atacaba los vecinos de los alrededores se refugiaban detrás de sus muros impenetrables.

Artesanía y comercio

Atenas tenía condiciones favorables para desarrollar su artesanía y su comercio: ricos depósitos de arcilla fina, de plata y de mármol se habían descubierto en el Ática. Algunos de los artesanos forjaban armas en fraguas; otros hacían bellos adornos de oro y plata; otros tejían telas de lino y algodón. La cerámica era cocida en hornos especiales. Muchos de sus vasos decorados por artistas, representaban escenas de los mitos más populares. La alfarería ateniense tenía fama en toda Grecia por su extraordinaria belleza y fue muy utilizada en el comercio. En los siglos VII al VI a.n.e., los talleres eran pequeños todavía. El mismo artesano realizaba el trabajo y en ocasiones era ayudado por un par de esclavos si es que poseía alguno.

Campesinado

La mayor parte de la tierra fértil del Ática pasó gradualmente a manos de los nobles. Muchos campesinos se hallaron endeudados. Para que todos lo supieran, los nobles mandaban a colocar en las parcelas de tierras endeudadas una piedra que era como una marca vergonzosa en la tierra de su deudor. Estas piedras fueron llamadas piedras-gravámenes. Cada una de ella llevaba una inscripción anunciando con quién estaba endeudado el campesino y cuándo debía pagar la deuda. Si el campesino no pagaba en tiempo, no solo perdía su parcela de tierra y otras propiedades personales, sino que era convertido en esclavo junto con el resto de su familia. Hacia finales del siglo VII a.n.e., muchos campesinos, al no poder pagar sus deudas, perdieron sus tierras y se convirtieron en esclavos por deuda.

Colonias

Durante los siglos VIII al VI a.n.e., muchos griegos que carecían de tierras iban a otras regiones en busca de parcelas de tierra. Algunos documentos de la época afirmaban que abandonaban el país para liberarse a sí mismos de deudas y salvarse del hambre. De esta forma los griegos establecieron colonias agrícolas fuera de su territorio. Más tarde, las colonias que se fundaron se convirtieron en puntos de intercambio comercial con la metrópoli griega. Algunos comerciantes y artesanos se enriquecieron fabricando y vendiendo artículos que no había en Grecia. Para establecer sus colonias, los griegos se apoderaban de las tierras fértiles y esclavizaban a la población nativa. Con el tiempo las colonias se convirtieron en las principales fuentes de esclavos para Grecia. Ya a mediados del siglo VI a.n.e., se habían establecido cientos de colonias griegas en las costas del Mediterráneo, desde España hasta el Cáucaso.

Comercio

Los principales artículos que se producían en Grecia para comerciar eran aceite de oliva, vino, lana y cuero. Para guardar y transportar el vino el aceite y los granos se empleaban bellas vasijas de cerámica que eran suministradas por los alfareros. El Ática tenía bahías muy convenientes para el desarrollo de su comercio. Los barcos anclaban en ellas para cargar los productos elaborados por los artesanos atenienses y ánforas llenas de aceite y vino que se vendían más tarde en otras partes de Grecia y en toda la zona del Mediterráneo. También los barcos traían granos, sal, pescado salado y muchos esclavos que, encadenados, eran bajados del barco y vendidos frecuentemente cerca de los muelles. Muchas veces, al vender los esclavos, las madres eran separadas de sus hijos, pero nada de eso importaba a los esclavistas que solo perseguían su enriquecimiento.

Los esclavos jóvenes eran traídos descalzos, semidesnudos y fuertemente encadenados. El vendedor agitaba constantemente el látigo sobre sus espaldas. La vida de los esclavos era sumamente dura. Todo este desarrollo de la economía griega hizo que aumentara la desigualdad material entre los hombres; mientras unos pocos poseían tierras, instrumentos y productos, muchos no poseían nada; junto a las personas libres había esclavos. La propiedad privada aumentaba y poco a poco se fueron creando las condiciones para el surgimiento del Estado.

Estado esclavista de Atenas

En Atenas los nobles tomaron el poder y durante mucho tiempo no se celebraron más asambleas populares. La ciudad estaba gobernada por un Consejo de Ancianos y nueve gobernadores que los propios ancianos elegían. Solamente los nobles tenían derecho a ser miembros del Consejo, gobernadores o jueces. Los jueces siempre estaban a favor de los nobles, mientras que los castigos que se imponían al pueblo eran severos aún por causas menos importantes. Por ejemplo, un hombre fue sentenciado a muerte por haber tomado un racimo de uvas del viñedo de otro hombre. Los nobles griegos llamaron a su forma de gobierno aristocracia, que significaba el poder de los mejores. En Atenas se formó un Estado que protegía el poder de los nobles sobre los campesinos y los esclavos. Mientras en el Oriente Antiguo las distintas regiones fueron unificadas en un solo Estado esclavista, en Grecia no se produjo esta unificación. Aquí los jefes de las regiones se establecían en la aldea principal desde la cual dictaban lasleyes que dirigían los territorios que ellos controlaban. En Grecia se desarrollaron muchas Ciudades-Estado y Atenas Atenas fue una de las más importantes.

Estado esclavista de Esparta

En la parte sudoriental del Peloponeso, hay una región llamada Laconia. En su parte central tiene un valle rodeado de cordilleras montañosas por tres de sus lados. La tierra es muy fértil y los pastos son buenos ya que aquella zona está bañada por un río. Mesenia era el distrito vecino en el cual todavía existían mejores condiciones. Después de invadir Grecia, los dorios conquistaron a Laconia. Y se asentaron allí en fundaciones muy cerca una de las otras, que poco a poco se unieron, formando la Ciudad-Estado de Esparta. Los conquistadores dorios comenzaron a llamarse a sí mismos espartanos y después de una larga guerra conquistaron la región de Mesenia. Como resultado de las conquistas del Peloponeso, la población quedó formada por dos grandes grupos: los espartanos o dorios y los nativos, antiguos habitantes de la región.

Fuentes

  • Fariñas M. Historia del Mundo Antiguo. Ciudad de La Habana: Editorial Pueblo y Educación; 2006.
  • Martínez V. y Rafael B. Historia del Mundo Antiguo: Grecia y Roma. Ciudad de La Habana: Editorial Pueblo y Educación.