Antonio Berdayes Núñez

Antonio Berdayes Núñez
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Combatiente revolucionario cubano
NombreAero Antonio Berdayes Núñez
Nacimiento20 de junio de 1911
Guacamaro (actual Limonar), Matanzas, Bandera de Cuba Cuba
Fallecimiento5 de noviembre de 1957
Sumidero, Limonar, Matanzas, Bandera de Cuba Cuba
Causa de la muerteAsesinato y decapitación
NacionalidadCubana
CiudadaníaCubana
OcupaciónDirigente obrero
CónyugeÁngela María Meriño
HijosAlina, Juana María, Juan, Raúl, Estela, José, Margarita, Leyda
PadresAntonia Núñez Cruz
Antonio Berdayes Martínez

Antonio Berdayes Núñez. Destacado dirigente obrero y combatiente de la lucha clandestina en Matanzas.

Síntesis biográfica

Nació el 20 de junio de 1911, en la finca Recurso del entonces municipio de Guacamaro (actual Limonar), siendo el mayor de los siete hijos del matrimonio de Antonio Berdayes Martínez, de origen español, y la cubana Antonia Núñez Cruz.

Los primeros años de su vida transcurrieron como los de cualquier niño campesino de la época; pero tuvo el privilegio de asistir a la escuela primaria en el Colegio Episcopal San Pedro y San Pablo de Limonar, lo cual no era común, con lo cual pudo adquirir los conocimientos mínimos de lectura, escritura y escasas lecciones de matemáticas.

Desde muy pequeño tiene que realizar viajes a caballo hasta el pueblo de Limonar para asistir a las clases que ofrecía el director del colegio, el reverendo Planas Hernández, figura que influyó considerablemente en el pensamiento de Antonio.

Esta rutina diaria se mantuvo hasta que la familia decidió mudarse hacia Limonar, donde Antonio comenzó a asistir a una escuela pública y, con gran esfuerzo, logró alcanzar el sexto grado.

Trayectoria laboral

A los veinte años de edad comenzó a trabajar durante el período de zafra junto a su padre en el Central Mercedes (después 6 de agosto), en el término municipal de Manguito. En este ingenio laboró veintiséis años -hasta su asesinato-, alcanzando la calificación de purgador de primera.

Durante los periodos del llamado tiempo muerto, trabajaba como obrero henequenero en la Compañía de Jarcias, de Limonar, siendo en este sector donde desplegara su más destacada labor como dirigente obrero.

En 1940 contrajo matrimonio con Celina Martínez, de cuya unión nació su hija Leida. Esta relación se disolvió en 1946. En 1947 contrae nupcias con Angélica Merino Arango, con la que concibió dos hijas: Anabel, en 1948, y Alina, en 1951.

Trayectoria revolucionaria

En la década de 1950, Antonio se desempeñó como secretario general de la Sección Sindical de obreros del henequén de Limonar, la cual agrupaba a más de 200 afiliados. En esta etapa se agudizan las luchas por las demandas salariales y mejores condiciones de trabajo, por lo que se intensifican los movimientos huelguísticos y las protestas obreras, mediante las cuales se obtuvo un aumento salarial del 50 %, transporte para los obreros y la confección de un escalafón que impedía que fueran burlados los derechos de los trabajadores.

Al frente de dichas reivindicaciones se encontraba Antonio, quien se convirtió en un dirigente muy querido y respetado por todos sus compañeros, a la vez que odiado por los sicarios de la tiranía batistiana. En un primer momento, las autoridades tratan de sobornarlo, ofreciéndole el cargo de concejal; pero se niega rotundamente a tales ofrecimientos.

Tras el asalto al Cuartel Moncada, el 26 de julio de 1953, los obreros henequeneros recibieron algunos ejemplares de La Historia me Absolverá y, por mediación de Antonio Berdayes, conocieron el histórico alegato, en el que veían la esperanza y el fin de la explotación.

Ellos tenían confianza en Berdayes y le oían decir: “A mí me matarán; pero el triunfo llegará”, logrando de esta forma voluntarios para la lucha.

En 1955, Antonio es acusado junto a otros compañeros ante el Tribunal de Urgencia -en la Causa No. 130 de 1955-, por el delito de sabotaje a las líneas del telégrafo en Limonar. Según la versión de las autoridades, con motivo de un conflicto surgido entre los obreros y la Compañía Henequenera Larraauri S.A., en la noche del 15 de septiembre de 1955, la directiva del sindicato de la industria se reunió, presidida por Antonio, y tomaron como acuerdo producir actos de calle y sabotajes. Según consta en el acta y sentencia emitida el 24 de octubre de 1955, el Tribunal absolvió a todos los acusados, incluido Antonio, del delito de infracción del Decreto Ley 292 de 1934.

A mediados del mes de enero 1956, Antonio Berdayes, conociendo que se efectuaría una verbena en el parque Carlos Manuel de Céspedes, de Limonar, orientó a los henequeneros preparar las condiciones para realizar un apagón mientras realizaban las fiestas. La acción se llevó a cabo, tiraron cadenas amarradas con sogas en el tendido eléctrico y se regaron alcayatas en la carretera central. El 26 de julio del propio año, Berdayes planifica realizar una huelga, en “paso de jicotea”, para afectar la producción y combatir a la patronal de la henequenera.

A raíz de los sucesos del ataque al Cuartel Goicuría, el 29 de abril de 1956, y la constante actividad revolucionaria de Antonio, lo detienen y es obligado a abandonar la zona, bajo amenaza de muerte hecha por el teniente Moreno; pero Berdayes regresa y continúa la lucha.

Al producirse el desembarco del Granma y organizarse el Movimiento Revolucionario 26 de Julio (MR-26-7) en Matanzas, se relaciona directamente con Armando Huau Secades y es designado responsable de acción y sabotaje en el municipio de Guacamaro, sin abandonar la lucha obrera. Decide trasladarse a la Sierra Maestra para incorporarse al Ejército Rebelde; pero Armando Huau le hace ver la necesidad de que permanezca en su labor de acción y sabotaje y así lo hace.

Ante la posición insobornable de Antonio, sus enemigos intentan asesinarlo -y ejemplo de ello fue la bomba colocada el 4 de noviembre de 1956 en su casa, sita en el No. 33 de la calle Antonio Maceo, en Limonar-; pero él no se apartaba de la lucha y sigue al frente de los henequeneros y el MR-26-7.

Muerte

Con motivo del fracaso de la huelga obrera nacional del 5 de agosto de 1957 y la persecución de las fuerzas represivas, Antonio tiene que trasladarse a La Habana para burlar a los esbirros.

El propietario de la henequenera, fiel servidor de la tiranía, despide a veintinueve trabajadores. Antonio, que se encontraba en la Habana oculto de las fuerzas represivas, no olvida a sus compañeros y se dirige a la CTC Nacional para realizar un reclamo ante la injusticia cometida.

El 4 de noviembre de 1957, aproximadamente a las 2:00 p.m., a las puertas de la CTC en La Habana, es detenido por el teniente Rogelio Moreno, el cabo Eustaquio Molina, Roberto Rodríguez y un chofer de apellido Navarro -esbirros de la tiranía procedentes de Limonar-, con el apoyo del coronel Laurent del Servicio de Inteligencia Militar.

Después de asestarle un fuerte golpe en la cabeza, es trasladado al tristemente célebre Escuadrón 41, en Matanzas, donde se le arroja en una celda repleta de compañeros, entre los que se encontraba Basilio Rodríguez, y es brutalmente torturado.

Cuando el coronel Cecilio Fernández Suero, acompañado de Julio Santana, entra en la celda con el propósito de trasladarlo para interrogarlo, Antonio se rebela airado y le propinan un fuerte golpe en la cabeza con una silla de hierro, causándole una fractura de cráneo; pero no lograron sacarle una palabra.

Después de asesinado, es decapitado y trasladado su cadáver al crucero de Sumidero, ubicado en la Carretera Central entre Limonar y Coliseo. Allí atan el cuerpo a un poste del tendido eléctrico que dinamitan, ocurriendo la explosión sobre las 4:00 a.m. del 5 de noviembre 1957. El cuerpo quedó totalmente destrozado.

El objetivo era tratar de demostrar que había muerto accidentalmente cuando intentaba sabotear la línea eléctrica, ya que días antes, en el batey de Sumidero, el MR-26-7 había descarrilado un tren.

Entre la dispersión de restos causados por la explosión, fue posible identificarlo por una marca que le dejó un largo padecimiento de eczema.

Al respecto, su viuda Angélica Merino contó que, en una ocasión, estando reunido en la sala de su casa con sus amigos Rosendo Valle y Fernando Grau, afirmó:

“Es posible que ellos me arranquen la cabeza para que no me puedan identificar; pero no saben que yo llevo la marca en los pies.”

Sus restos fueron recogidos y trasladados por las autoridades al cementerio de Coliseo donde fueron enterrados. Después del triunfo de la Revolución, el 4 de abril de 1959, su viuda hizo trasladar los restos para el cementerio de Limonar, donde reposan desde entonces.

Al morir, Antonio era el jefe de acción y sabotaje del Movimiento 26 de julio en Limonar. Los esbirros de la tiranía batistiana pensaban que con su vil asesinato podían borrar su ejemplo y la rebeldía del movimiento obrero limonareño; pero se equivocaron, pues la Revolución triunfante de enero de 1959 hizo realidad los sueños de libertad, igualdad y justicia. Su ejemplo perdura y sirve de paradigma a los nuevos revolucionarios.

Homenaje

En Limonar, una cooperativa, el Instituto Preuniversitario Urbano, la Empresa Henequenera, Comités de Defensa de la Revolución y otras instituciones, llevan el nombre este mártir de la Revolución como digno homenaje.

En el lugar donde apareció su cuerpo destrozado se erigió un obelisco que perpetua la memoria de este dirigente obrero.

Cada año, se realiza un homenaje póstumo a Antonio Berdayes por parte de la Universidad de Matanzas, en la cual una de sus hijas fungió como profesora y jefa del Departamento de Cultura Física y una de sus nietas estudio Ingeniería Agrónoma.

Fuentes

  • Archivo Histórico Provincial de Matanzas. Causa 130 de 1955 del Tribunal de Urgencia. Legajo 155. Expediente 13.
  • Archivo municipal de la Asociación de Combatientes de Limonar.
  • Biografía de Antonio Berdayes Núñez (trabajo relevante presentado en Taller Regional de EPMI, Universidad Pedagógica Ciego de Ávila, marzo 2013)
  • Colectivo de Autores. Síntesis histórica provincial. Matanzas. Editora Historia. La Habana. 2014
  • Colectivo de Autores. Síntesis histórica municipal. Limonar. Inédita.
  • Torres Molina, Osvaldo. Apuntes para la historia del movimiento comunista obrero y campesino en Matanzas, 1869-1958. Editora Política. La Habana.