Art Déco en Camagüey

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Art Déco en Camagüey
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Obra Arquitectónica  |  (Artes decorativas)
1artdecocamaguey.jpg
Foto del antiguo Colegio de Champagnat, joya del Art Déco en Camagüey.
Descripción
Tipo:Artes decorativas
Localización:Camagüey, Bandera de Cuba Cuba


Art Déco en Camagüey.

Antecedentes

Cuando por fin se desarrolló la Exposición Internacional de París de 1925, se culminaron realmente varios años de indecisiones y aplazamientos.

El objetivo buscado por los organizadores de la cita era que los diseñadores mostraran los adelantos en materia de decoración y de productos industriales que ya venía desarrollándose desde la década del diez y cuya génesis la encontramos avanzado el siglo XVIII, según lo planteado por algunos autores.

La Exposición perfila los elementos compositivos arquitectónicos que se convertirían luego en paradigmas del estilo Art déco, el que calificado como estilo de entreguerras, se levanta como síntesis de los momentos sugestivos y sugerentes de la cultura mundial en medio de una etapa convulsa, compleja y a la par contradictoria, donde los contrastes, las preocupaciones, los conflictos, las diferencias y las esperanzas son realidades cotidianas.

Pero mientras esto ocurre en Francia, el resto de los países europeos no se mantienen de brazos cruzados, se realizan obras donde se ponen en juego los volúmenes geométricos y las figuras, como un ejercicio en la nueva corriente desde antes de la contienda.

Por su parte los Estados Unidos en esta época, (hablamos años 19231925), aún no tenía definido plenamente un estilo constructivo para expresión final de sus obras y en pleno auge de la construcción de los rascacielos la respuesta a la sociedad americana, elitista y que se empeñaba en ser moderna, era justamente el art déco, desarrollándolo y haciéndolo suyo como lenguaje de lo "moderno", vinculándolo a este repertorio en altura, tanto constructiva como decorativamente, apropiándose totalmente de los temas puramente déco: volúmenes geométricos, arcos, soles, cabras, fuentes, etc., aún cuando en la propia Francia ya había pasado de moda.

Art Decó en Latinoamérica

Los años veinte para la arquitectura latinoamericana implica una búsqueda estética y formal, donde la preferencia nueva del vidrio (cristalería), el hormigón (concreto) y el metal abren nuevos caminos, elementos básicos en los nuevos diseños, la producción en masa y la posibilidad del uso de la máquina en gran escala, capaces de acoplarse a las nuevas formas expresivas, la decoración moderna en la arquitectura se hace extensiva a todo repertorio asimilado, como ejemplo las salas de cine con el auge alcanzado por este género se convierten en promotores del gusto déco, no sólo en la concepción del edificio y su decoración sino como transmisor de nuevos cánones en cuanto a la moda y al tratamiento de la mujer con la marca de "chica fatal y platinada, con aire de misterio y atrevimiento".

En la década del treinta es ya de amplio uso , empleando formas arquitectónicas "comerciales" por la facilidad de expansión, dada a través de los cambios que se producen en la vida urbana y en la industrialización cada vez más acelerada. Como estilo fue preferido hasta casi la década del cincuenta.

Influencia en Cuba

Cuba no quedó exenta de los "tiempos modernos" y el aire de la moda nos atrapó sin excusa plausible para eludirlo. Como resultado el siglo XX cubano no sólo fue marcado con el nacimiento de una nueva centuria sino también por profundos cambios económicos, políticos, sociales al producirse la transformación de la estructura colonial capitalista del siglo XIX, lo que implicó una invasión de estilos arquitectónicos y artísticos que marcarían nuevos hitos en el plano edilicio y urbano.

Las ciudades necesitaban un cambio de "imagen" acorde a los "nuevos tiempos"; el eclecticismo, puso en juego un retomar histórico, llenando espacios con construcciones "góticas", "renacentistas", "clásicas", pero con un marcado nivel de cubanía que las hace cercanas y diferentes de las tendencias europeas, lo que invalidaría en otro contexto una correcta apreciación de la fusión cultural.

Inlfuencia en Camagüey

A pesar de estas persistencias academicistas en Cuba, y en particular en Camagüey, se asimilaron y se nutrieron en la cultura espacial y ambiental, nuevas alternativas constructivas y de diseño que antecedieron la presencia del Movimiento Moderno con sus marcados racionalismos y economías: el art déco junto a su antecesor el art nouveau, se convierten de hecho en la transición del clasicismo a la modernidad, todo a partir de un cuestionamiento de los códigos clásicos.

Al encaminar los pasos por la ciudad de Camagüey, resalta ante los ojos del transeúnte una variedad de estilos que rompen con el mito de la ciudad colonial, para asombrarnos al descubrir un elevado porcentaje de edificaciones de diversos estilos, lo que hacen aún más interesante su decursar y muestran un gusto de los principeños por lo moderno.

Dentro de esta gama estilística el art déco se inserta, logrando una adecuación a las estructuras compositivas de las fachadas tradicionales, logrando una comunicación que en el menor de los casos implica una ruptura con lo existente y de darse el hecho lo hace a través de la altura que ganan las nuevas edificaciones, pero la ciudad necesita de este lenguaje renovador que lo limpia de los lastres anteriores y que abre el paso a nuevas expresiones, necesita de la dicotomía viejo-nuevo, antiguo- moderno, tradicional-renovador.

La ciudad se devela a través de un arte a la búsqueda de la modernidad, atrapando y rescatando la decoración sin los excesos anteriores pero sin la ausencia posterior de los modernos asentados, actuando de manera transicional, nos demuestra que no fuimos capaces de escapar a su embrujo y lo asumimos hasta en los detalles mínimos de su decoración, audaz al apropiarse de espacios denotativos de un centro histórico sin que apenas la escala insinúe el cambio.

Estilo de preferencia para las viviendas especulativas que inundaron la ciudad en las décadas del treinta hasta casi alcanzar los años cincuenta y aun más, la influencia se expande a nuestros días, donde se construye todavía con elementos que fueron preconizadores del art déco, elementos que perduran degradados o formando parte de un lenguaje más popular dentro de la visión constructiva y decorativa del entorno edilicio: pretiles que de tanto escalonarse han perdido sus encantos, azulejos en la decoración de fachada e interiores ubicados de manera que imiten al rombo clásico o a elementos geométricos, pero perdiendo su propio clasicismo, rejas que simplifican su diseño hasta convertirse en un triste remedo de sus verdaderos aires.

Edificios representativos del estilo

No obstante la arquitectura déco salva sus encantos de verdadera época simbólica, para ello se vale de sus propias argucias: edificios de buena y mejor factura, arquitectos de renombre local y algunos nacionales dejan prueba de ello, nombres como el del arquitecto Claudio Muns Blanchart (catalán) a quien se debe el proyecto del Colegio Champagnat y el Hotel Puerto Príncipe, obra ésta última que prefiere como estilo el protorracionalismo; el arquitecto-ingeniero Felipe Herrero Morató a quien se debe el Teatro Alkazar, y el arquitecto-ingeniero Roberto Douglas Navarrete que incursionó en el estilo y en obras interesantes dentro del racionalismo, como el Tennis Club (actual edificio de la SEPMI) y en el Colegio de Arquitectos (actual sede del Partido Provincial), fueron algunos de los que trabajaron el tema y dejaron obras de relevancia.

El Colegio de Champagnat

Caso especial el del Colegio Champagnat: un llavín geometrizado nos introduce de lleno en un aula, los plafones dejan posar una lámpara que en su momento fue influenciada por el déco, bancos, murales, mobiliario en general fueron confeccionados con los criterios del estilo. En el mismo no fueron descuidados ni siquiera los elementos comunicativos ni escultóricos, un Cristo iluminado por un sol saliente geometrizado marcaron la vocación de un centro que desde sus orígenes se convirtió en proyecto cultural de selecta matrícula, y, después, con la Revolución y su programa educacional, amplió su diapasón escolar.

El Colegio Champagnat, construido por los Hermanos Maristas en 1942, siguiendo el proyecto elaborado por Claudio Muns Blanchart y que resumía los criterios de enseñanza planteados por el fundador de las escuelas maristas, el hermano Champagnat, sintetizaba la tradición monástica con los requerimientos de la educación y con los preceptos establecidos por el estilo déco: empleo de planta claustral, es decir, desarrollo del cuerpo del edificio en torno a un patio central al que tienen acceso la mayoría de los locales por medio de galerías de comunicación; éste patio a su vez comunica con las áreas destinadas a la práctica de los deportes siguiendo la máxima "Cuerpo sano en mente sana", cuya inscripción en latín aun se aprecia en las paredes del antiguo gimnasio.

Todo esto apoyado por un diseño cuya base fundamental era geométrica, la decoración simple y austera como corresponde al esquema educativo, cada espacio caracterizado para la actividad a desarrollar, en sus orígenes amplios laboratorios para ciencias, labores manuales, aulas, locales para albergados: incluía estudiantes y los maestros.

Combinó el empleo de técnicas viejas y nuevas: zócalo de azulejos en aulas y galería en primer nivel, mientras que en el segundo nivel se utiliza el zócalo de estuco imitando la marmolina, al igual que en dos baños (uno en el segundo nivel y otro en el tercer nivel) se empleó el escayolado imitando un trabajo en mármol, ménsulas y cartelas con formas geométricas definidas, plafones para lámparas y los detalles del piso. En fin, todo fue cuidadosamente diseñado en función del edificio.

Buena parte de estos elementos, sobre todo los decorativos, fueron bien conservados a pesar de los cambios de función que tuvo el inmueble y, en la remodelación efectuada para continuar con el uso de escuela primaria Josué País, se rescataron las ideas fundamentales del estilo y los añadidos que por lógica consecución aparecieron para adaptarla a los cambios nuevos del sistema de enseñanza, fueron bien asimilados con un respeto y adecuación al edificio original.

De este resultado aparecieron nuevas aulas que respetaron los espacios, la necesidad de marcar una comunicación que protegiese a los estudiantes y maestros del clima en el tercer nivel y que mantuvo, a pesar de la temporalidad que marcan los materiales de esta nueva galería, la geometricidad y la verticalidad planteada en el esquema inicial; la necesaria adecuación a laboratorio de computación y el trabajo de rescate de la carpintería siguieron una reconstrucción acorde al proyecto primigenio.

Por su parte, la recuperación del elemento decorativo que sobre la portada principal hacen una invitación al aprendizaje, constituyen buenos hitos en cuanto a la preservación de lo valioso de nuestro patrimonio moderno.

Otras obras de Art Déco en Camagüey

Entre las variadas y abundantes obras del art déco en Camagüey resalta por su validez una vivienda situada en la calle Andrés Sánchez y marcada con el número 304, entre Joaquín de Agüero y Benavides, obra del Arquitecto-Ingeniero Roberto Antonio Douglas Navarrete. Su propietario original fue el señor Enrique Loret de Mola y fue construida en el año 1940.

La obra incluye en su diseño elementos de marcada originalidad y donde no es desacertado plantear que tiene puntos de contacto con el movimiento expresionista. La fachada expresa movimiento a través de las terminaciones curvas que se trasladan incluso a los vanos, pilastras corridas cuya terminación escalonada y estriada dan la filiación estilística; la misma distribución de la planta y los locales introducen una frescura ajena a otras del estilo donde sólo se juega con la geometricidad y los esquemas tradicionales, aquí la planta permite coquetear con las curvas y crear áreas interiores diferentes y sensuales.

En otra de sus obras, la vivienda situada en Julio Sanguily número 556 y propiedad original de la señora Angela Balmaceda, construida en el año 1942, se sigue con elementos que caracterizan la obra del autor: empleo de pilastras escalonadas en la fachada pero con una asimetría en el diseño integrador de la misma, pretiles con complementos geométricos y friso con decoración floral, la terminación u originalidad del pretil se logra a través de una línea sinuosa cuya terminación rompe un tanto la dureza de la fachada. La planta no introduce innovaciones en cuanto a organización, aunque se aparta de la tipología común usada desde siglos anteriores para hacerla más funcional.

En rasgos más generales el art déco llegó para cambiar la imagen edilicia y modernizarla, para abrir nuevos caminos en expresiones estéticas diferentes, donde lo bello se traspola en una decoración no tan cargada y en una utilidad cada vez más marcada de las edificaciones.

Características del Art Déco en Camagüey

¿Cuáles son las características más marcadas del Art déco en esta ciudad centenaria?

Los frisos decorados con motivos florales geometrizados, con formas amorfas que tienden a la dureza; balcones que con ménsulas geométricas nos saludan a nuestros paso por las calles y que pueden incluir esta decoración o no en sus paños; rejas donde los motivos romboidales, las trencillas y los motivos rectos acusan una ruptura con los arabescos trabajados durante la etapa colonial y de república; los vanos con terminaciones adinteladas, ochavadas y escalonadas nos introducen en el misterio de una planta que se moderniza o se acopla a sus nuevos sinos; pilastras y pretiles escalonados, cubiertas planas que continúan su invasión indetenible, pero también y como nota discordante cubiertas de tejas criollas o francesas que acusan sólo una modernización de fachadas manteniendo una planta tradicional.

Pero recuerda también que en edificaciones excepcionales o relevantes todos los detalles fueron estudiados, desde la fachada y cada elemento componente hasta el espejo del baño, pasando por plafones para lámparas, llavines, mobiliario, grifería, pisos en forma de tablero de ajedrez, colores, en fin, toda la gama compositiva fue explotada y aprovechada en aras de un fin decoroso que aún nos asombra y nos pone a tono con esos tiempos donde el lujo, el fausto, la velocidad fueron sueños que ilusoriamente estaban al alcance de las manos.

Estas son pequeñas pinceladas del déco camagüeyano, tema de estudio incipiente y línea de interés fundamental del Grupo Provincial DOCOMOMO (Grupo para la Conservación de las Obras del Movimiento Moderno).

Su rescate, datación y divulgación, se hacen cada vez más necesarios para preservar un patrimonio reciente, pero insustituible dentro de la trama de la ciudad tradicional cuyos aires de modernidad impusieron una nueva escala y criterios en cuanto a formas y funciones.

Fuente