Asesinato de la familia Romero

Asesinato de la familia Romero
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Lugar en que fueron asesinados. Las tres cruces marcan los lugares en que estaban los cuerpos.
Fecha:2 de julio de 1962
Lugar:Finca San José de Altamira, Trinidad, Bandera de Cuba Cuba.
Descripción:
Asesinato de tres integrantes de una familia campesina por la banda de Julio Emilio Carretero.
Líderes:
Julio Emilio Carretero Escajadillo
Ejecutores o responsables del hecho:
Banda de alzados contrarrevolucionarios cubanos en el Escambray.

Asesinato de la familia Romero.Durante los años 1959 a 1965 el enfrentamiento clasista en Cuba tuvo su manifestación más violenta en la Lucha Contra Bandidos que se desarrolló en todas las provincias del país; pero con mayor agudeza en la antigua provincia de Las Villas principalmente en la región del Escambray, donde se unieron batistianos, seudo revolucionarios, lumpens, elementos condundidos y otros que se sintieron de alguna forma afectados por las leyes dictadas por la Revolución.

Con este artículo se pretende dar una imagen, lo más real posible, de un hecho que ocurrió a una familia campesina que fue víctima de uno de los más crueles asesinatos ocurridos en esta etapa. Para esto utilizaremos testimonios de integrantes de la misma, de algunos vecinos y de personas que se relacionaron con ellos en el transcurso de la vida.

Situación en el Escambray

Si bien al Escambray llegaron contrarrevolucionarios procedentes de las distintas zonas de Cuba, los vecinos del lugar se vieron implicados en la difícil situación de habitar en el escenario donde actuaban dos fuerzas contendientes, cada una de las cuales exigía un compromiso: muchos se sumaron a las filas revolucionarias, otros tomaron el camino del bandidismo y no pocos asumieron la doble posición de cooperar con ambas fuerzas. Dándose el caso de que en una misma familia se adoptaron posiciones contrarias entre sí.

Como parte de de la propaganda subversiva, primero circularon rumores difamatorios sobre el comunismo, que le quitaban los hijos a la gente y los mandaban para Rusia, que en el comunismo había que compartir hasta la mujer, que los americanos no iban a permitir esas ideas en Cuba, hasta se decía que la vacuna contra la poliomielitis era para lavar el cerebro de los niños. Debido a la ignorancia que existía, muchos infelices creyeron esas mentiras. Por otra parte, algunos de los contrarrevolucionarios, habían luchado contra Batista, y les decían a los campesinos que había que volverse a alzar pues los habían engañado, con lo que algunas personas se comprometieron con el bandidismo.

En la zona de Meyer la propaganda contrarrevolucionaria tuvo más auge en aquellos tiempos porque el administrador no actuó correctamente y con su mal proceder y con una postura abiertamente oportunista justificaba las mentiras del enemigo. Como representante de la Revolución en la zona lo menos que hizo fue portarse como un revolucionario.

Cuando en la zona donde vivía la familia Romero la contrarrevolución cogió auge algunos elementos trataron de confundir a Pío y a Regino hablándoles mal de la Revolución.

El jefe de la contrarrevolución en el Escambray era Osvaldo Ramírez. Él había sido capitán del Directorio Revolucionario cuando la lucha contra Batista. Osvaldo Ramírez y Pío se conocían desde antes de la insurrección porque Osvaldo tenía un camión con el que tiraba madera por las lomas del Escambray, además, a los dos les gustaban mucho los gallos y Pío tenía una gallería en Cupeye.

Osvaldo al triunfo de la Revolución estuvo destacado en La Habana, allá tuvo problemas, lo mandaron para acá y estando de jefe del puesto de Caracusey trató de desalojar a unos campesinos que autorizados por el Che habían ocupado unas tierras de un terrateniente desde antes que Batista se fuera. Eso repercutió en todo el Escambray y a partir de ese momento Pío le perdió toda la confianza.

Pío era un hombre de moral y de prestigio, todos los vecinos le tenían estimación y lo respetaban. Los bandidos al principio buscaban que personas de cierto arrastre los ayudaran, por lo cual la familia Romero se convirtió en un objetivo de los contrarrevolucionarios, para tratar de captarlos para sus ideas contrarrevolucionarias, lo cual no lograron.

El 17 de enero de 1961 cuando vivían en Cupeye se apareció por la casa de los Romero el bandido Osvaldo Ramírez con una tropa de unos cuarenta hombres entre los que se encontraban Roberto Moreno, Andrés Martínez, Israel Salinas, Mongo Jaime, Felucho Lemus, Zenén Bárzaga y otros. Ellos llegaron, pusieron sus postas, y preguntaron por José Pío, quien estaba para Santa Clara y pidieron comida.

Según recuerda Regino Romero Rojas:

"llegaron como a las nueve de la noche con Israel Salinas de práctico. Estaban extenuados pues recientemente habían asesinado en Las Tinajitas a Conrado Benítez y a un campesino con lo que se buscaron la persecución incesante de las milicias, que no les daban tregua y el propio Comandante en Jefe Fidel Castro, estaba al frente de las operaciones. “Aquella noche les tuvimos que hacer comida, al otro día me monté en un mulo y fui para la Comandancia de Manacal donde estaba de jefe de puesto un compañero que le decían Corea, allí di cuenta de lo que había pasado, llamaron al Comandante Escalona que era el jefe principal, este vino en un helicóptero y me dijo que montara para que le señalara el lugar donde creía que estaban los bandidos. Yo me conozco todo aquello al dedillo, le indiqué el sitio y los posibles lugares de acceso al mismo, regresamos a Condado y encontramos al Caballo de Mayaguara, de ahí fuimos para la Gloria a ver al Comandante Pinares y se acordó tirara un cerco por el camino de Limones hasta dicho lugar”.

Según el testimonio de Gustavo Castellón, conocido como “El Caballo de Mayaguara”:

“El lugar era malo para un cerco, así que fuimos directo a enfrentarnos. Por un costado de la loma fue Orestes Guerra y por otro, Israel Pardo, dirigiendo cada uno un grupo. Todo eso después que le expliqué a Pinares la situación del lugar. Y al romper los claros del día les caímos arriba.

El primer hombre en llegar fue Pinares que les partió de frente. Los bandidos estaban en un bajío y tenían una posta en el tope de una loma con una calibre 50 instalada. Mientras los bandidos dormían a pierna suelta, las postas también se habían quedado dormidas, y Pinares, que era un hombre muy valiente, se fue arrastrando contra el suelo para no ser visto, llegó y encañonó al que estaba de guardia y lo desarmó, pero aquel negro gordo tiene que haberse cagado, porque metió un grito que retumbó en todo aquello.

Los bandidos que lo oyen, se dan cuenta de lo que ocurría y se formó el combate a quemarropa. Allí tiró tiros todo el mundo. Era un combate cuerpo a cuerpo (…). Bueno se capturaron veintiún bandidos vivos y cinco muertos”.

Cuando Pío regresó de Santa Clara, al conocer todo lo que había pasado y la decisión que había tomado la familia en su ausencia, dio su total aprobación y le narró a su esposa contó lo que se decía sobre el asesinato de Conrado Benítez; hablaba con indignación.

Ya a partir de ese momento en la casa de Pío siempre había cuatro o cinco milicianos y aunque estos tenían su suministro desayunaban, almorzaban y comían con el resto de la familia. También el Comandante Pinares los visitaba a cada rato. Sus visitas eran muy cortas, debido a sus responsabilidades militares. Otras veces mandaba a buscar a Pío y así, se hizo muy amigo de la familia.

Después que acaba la limpia el Comandante Pinares le dijo a mi papá que él le iba a gestionar una permuta para Pinar del Río, por una cantidad de tierra igual, con cafetales y todo, para que viviera allá tranquilo con nosotros porque las milicias se tenían que ir del Escambray, pero aún quedaban bandidos escondidos por estas lomas y se volverían a reorganizar otra vez, que era mejor aceptara irse porque estaba en peligro de muerte; pero mi papá le dijo que prefería quedarse antes de ser un cobarde y salir huyendo, abandonando todo lo que había logrado durante su vida de trabajo y sacrificios.

Según el testimonio de Paula Romero Rojas esta recuerda:

"que cuando los milicianos salieron de la casa de nosotros empezamos a llorar y a dar gritos y salimos detrás de ellos; pero mi papá nos gritó con genio: “¡Ya está bueno de cobardía, coño! y nos quedamos. Otros en nuestro lugar se hubieran ido; pero nosotros no, teníamos que aguantar al lado de mi papá que no dejaba irse a nadie".

Después que los bandidos vuelven a coger fuerza empezaron a rondar cerca de la casa, a veces los muchachos o el propio Pio notaban los rastros por donde cruzaban, también nos llegaron comentarios de que nos tenían en un lista negra. Alguna gente nos aconsejaba dejar el lugar, pues era conocida nuestra posición como revolucionarios.

A mucha insistencia y más por la familia que por otra cuestión, José Pío decide permutar con el Estado las tierras de Cupeye por otras en Martinó, que queda por Manacal, en la cabeza del puente sobre el río Agabama.

Mientras se concluía la casa en la nueva propiedad la familia se trasladó vivir a la finca colindante con San José de Altamira que era donde trabajaba Eustaquio, en ese tiempo las mujeres dormían en los almacenes de café y los hombres en la casa de maíz, es entonces que se va para Trinidad, con una hermana bella que vivía en la Chanzoneta. Luego Regino fue con su mujer e hijos para un lugar que decían La Pangola, cerca de Bijabo.

Unos meses después nombraron a Eustaquio interventor de la finca pasando todos a habitar a la casa vivienda, por lo que mejoraron las condiciones y Ana regresó con la familia.

¿Quiénes eran los Romero?

José Pío Romero Rojas.
Ana Romero Rojas.

Durante la lucha insurreccional en la zona del Escambray donde vivía esta familia, sus integrantes se vincularon al cumplimiento de diferentes tareas revolucionarias. Todas las tropas que pasaban por La Ceiba almorzaban y comían en la casa de los Romero, desde los primeros rebeldes hasta el Che Guevara ya que había mucha confianza en ellos. Luego al desarrollarse el movimiento contrarrevolucionario en la región, se mantuvieron firmes en sus principios participando activamente en la lucha contra bandidos.

José Pío Romero fue beneficiado con la ley de Reforma Agraria, al otorgársele la propiedad de una caballería de tierra en Cupeye. ¡Esa fue la alegría más grande que él recibió!

Esta era una familia noble y servicial a cuya casa todo el que llegara era bienvenido y bien atendido. Con los maleantes ellos no ligaban; pero con la gente honrada era otra cosa, pues tuvieron que luchar mucho con la vida desde pequeños. Eran la verdadera representación de los campesinos cubanos en aquellos tiempos.

José Pío y Pastora Rojas Fonseca eran primos, en aquella época era muy común en el campo los matrimonios entre familias, desde muy jóvenes se enamoraron y después se casaron. Su primer hijo fue una niña que se murió, solo tuvieron un hijo varón, nombrado Bartolo y dos hijas: Paula y Teodora.

Pío se dedicaba el cultivo del café, frutos menores, criaba algunos puercos, algunas vaquitas y dos o tres bestias para montar. Los puercos eran escondidos porque el mayoral no dejaba que se ligara el prieto con el colorado, decía que se echaba a perder la cría. Para cocinar hacíamos carbón y al dueño había que pagarle el pie de monte, también se le daba una parte de los demás cultivos que cosechábamos.

En la vida de José Pío la familia, el trabajo, la justicia y la amistad eran motivos principales. La familia para él siempre fue muy importante la presencia de sus seres queridos, era como un punto de unión de todos. Además de sus hijos y Pastora sentía un especial amor por su madre, sus hermanos, sus sobrinos y otros familiares.

Ana toda la vida estuvo al lado de mi padre, nunca se casó y a los sobrinos los atendía constantemente como si fuera una madre. Si uno se enfermaba ahí estaba su lado hasta que se pusiera bien, lo cuidaba como una enfermera y estaba al tanto de los remedios que había que darle. Lo mismo recogía café, chapeaba una guardarraya, ordeñaba una vaca, se montaba en un caballo, cargaba un mulo de viandas y lo llevaba para la casa.

Además, era una persona muy educada, jamás le faltaba el respeto a nadie, ni a los muchachos, según le gustaba que la trataran así ella trataba a los demás.

Eustaquio poseía mucha facilidad para trabajar con ganado las lomas. Él era alto, delgado, muy ágil para todo. Aunque casi analfabeto era muy conversador. Le agradaba la música mexicana. En Meyer le pusieron el peliblanco. Se crió en la finca "Sal si Puedes" en Limones Cantero. La escuelita quedaba muy lejos y tenían un solo caballo no pudieron él y su hermano asistir a la misma. Además lo que se iban haciendo mayorcitos tenían que ayudar a mi papá en el trabajo. Después cada cual se buscó su propia vida.

Los motivos del asesinato

Los bandidos en el Escambray cometieron muchos crímenes, pero uno de los más horribles fue el asesinato de la familia Romero el 2 de julio de 1962, allí asesinaron a José Pío Romero Rojas, a Ana Romero Rojas y a Eustaquio Polo Romero. A ellos los asesinan por ser revolucionarios, porque cómo fueron pobres toda la vida, vieron en la Revolución una esperanza, una luz capaz de cambiar su hasta ese momento, desgraciada existencia.

La familia Romero era un estorbo para los planes de la contrarrevolución porque nunca olvidaron las dificultades por las que atravesó anteriormente, una familia que nunca estuvo de acuerdo con aquellos desmanes. Fueron auténticos, fueron ortodoxos y cuando comienza la lucha insurreccional participaron directamente en ella. Posteriormente fuimos beneficiados con la Ley de Reforma Agraria y se integraron a las organizaciones revolucionarias, a la vigilancia y a todas las actividades que eran propias de la Revolución. En la casa de esta familia comían las milicias cuando estaban de paso, todos los jóvenes eran milicianos y operaban contra las bandas, Ana fue la fundadora de la Federación de Mujeres Cubanas en aquella zona y Eustaquio trabajaba con la Seguridad del Estado. Esta familia se convirtió en una piedra en el camino de los contrarrevolucionarios a tal extremo que optaron por eliminarlos físicamente para sembrar el terror y así amedrentar a los revolucionarios.

Cuando la ofensiva grande contra las bandas contrarrevolucionarias en 1961, a Carretero fue herido en un hombro en una emboscada y este culpó a los Romero, porque según él estos lo habían denunciado a las milicias.

A la familia Romero y a otros tantos pobladores de la zona los bandidos del denominado Frente Nacional Democrático, los incluyeron en una denominada Lista negra, que decía:

"FRENTE NACIONAL DEMOCRATICO

ATENCIÓN, ATENCIÓN, ATENCIÓN:

A todos los patriotas que luchan en la clandestinidad contra el comunismo que oprime a nuestro pueblo y desangra nuestra economía se les hace saber por el siguiente manifiesto que la hora cero se acerca por lo cual se les hace saber el nombre de todos los que hasta ahora se han dedicado a chivatear a los patriotas que no se han querido someter al yugo rojo que ha vejado a nuestro pueblo mediante la amenaza y la coacción. Todos estos nombres aparecen a continuación, están condenados a muerte y deben ser chequeados para el momento oportuno ser ajusticiados inmediatamente, no así las mujeres y los niños que deben ser detenidos y entregados a las autoridades patrias.

Orlando y Orestes Castañeda, violadores de campesinos, ladrones de puercos y ganados y saqueadores de casas.

Julio González y Florinda Meneses, chivatos y comunistas, los hermanos de estos han fusilado a muchos patriotas en el paredón.

Emiliano Mantequilla, su yerno Lito y familia, comunistas y chivatos, Yoyo Sotolongo, Ismael León, Fernando, Mongo Ponce, Gerardo León, Pío y Regino Romero, Aguedo Lara, Daniel Rodríguez, Florencio Vigoa, Manuel González, el de la tienda de Meyer, José Ramón Ruíz, Ramón el de la cooperativa, El Congo Sotolongo, comunista y chivato, los Cambas de Meyer, milicianos y chivatos, Titico Fernández, miliciano, comunista y chivato. Joseito Ortega y familia, milicianos y chivatos, Abad Fernández, interventor, comunista y chivato, Servando Martínez, (Titico), Dargelio Rosas, Jaime Guardarramas, Joaquín Enrique e hijos, comunistas y chivatos, Pepe Campos, Joseíto Carmendía, Abaito el de la guarina, Emilio Pelegrín, Julián y familia, los que viven en Pascualito, chivatos y comunistas y algunos nombres más que se enviarán en otra lista negra."

Día del asesinato

El 2 de julio de 1962 cerca de quince bandidos se dirigieron hacia la casa de la familia de José Pío Romero, a la cual llegaron cerca de las cinco y media de la tarde, permaneciendo escondidos hasta las siete o las ocho de la noche, en que penetraron en la vivienda

En la vivienda penetró Blas Marín con otros siete bandidos, quedándose Alberto Cruz, Macho Martínez y cinco hombres más rodeando la casa.

Blas Marín junto con tres bandidos entró preguntando por “el peliblanco” que era el apodo de Eustaquio. Sacaron a José Pío a fuerza de golpes hacia el exterior, acribillándolo a balazos. Los bandidos que se habían quedado fuera fueron hacia la vivienda y sacaron a Eustaquio y a Ana a fuerza de golpes. Eustaquio primero trató de confundirlos; más no pudo, lo levantaron de la hamaca golpeándole, a lo que este respondió con los puños. También le preguntaron donde tenía los fusiles.

Ya fuera de la vivienda a Eustaquio le entraron a puntapiés y culatazos, quien dijo:

”si chico, yo soy Eustaquio Polo Romero y que viva Fidel Castro”

, ante lo cual fue acribillado a balazos y rematándole clavándole una bayoneta en el cuello. A Ana también la golpearon y le dispararon a mansalva.

Después de hecho esto Macho Jiménez conminó a uno de los bandidos a que le apretara los órganos genitales a Pío Romero, quien ya estaba casi muerto, rematándole haciéndole una veintena de disparos.

Por su parte Blas Marín la emprendió a culatazos con Pastora, la esposa de Pío, a la que le fracturaron un omóplato, a Teodora, una de las hijas, de tan solo 12 años de edad, le dieron tan fuerte en el pecho que le afectaron un seno y a Paula, la otra hija le propinaron un puñetazo por la cabeza que en la caída se fracturó la clavícula.

Bartolo Romero Rojas, hijo de José Pío, quien se encontraba durmiendo cuando los bandidos irrumpieron en la casa, en el último cuarto tuvo tiempo a coger un machete con el cual defenderse, pero su madre le dice:

”muchacho no hagas eso que entonces si va a ser terrible”

le pidió que se acostara en la cama pensando que no iba a suceder lo peor, cuando llegó un grupo de bandidos poniéndole el cañón de un arma en la cabeza. Pastora les expresó que este era un trabajador de la finca que llevaba unos días enfermo; pero uno de los bandidos nombrado Leonel Martín dijo:

”este tiene cara de Romero”

y como los que estaban allí no le conocían Carretero dijo que lo dejaran que no era de la familia.

La esposa de Pio y sus dos hijas logran escapar corriendo del lugar, a pesar de los disparos que les efectuaron los bandidos al darse cuenta.

Por su parte Bartolo Romero Rojas también logra escapar de la persecución de los bandidos, quienes le pierden en la oscuridad de la noche y la maleza.

Angel Reinaldo Rojas Romero y Ulampio Polo Romero quienes habían salido de la vivienda antes que irrumpieran en ella los bandidos, también lograron escapar.

Al retirarse del lugar los bandidos no satisfechos con haberle dado muerte a tres integrantes de esta humilde familia campesina, hicieron unas descargas al aire y sobre los muertos dejaron una nota que decía: “A estos los cogió la rueda de la Carreta, con lo cual le atribuían esta masacre a la banda de Carretero.

Los primeros que llegaron al lugar de los hechos fueron Domingo González y Aniceto Pérez, que eran vecinos de Manacal.

Así fueron llegando otros vecinos, después vino la milicia de Fomento y como a las nueve de la mañana llegaron Luis Felipe Denis, de la Seguridad y Rubén Zayas que trabajaba en el tribunal de Trinidad.

La crueldad de los bandidos había sido tal, que Ana tenía los muslos y los senos apuñaleados y había recibido doce impactos de bala. Eustaquio estaba igualmente apuñaleado y un rafagazo le había desprendido la mitad de la cabeza, Pío además de los bayonetazos y disparos tenía un brazo partido por tres lados, con todos se habían ensañado los bandidos, demostrando así los sentimientos criminales que guiaban sus actividades.

El sepelio

Fueron velados en la antigua Sociedad de Condado, actual Círculo Social. El entierro, fue uno de los más grandes que ha habido, se les hicieron todos los honores militares. El Comandante Juan Almeida Bosque despidió el duelo y prometió que los bandidos pagarían lo que hicieron a esta y a otras familias del Escambray.

Palabras del comandante Juan Almeida Bosque en el sepelio de la familia Romero

Compañeros y compañeras:

En el día de hoy se me ha encomendado la dolorosa y difícil misión de despedir el duelo de tan queridos e inolvidables hijos de nuestro pueblo. Son ellos Ana, Pío y Eustaquio. Estos tres honestos campesinos trabajaban sin descanso en sus queridas y amadas tierras. También apoyaban el proceso revolucionario en todos sus aspectos, desde la insurrección hasta los momentos actuales.

El día 2 de julio del año 1962, la familia Romero, luego de terminar de comer se encontraba conversando animadamente al igual que en días anteriores; pero en esta ocasión el desenlace final fue distinto totalmente, decimos que fue distinto, porque en esta oportunidad, las manos asesinas de bandidos inhumanos, segaron para siempre las valiosas vidas de estos tres queridos compañeros.

Hoy nosotros nos preguntamos ¿Acaso creen los muy imbéciles que intimidarán a nuestros campesinos? Pues nosotros podemos responderles sin temor a equivocarnos: ¡Que no! ¿Acaso creen que intimidarán a nuestro pueblo? Pues nosotros podemos responderles sin temor a equivocarnos: ¡Que no! Única y exclusivamente podrán conseguir con estos crímenes el odio, la repugnancia y una inmensa sed de venganza. Y estos honrosos revolucionarios integrarán las páginas de nuestra historia, como mártires de nuestro pueblo.

Que no piensen los muy cretinos que van a interrumpirnos en la marcha hacia el socialismo, que no se imaginen ni por un instante que van a destruir nuestra Revolución, si no al contrario, cada día seremos más fuertes, y nuestros hermanos caídos nos servirán de acicate yde ejemplo en la continuación de nuestras luchas y por cada uno de nuestros muertos surgirán nuevas semillas capaces de llevar adelante los ideales más puros y justos de la humanidad: El Marxismo-Leninismo.

¡Vivan nuestros hermanos caídos! ¡Viva la Revolución!

¡Patria o Muerte!¡Venceremos!

La captura de los autores

Este hecho terrorista conmovió de tal forma a la población de la zona que a partir de entonces gente que aparentemente se había mantenido al margen de la Revolución ingresaron en las unidades de Lucha Contra Bandidos y no se desmovilizaron hasta que se produjo la eliminación total del bandidismo.

En el crimen de los Romero tuvo participación también el colaborador de bandidos Alejandro Santana Rodríguez, el que ayudó a torturar a Pío Romero y que capturado el 17 de julio fue sometido a juicio sumario y condenado a la pena máxima.

Julio Emilio Carretero, quien fue el autor principal del crimen fue capturado mediante la Operación Trasbordo realizada por los Órganos de la Seguridad del Estado.

Leonel Martínez era uno de los jefes de bandidos reconocidos por la CIA. Cuando Tomás San Gil asumió la jefatura de todos los bandidos Leonel fue nombrado comandante al mando de la zona de operaciones número dos. Para este ascenso le valió entre otras fechorías su participación protagónica en el asesinato de la familia Romero. Fue ubicado mediante un efectivo trabajo de los Órganos de la Seguridad del Estado y resultó herido de gravedad durante el operativo de las fuerzas del LCB. Murió en el hospital de Trinidad mientras se le brindaba atención médica.

Testimoniantes:

  1. Belarmino Aladro Cornelio: Amigo de José Pío Romero.
  2. Regino Romero Rojas: Hermano de José Pío y de Ana. Colaborador del Ejército Rebelde.
  3. Pastora Rojas Fonseca: Viuda de José Pío Romero. Colaboradora del Ejército Rebelde.
  4. Juan Rojas Fonseca: Hermano de Pastora Rojas.Colaborador del Ejército Rebelde.
  5. Bartolo Romero Rojas: Hijo de José Pío Romero. Combatiente de la Lucha contra Bandidos.
  6. Angel Reinaldo Rojas Romero: Sobrino de José Pío y de Ana. Combatiente de la Lucha Contra Bandidos.
  7. Edelto Polo Romero: Hermano de Eustaquio. Combatiente de la Lucha Contra Bandidos.
  8. Paula Romero Rojas: Hija de José Pío Romero.
  9. Raquel Cornelio Pérez: Combatiente del Ejército Rebelde.
  10. Alberto del Cristo Álvarez: Mensajero del Ejército Rebelde.
  11. Hipolito Rodríguez González: Combatiente de la Lucha Contra Bandidos. Oficial del MININT.
  12. Guillermo Salabarría González: Combatiente de la Lucha Contra Bandidos.
  13. María Pérez Caballero: Esposa de Regino Romero. Colaboradora del Ejército Rebelde.
  14. José Ramón Ruiz Medinilla: Combatiente del Ejército Rebelde.
  15. Ulampio Polo Romero: Hermano de Eustaquio.
  16. Justo Herrera: Ex-Oficial del D.S.E.
  17. Tirso Escalante Rodríguez: Práctico del Ejército Rebelde.Combatiente de la Lucha Contra Bandidos.
  18. Felo: Seudónimo de un agente del D.S.E infiltrado entre los bandidos.
  19. Aquilino Rojas Romero: Sobrino de José Pío y de Ana. Combatiente de la Lucha Contra Bandidos.
  20. Juan E. Salinas Naranjo: Combatiente de la Lucha Contra Bandidos y auxiliar del D.S.E.

Fuentes

  • Entrevista hecha por Lidisve León Martínez a Bartolo Romero.
  • Archivo Museo Nacional L.C.B.: Datos sobre campesinos asesinados por las bandas contrarrevolucionarias 15 de febrero de 1966.
  • Orihuela, Roberto: Nunca fui un traidor. Retrato de un farsante. Edición Capitán San Luis. Ciudad de La Habana. Cuba. 1991.
  • Navarro, Osvaldo: El Caballo de Mayaguara. Editorial Letras Cubanas. Ciudad de La Habana. Cuba. 1984.
  • Archivo Museo Nacional L.C.B.: Denis, Luis Felipe. Entrevista.
  • Archivo Museo Nacional L.C.B.: Lorenzo, Orlando. Entrevista.
  • Archivo Museo Nacional L.C.B.: Una cualidad en la lucha. La memoria de un oficial.
  • Archivo Museo Nacional L.C.B.: Denis, Luis Felipe. Relato.
  • Archivo Museo Nacional L.C.B.: Frente Nacional Democrático. Proclama.