Diferencia entre revisiones de «Asesinato de los Mártires el 28 de Diciembre»
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Juan Ramón Ochoa Núñez que era el chofer del capitán Ángel Sotomayor conocido por (Ango) le manifiesta la idea de pedirle armas al rico hacendado Francisco Lima Delgado “el grande”, como lo llamaban algunos de sus servidores que por su situación económico y ascendencia política de origen reaccionario era hombre fuerte del dictador Fulgencio Batista en la zona, quien habíavenido colaborando de diversas formas con el Ejército Rebelde.La idea no es acatada como buena por el resto de los compañeros del movimiento clandestino de la ciudad y al no ponerse de acuerdo, seis compañeros deciden regresar a la comandancia de San Joaquín y Juan RamónOchoa le expresa la idea al comandante Eduardo Sardiñas (Lalo) el cual estuvo de acuerdo y para la ejecución del plan les pide a Reynaldo Bermúdez Rodríguezy a José AguirreGómez, que lo acompañen en la difícil yriesgosa misión. Esa misma noche hablaron conAlberto del Val, hombre de confianza de Lima. | Juan Ramón Ochoa Núñez que era el chofer del capitán Ángel Sotomayor conocido por (Ango) le manifiesta la idea de pedirle armas al rico hacendado Francisco Lima Delgado “el grande”, como lo llamaban algunos de sus servidores que por su situación económico y ascendencia política de origen reaccionario era hombre fuerte del dictador Fulgencio Batista en la zona, quien habíavenido colaborando de diversas formas con el Ejército Rebelde.La idea no es acatada como buena por el resto de los compañeros del movimiento clandestino de la ciudad y al no ponerse de acuerdo, seis compañeros deciden regresar a la comandancia de San Joaquín y Juan RamónOchoa le expresa la idea al comandante Eduardo Sardiñas (Lalo) el cual estuvo de acuerdo y para la ejecución del plan les pide a Reynaldo Bermúdez Rodríguezy a José AguirreGómez, que lo acompañen en la difícil yriesgosa misión. Esa misma noche hablaron conAlberto del Val, hombre de confianza de Lima. | ||
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El día [[27 de diciembre]] por la mañana, Juan Ramón Ochoa Núñez en compañía de Alberto del Val más conocido como Beto localizan a Lima dirigiéndose hasta su casa ubicada en Cucalambé esquina Villalón y de ahí parten a la cafetería El Confort, donde sostienen la entrevista sobre los preparativos para la entrega de las armas. | El día [[27 de diciembre]] por la mañana, Juan Ramón Ochoa Núñez en compañía de Alberto del Val más conocido como Beto localizan a Lima dirigiéndose hasta su casa ubicada en Cucalambé esquina Villalón y de ahí parten a la cafetería El Confort, donde sostienen la entrevista sobre los preparativos para la entrega de las armas. | ||
En esta entrevista participan Juan RamónOchoa Núñez, Alberto del Val (Beto), Francisco Lima y el chofer de este de apellido Montes de Oca. En esta reunión quedó acordado que Francisco Lima llevaría las armas hasta la salida de Cuatro Caminos, a varios kilómetros de la ciudad, ya que hasta allí el ejército no llegaba y sería más fácil y con menos riesgos la operación. | En esta entrevista participan Juan RamónOchoa Núñez, Alberto del Val (Beto), Francisco Lima y el chofer de este de apellido Montes de Oca. En esta reunión quedó acordado que Francisco Lima llevaría las armas hasta la salida de Cuatro Caminos, a varios kilómetros de la ciudad, ya que hasta allí el ejército no llegaba y sería más fácil y con menos riesgos la operación. | ||
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La conversación que sostuvo Lima con el capitán René González, el cabo Avón, Gómez Camejo y otros en la capitanía provocó una actitud colérica del funesto sargento Juan Soto manifestando “ esta burla no la podemos tolerar” y mandó a formar una compañía de soldados y partieron hacia el chalet de los Limas. Juan Ramón en ese lapso de tiempo se va para casa de Kaíruz situada en Rubí esquina Francisco Vega, siendo el último contacto que tienen ambos compañeros. A las dos de la tarde regresan Juan Ramón Ochoa Núñez, Reynaldo BermúdezRodríguez, José Aguirre Gómezy el chofer Rolando González a recoger las armas prometidas. Al llegar los tres primeros se desmontan y penetran en la casa, quedándose Rolando en el carro con el motor funcionando. Lima los saluda y les dice que sólo tiene dos ametralladoras en la casa y que debe ir al cuartel un momento a buscar el resto, que mientras tanto, Alberto el hombre de su confianza se quedará con ellos garantizando con su persona el cumplimiento del compromiso. Los jóvenes confían en su palabra y lo dejan marchar. Pasados unos 20 minutos comienza la llegada de unos 100 efectivos del ejército batistiano rodeando varias cuadras y ocupando las azoteas de varias casas cercanas donde se encontraban los combatientes revolucionarios. | La conversación que sostuvo Lima con el capitán René González, el cabo Avón, Gómez Camejo y otros en la capitanía provocó una actitud colérica del funesto sargento Juan Soto manifestando “ esta burla no la podemos tolerar” y mandó a formar una compañía de soldados y partieron hacia el chalet de los Limas. Juan Ramón en ese lapso de tiempo se va para casa de Kaíruz situada en Rubí esquina Francisco Vega, siendo el último contacto que tienen ambos compañeros. A las dos de la tarde regresan Juan Ramón Ochoa Núñez, Reynaldo BermúdezRodríguez, José Aguirre Gómezy el chofer Rolando González a recoger las armas prometidas. Al llegar los tres primeros se desmontan y penetran en la casa, quedándose Rolando en el carro con el motor funcionando. Lima los saluda y les dice que sólo tiene dos ametralladoras en la casa y que debe ir al cuartel un momento a buscar el resto, que mientras tanto, Alberto el hombre de su confianza se quedará con ellos garantizando con su persona el cumplimiento del compromiso. Los jóvenes confían en su palabra y lo dejan marchar. Pasados unos 20 minutos comienza la llegada de unos 100 efectivos del ejército batistiano rodeando varias cuadras y ocupando las azoteas de varias casas cercanas donde se encontraban los combatientes revolucionarios. | ||
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Rolando González se percata del movimiento envolvente de los esbirros y sólo tiene tiempo de indicarles a los muchachos la proximidad de los soldados, quienes también los habían visto a través de una persiana, acelera el yipi y se aleja del lugar, mientras sus compañeros trataban de ocultarse en la parte alta del interior de la vivienda. Seguidamente se escuchó un disparo, y Alberto del Val“Beto”, salió corriendo de la casa con los brazos en alto y se identifica verbalmente ante los soldados del cerco señalándoles hacia la azotea, donde habían corrido los jóvenes buscando protección. | Rolando González se percata del movimiento envolvente de los esbirros y sólo tiene tiempo de indicarles a los muchachos la proximidad de los soldados, quienes también los habían visto a través de una persiana, acelera el yipi y se aleja del lugar, mientras sus compañeros trataban de ocultarse en la parte alta del interior de la vivienda. Seguidamente se escuchó un disparo, y Alberto del Val“Beto”, salió corriendo de la casa con los brazos en alto y se identifica verbalmente ante los soldados del cerco señalándoles hacia la azotea, donde habían corrido los jóvenes buscando protección. | ||
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==Fuentes == | ==Fuentes == | ||
*Manuel Ramón Escobar Almaguer (Combatiente del Ejército Rebelde) | *Manuel Ramón Escobar Almaguer (Combatiente del Ejército Rebelde) | ||
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* Laudelio Reyes Gutiérrez (Combatiente del Ejército Rebelde) | * Laudelio Reyes Gutiérrez (Combatiente del Ejército Rebelde) | ||
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Revisión del 12:39 26 mar 2015
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Asesinato de los Mártires el 28 de Diciembre. Tres jóvenes combatientes intentan conseguir armas a través de un simpatizante de la revolución que luego los delata y son masacrados por más de una docena de soldados batistianos.
Historia
Entre el 20 y el 24 de diciembre de 1958, llegan a la ciudad de Victoria de Las Tunas, un grupo de nueve rebeldes procedentes de las tropas que se encontraban en los alrededores, pertenecientes a la columna 12 del IV Frente Oriental “Simón Bolívar”. La finalidad del grupo era realizar algunas acciones en coordinación con el M-26-7, que les permitiera obtener algunas armas para incrementar la lucha. El día 26 de diciembre se reúnen y analizan la situación, pues algunas de las actividades no se habían podido efectuar, entre ellas la ocupación de armas de la zona fiscal donde había unos 6 fusiles, el cabo Saborit era el jefe de la custodiay se había comprometido a facilitar el acceso al lugar, ciertas manifestaciones y movimientos de Saborit sembraron la desconfianza en los jóvenes revolucionarios y decidieron cambiar el plan.
Juan Ramón Ochoa Núñez que era el chofer del capitán Ángel Sotomayor conocido por (Ango) le manifiesta la idea de pedirle armas al rico hacendado Francisco Lima Delgado “el grande”, como lo llamaban algunos de sus servidores que por su situación económico y ascendencia política de origen reaccionario era hombre fuerte del dictador Fulgencio Batista en la zona, quien habíavenido colaborando de diversas formas con el Ejército Rebelde.La idea no es acatada como buena por el resto de los compañeros del movimiento clandestino de la ciudad y al no ponerse de acuerdo, seis compañeros deciden regresar a la comandancia de San Joaquín y Juan RamónOchoa le expresa la idea al comandante Eduardo Sardiñas (Lalo) el cual estuvo de acuerdo y para la ejecución del plan les pide a Reynaldo Bermúdez Rodríguezy a José AguirreGómez, que lo acompañen en la difícil yriesgosa misión. Esa misma noche hablaron conAlberto del Val, hombre de confianza de Lima.
Los hechos
El día 27 de diciembre por la mañana, Juan Ramón Ochoa Núñez en compañía de Alberto del Val más conocido como Beto localizan a Lima dirigiéndose hasta su casa ubicada en Cucalambé esquina Villalón y de ahí parten a la cafetería El Confort, donde sostienen la entrevista sobre los preparativos para la entrega de las armas. En esta entrevista participan Juan RamónOchoa Núñez, Alberto del Val (Beto), Francisco Lima y el chofer de este de apellido Montes de Oca. En esta reunión quedó acordado que Francisco Lima llevaría las armas hasta la salida de Cuatro Caminos, a varios kilómetros de la ciudad, ya que hasta allí el ejército no llegaba y sería más fácil y con menos riesgos la operación.
Las armas serían entregadas esa misma tarde del día 27, este compromiso no fue cumplido por el señor Francisco. Después del mediodía Juan Ramón Ochoa Núñez, luego de algunas gestiones, contacta con Juan Pérez Vidal (Yonny)y le manifiesta que Lima no ha cumplido su palabra en el caso de la entrega de las armas, teniendo que secuestrarlo para obligarlo a cumplir con lo acordado. Deciden que al otro día lo recoja por la mañana en el lugar donde se encuentra alojado. El día 28 por la mañana Juan Pérez recoge a Juan Ramón Ochoa en el lugar acordado y se dirigen a la tienda “Mercantil Riper" donde ven a su propietario Rigoberto Pérez para que le preste elyipi e ir directamente a casa de Lima a buscar las armas. Rigoberto, que colaboraba con el movimiento 26 de julio, al facilitar el vehículo le advierte que le echengasolina y que pasado algún tiempo de la acción el denunciaría que le habían robado el yipi, para así evitar sospechas de la entrega voluntariamentedel carro y las autoridades del régimen no tomen represalias contra él.
En horas de la tarde Juan RamónOchoa Núñez y Juan Pérez en su carro y el resto de los compañeros Reynaldo Bermúdez Rodríguez, José Aguirre Gómez y Orlando González como chofer del yipi, salieron ambos carros con prudente distancia. Juan Ramón Ochoa se desmonta y personalmente se encamina hacia la casa de Lima donde habla con él y regresa diciéndole a Yonny, ¨este hombre me está engañando, ahora me dice que no puede entregarme las armas pues tiene que ir al aeropuerto a llevar una familia.” Efectivamente, Francisco Lima sale en su máquina hacia el aeropuerto y lo siguen con la intención de interceptarlo a su regreso y secuestrarlo. Lo esperan en el cruce de La Martilla a la entrada de la ciudad, pero este regresa con varios guardias en la máquina por lo que deciden seguirlo a una prudencial distancia. Lima se detiene frente al ayuntamiento y desmonta a los soldados y sigue para su casa. Juan Ramón y Yonny dan algunas vueltas y al ver la máquina frente a la casa de este, se desmonta de nuevo y va hablar con él y éste le dice que no tiene las armas, pero que vayan a las dos de la tarde para entregárselas, pues tiene que ir a buscarlas a la capitanía.
La conversación que sostuvo Lima con el capitán René González, el cabo Avón, Gómez Camejo y otros en la capitanía provocó una actitud colérica del funesto sargento Juan Soto manifestando “ esta burla no la podemos tolerar” y mandó a formar una compañía de soldados y partieron hacia el chalet de los Limas. Juan Ramón en ese lapso de tiempo se va para casa de Kaíruz situada en Rubí esquina Francisco Vega, siendo el último contacto que tienen ambos compañeros. A las dos de la tarde regresan Juan Ramón Ochoa Núñez, Reynaldo BermúdezRodríguez, José Aguirre Gómezy el chofer Rolando González a recoger las armas prometidas. Al llegar los tres primeros se desmontan y penetran en la casa, quedándose Rolando en el carro con el motor funcionando. Lima los saluda y les dice que sólo tiene dos ametralladoras en la casa y que debe ir al cuartel un momento a buscar el resto, que mientras tanto, Alberto el hombre de su confianza se quedará con ellos garantizando con su persona el cumplimiento del compromiso. Los jóvenes confían en su palabra y lo dejan marchar. Pasados unos 20 minutos comienza la llegada de unos 100 efectivos del ejército batistiano rodeando varias cuadras y ocupando las azoteas de varias casas cercanas donde se encontraban los combatientes revolucionarios.
Traición
Rolando González se percata del movimiento envolvente de los esbirros y sólo tiene tiempo de indicarles a los muchachos la proximidad de los soldados, quienes también los habían visto a través de una persiana, acelera el yipi y se aleja del lugar, mientras sus compañeros trataban de ocultarse en la parte alta del interior de la vivienda. Seguidamente se escuchó un disparo, y Alberto del Val“Beto”, salió corriendo de la casa con los brazos en alto y se identifica verbalmente ante los soldados del cerco señalándoles hacia la azotea, donde habían corrido los jóvenes buscando protección.
Inmediatamente se inició el tiroteo de ametralladoras y fusiles contra los tres revolucionarios que sólo tenían un revólver, pero si el coraje y el valor suficiente para enfrentarse a sus enemigos en aquel desigual combate, decididos a morir combatiendo antes que entregarse. Uno a uno, fueron cayendo los revolucionarios acribillados a balazos y en medio de gritos de insultos y burla por parte de los esbirros, siendo rematados con granadas de mano, fusiles y ametralladoras. Luego los tres cuerpos fueron arrastrados desde el piso superior hasta la calle, golpeándose sus cabezas con los peldaños de las escaleras y recibiendo otros golpes y patadas aún después de muertos.
Sala de exposición
En esta sala se muestran valiosas piezas utilizadas por algunos combatientes y afiches relacionados con la lucha, tales como:
Muerte
Se había cometido un crimen más por la tiranía batistiana engendro del capitalismo y de aquella sociedad burguesa, a las 2:30 pm del domingo 28 de diciembre del año 1958, fueron asesinados brutalmente los tres valientes jóvenes Juan Ramón Ochoa Núñez, Reynaldo Bermúdez Rodríguez y José Aguirre Gómez engrosando la extensa lista de los mártires de la Revolución.
Fuentes
- Manuel Ramón Escobar Almaguer (Combatiente del Ejército Rebelde)
- Laudelio Reyes Gutiérrez (Combatiente del Ejército Rebelde)
