Asesinato de los niños de Bolondrón (Matanzas)

Asesinato de los niños de Bolondrón
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Imagen del Sepelio
Fecha:24 de enero de 1963
Lugar:Bolondrón, Matanzas
Descripción:
Acción contrarrevolucionaria perpetrada por la Agencia Central de Inteligencia (CIA) contra Cuba.
Consecuencias:
Mueren dos niños, y dos más, junto a la madre de estos, resultan lesionados
País(es) involucrado(s)
Bandera de Cuba Cuba - Bandera de los Estados Unidos de América Estados Unidos
Líderes:
Francisco Hernández Suárez alias Pancho El Gallego Jefe de una banda de alzados
Ejecutores o responsables del hecho:
Bandas contrarrevolucionarias al servicio de la CIA

Asesinato a los niños de Bolondrón . Vil asesinato ejecutado por bandas contrarrevolucionarias al servicio de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), en el poblado de Bolondrón , Matanzas , que cobró la vida de dos inocentes niños campesinos, lesionando a dos pequeños más y a su madre.

Antecedentes

A partir del año 1961, con la derrota de la invasión a Playa Girón, el odio del imperialismo yanqui hacia la Revolución Cubana fue en escalada. Lo que esta representaba para los países de América Latina hizo que las actividades terroristas se incrementaran significativamente, formando parte sistemática de la política de hostilidad y agresiones del gobierno estadounidense hacia la mayor de Las Antillas.

En el último semestre de ese año, un comité gubernamental presidido por el general Maxwell Taylor recomendó incluir el “caso cubano” dentro del contexto de la “guerra fría”. Ese año concluiría con la formación de un comité especial, presidido por Robert Kennedy, que debía desarrollar el denominado “proyecto Cuba” u "Operación Mangosta", un vasto plan que pretendía subvertir la sociedad cubana, “alzarla en armas”, para luego en octubre de 1962, según el calendario previsto, posibilitar la intervención norteamericana a fin de “pacificar” el país. Ejemplo de la ofensiva terrorista desatada fueron los cinco mil 780 actos subversivos, asesinatos, incendios y explosiones de bombas y petardos contabilizados en los primeros ocho meses de aquel año.

El asesinato a los niños de Bolondrón, en Matanzas, por bandas contrarrevolucionarias financiadas por la CIA, fue otro de los crímenes que ingresó a la larga lista de magnicidios ejecutado por el imperialismo yanqui contra el pueblo cubano y que provocó gran conmoción en la isla.

Desarrollo de los hechos

Fermín uno de los niños asesinados

Los sucesos ocurrieron, exactamente en la finca “La Candelaria”, ubicada en el barrio Galeón del antiguo municipio matancero de Bolondrón, el 24 de enero de 1963.

Gregorio Rodríguez, Nicolaza Díaz y sus cinco hijos formaban una familia campesina cubana. La noche del crimen, se disponían al descanso sin imaginar la tragedia que sobrevendría. No sospechaban que, sobre su sufrimiento se escribiría otra página de terror alentada por los enemigos de la Revolución en Norteamérica, contra Cuba. Bandidos al servicio de la CIA, agrupados bajo la jefatura de Francisco Hernández alias El Gallego, ejecutaron uno de los crímenes más abominables que cometieron los alzados contrarrevolucionarios en todo el país.

Esa fatídica noche aquellos engendros del mal llevaron a cabo la orden impartida por Juan José Catalá Coste, el “Pichi Catalá”, jefe de todos los bandidos de la provincia, y que consistía en llevar a cabo una acción violenta que resonara en el territorio.

Yolandita la niña asesinada

Los criminales no atacaron un cuartel de milicias ni una agrupación militar. Sus colaboradores los enfilaron hacia un lugar donde no corrían peligro alguno: el endeble bohío de tabla y guano donde residía la humilde familia campesina de Bolondrón.

Las armas de grueso calibre suministradas por el gobierno de los Estados Unidos desataron el infierno en el indefenso sitio y como resultado cayó muerto Fermín, de 13 años, y Yolanda, de 11 herida de gravedad, quien falleció pocas horas después.

La acción terrorista dejó el triste saldo de dos muertos y con heridas graves quedaron Felicia de 16 y Josefa de sólo siete años, ésta última con secuelas de por vida. También resultó lesionada la madre Nicolasa Díaz. Al amanecer siguiente el dolor de la familia campesina se multiplicó en miles de cubanos.

Testimonio

Nicolaza Díaz, madre de los niños asesinados

Nicolaza Díaz, madre de los niños asesinados rememora los hechos con dolor:

"Hacía un ratico atrás los muchachos habían estado repasando las lecciones del colegio. Yo estaba preocupada porque los perros ladraban y ladraban; hasta tenía miedo asomarme a la puerta. A las 9:30 p.m., más o menos, logré que se acostaran. Fermín tenía que descansar porque trabajaba mucho ayudando a su padre en el corte de caña [.] me acuerdo que Fermín me dijo: 'Mamá, ya yo me sé todos los problemas que me ponen en el colegio [.] el año que viene me voy a meter en una escuela de milicia, pues ya estoy bastante grande.”
"Como a las 11 de la noche sentí que un grupo se acercaba, ¡Compañeros, compañeros [.] Levántense que estamos perdidos y casi no se ve nada! Gritó una voz [.] yo me quedé callada para ver si se iban, pero allí se quedaron y volvieron a gritar. ¿Es que ustedes son gusanos y tienen miedo? Dijeron. Yo no me pude aguantar y les respondí: Fíjense en la puerta de la casa a ver si nosotros somos gusanos [.] allí está la bandera cubana. Entonces dijeron que le prestáramos al niño para que los llevaran a una granja cercana. "Yo me levanté para abrirles la puerta.
Una de las niñas lesionadas por los bandidos
Felicia también se había despertado, y ya Gregorio estaba en la sala. Abrí un poquito la puerta para verle la cara al que hablaba. Pase y siéntese, le dije [.] entonces todo se volvió un infierno [.] todo fue a un mismo tiempo. Gregorio se dio cuenta de que venían a matarnos y salió corriendo a buscar una escopeta de cartucho que tenía colgada en la pared. En ese momento, otra voz que hablaba de atrás de la pared le dijo al que estaba en la puerta: ¿Qué esperas para tirarle, cabo? "El hombre levantó el arma y disparó. Felicia que venía caminando para la sala, se dobló y cayó sobre una silla. En la ventana del cuarto donde dormían los niños sonó otra ráfaga. Corrieron en la oscuridad y se fueron, yo no quiero ni acordarme de lo que vi cuando entré al cuarto. Allí estaba Fermín, mi hijito, bañado en sangre, se estaba vistiendo cuando lo mataron. Yolanda y Josefina estaban en la cama, se despertaron con los tiros en sus cuerpitos [.] no se quejaban. Me acuerdo que en mi desesperación empecé a dar gritos."

Autores del crimen

El contrarrevolucionario cubano, Francisco Hernández Suárez, más conocido como Pancho, el Gallego operaba junto a un grupo de alzados en la zona. El objetivo era aterrorizar a la población campesina. Para eso les pagaban, les enviaban alimentos, armas y hasta ideas malvadas desde los Estados Unidos.

El alto mando de los bandidos en la provincia, en aquellos momentos bajo las órdenes de "Pichi Catalá", les había ordenado llevar a cabo una acción violenta que resonara en el territorio. En un inicio planearon asaltar el jeep donde viajaban comúnmente algunos oficiales de la Seguridad del Estado cubano. Más, lo riesgo so de la operación les hizo cambiar de parecer y decidieron actuar contra una familia campesina, simpatizante del proceso revolucionario.

Los niños de Bolondrón, Fermín y Yolanda, y muchos otros fueron víctimas de esa barbarie, mediante el empleo de armas entregadas por Estados Unidos a tales criminales.

El crimen no quedó impune

Una de las niñas lesionadas

Las fuerzas de los batallones de Lucha Contra Bandidos y las Milicias Nacionales Revolucionarias exterminaron la banda terrorista de Pancho, el Gallego y apresaron a sus colaboradores, el 24 de marzo de 1964.

El crimen nunca tiene razón plausible, menos si en él va la vida de una familia entera que nunca más fue feliz. La marca de la CIA quedó plasmada fatídicamente en la campiña cubana, cuando segó la vida de dos niños inocentes.

El no pueblo toleró la ofensa. En ciudades, campos y poblados se levantaron las masas y a pecho descubierto, bajo un plan único, se lanzaron para arrancar la mala hierba y en unos pocos meses, Fidel pudo proclamar la liquidación final de las bandas en Matanzas. Todos y cada uno de los bandidos, asesinos y torturadores, pagaron sus crímenes ante la justicia revolucionaria.

Enlaces externos

Fuentes