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La vida de Hidalgo de Agüero transcurrió por entero en la ciudad de Sevilla. En ella nació, hizo sus estudios y ejerció su profesión, en buena parte como cirujano en el Hospital del Cardenal. La reacción contra la doctrina arabizada del "pus loable" y las consiguientes curas emolientes de las heridas se había planteado ya en épocas anteriores. No obstante, fue durante el siglo XVI cuando fue sometida a una crítica en profundidad, una de cuyas principales manifestaciones fue la "vía particular desecante" de Hidalgo. La expuso por vez primera en un pliego impreso titulado Avisos particulares de syrurgia contra la comun opinion (1584), cuyo texto fue incluido, junto con sus demás escritos, en el volumen Thesoro de la Verdadera Cirugia y vía Particular contra la Comun (1604), editado por su yerno siente años después de su muerte.
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La vida de Hidalgo de Agüero transcurrió por entero en la ciudad de Sevilla. En ella nació, hizo sus estudios y ejerció su profesión, en buena parte como cirujano en el Hospital del Cardenal.  
  
La "vía particular" consistía fundamentalmente en la cura por "primera intención desecante" de las heridas en general, tanto incisas como contusas. Se oponía a la "vía común (que) cura humedeciendo con medicinas y con uso de manos e instrumentos de hierro". Hidalgo subrayó repetidamente su novedad, afirmando que "los antiguos no la hallaron", aunque intentó encontrar sus antecedentes en algunos textos de Galeno.
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La reacción contra la doctrina arabizada del "pus loable" y las consiguientes curas emolientes de las heridas se había planteado ya en épocas anteriores. No obstante, fue durante el [[siglo XVI]] cuando fue sometida a una crítica en profundidad, una de cuyas principales manifestaciones fue la "vía particular desecante" de Hidalgo. La expuso por vez primera en un pliego impreso titulado Avisos particulares de syrurgia contra la comun opinion ([[1584]]), cuyo texto fue incluido, junto con sus demás escritos, en el volumen Thesoro de la Verdadera Cirugia y vía Particular contra la Comun ([[1604]]), editado por su yerno siente años después de su muerte.
  
Especial interés tiene la forma en la que el cirujano sevillano demostró las ventajas de su método frente a la cura tradicional. Adujo para ello su experiencia durante dos décadas en el Hospital del Cardenal y llegó incluso a comparar los resultados de ambos procedimientos a base de datos numéricos, lo que constituye uno de los más tempranos intentos de utilización de las estadísticas hospitalarias: "Cierta es esta vía particular -afirma- que llamamos primera intención desecante, respecto de la común vía y segunda intención humectante... y esto no lo puede entender, si no es quien haya sido curioso en la una y otra vía, habiendo curado y no poco tiempo por ambas y haya visto los provechos y daños de entrambas vías seca y húmeda. Y puedo afirmar como testigo de vista que he curado más de veinte años, y tenido lugares públicos como es el Hospital del Cardenal de Sevilla y otros, y mucho estudio, y concurso de estudiantes; y vistos los incómodos y daños y ejercitado la particular por la misma orden que la común, y he hallado tan grandes provechos que me han obligado, no sólo a ejercitarla, mas también a comunicarla... Hice regular por el libro del dicho Hospital del Cardenal, donde asientan los heridos, y se ha visto que el año pasado de mil quinientos y ochenta y tres años, entraron cuatrocientos y cincuenta y seis y murieron veinte. Y en dos meses y medio que hice asentar de por sí los heridos de cabeza, entraron cincuenta y siete, y salieron sanos cincuenta y murieron siete. Y en los años que han curado mis antecesores y yo por la común, se halla mayor número de los muertos que de los vivos."
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La "vía particular" consistía fundamentalmente en la cura por "primera intención desecante" de las heridas en general, tanto incisas como contusas. Se oponía a la "vía común (que) cura humedeciendo con medicinas y con uso de manos e instrumentos de hierro". Hidalgo subrayó repetidamente su novedad, afirmando que "los antiguos no la hallaron", aunque intentó encontrar sus antecedentes en algunos textos de [[Galeno]].
  
Sobre la base de la "vía particular", Hidalgo consideró inadecuado que se trepanase o legrase en la inmensa mayoría de las heridas cefálicas. Tanto su método curativo como esta actitud contraria a las intervenciones craneales fue mantenida por sus discípulos y seguidores, entre los que se encuentran algunos de los mejores cirujanos españoles de las primeras décadas del siglo XVII. Sobresale especialmente Pedro López de León y, con menor altura, Enrique Vaca de Alfaro y Pedro Gago Vadillo. La oposición a las teorías de Hidalgo fue encabezada, a finales del siglo XVI, por Juan Fragoso.
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Especial interés tiene la forma en la que el cirujano sevillano demostró las ventajas de su método frente a la cura tradicional. Adujo para ello su experiencia durante dos décadas en el Hospital del Cardenal y llegó incluso a comparar los resultados de ambos procedimientos a base de datos numéricos, lo que constituye uno de los más tempranos intentos de utilización de las [[estadística]]s hospitalarias:
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{{Sistema:Cita|"Cierta es esta vía particular -afirma- que llamamos primera intención desecante, respecto de la común vía y segunda intención humectante... y esto no lo puede entender, si no es quien haya sido curioso en la una y otra vía, habiendo curado y no poco tiempo por ambas y haya visto los provechos y daños de entrambas vías seca y húmeda. Y puedo afirmar como testigo de vista que he curado más de veinte años, y tenido lugares públicos como es el Hospital del Cardenal de Sevilla y otros, y mucho estudio, y concurso de estudiantes; y vistos los incómodos y daños y ejercitado la particular por la misma orden que la común, y he hallado tan grandes provechos que me han obligado, no sólo a ejercitarla, mas también a comunicarla... Hice regular por el libro del dicho Hospital del Cardenal, donde asientan los heridos, y se ha visto que el año pasado de mil quinientos y ochenta y tres años, entraron cuatrocientos y cincuenta y seis y murieron veinte. Y en dos meses y medio que hice asentar de por sí los heridos de cabeza, entraron cincuenta y siete, y salieron sanos cincuenta y murieron siete. Y en los años que han curado mis antecesores y yo por la común, se halla mayor número de los muertos que de los vivos."}}
  
Los escritos de Hidalgo reunidos en el Thesoro se ocupan, además, de las cuestiones habituales en la literatura quirúrgica de la época. Aparecen los obligados estudios sobre heridas, úlceras y "apostemas" o tumoraciones, así como sobre fracturas y dislocaciones. En éste último -una de las mejores exposiciones sobre el tema publicadas en la España de la época- el cirujano sevillano se muestra en general contrario al uso de aparatos para la reducción de luxaciones, e incluso de férulas para el tratamiento de las fracturas. Defiende una actitud moderada en el empleo de purgas y sangrías, e incluye un repertorio de medicamentos o "antidotario" y capítulos o breves tratados acerca de la peste, el "tabadillo", la "modorra" y la sífilis. Mención aparte merecen los textos anatómicos, en especial la Anatome del cuerpo humano y el estudio monográfico De la historia del ojo. Ambos corresponden a un saber morfológico basado en la disección -que fue practicada por Hidalgo- y son de orientación posvesaliana.
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Sobre la base de la "vía particular", Hidalgo consideró inadecuado que se trepanase o legrase en la inmensa mayoría de las heridas cefálicas. Tanto su método curativo como esta actitud contraria a las intervenciones craneales fue mantenida por sus discípulos y seguidores, entre los que se encuentran algunos de los mejores cirujanos españoles de las primeras décadas del [[siglo XVII]]. Sobresale especialmente Pedro López de León y, con menor altura, Enrique Vaca de Alfaro y Pedro Gago Vadillo. La oposición a las teorías de Hidalgo fue encabezada, a finales del siglo XVI, por [[Juan Fragoso]].
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Los escritos de Hidalgo reunidos en el Thesoro se ocupan, además, de las cuestiones habituales en la literatura quirúrgica de la época. Aparecen los obligados estudios sobre heridas, úlceras y "apostemas" o tumoraciones, así como sobre fracturas y dislocaciones. En éste último -una de las mejores exposiciones sobre el tema publicadas en la [[España]] de la época- el cirujano sevillano se muestra en general contrario al uso de aparatos para la reducción de luxaciones, e incluso de férulas para el tratamiento de las fracturas. Defiende una actitud moderada en el empleo de purgas y sangrías, e incluye un repertorio de medicamentos o "antidotario" y capítulos o breves tratados acerca de la peste, el "tabadillo", la "modorra" y la [[sífilis]]. Mención aparte merecen los textos anatómicos, en especial la Anatome del cuerpo humano y el estudio monográfico De la historia del ojo. Ambos corresponden a un saber morfológico basado en la disección -que fue practicada por Hidalgo- y son de orientación posvesaliana.
  
 
Muere en su ciudad natal en [[1597]].
 
Muere en su ciudad natal en [[1597]].
 
==Fuente==
 
==Fuente==
*[http://www.mcnbiografias.com/app-bio/do/show?key=hidalgo-de-aguero-bartolome]
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*[http://www.mcnbiografias.com/app-bio/do/show?key=hidalgo-de-aguero-bartolome MCNbiografías]
 
[[Category:Médico]]
 
[[Category:Médico]]

Revisión del 14:56 21 nov 2016

Bartolomé Hidalgo de Agüero
Información sobre la plantilla
NombreBartolomé Hidalgo de Agüero
Nacimiento1531
Sevilla, Bandera de España España
Fallecimiento5 de enero de 1597
Sevilla, Bandera de España España
Nacionalidadespañol
Ciudadaníaespañol
OcupaciónMédico

Bartolomé Hidalgo de Agüero. Médico español.

Trayectoria profesional

Nació en Sevilla en 1531.

La vida de Hidalgo de Agüero transcurrió por entero en la ciudad de Sevilla. En ella nació, hizo sus estudios y ejerció su profesión, en buena parte como cirujano en el Hospital del Cardenal.

La reacción contra la doctrina arabizada del "pus loable" y las consiguientes curas emolientes de las heridas se había planteado ya en épocas anteriores. No obstante, fue durante el siglo XVI cuando fue sometida a una crítica en profundidad, una de cuyas principales manifestaciones fue la "vía particular desecante" de Hidalgo. La expuso por vez primera en un pliego impreso titulado Avisos particulares de syrurgia contra la comun opinion (1584), cuyo texto fue incluido, junto con sus demás escritos, en el volumen Thesoro de la Verdadera Cirugia y vía Particular contra la Comun (1604), editado por su yerno siente años después de su muerte.

La "vía particular" consistía fundamentalmente en la cura por "primera intención desecante" de las heridas en general, tanto incisas como contusas. Se oponía a la "vía común (que) cura humedeciendo con medicinas y con uso de manos e instrumentos de hierro". Hidalgo subrayó repetidamente su novedad, afirmando que "los antiguos no la hallaron", aunque intentó encontrar sus antecedentes en algunos textos de Galeno.

Especial interés tiene la forma en la que el cirujano sevillano demostró las ventajas de su método frente a la cura tradicional. Adujo para ello su experiencia durante dos décadas en el Hospital del Cardenal y llegó incluso a comparar los resultados de ambos procedimientos a base de datos numéricos, lo que constituye uno de los más tempranos intentos de utilización de las estadísticas hospitalarias:

"Cierta es esta vía particular -afirma- que llamamos primera intención desecante, respecto de la común vía y segunda intención humectante... y esto no lo puede entender, si no es quien haya sido curioso en la una y otra vía, habiendo curado y no poco tiempo por ambas y haya visto los provechos y daños de entrambas vías seca y húmeda. Y puedo afirmar como testigo de vista que he curado más de veinte años, y tenido lugares públicos como es el Hospital del Cardenal de Sevilla y otros, y mucho estudio, y concurso de estudiantes; y vistos los incómodos y daños y ejercitado la particular por la misma orden que la común, y he hallado tan grandes provechos que me han obligado, no sólo a ejercitarla, mas también a comunicarla... Hice regular por el libro del dicho Hospital del Cardenal, donde asientan los heridos, y se ha visto que el año pasado de mil quinientos y ochenta y tres años, entraron cuatrocientos y cincuenta y seis y murieron veinte. Y en dos meses y medio que hice asentar de por sí los heridos de cabeza, entraron cincuenta y siete, y salieron sanos cincuenta y murieron siete. Y en los años que han curado mis antecesores y yo por la común, se halla mayor número de los muertos que de los vivos."

Sobre la base de la "vía particular", Hidalgo consideró inadecuado que se trepanase o legrase en la inmensa mayoría de las heridas cefálicas. Tanto su método curativo como esta actitud contraria a las intervenciones craneales fue mantenida por sus discípulos y seguidores, entre los que se encuentran algunos de los mejores cirujanos españoles de las primeras décadas del siglo XVII. Sobresale especialmente Pedro López de León y, con menor altura, Enrique Vaca de Alfaro y Pedro Gago Vadillo. La oposición a las teorías de Hidalgo fue encabezada, a finales del siglo XVI, por Juan Fragoso.

Los escritos de Hidalgo reunidos en el Thesoro se ocupan, además, de las cuestiones habituales en la literatura quirúrgica de la época. Aparecen los obligados estudios sobre heridas, úlceras y "apostemas" o tumoraciones, así como sobre fracturas y dislocaciones. En éste último -una de las mejores exposiciones sobre el tema publicadas en la España de la época- el cirujano sevillano se muestra en general contrario al uso de aparatos para la reducción de luxaciones, e incluso de férulas para el tratamiento de las fracturas. Defiende una actitud moderada en el empleo de purgas y sangrías, e incluye un repertorio de medicamentos o "antidotario" y capítulos o breves tratados acerca de la peste, el "tabadillo", la "modorra" y la sífilis. Mención aparte merecen los textos anatómicos, en especial la Anatome del cuerpo humano y el estudio monográfico De la historia del ojo. Ambos corresponden a un saber morfológico basado en la disección -que fue practicada por Hidalgo- y son de orientación posvesaliana.

Muere en su ciudad natal en 1597.

Fuente