Batalla de Cavite

Batalla de Cavite
Información sobre la plantilla
260px
Representación de la Batalla
Fecha:1 de mayo de 1898
Lugar:Bahía de Manila
Resultado:
Derrota absoluta de las fuerzas españolas. Los estadounidense nunca dieron a conocer sus bajas y se perdió toda la flota española con base en las Filipinas, ya que los barcos que lograron escapar, fueron hundidos intencionadamente para que no cayesen en manos estadounidenses. Aun así, meses después, algunos de ellos fueron reflotados y prestaron servicio en la marina estadounidense hasta bien entrado el siglo XX.
País(es) involucrado(s)
Bandera de España España Bandera de los Estados Unidos de América Estados Unidos
Líderes:
Comandantes


Batalla naval de Cabo Machichaco: Contienda naval realizada el 1 de mayo de 1898, entre fuerzas navales estadounidenses y españolas en la Bahía de Manila en el contexto de la guerra hispano-estadounidense.

Resumen de los Hechos

España poseía, hasta 1898, dos grandes territorios ultramarinos, la isla de Cuba y el archipiélago de Filipinas. El principal problema con el que se encontraban era la dificultad que entrañaba el erradicar la piratería de aquellas aguas. De hecho las fuerzas del apostadero se dedicaba principalmente a este cometido, estando compuesta en su mayoría por pequeños cañoneros y unos pocos cruceros ligeros.

El movimiento independentista y la guerra con los EE.UU. sorprendieron a una fuerza que no estaba preparada para un combate naval de entidad, o lo que es lo mismo, en igualdad de condiciones contra los buques americanos.

Curiosamente, es preciso señalar que ambos contendientes se conocían perfectamente. Ambas escuadras frecuentaban puertos como el de Hong Kong, estando las dos perfectamente al tanto de los últimos movimientos de la enemiga.

Tras el luctuoso Hundimiento del Maine, y antes de declarar la guerra contra España, el asistente del subsecretario de marina americana, Teodoro Roosevelt, ordena al comodoro George Dewey preparar su escuadra asiática basada en el citado puerto con el fin de destruir a la española de Filipinas.

Fuerzas enfrentadas

Estados Unidos

Los americanos contaban con seis buques, los Olympia, Baltimore, Raleigh, Petrel, Condord y Boston. Los cuatro primeros eran cruceros protegidos y, los dos últimos, grandes cañoneros. En total sumaban 19.000 toneladas de desplazamiento. El insignia del almirante Dewey, al mando de las fuerzas atacantes, era el Olympia. Su poder ofensivo combinado era el siguiente: diez cañones de 203 mm., veintitrés de 152, veinte de 127 y un total de cincuenta piezas ligeras que iban de los 57 mm a 37 mm. Completaban su armamento 10 tubos lanzatorpedos. Eran de construcción moderna.

España

Por la parte española se contaba con 7 buques, entre los que se encontraban los Reina Cristina (insignia de Montojo), Isla de Cuba, Isla de Luzón, Castilla, Don Antonio Ulloa, Don Juan de Austria, y el Velasco, sumando un total de 14.000 toneladas. Estaban armados con treinta y siete cañones de entre 160 mm y 120 mm. nueve de entre 90 mm a 70 mm y treinta y cinco piezas ligeras de 57 a 37 mm.

Se completaba el mismo con un número indeterminado de ametralladoras de entre 25 y 11 mm y trece tubos lanzatorpedos. Aunque eran buques un poco más viejos que los de los americanos, se podría afirmar que la mayoría se encontraban en la mitad de su ciclo de vida. Esto es un hecho que nos gustaría recalcar, y que reiteradamente ha apuntado con acierto por el Doctor de Historia Contemporánea D. Agustín Ramón Rodríguez González, desterrando por completo la teoría de que la escuadra española, compuesta por buques de madera se enfrentó con una todopoderosa flota de acorazados, teoría alentada y divulgada para eximir de culpa a los responsables de tan magno desastre naval.

En Cavite, se iban a encontrar dos escuadras "a priori" casi equilibradas en fuerzas, con ligera ventaja de los americanos al ser sus buques en general, más grandes, rápidos, y potentes (por la mejor calidad y calibre de sus piezas) que los españoles.

A pesar de los datos anteriormente apuntados, hay que reiterar el mal estado de mantenimiento en el que se encontraban los buques españoles, y es que el arsenal de Cavite había quedado del todo punto obsoleto para las necesidades de éstos. En el momento de estallar la guerra, tres de los principales buques estaban siendo sometidos a grandes reparaciones y el resto se encontraba en deficiente estado. Diría se que aquella parecía más una escuadra que acabara de salir de un combate que una que se preparara para empezarlo. A esta deplorable situación del material a flote se unía la escasez y la falta de preparación del personal que componía en aquellos momentos la Armada Española.

La batalla

Al amanecer del 1 de mayo de 1898 la flota americana se encontraba frente a Manila. Inmediatamente las baterías de costa comenzaron a disparar, pero la distancia a la que se encontraban los buques impedían que los alcanzasen estas.

La escuadra de Montojo se encontraba fondeada frente a Cavite, y era de todas las posibles ubicaciones de la flota la que menos garantías ofrecía para su defensa. A las cinco y cuarto de la mañana comenzó el combate. A una distancia quizás excesiva de 5.000 metros los buques españoles abrieron fuego, contestando 25 minutos después los Olympia, Baltimore y Boston que, con su artillería de 203’2 mm, concentraban su fuego sobre los Castilla y Cristina, recibiendo estos últimos numerosos impactos que causaron grandes daños.

La flota de Dewey inició entonces una serie de pasadas a una velocidad de 6 nudos, reduciéndose poco a poco la distancia del combate con los inmóviles buques españoles, que llegó a ser de 2.000 metros. La táctica española era la de acercarse con su buque insignia el Cristina, apoyado por la artillería del Austria, lo más posible al enemigo, con el fin de torpedearlo, cosa que no se pudo conseguir al ser rechazados los intentos por el fuego enemigo.

La superioridad americana se basó principalmente en sus cañones de gran calibre, de los que carecía la escuadra española y por la mejor calidad de las denominadas piezas de tiro rápido. Dos horas y media de combate después, la situación de la escuadra española no era tan mala como cabría imaginar. Sólo en dos cruceros españoles (el Castilla y el Cristina) la situación era casi insostenible, ya que ambos tenían graves daños y numerosas bajas, pero aún así continuaban a flote y seguían disparando, no obstante un temeroso Montojo cambió su insignia al Isla de Cuba; el resto apenas habían recibido algunos impactos y estaban en condiciones de soportar sin problemas el castigo americano durante bastante tiempo.

Dewey ordenó la retirada al ver los escasos resultados de su ataque, aprovechando esta pequeña tregua para dar de comer a sus cansadas dotaciones. La situación se tornaba preocupante para el almirante americano, haciéndole reflexionar sobre el hecho de que a pesar de haber consumido la mitad de sus municiones, no había conseguido sin embargo hundir ningún buque enemigo.

Si Montojo hubiera adivinado la preocupación del almirante yanqui no habría hecho lo que hizo: dar el combate por perdido y ordenar el abandono de sus buques, quitando el cierre de las piezas y abriendo los grifos. Mención especial se merece el comandante del Cristina, D. Luis Cadarso y Rey, por el valor de que hizo gala mientras duró el combate; además, fue alcanzado por una granada cuando dirigía la evacuación de su buque, siendo a la postre el muerto de mayor graduación. Dewey, gratamente sorprendido por lo que estaba presenciando, decidió reanudar el ataque, ensañándose con lo poco que quedaba a flote de la escuadra española.

Resultados de la contienda

Pese a la superioridad artillería de los americanos, el porcentaje de acierto de sus cañones fue ridículo. Los cañones de 152 mm sólo consiguieron un 1% de impactos, los de 127 alcanzaron el 3’5% y sólo los de 203 tuvieron un aceptable 9%, siendo los que más daño hicieron a los buques españoles.

En total los americanos hicieron 5.859 disparos de los que sólo unos 145 lograron alcanzar su objetivo: 81 impactos recibieron entre los cruceros Cristina y Castilla, 33 el Ulloa, 13 el Austria, 10 el Duero, 5 el Isla de Cuba y 3 el Isla de Luzón.

Bajas en Combate

Los españoles perdieron 60 hombres, resultando heridos 193; los americanos oficialmente tuvieron 1 muerto y 15 heridos, aunque otras informaciones mas veraces de países terceros, elevan esta cifra a los 50 ó 70 entre muertos y heridos.

Véase también

Bibliografía

  • Mas Chao, Andrés: La Guerra Olvidada del Filipinas. Ed. San Martín 1998.
  • Perez Delgado, Rafael: 1898. El año del Desastre. Ed. Tebas, 1976
  • Rodriguez Gonzalez, Agustín R.: La guerra del 98. Ed. Aqualarga, 1998.
  • Rodriguez Gonzalez, Agustín R.: El desastre naval de 1898. Arco Libros, 1997.
  • Atienza Peñarrocha, Antonio: La batalla de Cavite. Historia 16, núm. 261.
  • Grecer, Rene: Spanish-American War of 1898. Warship International, núm. 1.
  • Molina Gomez Arnau, Carmen: El Katipunan y la independencia de Filipinas. Historia 16.
  • Mortera, Artemio: Cavite, la guerra contra los Estados Unidos en 1898. Soldiers, 5/1998.
  • Rodriguez Gonzalez, Agustín R.: La revuelta Tagala de 1896-1897.Historia 16.
  • Rodriguez Gonzalez, Agustín R.: El Combate de Cavite. Historia y Vida, núm. 268.
  • Rodriguez Gonzalez, Agustín R.: El Combate de Cavite: un hito decisivo en la pérdida de Filipinas en 1898. Revista de Indias, núm. 213.