Beagle harrier

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Beagle Harrier
Información  sobre la plantilla
EAGLE HARRIER.JPG
Perro de jauría
GrupoSabueso
País de OrigenBandera de Francia Francia
ClasificaciónPerro de caza
Nombres alternativos
Beagle
Clasificación Científica
ReinoAnimalia
FiloChordata
ClaseMammalia
OrdenCarnívora
FamiliaCanidae
GénerosCanis
Apariencia física
TamañoMediano
Altura a la Cruzentre 45 y 50 Cm
Pesoaproximadamente 20 Kg
Estándar internacional
FCIGrupo 6 ,Sección 1

Beagle Harrier es una raza de perro armonioso, distinguido, equilibrado. Del Beagle ha heredado su entusiasmo por la caza, su alegría y su voz armoniosa; del Harrier, el olfato sensible, la listeza y resistencia.

Origen

Aunque el beagle-harrier proceda del cruce de dos perros ingleses, el beagle y el harrier, la Federación Cinológica Internacional lo considera como un animal francés ya que esta raza de perro sabueso se creó y fijó en Francia. Es probable que una infusión de sangre francesa le hubiera aportado algunos criterios especiales. Los primeros ejemplares de verdad nacieron en la celebre perrera del castillo de Arengosse en las Landas, que pertenecía a un gran cazador y criador, el barón Gérard. En 1889, este organizó un equipage o jauría de beagles con perros importados de Inglaterra que había comprado a Abadie, de Mios, en Gironde.

Pero el reducido tamaño de estos animales los hacía poco indicados para cazar eficazmente en esa región atravesada por profundos canales de saneamiento, y al barón se le ocurrió aumentar su formato apareándolos con diferentes harriers de origen británico adquiridos entre 1904 y 1910. Así, en 1930, en el criadero de Castillon de Arengosse ya habían nacido más de mil perros llamados “beagle-­harriers”. Cada año, el barón se quedaba con sólo quince cachorros y el resto los cedía a otros equipages como el de Fleurus que pertenecía a Grandin de l’Éprevier. Esta severa selección presentaba una doble ventaja: permitía mantener una gran homogeneidad en la jauría del barón y, por otra parte, multiplicar los ejemplares producidos de más.

La creación en 1921 del Club francés del beagle, beagle-harrier y harrier permitió controlar mejor la raza obtenida y elaborar un estándar valido. Su redacción se confió a Grandin de l’Éprevier y el texto definitivo recibió la sanción oficial en 1925. En 1933, Paul Daubigne incorporó algunas correcciones de detalle encaminadas a una mayor simplificación junto con una modificación que tuvo grandes repercusiones, la de que el beagle-harrier debería presentar un predominio del tipo beagle.

Lamentablemente, el resultado obtenido fue muy diferente del que se esperaba, pues empezaron a multiplicarse los beagle-harriers que en realidad eran beagles pesados, linfáticos, poco distinguidos, siendo así que la raza se había creado precisamente para obtener un perro más rápido que el beagle sin que fuera tan masivo como el harrier.

Paul Daubigné intentó corregir el error en la segunda asamblea general del Club que se celebró en Parthenay el 25 de mayo de 1947 con la propuesta de que se retirara el nombre “beagle-harrier” y se le sustituyera por una denominación desprovista de toda ambigüedad, la de “pequeño harrier”, y que se hiciera una remonta harrier. Su propuesta, recibida con entusiasmo al principio, fue rechazada al año siguiente por iniciativa de Mellerio quien expresó el deseo de que se orientaran hacia la búsqueda de un modelo más ligero, distinguido y proporcionado como un galopador.

El nuevo estándar, publicado en 1950, no optaba claramente por ninguna de las tesis en presencia, y entre los defensores de una y otra tendencia estalló la controversia hasta que la Federación Cinológica Internacional adoptó el estándar oficial el 1 de enero de 1974. Así, hasta ese año se vieron ejemplares poco homogéneos, que tenían importantes diferencias de tamaño y de tipo. Tal confusión no podía durar, y por tal razón en 1973 se elaboró un “plan de cría del beagle-harrier“.

Auspiciado por la SCC y por ende del ministerio de Agricultura bajo la alta autoridad del profesor Théret, titular de la cátedra de zootecnia en la Escuela nacional de veterinaria de Maisons-Alfort, este plan debía corregir las anomalías constatadas y fijar definitivamente la raza. El plan no se aplicó durante el tiempo suficiente para obtener los resultados previstos. Sin embargo, tuvo el mérito de despertar el interés general por el beagle-harrier cuyo censo se reconstituyó al abrigo de este plan de una manera bastante satisfactoria.

En la actualidad, el objetivo casi se ha alcanzado y tanto en exposición como en el terreno se pueden ver beagle-harriers que responden al estándar.

Éste, recientemente modificado por una comisión designada por el Club, contiene una horquilla de tamaño que va de 45 a 50 cm, como deseaba el barón Gerard al final de su vida. Esta medida presenta la ventaja de acentuar la diferencia entre los beagles mas grandes y los beagle-harriers más pequeños, y permitir el reconocimiento de los ejemplares grandes, muy apreciados por los cazadores de montería. También era importante determinar, como se hizo entonces, la forma de la caña nasal que debe tener un perfil afilado sin que sea puntiagudo, y la de la oreja, mas bien corta y medio larga, implantada a la altura del ojo y ligeramente redondeada.

Características

El beagle-harrier tiene una robusta constitución y unas aptitudes generales que lo convierten en un verdadero perro todo terreno en cualquier tipo de caza. Es un animal vigoroso, ardiente, con una buena garganta, olfato muy fino, resistente y rápido a pesar de su tamaño mediano, que combina las cualidades para la caza del beagle y la robustez del harrier. Resulta particularmente adaptado para la caza de la liebre, un deporte para el que fue creado, pero también caza bien los animales grandes. Está muy bien adaptado para la caza con escopeta del jabalí, del corzo y del zorro. No le afectan en absoluto las malas condiciones climáticas ni tampoco los terrenos difíciles, como lo demuestra esta positiva valoración de Grandin de l’Éprevier: “he visto como en días en que el terreno era malo, hacía calor y las perdidas del rastro eran repetidas y prolongadas, los perros franceses se fatigaban y desanimaban por completo. Pero nunca he visto nada parecido en los beagle―harriers”.

Aunque no haya nacido para ser perro de compañía, el beagle-harrier es un perro muy dulce y afectuoso, en particular con los niños, y puede adaptarse perfectamente a la vida de interior a condición de que haga salidas lo bastante largas y periódicas que le permitan ejercitar su cuerpo.

Medidas

El tamaño se sitúa entre los 45 y los 50 cm, aunque el tamaño ideal de un Beagle Harrier es de 48 cm. En conjunto, esta raza es armoniosa, equilibrada, distinguida, ágil y vigorosa.

Véase también

Enlaces Externos

Fuentes