Bernardo Juan Borrell

Bernardo Juan Borrell
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Nacimiento20 de mayo de 1937
Güines, La Habana, Bandera de Cuba Cuba
Fallecimiento18 de marzo de 1958
La Habana, Bandera de Cuba Cuba
NacionalidadCubana
CiudadaníaCubana

Bernardo Juan Borrell. Mártir revolucionario cubano natural del municipio Güines. Integró la Federación Estudiantil Universitaria y fue dirigente en el Movimiento 26 de Julio. Apoyó en la organización de la Huelga del 9 de abril.

Síntesis biográfica

Nació en el municipio de Güines, el 20 de mayo de 1937. De hogar humilde, comenzó sus estudios en la escuela pública “Arango y Parreño”, hoy Centro Escolar “Antonio Briones Montoto”, en Güines. Al concluir la educación primaria dejó el centro por la situación económica de su familia.

A los 17 años empezó a superarse para ingresar en el Instituto de Segunda Enseñanza de Güines; al aprobar sus exámenes inició sus estudios en octubre de 1955. Comenzó a manifestar su rebeldía, y adquirió entre sus compañeros su posición de líder. Formó parte activa en la dirección estudiantil del centro, y llevó a los estudiantes a participar en múltiples actividades y hechos contra la tiranía batistiana, las cuales orientaba nacionalmente la Federación Estudiantil Universitaria (FEU)

Actividad revolucionaria

Conoció a José Antonio Echeverría, Fructuoso Rodríguez, Juan Pedro Carbó Serviá y a muchos compañeros más. Participó en la recaudación de fondos vinculados con los preparativos para la expedición que se preparaba en México. En 1956 fue detenido en Nueva Paz, de donde lo remitieron al Castillo del Príncipe; el juez de instrucción lo condenó a un año de presidio en Isla de Pinos, sitio donde amplía sus contactos con numerosos compañeros; en 1958 sale en libertad al cumplir su condena. Se le orienta por la dirección del Movimiento 26 de Julio reincorporarse a la lucha en La Habana.

Muerte

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Fue detenido por las fuerzas represivas de la dictadura de Fulgencio Batista y conducido al Buró de Investigaciones, donde fue torturado. El 18 de marzo de 1958 en horas de la noche fue sacado de esta instalación policiaca y asesinado. El 19 de marzo, su cadáver fue encontrado con numerosos impactos de balas de ametralladoras en el Reparto Alta Habana, y con los cuerpos desfigurados por la tortura, junto a Sergio González López “El Curita” y Bernardino García Santos “Motica”. Al morir Juan no había cumplido aún los 21 años de edad.

Significación para el pueblo güinero

Los güineros tienen sobradas razones para que las ideas sembradas para siempre en su suelo, permanezca como identificación de una escuela en el municipio y de una comunidad. Para esos estudiantes, que hoy tienen las posibilidades plenas de desarrollo que no tuvo Borrell, constituye un compromiso insoslayable extraer de los libros y de la enseñanza diaria de sus profesores el máximo de aprovechamiento, en aras de poder ser en el futuro próximo, el capital humano predicado por Fidel.

Ejemplo vivo

En Bernardo Juan Borrell está el ejemplo vivo del hombre que supo conjugar la necesidad de la superación permanente, con el deber social y patriótico de evitarle sufrimientos al país y abrir las puertas del desarrollo a una nación que permanecía estancada en el monocultivo, la desnutrición, la insalubridad y el analfabetismo. Por tales razones, cuando consideró que más allá de Güines reclamaba su concurso, hizo acto de presencia en el Salón de los Mártires de la Federación Estudiantil Universitaria para transformar el II Congreso de Segunda Enseñanza en disparo contra la despótica tiranía.

Por ese camino y fiel a su origen, comprendió el mandato de la FEU, en el sentido de apoyar la huelga que sostenían los trabajadores azucareros en diciembre de 1955. Asimismo, no fue casual que su nombre figurara entre el de los hombres y mujeres que trataron de organizar la huelga revolucionaria orientada desde la Sierra Maestra el 9 de abril de 1958.

Como acicate de los jóvenes estudiantes de hoy, es indispensable pensar en el espíritu de sacrificio y valentía de aquel hijo de Güines que no vaciló en ajusticiar a uno de los esbirros de la tiranía en medio de las acciones clandestinas que lo llevaron a sufrir un año de cárcel en el presidio de Isla de Pinos.

Es también motivo de homenaje permanente con resultados concretos en el estudio y trabajo, el ejemplo de aquel joven güinero que soportó las más horrendas torturas y no descubrió a sus compañeros de lucha.

Cada 19 de marzo cuando se cumplen años de aquel oscuro día en que el cuerpo de Juan Borrell apareció destrozado por ráfagas de ametralladoras y torturas, en un apartado rincón de Alta Habana, su imagen de combatiente revolucionario sin tacha y sin limite de coraje, permanecen como un faro de patriotismo en la patria chica que le vio nacer: Güines, desde donde irradia luz para la juventud y el estudiantado de todo el país.

Fuentes

  • Las memorias de Liborio. La República de los años 50, Editora Política, La Habana, 2005, ISBN 959-01-0599-8.
  • Museo Municipal de Güines.