Betsabé con la carta de David

Betsabé con la carta de David
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En ella se representa a Betsabé recibiendo la carta en la que el rey David la invita a su palacio. Es una escena extraída del relato bíblico de Segundo libro de Samuel.
Datos Generales
Autor(es):Rembrandt
Año:1654
País:Reino Unido

Betsabé con la carta de David. (o Betsabé en su baño) es una pintura de Rembrandt realizada en 1654 y que se encuentra en el Museo del Louvre en París.

Descripción de la obra

En la pintura, en la que Rembrandt usa como modelo a Hendrickje Stoffels,3 se percibe claramente la huella de maestros como Tiziano y Tintoretto.4 Se refleja en la expresión la angustia en la mujer por los problemas ante la Ley de Moisés, al tener que tomar una decisión, ya sea para permanecer fiel a su marido Urías, que se hallaba en la guerra, o para obedecer al rey. El pintor refleja en la obra algunos síntomas del cáncer de mama como las tumoraciones en la axila o una invaginación en la piel.5

Los personajes y la pintura

La figura esencial del barroco holandés y una de las más destacadas de toda la historia del arte pintó un precioso cuadro inspirado en un tema bíblico. Representa la escena contada en el segundo libro de Samuel (11,2-27), donde se cuenta que el rey David observó a la bella Betsabé desnuda, antes de acostarse. El rey Urías la invitó a su casa y la dejó embarazada. Urías murió poco después en la guerra y David decidió tomarla como esposa. El cuadro representa el momento en que Betsabé, recibe la carta que contiene una invitación del rey y debe obedecer.

Rembrandt contrajo un primer matrimonio con Saskia van Uylenbourgh, que murió en 1642. Había contratado en 1646 a una criada, Hendrickje Stoffels, que luego fue su amante, a la que hizo posar como Betsabé para este cuadro. En él destacan las principales características del estilo de Rembrandt, el dominio de la técnica del claroscuro, la iluminación contrastada con la que consigue unos juegos de luces de gran efecto, su acentuado naturalismo, y el ambiente de misterio de gran riqueza plástica.

Una luz mágica ilumina la estancia y la figura de Betsabé, conjugando de forma excepcional la sombra del fondo y la claridad. Sus dotes de extraordinario retratista nos muestra el rostro de Betsabé con la expresión de dramatismo que pide la escena. Ella ha de ir a disgusto a obedecer al rey.


Principales obras del pintor

Fuentes